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El extraño visitante por Yelmar Doker

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Notas del fanfic:

Disfruten ~

El extraño visitante.


By Yelmar Doker



Sasuke dormía placidamente en su cama cuando de pronto escucho un ruido proveniente de la planta baja.


—¡Saaasukeeee!


Maldiciendo a su hermano, se levanto de la comodidad de su cama y se puso las pantuflas del conejo Box Boney. Bajo las escaleras y justo antes de llegar a la cocina empezó a oler algo quemado.


Abrió la puerta con precaución.


—¡Joder!


Por el susto retrocedio unos pasos. Su grito llamo la atención de la otra persona.


—¡Sasuke! ¿Que haces aquí? ¡Llama a los bomberos, a la policia, a quien sea! —Itachi grito. Tenia el cabello hecho un estropajo y su cara estaba completamente negra. De la cocina salia humo y las cortinas se estaban quemando.


—¡Nisan! ¿¡Que hiciste!?


—¡Estaba intentando hacer una pitza, y se me quemo el horno! —explico como sea, mientras intentaba disminuir el fuego con servilletas mojadas.


—¡Usa el extingidor!
—¡No puedo! ¡No se donde esta! ¡Ve por ayuda, Sasuke! —seguia en su afán de apagar el fuego. Sasuke se cubrió la cara con el trapo de la cocina y fue a agarrar a Itachi de la manga de su camisa.


—¡Vamonos de aquí! ¡El horno va a explotar!


—¡No! ¡Tengo que apagarlo!! —Se negó a moverse de allí, así que Sasuke agarro una sartén y le dio un sartenazo en la cabeza. …ste se desmayo al instante, y cayo hacia atras.. Lo sujeto de los brazos e hizo todo lo posible por arrastrarlo fuera de allí.


—¡Carajo! ¿Porque tienes que pesar tanto? —forcejeo con el peso del mayor, abrió la puerta. —¡Maldita la hora en que naci! ¿Que estaban pensando mis padres cuando me hicieron?


Seria mas sencillo ser un ángel desnudo que un niño salvando a su hermano mayor. Pero en fin, logro cargarlo hasta la puerta de afuera y lo tendio en el suelo, notando al fin la desagradable figura del mayor. Parecia un zambo.


—Y no te muevas de allí, voy a intentar apagar tu desastre —Le dijo al inconciente Itachi. Entro a la casa.


Media hora después, Itachi abrió los ojos.


—¿Que? ¿En donde.. ? —Estaba en la sala de su casa. Su ultimo recuerdo le hizo saltar como un resorte y llamar a Sasuke con todas sus fuerzas. —¡SASUKE! ¡SASUKE!

—Que.


Itachi volteo con la cara desencajada, viendo al pequeño Sasuke salir por la puerta de la cocina.


Fue hasta el y le miro por todas partes.


—¿Estas bien? ¿No te paso nada? —interrogo, preocupado. Pero a simple vista no había nada. Aunque el.pequeño estaba humedo, tenia la piyama puesta y sus pantuflas favoritas.


El menor rodo los ojos.


—No, pero no gracias a ti. Hazme un favor y la próxima vez cierra la llave del gas, vale?—le riño el pequeño, al tiempo que se tomaba un poco de te caliente que se habia servido.


Itachi suspiro, aliviado.


—Lo siento, te doy mi palabra de que no volverá a pasar —se puso una mano en el pecho. Luego añadio —¿Tu apagaste el fuego?

—Aja.


—¿Tu me golpeaste?


—Aja.


—Menos mal.—respiro hondamente. Fue al sillón y se puso a ver caricaruras. —Traeme una soda, ¿Quieres?


El menor se fue de alli. Al menos su hermano no cometeria el mismo error dos veces. De eso estaba seguro.


Media hora después, volvió a escucharlo gritar.



—¡Saasssukeee!


Bajo inmediatamente, con un lápiz en su oreja. Desde las escaleras olio nuevamente a quemado.


—¿Y ahora que?—rezongo, malhumorado.


—¡Se quemo la tele! —Estaba intentando hecharle aire con una hoja de papel. —¡No se que paso! ¡De repente salio chispas por todas partes!


Raudo, bajo los ultimos escalones y se alarmo cuando la televisión empezó a abrirse, literalmente se estaba partiendo en dos.
Ambos ahogaron un grito en cuanto vieron una rata saliendo del agujero.


—¡Ahhh! !Una rata!—Itachi, que era fobico a los roedores, se subió a una mesa gritando de pánico.—!Matala Sasuke! ¡Mata a esa rata! —Chillo como colegiala en apuros.


Pero el niño no se movió. Estudio al animalejo unos segundos y después se dio cuenta que no era una rata. Parecia mas bien un conejo con cola de perro y orejas de mono.


—¿Que es eso?


—¡Hola! ¡Me llamo Naruto!—saludo el pequeño animalito, ocasionando que Sasuke se sorpendiera e Itachi gritara de terror.


—!Esa rata habla! ¡Esa rata habla!


—¡Soy Naruto! —saludo de nuevo, esta vez sonriendo. Itachi vio esto, así que con un ultimo grito, se desmayo. Su cuerpo cayo al suelo como costal de papas.


Sasuke se olvido de él y volvió a mirar al intruso.


—¿Que eres tu?—le pregunto, atento a los gestos que hacia. Tenia unos pequeño bigotes en cada lado de la mejilla, como un gato.


De pronto la cosa se alzo en el aire, volando. Solo entonces se dio cuenta de.que tenia unas alitas como de mariposa.


—!Soy un Dios!—exclamo. Dos segundos despues, Sasuke casi se parte de la risa. La cosa se enfado mucho e hizo un lindo pucherito—¿De que te ries mortal?


—¿Eres un Dios? ¿Y de que planeta vienes, Naruto?—pregunto inocentemente, aguantando la risa que quería salir.


—¡Soy el Dios mas poderoso de la tierra! ¡Naruto es el Dios de las Cartas!—contesto, revoloteando sus alitas.


—Mmm.—Sasuke pensaba.—¿Y que haces en mi casa?


—¡Oh, espera! ¡Lo tengo anotado en mi mano!—Se míro la pequeña mano.


—!Ah cierto! Aquí dice: Yo soy tu guía en el camino del bien y el mal. De mi depende que forjes tu destino. Confía en mi y ambos encontraremos las cartas mas poderosas.


—¿Y porque yo? —pregunto, curioso.


—Porque esta escrito aqui.—respondio con simplicidad.


—¿Y si no quiero? —El niño podía ser pequeño, pero no se confiaba de un Dios que decía ser su guía.


Naruto le miro un segundo, y después sonrio. Hizo aparecer una pequeña bola de energia azul en la palma de su mano y apunto con ella un inconciente Itachi.



—Lo matare.








La mirada de Naruto se había endurecido. Sus pequeños ojos pasaron del azul al rojo, y por momentos Sasuke se estremecio por el cambio. Miro a su hermano, tirado en el piso de la sala.


Luego miro a Naruto.


— ¿Y a que esperas?


—¿Eh? —La bola de energía desapareció. —¿Esperar que?


Sasuke se contuvo de rodar los ojos. Se cruzo de brazos.


—A que lo mates, por supuesto. —Se sentó en el sillón, con aire despreocupado.— Tendré suerte si le provocas un derrame cerebral que un ataque cardiaco.


Naruto se quedo sin habla por un rato.


—¿Estas hablando en serio!?? ¿No te importa lo que pase con TU HERMANO? —Vio al pequeño encogerse de hombros. —!¿Pero porque?


—Que te importa. —le chisto. —Haz lo que quieras.


—Oye! ¡A mi no me hablas así! ¡Yo soy alguien al que debes respetar! ¡Tengo mil años mas que tu, mocoso! ¡Soy un Dios!


—Pff... —resoplo, divertido.—Aja, como digas, "su majetad"


—No tienes permitido burlarte de un Dios. ¡Disculpate ahora mismo!—ordeno, autoritario.


—No.


—¡Ahora'tebayo!


—No.


Enrabiado, como un perro rabioso, el pequeñín volvió a crear una bola de energía en su mano derecha.


—¡Pequeño mocoso malcriado! !Disculpa te ahora mismo!—Ordeno con voz de aultratumba. Habia perdido toda la ternura en un segundo. Ahora parecia uno de esos marcianos que habitan en la luna.


—Obligame.


Naruto no lo pensó dos veces y grito con todas sus fuerzas, listo para eliminar al pequeño pelinegro.



Y todo se volvió oscuro.



Cinco minutos después, Naruto dormía placidamente en una jaula.


—Que bien que la sartén estaba en la mesa. Ese era Itachi, quien ya se había despertado de su larga siesta.


—Como sea. Hay que llamar a un zoológico para que se lo lleven.— dijo el menor, que permanecía mas calmado.


En realidad, Naruto había estado a punto de darle con su bola de energía. Pero justo en ese instante habia alzado la sartén y le había pegado un buen porrazo con ella. Ahora ese animalito dormía placidamente en una jaula de treinta centímetros cuadrados.


—Es horrible.—comento el mayor, incomodo de ver una criatura tan rara—¿Como habrá llegado hasta aquí?


—Quien sabe. Lo único que me dijo es que era una especie de Dios de las cartas... Ah, y que era mi guía y no se que mas idioteces.


—Lo raro es que hable. No tiene sentido, a menos que sea una evolución del loro.


—Que mas da. Llama de una vez al zoológico para que se lo lleven.
Itachi asintió, con una mueca de inquietud. Era un alivio que no fuera una rata, como había pensado. Pero si era asombroso que esa criatura hablara.


Era... anormal.


—Si, ya vengo. —Salio de la sala y se fue a la cocina.


Sasuke se quedo a solas con la criatura. …ste abrió los ojos con pereza, y luego se levanto como un resorte. Parecia no recordar nada, pero al poco tiempo vio a Sasuke, que le estaba sonriendo con burla.


—¡Tu! ¡Porque me haz puesto aquí!?—Se agarro de las rendijas para intentar romperlas, no pudo con sus pequeños y frágiles brazos.—¡Sacame ahora. Ya!


Negando con la cabeza, el moreno se a costo en el sillón.


—Mejor dime de donde eres y que haces aquí.


—Esto no tiene sentido. ¡Ya te dije que soy un Dios, maldita sea! ¡Tu eres un niño malcriado, sacame ahora! —le grito, esta vez mas fuerte.


—Eres muy gritón.—Se puso las manos tras la nuca, bastante cómodo.—Explicame un poco sobre eso de las cartas.


—!Primero abre esta cosa! ¡Dejame salir, mortal de cabello picudo!


—Entonces creo que nos quedaremos así un largo tiempo.


Mas exasperado, Naruto sintió que le salia humo por los orejas y ventas en las sienes.


—¡Bien! —respondio de mala gana.— En mi libro del futuro me apareció una nueva misión. Tu nombre es el motivo por el cual Estoy aquí. Soy tu guía, Sasuke. ¡Entiendelo! Tu futuro esta en mis manos, por eso te eh buscado por tres siglos y ahora que te encuentro me doy cuenta de que Talvez eh llegado algo tarde. Tu no puedes ser el Sasuke que yo conocí en el pasado.
…l era un guerrero, un hombre fuerte e inteligente.


—Yo soy un niño inteligente. —rezongo, enojado.


—¡Exacto! ¡Eres un niño! ¿Que cosa quieres que piense ahora que me encierras en esta cosa?


El menor rodo los ojos.


—Estuviste a punto de matarme, Naruto. Amenazaste con matar a Itachi y rompiste la televisión. ¿Ahora preguntas porque te encerre?—Su voz era irónica y sarcastica.


Naruto se dio cuenta de que el mocoso tenia razón. Aún así seguía estando enojado con su libro del futuro. No podía creer que ese niño malcriado e irrespetuoso fuera Sasuke. Respiro hondamente para calmarse.


—Admito que me equivoque. Pero en verdad, tienes que sacarme de aquí. No podemos perder mas tiempo, hay que ir por las cartas mas poderosas. —insistio, como cuarta vez.


Sasuke suspiro, resignado.


—Bien, Dios Chiflado. Dime en donde estas esas cartas y acabemos con esto de una vez.


Naruto se permitió sonreír. Esta vez lo había logrado.


—Yo no se en donde están las demás cartas, pero si conozco a alguien que sabe de la primera.


Sasuke asintió, decidido.


—¿Quien es esa persona?


Naruto volvió a sonreír, esta vez con picardía.


—Itachi Uchiha.










—¿MI HERMANO?


—Sip.


—¿Me hablaban?


En ese momento apareció Itachi por la puerta. Cargaba una cesta de ropa sucia en las manos. Se había detenido cuando había escuchado su nombre.


Sasuke se apresuro a tomarlo la mano para que se pocisionara delante de Naruto quien lo veía todo divertido. Itachi se dejo arrastrar, con la mente muy confundida.


—Aqui el duendecito me dice que soy el elegido para recolectar unas cartas de no se qué. Según él tu tienes la primera en tu poder.— explicó resumidamente.


—¡No me llames duende! ¡Soy un Dios!—protestó como un niño.
—Enano entonces.


—Haber, haber. No estoy entendiendo nada. —intervino el Uchiha mayor, causando que Naruto y Sasuke le pusieran atención. Visto así, prosiguió —. Tu eres un Dios, ¿no?


—¡Eso! —sonrio, meneando la colita.


—Bien. ¿Y de que carta te refieres?


—Pues la que tienes guardada en tu lonchera de cuando eras niño.— explico como si fuera bastante obvio.—Esa que te regalo tu primo.


—Esa carta...— musito Itachi, tratando de recordar en donde la había dejado.


—¿Donde esta?— se impaciento el Uchiha menor. Mientras mas pronto la encontrara, mejor. Tenia muchos asuntos pendientes y esa criatura milenaria estaba estropeandolo todo.


Después de unos segundos, Itachi pareció recordar el lugar exacto en donde estaba la carta.


—Lo tengo... .—sonrio levemente y fue hasta el ropero que estaba en un rincón, a lado de la tele destrozada. Allí encima había una cajita de musica y la abrió con cuidado. Después extrajo algo parecido a una tarjeta y se la dio a su hermano.


—Aqui tienes.


—Hn. Fue mas fácil de lo que pensé. —se jacto Sasuke, observando detalladamente el pedazo de papel que tenia escritura griega. —Ahora... ¿Donde están las demás?


El pequeño Dios se agarró la cola y se mordio los labios, como si estuviese nervioso. Finalmente y ante el desconcierto de los hermanos, dijo:


—No hay mas cartas. Les menti.


—¿QUE?


—¿A que te refieres? — intervino Itachi, antes de que Sasuke se abalanzara sobre el pobre blondo.


—Lo que pasa es que necesitaba esa carta para poder quedarme entre los mortales. —confesó con la misma pose de vergüenza. — Lo que pasa es que ya me canse de ser un Dios. Quiero ser un humano y vivir como uno. Así como ustedes.


Itachi y Sasuke se miraron a los ojos, como si estuvieran pensando en lo mismo. Itachi fue quien asintió y le quito la carta a su hermano para darsela al pequeño.


—Y yo que pensé que era el elegido. — farfullo Sasuke, de brazos cruzando y mirando a otro lado, claramente enojado.


—Bien. Con esto podrás ser un Dios, ¿Verdad, Naruto?


—Si, muchas Gracias a los dos. — tomo la carta y se alzo en vuelo. — No se como pagarselos.

—No es necesario.— desestimo el mas alto, ignorando el gruñido de su hermano. —¿Ahora te iras?


—Si, fue un placer conocerlos a los dos. Recordare esto por el resto mi vida, se los aseguro.— cuando ya estaba por salir de la ventana, le echo un mirada a Sasuke y se despidió de el con una sonrisa. — Adios, Sasuke.



—Hum.


Cuando Naruto se elevo hasta el cielo, desapareció de sus visiones.


—Vaya, que extraño. —comentó Itachi, todavía con la vista en el cielo azul.


—¿De que hablas?


—¿No que quería ser un humano como nosotros? ¿Entonces porque se fue?


—Puede que nos haya estafado. Tks. Ese Usuratonkachi. —chasqueo la lengua y se retiro de allí. Itachi dejo la ropa sobre la mesa y trato de no pensar mas en ese extraño día.


Pasaron nueve años. El día que Sasuke se graduó en la universidad con un titulo de ingeniera en comercio, un chico rubio con los mismos rasgos del Dios que los había visitado se paseo por esos lugares sin que la gente se diera cuenta.


Le alegraba saber que ellos estaban bien. Le dio un ultimo vistazo a los dos chicos y sonrió de oreja a oreja.


Y se despidió por ultima vez:




—Adios, Sasuke. Fue bueno volver a verte...



Finalmente se desvanecio en el aire.










FIN.
Notas finales:

Y si les dijera que estaba borracha cuando escribí esto?

No verdad? Jeje

 Bueno, de todos modos no duden en darme su opinión

De ante mano, disculpen las faltas de ortografía. 

Lo hice sin tiempo. 

:) Bye


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