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Situaciones inesperadas por Akuma Arihel

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Capítulo 1:

 

No podía comprender como habíamos llegado a esta situación…

-          Oye Light, ¿qué estás haciendo?

-          Pues, nada, solo estaba investigando un poco para avanzar en el caso contra…

-          Vamos a ver qué es lo que tenemos aquí…

-          No, Ryuzaki, eso no es…

El detective se había sentado sobre él, en su peculiar posición de siempre, empujándole la cara con la mano y haciéndole perder el equilibrio en la silla

-          … De tu incumbencia. Sabes que no me gusta que metas las narices en mis anotaciones - Terminó de decir Light con mano de Ryuzaki sobre su cara.

-          Pero Light, piénsalo, ¿y si resultase que en verdad eres Kira  y estas investigando formas de encontrar mi verdadero nombre, y de ese modo, matarme…?

-          Ya te dije mil y una vez que yo no soy Kira.

-          Ya, pero como sospechoso te recuerdo que estas en constante vigilancia.

Ryuzaki alzó la muñeca para recordarle nuevamente las esposas que unían a ambos, dejando a su compañero con expresión de desagrado.

-          Oh vamos Ryuzaki, quítate ya de encima, con tantos dulces y pasteles aunque estés en los huesos pesas.

Aunque Light dijera eso con el rostro sonriente, se podía notar el enfado en su tono de voz.

-          Deja de quejarte Light, eres más infantil que Matsuda.

-          Ryuzaki, dejemos esto ya y vayamos a descansar, estoy agotado y necesito dormir un par de horas.

-          Bueno, supongo que un poco de descanso no nos vendrá mal a ninguno.

Sin más dilación, se dirigieron a la habitación, era un cuarto amplio con una cama de matrimonio enorme, ya que la cadena no daba la opción a más. El detective soltó la cadena que aprisionaba la muñeca de Light, el cual se dirigió al servicio de la misma habitación para cambiarse y al volver le puso la cadena de nuevo, como cada noche, se metieron en sus respectivos lados de la cama y miraron el techo hasta que se quedaron dormidos.

A las 6:30 AM Ryuzaki ya se había levantado y estaba sentado de su peculiar forma de siempre sobre la enorme cama matrimonial con el dedo posado el labio, mirando de reojo al castaño hasta que no aguantó el estar parado.

-          Oye Yagami, ¿estas despierto?

-          ¿Hmmmmm?, no…- Respondió molesto por haber sido despertado, se removió entre las sabanas y se dio la vuelta intentando ignorarlo.

-          Idiota, si me contestas es evidente que si lo estas…

“Este chico esta tan exhausto que ni siquiera piensa las cosas antes de hablar”

Pensó, cuando se quiso dar cuenta se estaba acercando al castaño, dando le un suave beso en la frente.

-          ¡¿Q-Que haces?!

-          Ayudarte a dormir…

-          ¡¿Besándome la frente?!

-          No sé, me pareció lo más oportuno, ¿te ha molestado?

-          Yo…hmmm…no….c-creo que no

“¿Por qué narices estoy temblando y tartamudeando? ¿Se puede saber que narices me pasa?”

-          Light… ¡LIGHT! ¡¡¡Te estoy hablando!!!

-          ¿EH?, ¿que?...

-          Te he preguntado que si me acompañas a la cocina, se me acabaron los pasteles y estoy empezando a ponerme nervioso, me va a dar un bajón de azúcar.

-          OH, sí, claro…Vamos…

Ya completamente desvelado, le dedico una sonrisa, que extrañamente para él, no era fingida.

Mientras se dirigían a la cocina por el estrecho pasillo, el castaño seguía ensimismado en sus pensamientos

-          “Esto es muy extraño, ¿por qué cuando me besó la frente me puse tan nervioso?” No tiene sentido…

-          ¿Dijiste algo?

-          No, nada, solo hablaba solo.

-          ¿Tienes hambre?

-          Un poco…

-          Toma… –Al oír al azabache se dio la vuelta para ver que le iba a ofrecer.

-          El qu… – Ryuzaki había metido un trozo de pastel en su boca tan rápido como la abrió para hablar, sin dejarle terminar la frase.

-          ¿Está bueno? – Preguntó mirándolo con curiosidad.

-          S-si…

Sonrojado por la sorpresa y con la boca llena de tarta de fresa, un trozo de nata se cayó depositándose en su cuello, en lo que en un rápido movimiento el detective se abalanzo sobre él y lamió la nata de su cuello, haciendo que un escalofrió que lo recorriese de pies a cabeza y un gemido sin quererlo escapase de su boca.

-          ¿Light, estas bien?, te has quedado mudo… – Se sonrojó ligeramente, aunque él mismo no comprendiera el motivo. – ¡¡Light!!

-          ¿Eh? ¿Que? ¿Como?

-          Que hoy  estas en las nubes.

-          ¿Se puede saber por qué me has lamido el cuello?

-          ¿Tú me escuchas cuando te hablo?  Te he dicho que tenías nata en el cuello.


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