Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El primer amor limitado por LevitaHatake

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fanfic lo tengo publicado y terminado en Fanfiction.
Actualmente, estoy realizando edición; corregir redacción, ortografía y quitar las molestas y vergonzosas notas de autor en medio del fanfic.
Estaré editando todo el fanfic poco a poco, así que perdón si se desesperan por verlo terminado ya completamente editado :C


Igualmente realice esta edición para poder subirlo a otras plataformas como aquí en Amor-Yaoi, AO3 y Wattpad.

Gracias por leer (:

Itachi Uchiha: "El amor es la fuerza más poderosa, el único súper poder que tiene y tendrá el hombre"

 

— ¡Itachi! ¡Itachi!—gritaba un muchacho de largo cabello rubio.

— ¿Deidara? ¿Qué ocurre?—respondió un joven de cabello negro atado en una coleta baja.

—Buenos días… ¡Por poco creí que no te alcanzaría, hum!—jadeo Deidara poniendo una mano en su frente—. Oye ¿le podrías dar esto a la profesora?—y el joven saco una pequeña nota de uno de los bolsillos de su pantalón.

— ¿De nuevo?—inquirió Itachi mirando con desconfianza.

—Hum… Es que…—balbuceo Deidara poniéndose algo nervioso.

—No te preocupes, yo lo entrego—le tranquilizo Itachi guardando el papelito en su bolsillo izquierdo.

— ¡Muchas gracias, en serio! —exclamo el rubio sonriendo aliviado—. Bien, tengo que irme, nos vemos en un par de horas…—y se fue a paso veloz desapareciendo de la vista de Itachi en cuestión de segundos.

 

 

"Todos los lunes es lo mismo… O más bien todos los días" pensó Itachi con una mezcla de fastidio y preocupación mientras seguía su camino hacia el salón de clases.

 

[En clase]

 

—Mingei Deidara… ¿Deidara? ¿Dónde está el joven Mingei? —pregunto la profesora buscando el rostro del mencionado.

—Profesora, Deidara dejo esto…—intervino Itachi sacando la nota que aquel rubio le había encargado.

 

— ¿Otra vez? ¿Acaso ese muchacho quiere reprobar el semestre?—replico la señora mientras tomaba el papelito. La mujer lo abrió y leyó con detenimiento para después seguir anotando la asistencia de la clase—. Hankosha Hidan… ¿¡Y ahora donde esta Hidan!? Primero el joven Mingei y ahora…

 

— ¡Hey aquí estoy…!

— ¿¡Que!?

— ¡Hey vieja! ¿¡Acaso no me está mirando porque ya se le complico la vista o que chingados?—exclamo el muchacho cuyo cabello grisáceo estaba peinado hacia atrás

 

— ¡Oh por dios! ¿¡Qué clase de vocabulario es ese!? ¡VÁYASE directamente a la oficina del director!—le ordena la señora al borde de perder el juicio.

— ¡Hey pero si yo no hice nada, homs!—replico Hidan levantándose de su asiento.

— ¡Otra vez con esa jerga dela calle!—se escandalizo la profesora.

— ¡¿Qué carajo es eso de jerga?! —pregunto Hidan molesto por el vocabulario sofisticado empleado por la profesora.

— ¡Usted debería saberlo joven! ¿¡Acaso no ha leído ni un libro en su vida!?

— ¡No me salga con esas idioteces, maestra! ¡Yo le pregunte a usted por qué, según, usted es la profesora!

— ¡Váyase a la dirección, AHORA!

 

El resto de los estudiantes se reían de tan estúpida escena; ya era típico ver a Hidan discutir con todos los maestros y meterse en problemas.
Los chicos lo miraban con algo de admiración por su gran rebeldía, a excepción de uno: Itachi Uchiha. Itachi se mantenía circunspecto mirando con  preocupación a su viejo amigo que una vez más se dirigía a recibir una reprimenda.

 

— ¡De acuerdo, está bien…! Ya me largo antes de que le dé un infarto, vieja…—dijo Hidan tomando su mochila y saliendo con un aire de triunfo mirando a la maestra de una manera que pretendía decir: "¡Me la pelas maldita vieja idiota…! ¡MIRA, ME VOY POR QUE QUIERO…!"

 

 

[Sala de música, 10:00am]

 

— ¿Te gusta…?

—Sí, hum...

—Por poco pensé que…

— ¿Qué?

—Pensé que no vendrías.

—Vaya, para la próxima vendré más temprano… Oiga por cierto, maestro Sasori ¿No le gustaría ir a cenar una noche en mi casa? —le pregunto Deidara mirándolo con mucha alegría, abriendo mucho el único ojo azul que se le podía ver debido a que una buena parte de cabello le cubría la mitad del rostro.

—Pero…

—Mis padres no viven conmigo ya se lo había dicho, hum—le recordó el rubio.

—Pero…—seguía balbuceando el profesor de cabello rojo.

—Entonces este viernes a las siete de la noche ¿de acuerdo? Maestro Sasori no hay nada de qué preocuparse, así que todo está bien—y el rubio se puso de pie, se acomodó el cabello, se abotonó la camisa y se subió el cierre del pantalón. Acto seguido, tomó su mochila y sacó una pluma junto con un cuaderno para arrancar una hoja, anotó algo rápidamente y se lo entrego a Sasori—. Aquí está mi dirección, si no logra encontrar la casa llámeme al celular ¿Si?

 

—Claro…

—Bien me tengo que ir, que tenga un buen día, lo veré mañana durante el receso…—y Deidara salió de la estancia.

 

Sasori guardo la nota de Deidara en el bolsillo de su camisa mientras mantenía su mirada desorbitada y su mente hundida en una gran duda combinada con miedo.

 

[Clase del semestre 2-A]

— ¡Hey Nagato!

— ¿Qué pasa?

—No necesita pasar algo para qué te hable—le respondió Yahiko sonriendo—. Oye deberías dejar de leer un poco…

— ¿Por qué?

—Ja, Nagato, sin ofender, pero saca la nariz de los libros… Puedes hacer otras cosas más alegres—le comento el chico de cabello naranja mientras tomaba un lápiz.

— ¿Cómo que…?—pregunto Nagato no muy animado. La mitad de su pálido rostro estaba oculto tras una cortina de fleco de su cabello rojo vino.  

— ¡Hoy vamos a jugar un partido de futbol contra los de cuarto semestre!

—Pero yo no sé jugar futbol.

— ¡A mí nadie me enseñó a jugar futbol!—replico— ¡Vamos Nagato, no es tan difícil…!

—Eh…

— ¡¿Vas a venir sí o no?!

— ¡Yahiko!—grito una voz femenina.

— ¡Konan!

— ¿Ahora qué le estas diciendo a Nagato?—le pregunto Konan desconfiada.

— ¡Yo solo lo estaba invitando a un partido de futbol! ¡Por dios, Konan siempre exageras todo! —respondió Yahiko rascándose la nuca.

— ¿Futbol? ¡Ah bueno, eso está bien…!

— ¿¡Que?!—exclamo Nagato espantado, había esperado que Konan lo apoyara en su decisión de no ir a jugar tal deporte.

 

—Nagato—empezó a decir la chica mientras se acercaba al chico de cabello rojo—no te haría daño ir a jugar un rato.

—Entonces ¿Qué dices?—pregunto Yahiko de nuevo.

 

Nagato solo miraba fijamente a los ojos de su compañera, sintió un leve calor en su cuerpo, sus mejillas estaban un poco ruborizadas. Tragó saliva, respiro profundamente y respondió:

 

—Está bien… Jugaré.

— ¡Lo sabía!—grito Yahiko triunfante.

— ¿Cuándo? —pregunto Nagato con angustia.

—En el descanso, en la cancha principal… ¡Voy a decirles a los demás! —y el chico salió disparado a esparcir la noticia.

 

[Clase del semestre 6-A]

 

— ¿Qué te ocurre? Te ves muy emocionado—comento Itachi pasando de página su libro de biología.

—Je, digamos que mis planes van como quiero, hum.

—Vaya, que bien… —y cerró el libro—. Deidara, la profesora de biología quiere hablar contigo…—comunico de pronto el muchacho de cabello negro.

— ¿Ahora que quiere?—inquirió el rubio con una leve molestia; no parecía importarle mucho ese asunto.

—Mira, sonaré como un profesor, pero tienes que reaccionar, te falta poco para que repruebes esa materia y…

—Itachi—le interrumpió Deidara—, si Hidan pudo llegar a sexto semestre de preparatoria, yo puedo pasar esa tonta materia, hum.

 

Hidan había repetido sexto semestre 3 veces.

 

—Por cierto ¿En dónde ese idiota?

—No lo sé. Desde la primera clase no lo he vuelto a ver—respondió Itachi—. Y por favor, no le digas así…

— ¿Qué ocurrió?

—Se peleó con la profesora, lo mandaron a dirección… No entiendo por qué lo sigue haciendo—soltó Itachi con un tono de preocupación.

—Apuesto a que su expediente es más largo que su…

— ¡Deidara!

—Ya, ya, relájate... Deja de preocuparte, si llegó hasta este punto puede seguir sobreviviendo ¿no?

 

Itachi lanzo un largo suspiro y sonó el timbre para el descanso.

 

— ¿Vas a ir a comer, Itachi?

—Sí. ¡Oh se me olvidaba!—y el joven sacó su billetera de la mochila.

— ¿Qué pasa?

—Tengo que asistir a un partido de futbol, van a jugar unos amigos míos de segundo semestre—explico el joven.

—No me digas que es el pequeño Yahiko, hum.

—Si.

—Ese niño parece hiperactivo, hum…

 

[10 minutos antes del partido de 2do vs 4to semestre]

 

— ¡Hahaha, nunca te había visto las piernas Nagato! ¡Ni siquiera en la casa…!

Nagato estaba sumamente fastidiado y avergonzado. ¿¡Por qué rayos había dicho que sí? Ahora estaba pagando el precio, ahora estaba luciendo sus delgadas y pálidas piernas gracias un llamativo shorts.

 

—Ya no estoy tan convencido de esto. Mejor me voy a quitar esta ropa…

—Oye no seas ridículo…

—Yahiko, solo es un tonto partido, no se jugar y…

— ¿Eres tú Nagato? —Konan había llegado.

— ¡Ese es Nagato!—exclamo otra voz femenina— ¿De verdad es él?

— ¡Si, míralo bien!—respondió Konan a su amiga.

 

Nagato sintió que vergüenza se intensificaba.

 

— ¡Bien ya llegaron los de 4to!—le dijo Yahiko a su amigo sin hacerles caso a las chicas ¡Los demás ya están en la cancha…!

 

Extrañas sensaciones invadían a Nagato en todo su cuerpo: Por un lado la temperatura en el aumento drásticamente, su cara estaba roja y empañada de sudor, sus piernas temblaban y su estómago se sentía completamente mal a causa de los nervios.
Mucha gente estaba rodeando la cancha, vitoreando y animando, otros parecían estar simplemente ahí para perder el tiempo.

 

— ¡Vamos Yahiko! ¡Eres el mejor!—coreaban un grupito de niñas emocionadas al mencionado chico el cual solo les sonrió para no ignorarlas del todo.

 

—Podría jurar que toda la escuela está aquí—menciono Konan dando una ojeada a su alrededor.

— ¡Y eso que ni siquiera es un partido oficial!—agregó Yahiko— ¡Si, se debe haber corrido el chisme en todas partes…! ¿¡No habrás sido tu Konan, verdad!?

—Bueno, tal vez…—respondió la chica sonriendo.

— ¡Hey tú Yahiko!—gritó un chico. Era el líder del equipo de 4to semestre— ¿Ya vamos a empezar?

— ¡Si, perdón, ya voy…!

— ¡Los estaré apoyando!—le grito Konan al equipo mientras se dirigía a su asiento entre el público— ¡Vamos Nagato, tú puedes!

 

Nagato sintió un vuelco en el corazón.

 

—Apenas llegamos, hum.

—No pensé que se llenará tanto, apenas puedo mirarlos—dijo Itachi mientras abría su lata de Pocky-Cola.

—Mierda no me gusta estar entre tanta gente, hum—comento Deidara moviendo un poco los hombros como si tuviera una clase de tic o algo.

—Se nota…—le dijo Itachi riéndose suavemente.

—No me digas que a ti te encanta estar rodeado de idiotas, hum—comento el rubio cuando al fin se puso en paz con su cuerpo y se dedicó a abrir una bolsa de dulces de chocolate.

—Pues no de idiotas, pero…

— ¡¿Hey que pedo con ustedes, eh! —grito una voz familiar.

— ¡Hidan!

—Y yo que pensaba que estaría un rato en paz, hum…

— ¿¡Qué dijiste pendejo?!—le reclamo Hidan.

—Nada, nada, hum… —se apresuró a contestar—. Imbécil—agregó en voz baja fingiendo una tos.

— ¡Dímelo de frente pendejo…!

—Ya dejen de pelear chicos—terció Itachi—, miren el partido…

— ¡Oigan miren a ese idiota de la máscara naranja que se metió a media cancha, hum!—exclamó Deidara apuntando a dicho sujeto.

— ¿Qué pedo con ese pendejo?—soltó Hidan.

— ¡Vamos equipo, vamos!—exclamaba el tipo de la máscara naranja agitando los brazos animando al público.

—Será la nueva mascota de la escuela—opinó Itachi.

 

Itachi, Deidara y Hidan se dispusieron a comer mientras contemplaban el partido.
Muchas chicas de diversos semestres se la pasaban gritando y alabando a Yahiko, quien se robaba todo el partido gracias a su tremenda energía y llamativa apariencia.
Y mientras tanto, Nagato apenas podía correr sin saber que hacer realmente.

 

— ¡Vamos chicos!—se escuchó un grito de Konan.

Nagato volteo su cabeza para buscar la mirada a Konan; esta última, al ver que el chico la observaba le devolvió una sonrisa.

— ¡Nagato, toma el pase!—le grito Yahiko haciéndolo despertar de aquel lapso de embobamiento. Nagato se encontraba justo al frente de la portería enemiga. Muy torpemente el chico de cabello rojo se adueñó del balón— ¡Ahora, hazlo Nagato!—exclamo Yahiko apuntando la portería.

 

Nagato pateo la pelota lo más fuerte que pudo, pero no fue suficiente: el balón había chocado con el poste.

 

—Lo siento, Yahiko—dijo Nagato sintiéndose como un tonto delante de su equipo.

— ¡No lo digas, solo estamos comenzando! ¡Vamos, hay que seguir…!

 

Nagato se sorprendió de que, a pesar de lo inútil que parecía su presencia en el juego, Yahiko lo animará a seguir jugando. Y el partido continuó…

 

—Entonces… ¿Esos tres niños viven juntos?—pregunto Deidara apunto de agarrar otro chocolate.

—Sí. Veras, los tres fueron adoptados por la misma persona, pero cada uno viene de diferente familia, no son hermanos biológicos—contó Itachi dando una breve reseña de la estructura familiar que formaba el trio de Nagato, Yahiko y Konan.

 

—Oh vaya, ahora entiendo…—y Deidara miro como Hidan devoraba frituras de manera desordenada— ¿No te cansas de tragar esas porquerías Hidan, hum?

—Bueno ¿y a ti que te importa? "Ay si mírenme soy Deidara, soy recontra puto, me encanta el arte y comer dulcecitos de mierda para no engordar"-empezó a decir Hidan imitando, según él, la voz de Deidara.

— ¡Hijo de tu…!

—Me tienes envidia porque puedo comer lo que quiera y no engordo ¿Verdad Dei?—proclamo Hidan pasándole una papita sobre la cara.

— ¡Ya déjame, hum!

— ¡Si tú empezaste, pendejo!—le reclamo el chico de cabello gris.

—Ya paren con eso…—murmuro Itachi y de pronto se puso de pie.

— ¿Qué te pasa?—preguntaron Deidara y Hidan al unísono al ver que su amigo se había levantado con un semblante algo perturbado.

— ¡Hey eso fue falta!—grito Yahiko sumamente enojado— ¡Fue falta…!

 

 

Nagato se encontraba tirado en el suelo, en posición fetal. Le habían propinado un buen balonazo justo en el estómago.

 

— ¡¿Qué rayos te pasa eh…?!—pregunto Yahiko sin dejar atrás su enfado.

— ¡Nagato…! ¡Nagato! ¿Puedes levantarte?—Konan se había acercado al lesionado.

— ¡¿Cómo que no fue falta?! ¡Si yo te vi hermano…! ¡Ni siquiera fue una falta accidental…!

— ¿Una falta, hum? No pude mirar el momento, pero pues debió haber sido considerable, como para dejar tirado al pobre pelirrojo—comento Deidara mirando al lesionado con asombro.

—Vamos Nagato, ven—decía Konan mientras trataba de poner a Nagato de pie—, hay que llevarte a la enfermería…

— ¡¿Si y qué!? ¿¡Tienes algún problema niñito!? ¿¡Que me vas a hacer!? —le contesto el agresor de 4to semestre a Yahiko.

 

Yahiko solo le había dedicado una mirada desafiante hasta que…

 

— ¡Contéstame niñito!—y el tipo lo empujo con fuerza.

 

Yahiko se incorporó rápidamente y le soltó un puñetazo directo al ojo izquierdo.

 

— ¡¿Ahora te vas a ir o que!?—Inquirió Yahiko ya con los puños cerrados— ¡No me ayuden yo puedo solo…!

— ¡Yahiko! ¡No, cálmate!—le alcanzo a gritar Konan sin dejar de sostener a Nagato.

 

Yahiko se puso a pelear a puño limpio con aquel sujeto, haciendo caso omiso a los gritos de Konan. La multitud enardecida por la pelea empezaba a gritar y a vitorear.

 

— ¡Pégale, Yahiko, vamos…!—vitoreaban unos cuantos.

— ¡Dale su lección a ese niñito!—apoyaban los alumnos mayores.

—Konan, déjame ir a ayudar a Yahiko…—balbuceo con mucho esfuerzo Nagato al ver que Yahiko estaba peleando.

— ¡¿Estás loco!? ¡A penas puedes moverte!

 

Nagato se soltó de Konan como pudo y, dando tropezones, llego a interponerse entre Yahiko y el tipo que lo había lastimado.

 

— ¿¡Qué carajo haces?! ¡Quítate de en medio antes de que te meta otro golpe idiota!—le grito el sujeto al chico de cabello rojo oscuro.

— ¡Nagato! ¡Vete, no debes de…!—le dijo Yahiko.

— ¿¡Y ahora que, una niña los va a defender!? —pregunto el abusivo al ver que Konan se había acercado para cuidar a Nagato.

— ¡Ya estoy harto de ti imbécil…!—y Yahiko se le fue encima al agresor.

 

Y volvieron a surgir los puñetazos hasta que…

 

—Ya basta—Itachi Uchiha había tomado por los hombros a Yahiko.

— ¿¡Itachi?! ¿¡Que haces?! ¡Suéltame!

—Ni lo creas, esto se acabó-decretó el mayor sin alterarse.

— ¡Pero…!

— ¡Ja! ¡¿Acaso el niño quería más golpes!—soltó el tipo de 4to.

—Cállate—le corto Itachi—. Ya se acabó.

— ¿Ah sí? ¿Quién eres tú? ¿Acaso también quieres pelear?—pregunto desafiante aquel gañan.

 

Itachi no respondió a la provocación.

 

—Tú y Nagato vayan a la enfermería—indico Itachi a Yahiko mientras le daba la espalda al abusivo.

— ¡Te estoy hablando idiota…!—y dirigió un puño hacia la cabeza de Itachi.

 

Dicho puño fue esquivado y acto seguido Itachi alejo al sujeto con un fuerte empujón.

 

— ¡Eres un…!—exclamo el muchacho agresivo incorporándose y corriendo hacia Itachi.

— ¿¡A donde crees que ibas, eh puto!?—le pregunto Hidan con una sonrisa mientras lo detenía con una sola mano.

 

La cara de aquel chico agresor se transformó en un rostro lleno de temor simplemente al ver a Hidan.
La fama que Hidan tenía en la institución era demasiado grande, la reputación de la faceta abusiva de Hidan era la más temida del lugar.

 

— ¿Te rompo la nariz antes de empezar o quieres pasar a la hora feliz?

 

Y el sujeto se alejó corriendo lo más rápido posible.

— ¡Vámonos!—le indico el tipo a su equipo.

 

Nagato, Yahiko, Konan, Deidara (que apenas se había unido al grupo) e Itachi miraban asombrados el poder de intimidación que poseía Hidan.

 

— ¡Alto ahí jóvenes!—alardeo una voz femenina.

—Mierda…—murmuro Deidara llevándose una mano a la frente.

 

Nagato y Yahiko se quedaron más que quietos; nunca se habían metido en un problema como ese. Itachi permaneció sumamente serio pero en el fondo moría de nervios y temor.

 

—Ya valimos verga…—dijo Hidan al ver a la maestra de biología acompañada del prefecto.

— ¡¿Para esto se ponen a jugar este salvaje deporte jóvenes!? ¿¡Para terminar heridos?!

— ¡Mire, vieja! ¡Nosotros no hicimos nada, el que empezó fue ese pendejo de allá!—le dijo Hidan apuntando al cobarde que trataba de huir.

— ¡¿Qué?!

— ¡Profesora, él tiene razón!—intervino Konan toda nerviosa.

— ¿¡Que?! ¡Explíquense!

—A Nagato… a Nagato…—balbuceaba la chica.

—A Nagato le dieron un pelotazo en el abdomen, ese chico de 4to semestre, lo que siguió es que Yahiko se enfadó y empezaron a pelear—explico Itachi.

— ¿¡Que…?!—se escandalizó la señora— ¿Es eso cierto joven Yahiko?

—Ehm… Si… Si maestra.

— ¡Ustedes, vengan!—ordeno la maestra a los de 4to— ¡Que falta de disciplina…!

 

Y después de cómo 20 minutos de sermón sobre moralidad, disciplina y critica a la violencia en el deporte…

 

— ¡Todos ustedes quedan castigados!—dicto la profesora.

— ¿¡QUE!? —exclamaron todos abriendo mucho sus ojos.

— ¡Todos…!

—Profesora, perdón, pero… ¿Me podría decir por qué estoy castigado?—pregunto Itachi lo más tranquilo que pudo haber estado.

—Sí, y a mí también, si no le importa, hum…—interfirió Deidara.

— ¡Usted joven Uchiha por haber permitido una pelea y no reportarla a tiempo!

— ¿Qué?—replico Itachi incrédulo.

— ¡Lo mismo para usted, joven Mingei!

—Maldita sea, hum.

 

 

Por su parte Nagato, Yahiko, Konan y, muy sorprendentemente, Hidan permanecieron en silencio aceptando su castigo.

 

 

— ¡Los espero a TODOS después de clases en el salón de detención!—les amenazo la vieja.

—Si…

— ¡Y usted joven Hankosha, espero que llegue puntual a su castigo!—le dijo en especial a Hidan.

— ¡Se nota que no puede vivir sin mi vieja!—le respondió Hidan riéndose.

— ¡Prefecto Tanaka, llene un reporte especial sobre la falta de disciplina sobre el joven Hankosha para dárselo al director Uchiha…!

— ¡Ay si, como si me asustara tanto vieja!—le reto Hidan.

— ¡Cállese!—le ordeno la profesora— ¡Y ahora váyanse a la enfermería!

 

—Ya cállate Hidan, hum…—dijo Deidara con fastidio resignándose a su castigo.

—No puede ser… —farfullo Itachi cerrando los ojos con molestia—. Tiene que ser una broma…

 

Y al terminar las clases…

 

— ¿Ya te sientes mejor Nagato?—le pregunto Konan a su amigo.

—Sí, no te preocupes—respondió el pelirrojo sonriendo.

—Todo esto es mi culpa…—dijo Yahiko con voz baja.

 

Los tres adolescentes iban en camino hacia el salón de detención.

 

—No es cierto, ya paso Yahiko—le dijo Nagato para tranquilizarlo.

— ¡Maldita sea! Nagato, te prometo que…

—Solo no me vuelvas a invitar a jugar futbol—le pidió Nagato con timidez.

 

Yahiko miro con cariño a Konan y Nagato para después, dedicarles una sonrisa.

 

—De acuerdo…

 

 

 

Y mientras tanto, en la oficina del director de aquella preparatoria…

 

 

— ¡No puede ser!

—No reacciones de esa manera, no fue su culpa, el no hizo nada…

— ¿¡Entonces por que estará en detención!?—pregunto con voz demandante Fugaku Uchiha, quien era el padre de Itachi.

—Solo es para atar cabos, no es nada grave—respondió el director, Madara Uchiha—. Como ya dije, no te preocupes.

— ¿A qué horas volverá a casa?—pregunto con dureza el padre de Itachi.

—Uhm, no lo sé… Depende—contesto con voz calmada.

— ¿Cómo que depende?

—Sí, bueno es que eso ya no depende de mí Fugaku…

— ¡Pero…!

—Lo siento pero tengo que irme, adiós—y Madara Uchiha colgó el teléfono-. Me compadezco de ti, pequeño Itachi…

 

 

 

— ¡Ya llegamos…!—anuncio Yahiko con un irónico tono triunfal al ver la puerta del salón de castigo.

— ¡Yahiko no juegues!—le regaño Konan.

—No te lo tomes tan personal…

— ¡Es que yo nunca había sido castigada!

—Siempre hay una primera vez para todo—le contesto Yahiko—. Hoy será un día memorable…

— ¿Por qué?-intervino Nagato.

—Primero: Tú, Nagato, jugaste futbol. Segunda: Konan fue castigada. Tercera: Tuve mi primera pelea a golpes.

—Vaya bonito recuerdo—soltó Konan con algo de amargura.

 

 

Y Yahiko abrió la puerta. La primera imagen del lugar fue ver casi medio salón lleno. Itachi, Deidara y Hidan ya habían llegado. Itachi estaba sentado en el primer pupitre de la última fila, cerca de la ventana, Deidara estaba justo detrás de él mientras que Hidan se encontraba de pie escribiendo una plana en el pizarrón.

 

—"La maestra de inglés está embarazada no gorda"—leyó con interés Yahiko y no pudo evitar reírse.

— ¿Encuentra algo gracioso joven?—pregunto el profesor encargado de cuidarlos.

—Eh esto… No.

—Anoten sus nombres, tomen asiento y guarden silencio—les dicto el señor.

—Sí, señor—respondieron los tres al unísono.

 

 

Itachi observaba con algo de indiferencia su entorno, su cara denotaba un total aburrimiento, su mano izquierda estaba deteniendo su rostro ladeado.

—Apuesto a que ahora te arrepientes de haberlos ayudado y haberte entrometido, hum-le susurro Deidara quien estaba dibujando sobre el pupitre.

—No, no es así… Me arrepiento de no haber intervenido a tiempo—le respondió Itachi en murmuro.

 

Yahiko, Konan y Nagato se dispusieron a tomar asiento; se dirigieron hacia atrás tratando de sentarse lo más juntos posible.

 

—Ven siéntate conmigo guapo—le dijo una chica castaña con cara de atrevida a Yahiko.

—No, gracias…

— ¡Deja a tu noviecita y ven con nosotras!—dijo otra chica que se encontraba sentada alrededor de otras cuatro niñas, se notaba al instante que eran unas alborotadoras.

 

Konan se ruborizo al instante.

 

—Hey niña estamos en preparatoria, o te quitas esa flor de la cabeza o te regresas al preescolar—le dijo una chica que parecía ser la líder del grupito.

—Oye déjala—intervino otra del grupo—, así me arreglaba yo cuando era virgen…

 

Y las chicas explotaron en risas.

 

— ¡Silencio!—grito el profesor encargado.

—No les hagas caso Konan—le dijo Nagato.

—Sí, vamos a sentarnos…

 

Y el tiempo pasó…
Deidara ya había rayado toda la superficie de su pupitre, Itachi llevaba más de cien disculpas y explicaciones de por qué había sido castigado para cuando llegara a casa, Konan ya casi llevaba veinte figuritas de origami, Nagato ya había terminado de leer su libro de Química y Hidan había empezado otra plana en el pizarrón, que ahora decía:

"Morir no es algo que deba dar risa"

 

— ¿Cuánto tiempo ha pasado?—pregunto Yahiko molesto—. ¡Ya me duele el trasero de tanto estar sentado!

— ¡Yahiko!

— ¿Qué? ¡Es cierto! ¿¡Que no nos van a poner a hacer algo o que!?

—Llevamos una hora y media aquí, aproximadamente—dijo Nagato apartándose el fleco de la cara.

— ¡Disculpe!—dijo de pronto Yahiko poniéndose de pie—, no es por molestar pero, ¿Cuánto más estaremos aquí?

— ¿Ve eso que está colgado en la pared? justo encima del pizarrón…

—Se llama reloj, viejo—intervino Hidan con todas las ganas de molestar.

— ¡Cállese! ¿Ve eso, joven Ame? Hasta que la manecilla chica apunte a las 6, usted Yahiko Ame, se retirara ¿Entendió?

 

Yahiko realizo una expresión atónita. Itachi, al recordar la hora en que iba a volver a casa, se le fue el ánimo a los suelos, no podía dejar de dolerle la cabeza; solo pensaba en los reclamos que le daría su padre.

 

"Ya no tiene sentido preocuparse por algo que no tiene arreglo" pensó el joven de cabello negro mientras recargaba su cabeza en el pupitre.

 

— ¿Tiene algún problema, señor Uchiha?

— ¿Qué? No…Ninguno.

 

Deidara rio por lo bajo.
Y de nuevo paso el tiempo: Konan había acabado con los aviones de papel que había tirados en el suelo cercano al convertirlos en flores, Nagato leía otro de sus libros de texto, Yahiko ya había contado todos los grafitis que había en la pared de atrás y Hidan se encontraba haciendo otra plana que rezaba: "El baño de hombres no es chapoteadero"

 

— ¿Quieres escuchar algo de música? Eh Itachi—le ofreció Deidara que había sacado su iPhone.

 

Itachi hizo una rara mueca y acepto tomando el iPhone con cuidado para ocultarlo de la vista del profesor. Se escondió los audífonos entre el cabello y busco la lista de canciones.

"Me pregunto si la tendrá…" se preguntó Itachi mientras buscaba una de sus canciones favoritas. De pronto sintió que Deidara le tocaba el hombro.

 

 

— ¿Cuál estas buscando, hum? —susurro el rubio.

—Algo de Coldplay, ya la encontré…

 

Itachi cerró los ojos y se dedicó a escuchar "The Scientist", su cabeza prácticamente solo se dedicó a percibir la canción.

 

—Ya pueden irse—anunció el profesor mientras guardaba sus cosas.

— ¡Vaya por fin!—exclamaron algunos.

 

Itachi abrió lentamente sus ojos, se quitó los audífonos, le regreso el iPhone a Deidara (que se retiró rápidamente) y miró como los demás se marchaban con prisa totalmente felices, claro a excepción de algunos:

 

— ¡Itachi, lo sentimos mucho!—se apresuró a decir Konan al apenas llegar al frente del Uchiha.

—En serio, lamentos mucho lo que ocurrió—dijo Nagato haciendo una reverencia de disculpa.

— ¡Y también queríamos decirle gracias a tu amigo!—agrego Yahiko— ¿Cómo se llama…?

—Hidan, él ya se fue—les dijo Itachi.

 

— ¡Bueno! ¡Basta de disculpas, queremos decirte otra cosa!—exclamo Yahiko— ¡Queremos invitarte a una cena en casa! ¿Qué te parece?

 

—Oh bien, muchas gracias, pero antes tengo que pedir permiso… —respondió Itachi tomando su mochila.

 

—De acuerdo, no hay problema.

 

—Disculpen pero me tengo que ir, nos vemos mañana—se despidió Itachi con aplomo y salió a paso veloz del salón.

 

Itachi corría, bajo las escaleras tan ágilmente que parecía que iba flotando.
Salió rápido de la escuela y se dedicó a correr más rápido que antes para llegar pronto a casa. El cielo ya estaba oscuro. Los postes de luz ya se habían encendido.
Itachi cruzaba las calles casi en modo automático, tenía su mirada centrada hacia al frente hasta que se detuvo en seco al sonar fuertemente el claxon de un carro que estaba solo a un palmo de arrollar a Itachi.

Itachi hizo una rápida reverencia de disculpa y, sin importarle lo que el conductor (que estaba a punto de bajar del auto) pudiera haberle dicho, siguió su camino a toda prisa.

 

—Mama… ¿Dónde está mi hermano?

—No te preocupes Sasuke, no tarda en llegar—contesto Mikoto Uchiha con voz dulce a su hijo menor—. Ahora ve a lavarte las manos para cenar…

 

Y de pronto se oyó la puerta principal abrirse.

 

— ¡Itachi…!—exclamo Sasuke corriendo hacia el recibidor.

—Hola Sasuke—saludo Itachi sonriendo.

— ¿Por qué llegaste tan tarde, hermano?

—Tuve que hacer algunos pendientes en la escuela—contesto Itachi.

— ¡Bueno! ¡Oye tengo que enseñarte…!

— ¿En dónde está papá, Sasuke?—le cortó Itachi.

— ¿Papá?—se extrañó Sasuke—, está en su estudio ¿por qué?

—Necesito hablar con él… Buenas tardes, mamá—saludo Itachi cordialmente al ver su madre.

—Itachi…Te estábamos esperando…—dijo Mikoto preocupada dándole un abrazo a su hijo—. Tu padre te está esperando, quiere hablar contigo…

—Sí, lo sé—y sin más se dirigió a subir las escaleras y se dirigió hacia el estudio de su padre.

Tocó la puerta con 2 golpecitos.

 

—Entra—se oyó decir a Fugaku.

Itachi entro, cerró la puerta y se preparó para lo que viniera.
Observo que su padre vestía formalmente.

 

—Madara me aviso que te castigaron—empezó a decir Fugaku—. Me dijo que no era nada grave, pero pienso que solo es para disimular… Ahora dime ¿Qué paso en realidad?

—Me castigaron porque me involucre en un asunto que no me incumbía—contesto Itachi con voz grave.

— ¿Cómo? Explícate mejor.

—Un amigo estaba teniendo una pelea, me involucre para detenerlo, al final me castigaron por que no detuve la pelea a tiempo—respondió el muchacho con voz neutral.

— ¿Se puede saber que tan importante es tu amigo como para que te metieras en su pelea?

 

Itachi se mantuvo en silencio. Tenía su mirada clavada en el piso.

 

—Por cierto… ¿Quién es, lo conozco?

 

Itachi siguió guardando silencio por unos segundos más.

 

—Su nombre es Yahiko Ame—contestó finalmente el joven.

—Bien, ese tal Yahiko debe agradecerte mucho tu ayuda—dijo Fugaku con voz dura—. Ahora, Itachi, te digo que, para la próxima vez que a alguno de tus amigos se le ocurra dar pelea con la confianza de que tú les vayas a ayudar, pienses en que si lo haces te quedarás castigado como hoy…

 

Itachi asintió con la cabeza.

 

—Ve a tu habitación—le ordeno Fugaku—. Y no es necesario que bajes a cenar.

—Sí, padre.

 

 

Itachi salió de la estancia sin preguntar ni decir nada más.
Fue a su cuarto, cerró la puerta con llave, tiró su mochila al suelo, se quitó el saco del uniforme y, sintiendo una rabia que solo podía salir cuando no había nadie más mirándolo, dio una fuerte patada al mueble donde descansaba su computador.

 

— ¿Itachi no va a cenar o qué?—pregunto Sasuke al ver que su hermano no bajaba de su cuarto.

—Itachi se siente algo mal, Sasuke—le respondió Fugaku.

 

Mikoto, quien estaba terminando de arreglar la mesa, tenía un semblante algo triste debido a la ausencia de su hijo mayor.
Y el timbre de la casa resonó.

 

—Debe ser el…—murmuró Fugaku mientras se dirigía a la entrada principal de su hogar.

 

El padre de familia abrió la puerta. En el umbral se encontraba un hombre muy alto, de complexión atlética y de cabello encrespado. 

 

—Buenas noches, Fugaku—saludo el gran hombre haciendo un gesto amigable con su mano derecha.

—Buenas noches, Kisame—saludo Fugaku con un tono más formal—. Pasa, por favor, adelante...

—Espero no haber llegado muy tarde… O muy temprano—comentó Kisame entrando a la casa. El hombre vestía una camisa de color azul marino y un pantalón negro.

—No, descuida, llegaste justo a tiempo… Deja que te presente a mi familia. Mi esposa, Mikoto, y mi hijo menor, Sasuke.

—Buenas noches, señor—saludaron Sasuke y su madre al unísono.

 

Kisame saludo cordialmente a la madre y al pequeño.

 

—Bienvenido sea, pase adelante. En seguida serviré la cena—dijo Mikoto con suma amabilidad.

 

Mientras tanto, lejos de ahí, en una habitación muy bien asentada.

 

—Qué mala suerte, el maestro Sasori tiene su celular apagado, hum—reprocho Deidara mirando su celular mientras estaba recostado en su enorme y redonda cama.

 

Dejo el aparato en la mesita de noche y se dispuso a ver la TV.

 

—Hum… No hay nada… —y la apago. Se levantó de la cama, fue a su escritorio y agarro su laptop—. Me pregunto cómo le habrá ido a Itachi, hum…—menciono al recordar lo angustiado que su amigo lucía en el castigo.

 

Dejo la laptop y volvió por su celular para llamar al mencionado.

 

— ¿Itachi?

—Si ¿Qué pasa? —contesto Itachi con voz neutra contestando el celular.

— ¿Qué tal, como te fue, hum?

—Digamos que regular... Lo mismo de siempre—contesto Itachi quitándose la liga que sujetaba su cabello.

—Otra vez te regañaron ¿eh? ¡Te digo que ya vayas buscando una forma de salirte de tu casa, hum!

—Esa no es la solución—dijo Itachi.

—Claro que lo es. Pero mira cómo te tratan, casi parece que eres el perrito de la casa, hum—le comento Deidara mientras iniciaba su sesión en Facebook— ¡Ahí tienes a Hidan, vive solo…!

—Las situaciones de Hidan son muy diferentes a las mías—le dijo el muchacho de cabello negro mientras buscaba su toalla de baño en su armario.

—Sí, ya se, perdón, hum. Pero el punto es que, si él, que es un desobligado rebelde, vive y se mantiene solo, tú, que eres casi un robot en vida, podrás vivir por tu cuenta sin ningún problema, hum.

—Bien, lo tomaré en cuenta…—resoplo Itachi sin mucha importancia.

—En verdad hazme caso Itachi ¿O acaso es que te gusta vivir encerrado atado a la voluntad de tu padre, hum?

—No es eso…Oye Deidara no me siento muy bien, voy a tomar un baño, te veo mañana. Buenas noches—y termino la llamada.

—No puedo creer lo serio que es, hum—comento Deidara dejando su teléfono de lado.

 

Mientras tanto, en otra parte, en uno de los vecindarios de clase media-baja de la ciudad…

 

— ¡Mierda, no de nuevo!—maldecía Hidan al ver que el radio que tenía en su cocina se había averiado— ¡Maldita sea, arréglate…!—dijo mientras le daba unos golpes— ¡Mierda! Esto ya no tiene arreglo…

 

Hidan se encontraba cocinando su cena que consistía en un delgado pedazo de carne asado acompañado de 2 rebanadas de pan tostado.

—Ahora voy a tener que ir a conseguir otra estúpida radio—y resignándose a perder su aparato musical fue a prender la televisión en cuyo techo había varios botes de aluminio y envolturas de dulces—. Espero que tú no te descompongas… ¡Oh genial, "Los Simpson”!

 

Hidan fue por su cena y se tiró sobre su único sillón (que estaba en muy mal estado) para empezar a llenar su mente con las hazañas de Homero Simpson y su familia.

 

—Mierda, se me olvido la pinche soda…—se levantó, camino unos cuantos pasos (la cocina y la sala estaban casi en la misma estancia) y agarro la única lata de soda que le quedaba en su casi vacío refrigerador.

 

En la residencia Uchiha una cena se realizaba con un ambiente cordial.

 

—Y dime Kisame ¿Cómo fue el viaje hasta acá? —pregunto Fugaku tomando su vaso con sake.

—Pues veras, primero no encontraba la casa, después ya me había ubicado y de pronto un muchacho se apareció corriendo a media calle… —empezó a explicar Kisame.

 

Sasuke se encontraba jugando con su tenedor, estaba más que aburrido y solo se preguntaba que estaría haciendo Itachi allá arriba.
Itachi ya se encontraba quitándose la ropa en el cuarto de baño, solo deseaba meterse a la bañera para relajarse y olvidar todo el estrés que traía desde la mañana.
Abrió la llave y el agua caliente empezó a llenar la bañera.
Sin perder un segundo más, el joven se introdujo dentro del agua, se recostó ligeramente y dejo que el vapor hiciera lo suyo… Cerro los ojos y dejo su mente en blanco.

 

[En la lujosa habitación de Deidara]

 

— ¡Aun no ha prendido su celular, hum!—exclamó Deidara con enfado arrojando su celular a la cama.

 

La verdad era que Sasori lo había apagado a propósito. Aquel profesor pelirrojo no quería recibir ni una llamada que fuera por parte de Deidara.

 

—No, no debo prenderlo…—se decía Sasori mirando su celular que reposaba sobre su mesa imaginando a un desesperado Deidara preguntando por él como un acosador.

—Maldita sea, hum…

—Mañana hablaré con él—dijo Sasori como una forma de tranquilizarse por la ansiedad que le daba al pensar que Deidara se enfadaría y le daría una dramática escena de reclamos.

 

[Residencia Uchiha]

 

Itachi abrió los ojos lentamente. Se incorporó y jalo el tapón para dejar escapar toda el agua. Tomo su toalla y empezó por secar su cabello.

 

— ¿Puedo pasar al tocador?—pregunto Kisame.

—Adelante, al subir las escaleras la primera puerta a la izquierda—le dijo Fugaku.

 

Itachi salió de la bañera para empezar a secar su cuerpo. El invitado, Kisame Hoshigaki, se encontraba subiendo las escaleras, llego a la puerta y, para la mala suerte de ambos, Itachi (por primera vez en su vida) se le había olvidado cerrar con llave la puerta.

Kisame e Itachi se quedaron completamente quietos al verse.
Kisame no podía dejar atrás su expresión atónita al mirar al joven completamente desnudo. Itachi no podía ni moverse al ver que un completo extraño había entrado al baño mientras él estaba sin ni una pieza de ropa.

 

— ¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO…! ¡PERDÓN! —gritó Kisame avergonzado mientras cerraba los ojos y cerraba de nuevo la puerta.

— ¡Kisame! ¿¡Que sucede?!—pregunto Fugaku confundido en voz alta al escuchar las exclamaciones de su invitado.

 

 

Itachi aún seguía congelado. Pasados unos segundos reaccionó siendo su primer movimiento un rápido cabeceo acompañado de un repetido parpadeo; de inmediato tomo su ropa y salió del cuarto de baño.

 

—Lo siento mucho, Fugaku—se disculpó Kisame al terminar de explicar todo.

—No te preocupes, estoy seguro de que no lo tomará a mal—le dijo Fugaku—. A decir verdad, debería disculparme por el descuido de mi hijo, lamento eso…

 

Sasuke tenía una expresión, aunque algo rara, una mezcla de preocupación y algo de risa.
Itachi había llegado sano y vestido a su habitación. Aún estaba algo perturbado…
Desde hace ya mucho tiempo, al joven Uchiha nunca lo habían visto sin ropa, ni siquiera con el pecho descubierto, nadie ni siquiera su madre. Había aprendido a bañarse y a vestirse solo desde muy temprana edad. Así que, esa situación le había incomodado bastante. 

 

— ¡Itachi…!—se oyó gritar a Fugaku.

—No puede ser…—murmuro Itachi Uchiha volviendo a tener su tradicional dolor de cabeza.

 

En definitiva ese día lo recordaría por siempre.

 

Notas finales:

¡Hasta la próxima, MUCHAS gracias por leer y dejen comentarios u opiniones como pago por esta pequeña contribución a tu entretenimiento!

Atte. Levita Hatake

P.D.: Todas las marcas, programas, música, comida, etc. Pertenecen a sus respectivos autores… ¡Excepto POCKY-COLA! ¡Creada por su servidora, pruébenla es deliciosa! XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).