Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I wish to see you again por KaruraTakashima

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Escribo esto estando enferma, así que mejor aprovecho antes de arrepentirme (?)

Aclaraciones:

Este one-shot en cuestión nació después de ver un pequeño reto de la página "Es de fanfics" en la que escribieramos una escena de nuestra OTP en determinado lugar. y bueno, después de una hora batallando escribí algo, ligeramente diferente a lo que tengo aquí escrito, pero en esencia, sigue siendo lo mismo.

Gracias a ciertas personitas, me motivaron a reescribirlo y subirlo, y aunque se que no es perfecto, me quedo conforme con lo que tengo, puede que le cambie algunas cosas, no lo sé, yo soy muy así, pero por ahora, espero puedan gustarle, ya que esta es una de mis OTP's favoritas.

De antemano, gracias por leer.

También pueden encontrar la historia en wattpad

Notas del capitulo:

Quiero aclarar un par de cosas, este one-shot en cuestión esta ambientado en un universo paralelo, pero trate de mantener lo más que pude las personalidades de ambos, aunque soy un asco en eso a veces (?) espero haberlo logrado.

Y bien, los dejo leer, más notas, abajo. ¡Nos vemos en las notas finales!

La lluvia había parado, así que ambos decidimos salir de nuestro escondite y caminar en dirección hacia el parque, después de todo, su casa quedaba justo al otro lado del lugar, acortaríamos el camino que hay al rodearlo y ambos aprovecharíamos para refugiarnos del frío que todavía estaba presente en el ambiente. Ninguno se había salvado de mojarse y si no nos dábamos prisa, pillaríamos un resfriado o algo, y  era lo último que necesitábamos durante este duro tiempo.

—Vamos, no nos queda mucho —decía mientras apresuraba el paso por el lodoso camino que se había vuelto gracias a la intensidad de la lluvia que cayó horas antes, era increíble como en una hora había dejado todo el lugar fangoso, como si hubiera llovido toda la noche— ¡Tatsuya apresúrate!

Pero al no escucharlo, me gire para buscarle, encontrando que no estaba detrás de mí, es más, estaba a varios metros de donde me encontraba, precisamente, cerca del área de juegos que estaba en el centro del parque. Estaba de espaldas, así que no podía ver su expresión, pero lo veía quieto justo frente a los columpios que ahora se encontraban mojados y goteando, el chirrido de las cadenas resonaba en el silencio existente en el lugar, una pequeña ráfaga de viento ayudo a mover más los columpios, pero también me dio de lleno e hizo que recordará que me encontraba empapado hasta la ropa interior y que si no me apresuraba, me enfermaría.

—¡Tatsu! —Grite nuevamente, acercándome a pasos rápidos y algo torpes hacia donde estaba, pues no parecía prestar atención a mis llamados—. ¡Tatsuya! —Apenas estuve cerca, palmee su hombro y lo zarandee un poco, lo que finalmente pareció hacerlo reaccionar con un sobresalto de su parte—. Hombre, vámonos de acá o nos va a pillar un resfrío.

—Lo siento —se apresuro en disculparse, frotándose los brazos con ímpetu, lo había olvidado, el me había dado su suéter para protegerme del frío, si yo tiritaba, él seguramente estaría peor— lo siento, solo...

—¿Solo qué?

—Solo me quede pensando —no comente nada, en este último tiempo parecía tan ensimismado como suele ser Kei muchas veces— recordé algunas cosas, eso es todo —se giro nuevamente hacia los columpios húmedos— este parque fue parte de mi infancia alguna vez, llegaba con mi hermano incluso si estaba a reventar, nos divertíamos cuando salía de mi escuela, y llegábamos antes de que mi padre se diera cuenta, incluso cuando eran días lluviosos, no nos deteníamos —una sonrisa afloraba en sus labios, mientras se acercaba paso a paso hasta uno de los columpios— dejé de hacerlo cuando entro a un grado superior, pero eso no impidió que viniera algunas veces cuando llovía, como hoy, aunque deje de hacerlo cuando note que no era lo mismo.

Pronto, y pese a estar mojados, se sentó en el asiento de uno de estos y se sujeto de las cadenas de este, pero no se balanceo como pensé que haría, sino permaneció quieto, mirando hacia el charco mojado bajo sus pies; su cabello todavía goteaba un poco, y pese a que seguía tiritando, no parecía tener prisa. Me le quede mirando, sin que este se percatará de ello, normalmente era el de los dos que permanecía callado y sin hacer ningún comentario, pero desde los meses en que su hermano esta hospitalizado y desde lo ocurrido con aquella chica, ya no parecía el mismo que conocía, si bien, no tiene problemas en expresarse, en este último tiempo, sentía que veía a otra persona a la que creí conocer estos años, aun cuando me dijo que no me preocupará por como podía lucir.

Me dolía mucho verlo así.

—¿Qué haces? —Pregunto cuando vio que tomaba lugar al lado de él en el otro columpio—. No importa —se apresuro en decir— deberíamos irnos, nos vamos a enfermar.

—Quedémonos —repuse, Tatsuya me miro asombrado— no tengo frío —mentí, todavía  sentía mis músculos engarrotados, pero no quería irme tan rápidamente, no en aquellos momentos— además, tu empezaste, y me entraron ganas también.

—¿Eh? ¿Qué quieres decir con...? ¡Shoya! —Exclamo cuando me vio balancearme en aquel columpio, pese a que significaba mojarme los pies y enlodarme, no me detuve—. ¿Se puede saber que haces?

—Lo obvio, so tonto. ¿Qué más puedo hacer en un columpio?

—Pero, pero...

—¡Empújame! —Exclame en voz alta mientras seguía impulsándome frente a su mirada atónita—. ¡Tatsuya vamos! ¡Quiero llegar más alto!

—Pero, Shoya...

—¡Vamos! —Me reí, tratando de aparentar divertirme, aunque en realidad, me reía al pensar en la imagen infantil que daba, si bien, Tatsuya era el más infantil de los dos—.

Después de unos minutos, Tatsuya pareció acceder y acabo por posicionarse detrás de mi, no podía verlo y solo sentía sus manos empujándome y dándome impulso, haciéndome llegar más alto de lo que podía si lo hacía  yo mismo. Seguía riéndome, pese a que cada impulso hacía que llegará tan arriba que mis pies no pudiera tocar el lodo y me entraba miedo de caerme, pero no me detuve, quería escucharlo reír nuevamente, verlo sonreír o algo que me indicará que todavía estuviera ahí, incluso si eso conllevará a hacer el ridículo y comportarme como un niño, todo con tal de verlo feliz nuevamente. Y pareciera que funciono, pues escuche su risotada además de una exclamación divertida suya cuando al detenerme, pise demasiado fuerte y salpique de lodo, manchándome y probablemente manchándolo a él. Y escucharlo hizo que recordará aquellos días en los que él y yo solíamos pasar juntos en las tardes, él haciéndome reír con sus tonterías y aventuras o hablando de cualquier tema que sabía y que él desconocía, mostrándome sus típicos gestos de asombro o de no haber pillado lo que le decía, y de nuevo su risa cuando me enojada y tenía que tomar todo desde un comienzo hasta que entendiera y pudiéramos tener una conversación normal.

Cuando cambiamos lugares, me dio la impresión de ver a un niño pequeño divirtiéndose como si fuera el mejor juego en su vida, pues a diferencia mía, sus risas parecían más naturales, sus movimientos menos rígidos que los míos y aunque me dolieran los brazos de tanto empujarlo, no me detuve. Era como volver a aquellos días iluminados cuando éramos todavía adolescentes que todavía no sabía que hacer con su futuro y solo buscaban divertirse. Una imagen de una fotografía suya de pequeño junto a su hermano que me mostró la primera vez que fui a su hogar me hizo divagar e imaginarme a aquel chico  de niño y a su hermano en las mismas condiciones en las que estamos, con frío, tiritando y sin embargo, divirtiéndonos como si no fuera a suceder nada después.

Me hubiese encantado que permaneciera así.

Porque de un momento a otro, me pidió detenerme, y pese a que dije que no lo haría, aunque era lo que quería, insistió tanto hasta que finalmente sus pies chocaron contra el charco de lodo, mojándose nuevamente y llenándose de más barro cuando me había negado. Me quite de ese lugar rápidamente y rodee el columpio hasta quedar frente a él para ayudarle, pero al tenderle una mano, la rechazo con un gesto, volviendo a quedar como lo había hecho antes de que empezará con mi juego, mirando hacia el charco que había bajo sus pies. Su cabello, al estar más seco y desordenado, servía como un velo que cubría su expresión, pero me basto con ver el resto de sus signos corporales, para darme cuenta que aquel intento de animarlo, no había servido.

—Vamos, tienes que cambiarte —dijo tras unos segundos en silencio en los que se levantaba del columpio y se apartaba de este hasta el camino que habíamos tomado desde el comienzo. Volvía a tener el gesto inexpresivo que me había visto a ver desde hace meses y que había mantenido antes de aquel momento, como si nunca hubiese existido.

—Sí.

Lo seguí sin decir nada más, a un paso algo más lento que el suyo, manteniendo una cierta distancia tal y como había sido este último tiempo cuando me encontraba con él; siempre apartados por una muralla que él mismo había creado desde aquel momento que su vida cambio para mal, aislándose de todo y de todos. 

Y en ese momento sentí aquella estúpida sensación de soledad y desesperación que se había formado desde aquel momento, haciéndome sentir un nudo en la garganta e impidiéndome hablar sin que mi voz se muestre quebradiza. Sin poder decirle algo que le animará, sin atreverme.

Pero.

—Shoya.

Me detuve al escucharlo llamarme y me sorprendí, había estado mirando al suelo todo este rato, por lo que no me había dado cuenta que ya estábamos frente a su casa, él ya tenía una mano en el pomo de la puerta, dándome la espalda, mientras que yo estaba a tan solo un metro de distancia detrás de él, es curioso como el tiempo vuela cuando estás tan enfrascado en ti mismo y como no estás al pendiente de tus acciones.

—Dime —dije en voz baja, en ese momento solo medio giro su cabeza para verme.

—Gracias.

Lo miré y una pequeña sonrisa afloro sus labios, seguramente por ver mi expresión que debió haberle parecido divertida. Fue solo un instante, pero fue incluso mejor que el chocolate caliente que me dio y la ropa seca que me presto para entrar en calor cuando estábamos en la sala. Y aun cuando no había motivo alguno, en ningún momento pude ocultar la tonta sonrisa que se había formado en mis labios.

Tal vez, al final haya funcionado.

 

Notas finales:

Y aquí acabamos, siento que este one-shot dejará algunas cosas en dudas, como que qué le pasa a Tat-chan o que sucedió momentos antes de que les cayera la lluvia, pero es todo lo que logre escribir. Tal vez en un futuro pueda redactar algo basado en este one-shot, no lo sé, pero espero que les haya sido de su agrado. Comentarios, sugerencias a mejorar o algo son bien recibidos.


¡Nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).