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PEQUEÑO GRAN REVES por Liss83

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Notas del capitulo:

Volvi. Aqui demostrare cuanto quiero a Cattherine

 
La misión era simple. Ir a Puerto Rico, entrevistarse con el comandante de la base que estaba al mando y ponerse a sus órdenes para la cumbre que se llevaría a cabo en la isla. Lo habían convocado por su conocimiento antiterrorista. Serian solo un par de días y volvería a la libertad que sentía sobre la cubierta de un barco. Durante el viaje había vuelto a sus ex compañeros y había sido entretenido verlos emborracharse a mas no poder mientras escuchaba lo emocionante que había sido para ellos pasar esos años en altamar, y atracando cada cuanto en un puerto distinto por un par de días, sin tiempo para conocer realmente algo o a alguien, pero el suficiente para tener una aventura con un o una lugareña. Él solo bebía de su cerveza y sonreía. Había pasado demasiado tiempo en tierra como para no extrañar esas bromas  y camaradería tan propia del cuerpo de la marina. Pero él tenía como compensar todo aquello. “Dios escribe derechos en líneas torcidas” le había dicho su padre hace tiempo y cuánta razón tenía
 
 
 
- ¿Feliz de volver, teniente? – dijo una mujer a su lado haciéndolo volver en si
- Extrañaba esto – dijo Steve sonriendo
- Entonces vuelve – le dijo ella acercándose lentamente
- Hawaii tiene su encanto – sonrió el castaño –, pequeños encantos
- No dudo que las playas sean hermosas – dijo Catherine –, pero el altamar es único
- Coincido contigo – dijo Steve bebiendo de su cerveza 
 
 
 
La teniente Catherine Rollins era una mujer extremadamente hermosa que cuando quería algo iba por ello hasta obtenerlo y no se detenía ante nada ni ante nadie. Steve la había conocido a hacia un par de años y por un tiempo habían salido, hasta que a ella le asignaron una misión en Afganistán y él había decidido volver a casa. Días antes de aceptar, Steve le había pedido matrimonio pero como ella sería la comandante de la siguiente misión, Rollins declino la propuesta y se marchó sin mirar atrás. Steve le había enviado cartas durante meses pero ella simplemente las archivo sin abrirla. Se negaba a tirarlas por el hecho de quien era el remitente. Sonreía al saber que el alfa más deseado de Hawaii besaba el suelo que ella pisaba y que en el momento que ella sonara los dedos el volvería a su lado, aunque no entendía como siendo un hombre de recursos no había intentado localizarla. Bueno no era momento para eso, ahora la vida los había colocado nuevamente frente a frente y no iba a desperdiciar más tiempo. 
 
 
 
- Nosotros nacimos para estar en altamar – dijo Catherine acariciándole el tatuaje que llevaba en el brazo derecho mientras acercaba su rostro al de su colega, pero en ese momento su teléfono sonó
- Disculpa tengo que contestar – dijo Steve poniéndose de pie y alejándose. 
 
 
 
Catherine suspiro y aprovecho para ir al tocador, esa noche muchas cosas cambiarían, ella recuperaría a ese alfa y seria la envidia de todos. No era un secreto para nadie los resultados que habían arrojado  los exámenes de Steve cuando se había postulado para entrar a la fuerza, alfa clase cuatro. McGarrett era de los pocos en el mundo que decidía quien y cuando tendría sus hijos, y ahora ella estaba dispuesta a darle todos los que él quisiera, después de todo era la única Omega en ese lado del hemisferio clase cuatro, lo que significaba que podía tener en un solo parto hasta cuatro niños sin riesgo en ningún momento y estar como si nada una semana después del parto. Eran la pareja perfecta. Cuando volvió a la mesa se sentó junto a Steve y “accidentalmente” rozo su pierna
 
 
 
- Dime que por lo menos te quedaras un par de  días – dijo el oficial Matthew  con una botella en mano una vez Steve colgó
- Mi vuelo sale mañana a las seis de la mañana – dijo este – y antes que se te ocurra sugerirlo, la repuesta es no. Y sabes porqué
- Al menos invítanos un par de días a tu paraíso – dijo Jones sonriendo
- Cuando quieran – dijo Steve con una carcajada
- ¡Chicos – grito Jones –, dijo cuando quieran!
- ¡Entonces está decidido – grito Miller – nos vamos mañana a Hawaii, cortesía McGarrett!
- Uohhh – dijo Steve sorprendido escupiendo su trago – ¿Cómo que mañana, sargento Miller?
- Conseguimos un avión privado que nos llevara a todos – dijo Wilson – y sale dentro de dos horas, así que señores, ¡alistarse!
- ¡Señor, si, señor! – gritaron todos al unísono y a Steve no le quedó otra alternativa que lanzar una carcajada en la que Catherine se le unió
 
 
 
Eran las dos de la mañana cuando salieron del hotel en que se alojaban rumbo al aeropuerto en un bus contratado también por sus amigos. ¡Esos trúhanes lo tenían todo planeado! Sonrió  mirándolos con afecto. Amaba su Ohana, pero los extrañaba también a ellos, y ahora tendría ambas cosas al mismo tiempo
 
 
 
- ¿Y qué? – dijo Catherine sentándose a su lado – ¿Vives lejos de donde nos alojaremos?
- No – dijo Steve con esa sonrisa arrebatadora que hacía años la había conquistado y nunca termino de entender porque dejo ir –, solo son un par de cuadras
- Es bueno saberlo – dijo con un tono suave acompañado de una sonrisa seductora
- Catherine, yo… – su celular sonó y Steve al ver quien era sonrió, pero era una sonrisa diferente, más cálida, más dulce, más feliz – hey, hola – dijo el Marín con ¿dulzura acaso? – ¿son horas para estar en pie? – volvió a sonreír – quiero que cuelgues y vuelvas a la cama. No son horas para estar despiert… – dijo Steve pero fue interrumpido del otro lado de la línea –  obedezca, grumete – otra vez volvió a escuchar y volvió a sonreír –, a la cama. Mira que si te descubren te vas a meter en problema y yo no te voy a poder salvar –, escuchó y sonrió –. Que descanses. – escuchó – hola – escuchó – yo también, pero ya estoy en camino – escuchó – ¿tanto así? – escuchó – tu voz esta extraña ¿Qué paso? – escuchó – no me mientas – escuchó – está bien. Te quiero – y colgó –. Disculpa. La familia
 
 
 
Catherine disimuladamente miro hacia la mano de Steve y no vio ninguna argolla matrimonial, sonrió recordando que Steve tenía una hermana, y seguramente a  estas altura  esta debería tener hijos, y como, obviamente, él no estaba casado, seguramente hablaba con su sobrino. Ya imaginaba como seria con sus hijos. Al subir al avión lo vio teclear un mensaje y sonreír. Steve se acomodó en su asiento y cerró los ojos. En un par de minutos estaría en casa. En su Ohana por fin. El sueño lo venció y Catherine aprovecho el espectáculo de ver a semejante Alfa dormir plácidamente. 
 
 
 
El sol ya está en lo alto cuando el avión aterrizo a Honolulu, Steve prácticamente corrió hacia la compuerta del avión y con tres trancos ya estaba en el suelo 
 
 
 
- Vaya anfitrión – dijo Miller bajando más lento – nos dejó tirados
- ¡Púdrete, Miller! – grito Steve riendo – es un día espectacular y no lo voy a desperdiciar viendo tu horrenda cara
- Sueñas conmigo – dijo el aludido – acéptalo
- Si lo hace en voz alta, dormirá en el sofá – dijo una voz risueña detrás suyo por lo que Catherine giro
- ¡Danno! – susurro Steve antes de lanzarse a abrazar al rubio de ojos azules que sonreía junto a una niña de unos diez años y besarlo desesperadamente
- ¡También te extrañe! – dijo este lanzando una carcajada
- ¡Papá! – dijo la niña minutos después cuando Steve la alzo – tienes que tener cuidado. El medico dijo que Danno debe cuidarse mucho
- ¡Grace! – regaño el rubio
- ¿Medico? – dijo Steve bajando a Grace – ¿Qué paso? ¿estás bien?
- No es nada – dijo Danny sonriendo cuando Steve le tomo el rostro de ambas mejillas –, animal, en casa te cuento
- ¡Va tener un bebé! – dijo Grace emocionada dejando a todos sorprendidos
- ¿Qué cosa? – dijo Steve sorprendido
- ¡Grace! – protesto el detective – ¡era una sorpresa!
- Ups, lo olvide – dijo la niña sonriendo
- ¿De verdad…? – susurro el comandante y Danny sonrió asintiendo – ¿estás seguro?
- Ayer fui a ver a Malia – dijo Danny – y me lo confirmo
- Pero… – dijo Steve fingiendo decepción –, yo… se supone que íbamos a practicar un tiempo
- Nada impide que sigamos haciéndolo – dijo Danny y los Marine lanzaron carcajadas estruendosas, a excepción de Catherine que solo miro hacia otro lado
- Te amo tanto – dijo Steve besándolo
- Por Dios, me va dar diabetes – dijo Jones
- Envidioso – dijo Danny apoyando su cabeza en el pecho de  su marido que lo abrazaba posesivamente
- Por supuesto – dijo Jones –, si Miller no me hubiese tirado ese refresco aquel día yo sería el que te esté abrazando. Todo es su culpa – dijo señalando al hombre que jugaba con Grace
- Mentira – protesto este – eras tú el que quería lanzárselo a Steve porque Wilson lo miraba demasiado
- Pero yo lo que miraba – dijo Wilson – era como Steve se babeaba por el rubio sexi aquí presente – y todos volvieron a reír
- ¡Hey! – dijo Steve – se mira pero no se toca
- Mezquino – gritaron al unísono los otros hombres y todos volvieron a reír
- Amor – dijo Steve sin soltar al rubio –, te presento a Katherine Rollins 
- Mucho gusto – dijo Danny estirando su mano mientras sonreía – Danniel McGarret. Dime solo Danny. Steve me ha hablado mucho de ti. 
- ¿Y qué te ha dicho? – dijo la mujer con arrogancia
- Que eres un buen soldado – dijo el rubio mientras Steve le besaba el cabello –, y muy  hermosa. Privilegiado tu alfa
- No tanto como yo – dijo Steve besándole el cuello a su pareja
- También te amo, bebe – dijo el rubio dándole un pequeño beso en los labios y los demás fingieron suspirar haciendo reír a Grace
- Tío Jones – dijo Grace – ¿me vas a enseñar a hacer la llave?
- Por supuesto, princesa – dijo este abrazándola
- ¿Por qué siempre tienen que enseñarles cosas de ninjas locos a mi niña? – protesto Danny
- ¡Señor, porque somos Marines, señor! – dijeron al unísono todos los hombres y tanto Grace como Danny se rieron
- Lindo reencuentro – dijo Catherine sonriendo de manera forzada
- En realidad es despedida – dijo Wilson – ¿no Steve?
- ¿De qué hablas? – dijo Danny sorprendido
- Si – dijo Catherine – yo también quiero saber
- Bueno, es que… – dijo Steve – hace un par de semana me llamo el gobernador y me ofreció, bueno – dijo mirando a Danny –, nos ofreció, a ti y a mí, un puesto en una unidad de elite que  está creando. El cinco cero. Tenemos que completar el equipo con dos agentes más y ya tengo en mente a quien
- ¿Y aceptaste? – dijo Danny sorprendido
- Si amor. Así pasaremos más tiempo juntos – dijo Steve – y ahora más con el bebé… en realidad pasaremos todo el tiempo juntos, ya que prácticamente no habrán mas misiones
- ¿Y la marina? – dijo Danny
- Que es mari… – protestaron todos
- No esperen – dijo Steve emocionado – ¡lo dijo bien! ¡dijo Marina! ¡dijiste Marina! – lo abraza – ¡Te amo!
- Cállate Neandertal – protesto Danny mientras los hombres volvían a reír
- Tu Neandertal – dijo Steve –, y pedí licencia indefinida. Aunque en realidad estoy planteándome retirarme. Ahora más que nunca quiero estar en casa
- Te amo – dijo Danny emocionado –, yo se lo importante que es… – pero Steve lo beso apasionadamente y todos silban entre carcajadas
- Nada, Danno – dijo Steve tomándole las mejillas – nada, es más importante para mí que tú y mis hijos. ¿Me entendiste? Nada, ni nadie – las lágrimas de Danny cayeron de la emoción – ay, no. Ya empezaron los cambios de  humor
- Cállate Neandertal insensible – protesto Danny sonrojado mientras todos volvían a lanzar carcajadas estruendosas
- Vamos a casa – dijo Steve
- Nosotros vamos a dejar las maletas al hotel – dijo Catherine 
- Nada de eso – dijo Danny limpiándose las lágrimas  - Steve me dijo que venían e hice los arreglos pertinentes para que se quedaran todos en casa
- ¿Nos es increíble mi piolín? – dijo Steve 
- ¿Piolín? – dijo Wilson sonriendo intrigado
- ¿Acaso no lo ves? – dijo Jones – enano y rubio – y todos lanzaron carcajadas mientras Danny se sonrojaba y la única mujer del grupo miraba hacia otro lado
 
 
 
Ubicaron a los cuatro hombres juntos en una habitación y a Catherine en la de al frente
 
 
 
- Muchas gracias Danny – dijo Jones – y lamentamos estar molestando en estos momentos
- Si hubiéramos sabido sobre el bebe… – dijo Wilson
- No digan eso. Me encanto que Steve los haya invitado – dijo Danny sonriendo – los extrañaba mucho
- Y nosotros a ustedes – dijo Miller 
- ¿Qué tipo de Omega eres, “piolín”? – pregunto la mujer
- Uno – dijo Danny frunciendo levemente el ceño. Solo Steve y él tenían derecho a ponerse apodos mutuamente
- ¡Uno! – dijo Catherine con una carcajada – ¿Cómo es que un Alfa como Steve termino con… alguien como tú? – dijo Catherine –. Claro, la decepción de que un omega clase cuatro como yo lo despreciara ¿no?
- ¡Catherine! – dijo uno de los betas, Jones
- ¡Respeta a Danny! – exigió Wilson
- Vamos – dijo la mujer – míralo es… débil. Todo mundo sabe que un omega de categoría tan baja solo puede parir tres hijos como máximo – mirando de pies a cabeza al rubio – si es que sobrevive al segundo parto ¿Te imaginas si te pasa algo en este?
- Katherine, basta - exigió Matthew
- Te recuerdo Rolling que estas en mi casa – dijo Danny intentando serenarse
- No, “Danny” – dijo Catherine sonriendo –, esta no es tu casa, esta es casa de Steve McGarrett y – bajo la voz – pronto yo seré su única Omega y pobre del que se interponga en mi camino
- Solo te olvidas de un pequeño detalle – dijo Danny – Steve me eligió a mi como su compañero en todos los sentidos
- Los  accidentes pasan – dijo Catherine 
- Estoy acostumbrado a sobrevivir a ellos a diario – dijo el rubio
- Papi – dijo Grace entrando –, mi papá te llama. Dice que te extraña y tú te escondes
- Claro monito – dijo Danny sonriendo –, vamos – y salió con su hija dejando el ambiente bastante cargado
 
Notas finales:

Opiniones? Nos vemos mañana. Besos


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