Despierta.
Naruto abrió los ojos, se encontraba sobre la cama de la enfermería, lo supo al ver los estantes con medicamentos, la mesa con los implementos del botiquín, y el escritorio de la enfermera con un par de expedientes, ¿qué había pasado? No recordaba cómo había llegado ahí, no le dolía nada, aunque se sentía extraño, volvió a cerrar los ojos tratando de concentrarse, cuando la puerta del lugar se abrió y volteó hacia ella.
- ¿Qué bien ya despertaste? – dijo la enfermera pelirosa al tiempo que se acercaba y le colocaba una mano en la frente – te sientes bien?
- ¿Qué me pasó? – preguntó desorientado.
- Tuviste un desmayo, y tu amigo Gaara te trajo hasta aquí. – sonrió respondiendo la pregunta. – es normal en esta época del año que los chicos se desmayen, está haciendo un calor asfixiante, así que voy a pedirte que tomes mucha agua, y que te alimentes bien, este fue un aviso importante así que no lo tomes a la ligera, la deshidratación no es para tomarse a la ligera, ya te administramos un suero pero aún así quiero que te cuides o hablaré con tus padres.
- Sí, gracias – dijo mientras se levantaba lentamente, se sentía diferente, era como si algo de suma importancia se hubiera borrado de pronto de sus recuerdos, pero empezó a dolerle la cabeza, no recordaba haberse golpeado con nada, estaba en la enfermería de la escuela en su último año de preparatoria, y pronto tendría los exámenes mensuales. – alguna vez has sentido que algo se te está olvidando.
- Todas las mañanas, cuando tengo mucho trabajo y se me olvidan o las llaves del carro o la cartera – se burló la pelirrosa y Naruto sonrió.
- No, siento que es otra cosa, pero bueno tal vez sea algún trabajo final, ya le preguntaré después a Gaara.
- Acabas de despertar, no te muevas todavía, tomate un par de minutos, de cualquier forma el descanso está por terminar.
- Ya recuerdo, me desmayé en la clase de deportes.
- Necesitamos que tomen un poco de sol pero tal vez sea recomendable que por un tiempo los ejercicios se hagan bajo techo, no eres el primer caso de esta temporada.
Naruto suspiró cerrando los ojos, tenía una extraña opresión en el pecho y nuevamente esa sensación de que había olvidado algo importante, pero escudriñando en sus recuerdos todos parecían estar en orden, acababa de presentar los exámenes para ingreso a la universidad, vivía con sus padres, tenía muchos amigos, tenía buenas notas y estaba preocupado por terminar bien sus estudios para ingresar a una buena universidad para poder ayudarle finalmente a su padre en las empresas.
- “Qué demonios se me está olvidando” – se preguntó, casi regañándose.
- No te tortures tanto, algunas veces es cuestión de relajarse un poco y volver un poco en lo que uno estaba haciendo para que finalmente aparezca lo que uno olvidó recientemente.
- Sí, pero es raro. – se dijo volviendo a cerrar los ojos, pero nada pareció aparecer en ese hueco que parecía haber en su conciencia.
- Las clases están por terminar, así que descansa hasta que suene la campana y llama a alguien de tu casa para que vengan por ti y sigas descansando de acuerdo – sonrió la chica y Naruto asintió, cerró los ojos y empezó a dormitar un poco.
“Sólo recuerda que te amo y daría mi vida por ti”
Fueron veinte minutos los que había dormido cuando cerró los ojos y aquellas palabras llegaron como un susurro en lo más profundo de su memoria, pero no recordaba que encajaran con ninguna situación o persona en particular, eso lo inquietaba.
***
- Te amo Naruto, nunca lo olvides – abrió los ojos se había adormilado con la clase de matemáticas, lo despertó el sonido de la campana para salir de clases.
- Naruto – Gaara llegó junto a él – luces extraño – el rubio simplemente asintió.
- Alguna vez has sentido como que olvidas algo – preguntó más al viento que a su amigo.
- Olvidaste algo.
- Creó que sí, pero si supiera que es, entonces no lo habría olvidado no te parece – rió lo que provocó una mirada seria en su compañero. – Llegaré a mi casa y dormiré toda la tarde, eso me ayudará-ttebayo.
- Te acompaño a tu casa. – se ofreció el pelirrojo temiendo por su amigo.
Llegar a casa había sido tranquilo, Gaara se despidió al ver que sus padres estaban en casa, pero él no lo tomó en cuenta, el sueño lo invadió de pronto y sin más se recostó en su cama sin siquiera cambiarse de ropa.
***
Una figura se encontraba encadenada al techo, se encontraba de rodillas y las cadenas parecían sostener todo su peso, por ello sus muñecas se encontraban ya amoratadas, clara señal del largo tiempo que llevaba encadenado.
- Buenos días hermoso – le saludó una voz haciéndole abrir ligeramente sus ojos escarlata que quedaron ocultos por su cabello negro. – ya han pasado más de 12 horas y decidí pasar a saludarte – una mano le levantó el rostro, pero este la alejó. – Seré paciente, este fue el trato recuerdas, tú te quedas conmigo y yo no toco a tu lindo Kitsune, en algún momento te rendirás.
***
Los días habían pasado, se sentía diferente, aún tenía esa angustia en el pecho, pero no recordaba por qué, cuando bajaba a cenar prefería no preguntarles a sus padres, de cualquier forma, no sabía que preguntar, la mañana siguiente no fue mejor, llegó a la escuela y por primera vez notó un asiento vacío junto a él, pero el inicio de las clases le evitaron preguntar por ese detalle.
***
- Naruto – unos brazos lo rodearon por la espalda haciéndolo abrir los ojos, se encontraba en un lugar oscuro. – te amo, nunca lo olvides.
- ¿Quién eres? – preguntó y sintió una barbilla recargándose en su hombro, pero no pudo voltear a ver el rostro de su compañero.
- Sasuke – le susurró a su oído.
- Sasuke? – repitió el rubio y al escucharse decir ese nombre sintió un calor recorrerle la espalda y las lágrimas bajaron por sus ojos. – no te recuerdo – bajó el rostro y lloró.
- No importa, mientras pueda verte a salvo, mi sacrificio valdrá la pena – le oyó susurrar.
- Sacrificio? - preguntó pero hasta ese momento recayó en las cortadas y moretes que adornaban los brazos de su compañero así como en los grilletes que adornaban sus muñecas. – Sasuke?
- Debes irte – se separó del otro rápidamente empujándolo al escuchar algo un poco más lejos entre la penumbra – despierta Naruto. – le dijo suavemente, unos pasos siguieron a esa orden, volteó y sólo podía ver la lastimada espalda del chico, escuchó el sonido de un látigo golpear contra el suelo y un segundo golpe poco antes de que Sasuke volviera a gritarle – DESPIERTA!!!
Abrió los ojos...
- SASUKE!!!!!!! – Se había puesto de pie frente a la clase de Matemáticas con una mano estirada hacia el frente, y todos sus compañeros lo observaban entre asustados y sorprendidos, sobre todo Gaara.
- Algo que quieras compartir con la clase. – preguntó Kakashi acercándose al rubio, el cual volteó desorientado al encontrarse en otro lugar completamente
- Naruto estás sangrando – Gaara se había puesto de pie, colocándole la mano en la mejilla al rubio quien sintió un terrible dolor en la mejilla.
- Llévalo a la enfermería – dijo Kakashi y Gaara asintió. Naruto se mostró confundido al ver la sangre en los dedos de Gaara, sobre su escritorio no había nada con lo que pudiera haberse hecho la herida, pero por el contrario, recordaba que justamente en ese lugar, la punta del látigo lo había alcanzado.
Salieron del salón de clases y tan pronto como se vio solo con el pelirrojo lo detuvo de golpe.
- Gaara, tú conoces a Sasuke. – el pelirrojo desvió la vista. - por favor, dímelo – Gaara suspiró.
- ¿No lo recuerdas?
- No.
- Él es tu novio Naruto, o al menos lo era hasta antes del accidente.
- ¿Cuál accidente?
- El accidente de carro que tuvieron hace un mes. – Naruto no recordaba nada acerca de eso, ni siquiera recordaba conocer a Sasuke. – increíblemente tu saliste ileso, pero Sasuke cayó en estado de coma.
- No lo recuerdo. – dijo angustiado el rubio
- Después de eso, tú te volviste más ansioso, creo que en parte se debe a que tus padres descubrieron tu noviazgo, hablabas de eso diario hasta la semana pasada cuando te desmayaste y pareció como que olvidaste todo el tema de pronto.
- Sasuke dónde está?
- En el hospital, su familia quiere llevárselo a su casa pero no ha podido hacerlo ya que no han logrado conseguir un par de aparatos para monitorear el estado de Sasuke.
El rubio cerró los ojos tratando de asimilar lo que su amigo le comentaba.
- Por qué no me lo dijiste antes.
- No sabía que te habías olvidado de tu novio, además no actuabas extraño ni nada parecido. – Gaara se extrañó del comportamiento de su amigo – hasta ahora.
- Algo no está bien, crees que pueda ir a ver a Sasuke.
- No, sus padres se molestaron tanto como los tuyos al saber de su noviazgo a ti te está prohibido siquiera ir a verlo Naruto, no lo recuerdas.
- No, no lo recordaba. – en ese momento algunas cosas llegaron a su mente, en efecto le habían prohibido ver a Sasuke hacía exactamente un mes, pero aun no recordaba nada del “accidente”, pero sí de todo lo que ocurrió después, sus padres se habían molestado de una forma muy irracional y después de eso él había seguido con su vida normal para no levantar sospechas, pero algo había ocurrido una semana antes que era por lo que había perdido el recuerdo de Sasuke, así que su primera clave era recordar exactamente qué había ocurrido una semana antes. – Gaara, necesito que me ayudes a recordar que pasó exactamente la semana pasada el día que me desmayé.
- Sólo te desmayaste, no hubo más.
- Entonces Sasuke debe saberlo – Gaara se extrañó de esa respuesta pero Naruto salió corriendo hacia la enfermería, al llegar Sakura los recibió y al ver a Naruto sangrando no dudó en atenderlo, para no complicar demasiado las cosas mintió diciendo que se había lastimado con una liga mientras trataba de hacer alguna travesura, lo único que quería era dormir y poder volver a ver a Sasuke y se brincaría las clases si era necesario. – puedo descansar un poco, me duele la cabeza. – con una sonrisa la pelirrosa le permitió recostarse en una de las camillas.
Ahora sabía que debía buscar en sus sueños, los minutos pasaron y cuando se dio cuenta de la realidad se encontraba en aquel calabozo oscuro, al ver a Sasuke casi se suelta a llorar, estaba encadenado al techo con las muñecas amoratadas, su cuerpo entero mostraba signos de violencia con numerosas marcas de latigazos y moretones al parecer sus rodillas tocaban el piso, pero sólo lo justo.
- Por increíble que parezca no duele tanto – un ojo escarlata chocó con los azul cielo y una sonrisa le correspondió.
- Cómo puedes decir eso.
- Esto es un sueño, aquí no siento dolor a menos… - bajó el rostro - … que me lo describan.
Naruto entendió entonces que aquello había encontrado la forma hacerle daño a Sasuke.
- Tengo que hablar contigo Sasuke, quiero saberlo todo.
- No tenemos tanto tiempo, pero te lo explicaré – Sasuke se puso de pie y estiró sus brazos abiertos y Naruto corrió a refugiarse en ellos y por extraño que pareciera sintió el contacto cálido del otro cuerpo en específico de aquel pecho y como si de una ola se tratara, lo recordó y se dio cuenta que podía sentir la calidez del cuerpo de Sasuke, porque lo recordaba.
- Sasuke.
- Sí.
- Puedo sentirte. – dijo feliz y el azabache le sonrió antes de besarlo.
- ¿Explícame que ocurrió?
- Tuvimos un accidente, un coche nos golpeó y salimos del camino, perdimos el conocimiento y un espíritu se presentó ante nosotros y me hizo un trato que no pude rechazar, tu vida por la mía. – Naruto lo miró y se extrañó.
- Entonces estás muerto.
- No, algo interfirió en el trato – le señaló el colgante que Naruto llevaba en el cuello – algo me ancló a tu collar y el espíritu no puede tomar mi cuerpo si yo no muero, pero ahora no sabe qué hacer conmigo y ha experimentado durante todo un mes… tratando de… desaparecerme.
- ¿Y hace una semana que ocurrió?
- Me encontraste – sonrió, pero le tocó la mano con las señales de herida – pero aquí también puede lastimarte a ti.
- Esta herida, la tengo también en la realidad – se sorprendió el rubio y sonrió con felicidad – si puedo llegar a tu cuerpo, podré regresarte tu alma – lo miró con una desbordante felicidad mientras tomaba su dije. – Déjamelo a mí, te despertaré-ttebayo.
- Creo que nuestros padres también se vieron afectados por ese espíritu, ten cuidado Dobe, no quiero que esta cosa te lastime.
- Lo haré – sus labios se encontraron y Naruto sólo pudo abrazarse al azabache.
- Despierta, ya viene – lo miró Sasuke.
Abrió los ojos nuevamente, se encontraba en la enfermería y Sakura lo miraba desde su silla.
- ¿Tuviste una pesadilla? – le preguntó sin dejar de mirarlo.
- Una terrible – se sentó y miró a Sakura quien al parecer esperaba que le contara. – cómo puedes… luchar contra un espíritu… o bueno creo que es un espíritu.
- ¿Algo como un fantasma?
- Supongo.
- No tengo idea. – le sonrió la chica y eso decepcionó al rubio. – pero mi maestra siempre decía que no debes darle el poder de tus pensamientos a nadie, así que creo que lo único que tienes que hacer, es creer en ti mismo – añadió eso si le pareció más interesante al rubio.
- Gracias, me has sido de mucha ayuda. – agradeció el rubio haciendo una referencia.
- Cuando quieras. – le respondió la pelirrosa.
Si lo que Sasuke le había dicho era cierto entonces Naruto necesitaba llegar hasta su cuerpo, tenía su alma en sus manos y necesitaba entregársela, si la familia de Sasuke llegaba a llevárselo a su casa nunca podría verlo con toda la seguridad que tenía la residencia Uchiha, sentía y esperaba que fuera realidad lo que estaba planeando, ya que si llegaba a Sasuke y no podía hacer nada por él… No, como Sakura le había dicho, tenía que creer en él, aunque no supiera si la cosa contra la que peleaba ya lo habría descubierto.
Ahora estaba preocupado, sabía que tenía que hacer… pero tenía prohibido acercarse a Sasuke… a menos que… miró la reja de la escuela... no, no podría escaparse por la puerta principal, pero conocía a su llave de salida, seguramente estaría recostado bajo un árbol viendo las nubes.
***
Salir de la escuela, había sido pan comido con la ayuda del presidente de la clase, aún no podía creer que Shikamaru lo fuera, pero ingresar en el hospital, eso hubiera sido más complicado sin ayuda, afortunadamente el maestro Iruka, había aparecido como caído del cielo, él lo ayudó a entrar a ver a Sasuke, haciéndolo pasar por su sobrino, con una sonrisa lo dejó pasar solo pues él había visto la relación de ambos chicos, algo que había nacido con el tiempo y se había fortalecido con la convivencia diaria.
- Sasuke – al ver el cuerpo conectado a todos aquellos aparatos y el respirador, sollozó, lo tomó de la mano y tomó su dije, pero después de unos minutos, nada pasó. – ¿qué tengo que hacer? – las lágrimas se agolparon en sus ojos pero, recordó las palabras “Cree en ti mismo”
Así que lo que hizo simplemente fue recostarse y dormir.
- Sasuke – gritó Naruto, ahora se encontraba en un lugar completamente oscuro, no había nada a su alrededor, no había ese haz de luz que los bañaba en otros momentos, y tampoco se escuchaba ningún ruido, así que se llevó la mano al pecho donde su dije comenzó a brillar.
- Mío. – le susurró una voz a sus espaldas, se movió y sintió una garra arañarle la ropa.
- No – corrió alejándose de aquel ser que lo perseguía – ¡Sasuke! – lo buscaba, pero sólo esperaba no tropezar con nada, confiaba que encontraría al azabache, pero se desesperó al no escuchar respuesta, pero el dije continuaba brillando y eso le daba la esperanza para continuar, se secó unas lágrimas traicioneras que habían escapado.
- Despierta – un susurro le llegó desde la derecha, cubrió el brillo del dije con su cuerpo, y escuchó el débil sonido, se acercó a él, sus ojos se acostumbraron a la oscuridad y fue entonces que lo encontró, estaba recostado boca abajo, susurraba su nombre con voz apenas audible y la palabra “despierta” brotaba de sus labios.
- Sasuke – se arrodilló junto a él y le tocó la mano – tu eres el que tiene que despertar.
- Mío – un golpe le llegó desde el costado, pero lo que hizo Naruto en respuesta fue abrazar el cuerpo de Sasuke.
- No, él no es tuyo, por eso no has podido hacer nada, él no te pertenece, ni su cuerpo, Sasuke es mío – Naruto miró la oscuridad y sintió una sombra que se alejaba de ellos, pero dentro de él sabía que regresaría a atacarlos en cualquier segundo. – ¡Sasuke despierta! ¡Despierta, Teme! – gritó y un resplandor azul inundó todo el lugar.
Nuevamente abría los ojos esa vez se encontraba recostado en la cama del azabache, lo miró con inquietud, él había salido, pero no sabía que había pasado con él pelinegro, un golpe en la puerta lo distrajo, la madre de su amigo fue la primera en entrar y lo miró extrañada de encontrarlo ahí, quiso decir algo, pero la mano que había mantenido entrelazada con el azabache lo apretó.
- Sasuke – el rubio volteó a verlo justo cuando los ojos negros se abrían un poco.
- Sasuke – Mikoto había llegado junto a la cama, trató de apartar al rubio pero Sasuke se aferró a él.
- Te amo, Dobe – le sonrió y le dijo con la voz entrecortada y lastimada de alguien que no la ha utilizado en más de un mes.
- Y yo a ti. Teme – correspondió el rubio.
***
Todo había mejorado después de eso, sus padres a regañadientes habían aceptado su relación y los chicos tan pronto como terminaron el bachillerato se habían ido a vivir juntos para estudiar la universidad, pero… Sasuke parecía no recordar nada de lo ocurrido en aquel coma.
- Naruto... – Sasuke se detuvo en seco mientras veía a su prometido preparar la cena - ...yo... – se sentía raro sabía que había algo en él que no recordaba, después de tantos años aún lo lastimaba saber que tenía un secreto hacia su chico, lo sentía en el alma no era algo normal, no quería sentirse así, y en ese estado de pensamiento, los labios de Naruto lo despertaban.
- Tú, me amas – sonrió el rubio tras romper el beso – y eso que no recuerdas es porque no debes recordarlo – se recostó en el pecho de Sasuke – si lo hicieras no sé si podría recuperarte, es una pesadilla de la que pudimos despertar ilesos una vez, es el sacrificio que tuviste que hacer con tal de que yo estuviera a salvo – sonrió – te basta con esa explicación. – le sonrió mirándolo a los ojos, el Uchiha también sonrió y asintió con la cabeza.
- Aún siento curiosidad, pero prefiero quedarme contigo y si dices que es una pesadilla de la que pudimos escapar, entonces dejaré la curiosidad guardada junto a la caja de pandora.
- Tal vez en alguna ocasión te cuente pero tengo miedo de que pueda... – un nuevo beso lo calló.
- No, no me cuentes nada, no me arriesgaré a perderte – volvió a besarlo. – menos ahora que tengo lo que he soñado, este es un sueño del que nunca deseo despertar – sonrió recargando su frente contra la de Naruto – nunca me dejes despertar de este sueño.
- Nunca – sonrió Naruto.