Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamorando a mi papás por Charly D

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

 

 

 

 

 

Desde la cama los podía escuchar, mi cuarto estaba junto al suyo por lo mismo era muy fácil escuchar las conversaciones que poco a poco se transformaban en discusiones. Los escuchaba atentamente, desde hacía un tiempo ellos peleaban, ya no se tomaban las manos, mucho menos se daban aquellos cálidos besos que acostumbraban. Era como si se hubieran convertido en un par de desconocidos, como si ya no se quisieran. Sentí muchas ganas de llorar, ellos no lo sabían pero siempre que discutían yo terminaba llorando por el miedo, miedo a que terminaran por separarse.

 

Nuevamente papá alzaba la voz, pá se comenzaba a impacientar y también comenzaba a hablar fuerte. Miré a la ventana de mi cuarto intentando relajarme, pero hasta el cielo negro parecía estar igual de triste que yo, pues podía distinguir una ligera brisa y unos relámpagos alumbrar mi habitación. Tengo que reconocer que pese a mis quince años sigo siendo muy miedoso para esas cosas que se asemejan a los truenos.

 

-- ¡Ya es suficiente! – abrí enormemente los ojos al escuchar a mi papá.

-- ¿Qué se supone que haces? – pá preguntó muy molesto.

-- Si no me voy, puedo terminar odiándote – no escuché otra cosa que no fuera la puerta de su habitación azotarse.

 

Sin perder tiempo me levanté descalzo y salí de mi recamara. Pude ver la espalda de papá atravesando la entrada principal y escuchar como encendía el auto para luego arrancar a gran velocidad. Parado donde estaba, oí claramente los sollozos de pá, era lo que me temía: la separación.

 

No quería que mi de por sí pequeña familia se terminara de desmoronar. Regresé a mi cuarto, tomé mi celular, me puse una chamarra que tenía estampados de emojis y unos zapatos deportivos, iría a buscar a papá. Pegué mi oído a la puerta de la recamara de mis padres y distinguí el llanto de pá. Con más razón saldría, no importa que ya comenzara a llover, como que me llamaba Roger que encontraría y traería de vuelta a papá. Con sumo cuidado salí de mi alcoba y luego de casa.

 

Estando ya en la calle, la lluvia se había vuelto copiosa, un helado viento la acompañaba, sentí en automático mis mejillas enfriarse, comencé a correr, mis zapatos de tela ya se habían mojado por andar corriendo a través de los charcos. Como mi chamarra no tenía gorro, mi cabello a esas alturas estaba igual de empapado que toda mi ropa. Prontamente aquella lluvia abundante se volvió un torrencial aguacero que impedía ver claramente mas allá de mi nariz, estaba lo suficientemente lejos de casa como para volver, pero no podía avanzar, por lo mismo, bajo una aguadera me resguardé, no es que me sirviera de mucho, pero algo servía, miré la casa, cuando me acerqué juraría que tenía las luces apagadas, sin embargo, desde mi sitio notaba movimiento y luces encendidas dentro.

Era una casa grande, se notaba algo vieja, pero no dejaba de ser grande, no sé en que vecindario ando porque no logro distinguir por la lluvia, siento mucho frío. Mis brazos tiemblan, ahora sí que estoy en problemas, si mis papás se enteran que me estoy mojando o que salí de noche seguro se enfadarían.

Volteo la cara a mi lado derecho y veo aun mujer, grito por el susto que me llevé, no noté su presencia ni cuando salió.      

 

-- No te asustes, tranquilo – me dice pausadamente, su voz es muy dulce.

-- Es que… usted… yo… fue… me asustó – dije sin dejar de mirarla, su rostro lucía angelical, era una señora bonita.

-- Discúlpame, no fue mi intención. Si sigues aquí afuera te mojarás ¿No quieres pasar? – me dedicó esa bella sonrisa, mis papás toda la vida me han dicho que no debo hablar ni mucho menos aceptar cosas de extraños, pero esa señora no se ve como las robachicos, o las locas esas que matan niños.

-- ¿No me va a secuestrar? – pregunté mientras fruncía mi ceño.

-- Por supuesto que no, descuida – al parecer no se enojó porque me sigue sonriendo, es una sonrisa en verdad bonita, no distingo bien su cara por la oscuridad de donde estamos, pero creo que tiene cabello castaño.

-- Bueno – contesto y resignado entro con ella.

 

Su casa es bien bonita, huele a chocolate, a diferencia de lo que hay afuera, adentro es un lugar muy cálido. Se ve que todo está en orden y limpio. Los sillones de su sala se ven muy esponjosos y cómodos.

 

-- Siéntate por favor – me dice y la obedezco, en verdad los sillones están muy cómodos - ¿quieres un poco de chocolate caliente? – La miro con cierto recelo – Tiene malvaviscos – me convenció, asiento y ella me sonríe. Luego de unos minutos regresa – ¿Y puedo saber qué hace un niño como tú a estas horas solo y en la calle? – me pregunta con amabilidad.

Justo en ese instante lo recordaba, había salido a buscar a papá.

-- Yo…– agacho la mirada, frente a los sillones tiene una mesa pequeña, en ella puso una taza de chocolate con pequeños malvaviscos de colores derretidos en la superficie.

-- ¿Estás triste, verdad? – No puedo contestar porque tengo ganas de llorar – No te preocupes tanto, verás que todo está bien, no hay nada que una taza de chocolate caliente no pueda solucionar – la miro, mis ojos los siento llenos de lágrimas.

-- No quiero que se separen – no sé por qué, pero siento confianza de decirle esas palabras.

-- ¿Quiénes se van a separar? – pregunta mirándome con sus ojos color azul, ahora sí los puedo distinguir gracias a la luz.

-- Mi papás – dejo salir mis lágrimas, tengo miedo de que se separen.

-- No llores pequeño. No me gusta ver a los niños llorar – me acaricia mi cabello.

-- No soy un niño, tengo quince años.

-- Discúlpame, no lo sabía – me sigue acariciando el cabello - ¿Sabes algo? – La volteo a ver – Dicen que si pides tu más grande deseo con todo el corazón, éste se te concede.

-- Yo quiero que se amen como antes, como antes de que yo naciera, quisiera que recuperaran el amor desde el principio. Que se quieran como siempre.

-- ¿Y lo deseas con todo tu corazón?

-- Sí señora, lo deseo con todo mi corazón – gimoteé un poco.

-- Bien – sonrió de nueva cuenta – Toma tu chocolate porque se va a enfriar, no olvides soplar antes porque está un poco caliente.

-- Sí – tomé el asa del recipiente y con cuidado lo acerqué a mi boca, le soplé un par de veces antes de beber un poco.

 

 

 

No sabría cómo describir lo que sentí, más que calor o sabor, mi cuerpo se sintió extraño, una sensación que nunca había sentido, como si estuviera mareado. Cerré los ojos fuertemente para ver si podía dejar de sentirme así. A lo lejos podía escuchar a aquella señora diciendo algo que no podía distinguir. Respiré muy rápido, de repente todo se calmó, abrí los ojos lentamente, pero mi sorpresa fue gigantesca, no había casa, ni sillones cómodos, ni chocolate, estaba en la calle, una calle que no conocía, había un sol radiante, coches raros y gente con peinados y ropa igual de extraña. Miré a todos lados, al parecer estaba en el jardín de un lugar, me miré y estaba vestido tal como salí de casa, solo que me encontraba por completo seco.

 

-- ¿Dónde estoy? – me pregunté con cierto temor. Miré a todos lados, por fin pude distinguir un lugar, era una escuela donde estaba, mi escuela, solo que bastante distinta a la que conozco, esta no tiene el edificio adjunto ni tampoco el domo en el patio, tampoco veo los salones del cuarto piso porque ni siquiera hay tercero.

 

-- ¡Los animales y las plantas también merecen vivir! ¡Cuidemos el ambiente! – un chico parado sobre una banca que no recuerdo que estuviera ahí comienza a gritar - ¡Cuidemos a la madre naturaleza! – junto a él otros chicos reparten papeles - ¡Gran junta de concientización en el auditorio el próximo viernes! – una chica de las que reparten esas cosas se me acerca.

-- Que ropa tan rara – me dice y me entrega una hoja. La miro sin entender lo que pasa y leo el papel: Junta Informativa viernes 9 de octubre de 1992.

-- ¡¿Mi novecientos noventa y dos?! – me pregunto escandalizado. Miro al frente sin saber qué ocurre – ¿Dónde estoy?

 

-- ¿Ya viste Noé? Ese loco del ambiente ya está con sus cosas de hippie – alguien dice un nombre que conozco perfectamente, Noé es el nombre de mi pá.

-- Sí, ese mugroso hippie ya anda con sus locuras, nadie mata al ambiente, ¡Qué tontería! – en este mundo debe haber miles de hombres llamados Noé, pero estoy con la boca abierta porque este Noé que miro es nada más ni nada menos que mi pá… ¡Mi pá demasiado joven!

 

-- Ustedes dos burguesitos cállense, lo que Ramin dice es cierto, estamos acabando con el planeta – la chica que me entregó la hoja ahora discute con mi pá joven y el otro que lo acompaña.

-- Pues antes de andar salvando al mundo, tú y ese hippie de Ramiro deberían bañarse, vámonos Carlos – sin decir más y sin siquiera verme, mi pá y su amigo se van, pero eso es lo de menos, ¿Ramiro? Comienzo a caminar rumbo al chico que habla sobre cuidar el medio. Mi sorpresa se incrementa… ese chico joven, ese que se viste raro… ¡Es mi papá!

 

No tengo idea de cómo estoy aquí, ni cómo llegué y lo que es peor de todo: ¡Mis papás no se quieren! ¡Creo que ni siquiera se conocen!

 

 

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¡Gracias por tu lectura!

 

Disponible en Wattpad

 

https://www.wattpad.com/478805415-enamorando-a-mis-pap%C3%A1s-cap%C3%ADtulo-1


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).