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El Alfa más Inútil (Omegaverse) por Antonyanchan

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Notas del fanfic:

Hola :3

Esta es una especie de critica a los clichés, estereotipos y la sociedad que se puede ver en el género omegaverse. 

Se lo dedicó a mi querida Ailyn, quién me metió en este género. 

Notas del capitulo:

¡Hola!

Empezamos la historia de Arley y Zayne. Ojala sea del agrado de ustedes, y además puedan dejar algún comentario.

Sin nada más que agregar, espero que disfruten del capitulo. 

— ¿Qué hago con mi vida? —se preguntó Arley mirando su reflejo en el espejo. Toda su vida se preparó para ser alguien diferente a quién era ahora mismo.

Su madre Elea era una mujer omega, y su padre Marlon un beta. Arley era su único hijo, del cual se esperaba que fuera del mismo gen de quién le dio a luz pero la pubertad quiso otra cosa.

Arley fácilmente superó a los trece la estatura común de los omega, además que el cambio de voz lo atacó de manera muy potente. Todo su ser se llenó de pelos, especialmente en su entrepierna y en su rostro. La lógica decía que sería un beta, pero a los diecisiete años, su destino fue decidido. Aquel primer celo demostró que Arley no era un beta, ni un omega, sino que era un alfa completamente.

Fue ahí cuando su tío Wyatt O'Sullivan se lo llevó a vivir con él. El hermano mayor de Elea no había visto ninguna vez a Arley, sin embargo, la desesperación de que su negocio cayera en ruinas por la falta de un hijo alfa, fue suficiente para que tomara la custodia de su sobrino. Y por supuesto, las leyes dieron prioridad al deseo de la punta de la pirámide social.

Arley perdió su apellido para heredar el de su madre y de su tío, además que comenzar a vivir en la ciudad de St. Huntur. Ya habían pasado tres años, y Wyatt no podía aguantar a su heredero tan inútil, pero no le quedaba otra para la maldición de su vida. Sus cinco hijos eran tres betas y dos omegas, ¿acaso hizo algo malo en su anterior vida para merecer algo así?

Y ahí estaba Arley de veinte años frente a un espejo. Alto, ya superando los dos metros. Con cuerpo fuerte y músculos marcados. Cabello negro algo largo, y un poco de barba en su perilla. Usando un traje formal porque conocería a alguien importante ese día.

—Te he conseguido un prometido —comentó Wyatt tres días atrás en mitad del almuerzo.

Arley se le cayó el vaso de jugo sabor naranja sobre el suelo, y Maurice, una de los esposos de Wyatt salió corriendo en busca de un paño.

—Es mi sobrino —comentó Dyer, mientras limpiaba la boca de su hijo Teran, él cual no pudo evitar gritar un “mamá”, pero esto poco le importó al rubio. — ¿Te he hablado de mi familia?

—No… —contestó Arley confundido.

—Yo vengo de la familia Gagnon. Descendientes de la familia real de Inglaterra.

—Mejor dicho bastardos —comentó Mae, la única esposa femenina de Wyatt en torno burlesco. Haciendo enojar a su competencia por el favoritismo del hombre de la casa. Wyatt dio un golpe en la mesa, haciendo a los dos omegas callarse.

—Es un omega de buen linaje. Soy conocido de su padre, quién está orgullosa de su buena crianza y de su belleza excepcional. —comentó el alfa mientras cortaba la carne de su propio plato. —Arley ¿entiendes que es imposible que puedas encontrar mejor pareja? Como alfa eres fatal, pero tengo la esperanza que con un buen omega que te abra sus piernas maduraras de inmediato.

Arley simplemente quedó callado. El día que se fue a vivir con su tío, su madre le advirtió que era una persona sumamente codiciosa de fama, poder y dinero, además que era probable que intenté enseñarle aquel estilo de vida. Por eso mismo, el joven se había mantenido a la defensiva, pero eso sirvió de poco.

Suspiró y decidió dejar de mirar al espejo. Salió de su habitación, para dirigirse al living, donde su tío le esperaba mientras hablaba con alguien desconocido. Era un joven rubio de cabellos ondulados y largos, piel blanca perfecta y delicada. Ojos de colores diferentes, siendo uno verde y el otro azul. Sus rasgos afeminados y aroma daban a entender que se trataba de un omega a pesar de su altura, sin embargo, le faltaba mucho para alcanzar a Arley o a su tío Wyatt.

—Ah, Arley. Él es Zayne Gagnon, tiene tu misma edad. —comentó Wyatt, mientras su sobrino se sentaba a su lado. —Zayne, él es mi sobrino que te mencione.

—Soy Arley Thomp-, es decir Arley O'Sullivan… —dijo el joven alfa, quién no se había acostumbrado al hecho de tener que usar el apellido de su madre y tío aún.

— ¿Qué tan idiota hay que ser para que no te sepas tu apellido? —preguntó Zayne en un tono irónico mientras jugaba con su largo cabello dorado, sin mirar a Arley a los ojos.

—Es momento de retirarme —dijo Wyatt parándose del sillón. Antes de salir de la habitación, le dedicó una mirada intimidante a su sobrino, como advirtiéndole que no cometa ninguna estupidez.

Hubo minutos de silencio, hasta que el joven omega abrió la boca. — ¿Me puedo ir? —preguntó al moreno, demostrando el poco interés en el asunto.

— ¿No deberíamos hablar un poco más? —preguntó Arley nervioso. Sentía que lo había jodido.

— ¿De qué quieres hablar? —cuestionó Zayne a punto de irse de la habitación.

—Bueno… pero deberías sentart-… —y antes de terminar la frase, Arley se tropezó, y su rostro se hundió en el suelo fuertemente. Quejándose del dolor, intentó levantarse quedando sentado en el piso, notando que todo comenzaba a verse distorsionado desde su ojo derecho. —Ay no. Uno de mis contactos se cayó…

Zayne pegó un suspiro —Eres el alfa más inútil que he conocido —comentó el hombre omega mientras se acercaba al moreno, para ayudarlo, pero de repente un sonido extraño interrumpió su caminar.  Levantó el pie, para notar un lente de contacto roto que había pisado. — ¿Eso es tuyo?

Con el ojo izquierdo, ya que el derecho estaba completamente ciego, Arley vio el contacto que le faltaba irreparable en el suelo. —Sí, es mío.

— ¿Tienes problemas a la vista?

—Sí, tengo astigmatismo.

—Me voy —dijo Zayne, dirigiéndose a la salida nuevamente. Mientras que Arley apenas pudo pegar un suspiro, y tuvo que dejar que el omega se fuera.

Como pudo, Arley subió la escalera y se dirigió a su cuarto. Se quitó el contacto del ojo izquierdo, y se colocó el par de gafas metálicas que le permitirían tener buena visión. Se miró al espejo nuevamente, y vio su mejilla algo roja por el fuerte golpe que hizo a tropezarse. El omega tenía razón, era un alfa inútil.

Se dirigió al piso de abajo, todo aquel problema había abierto su apetito, por lo que su destino era la cocina, pero hubo algo que llamó su atención. Desde el comedor, se escuchaba algo que quizás se podría llamar discusión.

— ¡Mamá! ¡No quiero quedarme! —gritó una voz parecida al omega que Arley había conocido hace unos momentos, sin embargo, el tono no era tan frio, más bien parecía la entonación de un niño haciendo una rabieta.

—Solo será un rato, tu padre y yo sentimos que tienes que conocer más a Arley. Solo estarás aquí tres meses. —comentó una voz masculina pero bastante delicada, intentando calmar a la persona que gritaba, pero esta siguió haciendo berrinches.

Pidiendo permiso, Arley abrió la puerta del comedor para encontrar a dos personas desconocidas sentadas, junto a Dyer y su tío Wyatt. La primera era una mujer hermosa, alta y con curvas seductoras. Era rubia de pelo largo hasta sus caderas, y de unos ojos azules dominantes que dejaba en claro su status de alfa. Al lado suyo, había un hombre más bajo que ella, con rasgos delicados, también rubio pero poseyente de heterocromía, teniendo un ojo azul y el otro ámbar. El último mencionado, estaba siendo abrazado con Zayne, quién inflaba sus mejillas de forma infantil.

—Ah, ¿tú eres Arley? Eres bastante guapo —comentó la mujer mientras acomodaba su cabello tras de su oreja. —Me llamo Dreena Gagnon, y él es mi pareja, Fortino. —sonrió mientras señalaba al hombre que Zayne abrazaba.

—Ah, mucho gusto señora Dreena, señor Fortino… —comentó Arley confundido. Si aquella mujer tenía características de alfa, ¿significaba que aquel hombre era un omega?

— ¡Papá! ¡Vámonos ya! —gritó Zayne, mientras soltaba al hombre y se dirigía a la mujer.

—Supongo que ya va siendo hora —comentó Dreena —Aunque tú te quedas, Zayne.

— ¡No quiero! ¡Quiero irme a casa! —siguió insistiendo el joven omega. Su padre simplemente se puso de pie.

—Vámonos Forti —dijo la mujer a su pareja, quién también comenzó a pararse.

—Lamentamos la molestias que puede causar Zayne, lo hemos mimado demasiado… —comentó Fortino algo avergonzado.

—No, no se preocupen por ello. Cuidare a Zayne como si fuera hijo mío —dijo Wyatt, mientras estrechaba la mano con Dreena.

Zayne siguió con sus rabietas, pero fue ignorado por sus padres que se despidieron de él. Dreena sonreía segura de que hacía lo correcto, a diferencia de Fortino, el cual se veía bastante preocupado de la situación.

Wyatt se acercó a su sobrino y susurró en su oído: —Zayne vivirá con nosotros durante tres meses, asegurate de dejarle una marca antes de que el tiempo se acabe.

Después de oír aquello, Arley dirigió su mirada a Zayne, quien de inmediato sacó la lengua de forma infantil.

Arley veía inútil lo que su tío había pedido, después de todo, él era el más inútil de todos los alfas.

Notas finales:

Arley es una cosita llena de amor, me encanta <3

Ojala hayan disfrutado del capitulo, y gracias por leer. 


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