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El color rosa, también asusta. por Akatsuki-san

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Paz... Esa es la única cosas que se repita en la sociedad de almas, sobretodo en el sexto escuadrón.

Byakuya Kuchiki capitán del sexto escuadrón y 28.a cabeza de  una de las 4 grandes casas nobles, siempre toma su té a la misma hora cada día.

Después de la llegada de Ichigo, y la última batalla en al que casi pierde la vida, sin poder ayudar a las únicas personas que le importa, decidió mejorar algunas cosas en su forma de vida o mejor dicho su rutina diaria.

Claro que estos hablando de Byakuya, así que el cambio no es tan radical y solo algunas personas y estamos hablando de personas realmente cercanas a el... Podrían darse cuenta de esto.

Como siempre terminan de tomar su té a tiempo, para dar un recorrido por si escuadrón, a tiempo para ver a sus subordinados tratando de atacar a su teniente, pero ninguno es lo suficientemente hábil para acertar un golpe.

Antes de darse cuenta ya está parado justo detrás de Renji, y deteniendo la mano con la que manipula su zampaku-tō,  a lo cual, su teniente inclina la cabeza en señal de respeto y es imitado por todos los que se encuentran a su alrededor.

- Capitán... no esperábamos verlo aquí.

- Se te olvida que es mi escuadrón Renji.

Su voz sale fría y glacial como siempre, pero Renji ya está acostumbrado o al menos en su mayor parte.

- No quise insultarlo capitán...

Byakuya no contesta, casi nunca lo hace... Pero él sabe cómo interpretar el silencio... Incluso sus expresiones faciales, ya que la mayor parte del tiempo su capitán mantiene sus ojos cerrados y una expresión de imperturbable; una sonrisa ladina escapa de sus labios al ver a la mayoría del escuadrón absortos por la presencia del capitán, el sintió lo mismo cuando lo vio por primera vez en al academia Shinigami, pero eso fue hace mucho tiempo.

Todos están aguantando la respiración, nadie quiere hacer algo inapropiado ante la presencia de su noble capitán, algo que les haga parecer incompetentes, después de todo, Byakuya se distingue por ser un Shinigami al pie de la letra, cumpliendo todo el protocolo y normas...

Renji se aburre rápido, no está en su naturaleza estar tan quieto y callado... Es en ese momento que se dedica a observar a cada Shinigami que se encuentra ahí, ve los gesto en sus caras tratando de demostrar madurez e inteligencia, pero sin duda prefiere ver la cara de Rikichi, tiene el pecho inflado y su entrecejo fruncido, le falta poco para ponerse morado.

No aguanta más y terminan soltando una enorme carcajada... Todos abren la boca sorprendidos, pero saben que el capitán no reprenderla a Renji, que se parte de la risa en el pasto.

- Encuentras algo gracioso Renji.

Rápido este se levanta y se pone en posición firmé.

- Para nada capitán.

- Quiero tus informes en mi escritorio antes del anochecer, puedes retirarte después de eso.

- A la orden.

Capitán y teniente se marchan a su oficina,

Con tantas guerras, las bajas son muchas y hay demasiadas formas que llenar y datos que subir a la plataforma.

Demasiado trabajo, demasiado aburrido, pero es el precio que se paga por la paz que los acompaña.

Gustó a tiempo, Renji termina de llenar el último papel que reposa en la superficie de su mesa, una pila completa de papeleo llenado a mano, se siente hasta orgulloso de lo bien que ha quedado redactado.

Los toma todos, y se dirigieron al escritorio que está justo enfrente del suyo,  justo cuando está por llegar un estallido golpea la madera del cuartel provocando que Renji tire los papeles y lo que es aún más grave, que Byakuya derrame tinta en su hoja, una hoja que era de un inmaculado blanco.

Ambos se paran a prisa, solo para observar que ha sido Rikichi el que ha provocado el estruendo, con un hado mal hecho, Renji no espera ordenes de su capitán cuando ya está enfrente del joven Shinigami, al cual revisa para ver que no tenga daños posibles, después de todo; él tampoco es muy bueno con el kido.

La sonrisa de su teniente no pasa desapercibida, y pronto es Byakuya el que arremete contra su subordinado.

- Acaso no te enseñaron el manejo de kido en la academia.
Has visto cómo has dejado mi cuartel...

- Perdone capitán yo no...

- Como te atreves a interrumpir, no te avergüences más y retirarte, al menos que quieras que pida tu baja de mi escuadrón y te envié a otro.

- Si capitán.

El chico se retira del patio de entrenamiento, y los demás oficiales también lo hacen...

Renji solo está callado y no dice nada, ambos vuelven a su oficina para recoger el desastre.

Renji se hinca a recoger sus informes... Y esta tan desesperado por salir que le dan ganas de hacerlos monto y aplastarlos contra el escritorio de su capitán.

Pero no... Tiene que ver hoja por hoja para acomodarlos en orden, y el solo piensa en porque no se dedicó a otra cosa.

Le falta una maldita hoja, solo una.

Está arrastrándose prácticamente por el suelo, Caín está aparece en su frente, Byakuya la sostiene con sus dedos y él no duda en tomarla.

- No darás las gracias Renji.

- ¿Usted lo haría capitán?

Un silencio incómodo se forma entre ellos

- Si tienes algo que decir al respecto solo dilo Renji.

- En ese caso... No cree que fue muy estricto al decirle eso a Rikichi.

- Hacerle ver su incompetencia no le hará daño.

- Yo tampoco se manejar el kido, también me pedirá abandonar el escuadrón.

- Tú tienes Bankai, sabes usar tu shikai, cosa que el todavía no puede. No te rebajes a su nivel Renji, mantén la dignidad que posees.

- Desde cuando estamos hablando de dignidad capitán, se te olvida que vengo de Inazuri, además creo que la poca dignidad que tenía la perdí cuando le suplique a Ichigo que salvará Rukia de su ejecución, por si no lo olvida, compermiso capitán que pase buenas noches.

Byakuya observa a su teniente partir... Pero no puede evitar la sonrisa sofisticada que tira de sus labios, el carácter testarudo de su teniente siempre le a parecido interesante.

A la mañana siguiente el ya se encuentras en la oficina, y cuenta los minutos para ver a Renji llegar corriendo al escuadrón, como siempre tarde... Pero no le molesta, al contrario; le divierte llamarle la atención solo para verlo nervioso.

Renji siempre parece un torbellino cuando entra, todo jadeante y agitado, nunca es bueno siendo puntual con las horas de llegada.

Otro día más pasa, haciendo papeleo, entregando informes a otros escuadrones y una que otra reunión de capitanes; tenientes.

Al llegar la tarde Renji está acabando su último entrenamiento, otra vez es ese chico llamado Rikichi, el descarado tiene la osadía de llamarle por su nombre, como si poseyeran mucha confianza y no pierde oportunidad para pegar su cuerpo contra el de mi teniente.

Antes de que hagan otro movimiento, detengo ambas espadas, ambos me miran sorprendidos pero la ira me invade, así que no tardo en liberar mi shikai

- Dispersión... Senbonzakura.

Al momento cientos de pétalos rosados me rodean y todos tienen un objetivo: el joven desigualdado, no planeo perdonarle tan fácilmente el que se robe la atención de Renji, nadie merece más atención de su parte de la que es debida. Nadie tiene el derecho a monpolizarlo.

A pesar de que luzco sereno y apacible, me divierto el hecho de ver que no puede esquivar mis ataques...

- ¡Capitán! ¡Capitán!

La voz de Renji suena... Pero la ignoró, trato de demostrar que nadie puede tener más de mi teniente que yo.

De un momento a otro siento sus manos sobre las mías,...

- Byakuya... Para ya...

Escuchar su voz pronunciando mi nombre me tranquiliza y termino por guardar mi espada.

- Retírense.

Mientras mis subordinados se llevaba la joven a al cuarto escuadrón yo me quedo con Renji.

- Renji...

-mmmn.

- No permitas que nadie más te acaparé y te toque o me veré obligado a recluirte.

- Nani.

La puerta se corre y por ella se asoma Urahara con la mitad de su rostro cubierto por su abanico.

- Renji-Kun, Kuchiki-San ha sido mucho tiempo sin verlos...

- Urahara... Qué haces aquí?

- Yoruichi vino a ver a Soi Fong e Ichigo igual está aquí, enserio, capitán pido permiso para retirarme.

Justo cuando Renji dale, Urahara no pierde la oportunidad para golpear su trasero con su mano, pero Byakuya observa como los dedos ejercen precio contra el trasero de su teniente.

- Renji si que a cambiado últimamente no lo crees byakuya-San.

Gustó cuando sale del del despacho, un pequeño pétalo rosa le provoca un corte en la mejilla.

- Mantén tus manos alegadas de él.

- Are.

En los últimos días, amigos como Hisagi... Kira... Incluso Matsumoto  han sufrido los ataques furtivos de Senbonzakura, pero sin duda alguna prefiere desquitar sus celos reprimidos contra Rikichi.

Quien ya tiene pesadillas con el rosado.

 


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