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Alcanzando la felicidad. por Akatsuki-san

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- Debiste verlos Sirius, esas serpientes morían de la rabia al vernos ganar la copa de Quiddicht. -

- Es cierto Padfoot, arrasaron con cada partido. -

- Y yo que pensé que sin mí no llegarán a ningún lado, ¿no Lily? -

La chica de cabello rojizo se había mantenido callada desde que llegaron a visitar a Sirius, no es como si no se sintiera cómoda, solo que gran amiga del chico Black no era, solo había asistido por parte de James.

- Ah, si... Bueno James es un gran capitán o al menos lo fue mientras asistimos a Hogwarts, así que ahora que entremos a la academia de Aurores planea ser líder de nuevo. -

- Que linda Prongs, tu novia te adora. -

- Cállate canuto.

Todos comenzaron a reírse debido a la infantil pelea de James y Sirius, realmente disfrutaban volver a verse, lástima que Peter no pudo asistir con ellos debido a asuntos familiares.
Pero ya habría otras ocasiones.

- ¿Y dónde está tú prometido? - Remus aún no sabía cómo llamar a Severus, no podía llamarlo por su nombre ya que no eran amigos, y su apellido pronto pasaría a ser Black, pero no era un Black todavía, era confuso para él.

- Te noto muy interesado en "MÍ" Severus, mi lunático amigo, ¿ Por qué?. -

- Que, no... Yo no... Bueno... No es que te quiera robar al novio, eso es desleal y dañaría el código de honor de los amigos, pero es imposible no... Tú sabes... Tú novio es... -

El pobre de Remus no sabía dónde ocultar su cara de la vergüenza, No creyó ser tan obvio, pero la verdad era inefable y no podía negarlo, Severus Snape pronto Black, era un chico delicadamente hermoso.

- Sexy, hermoso, perfecto, sensual, irresistible... Lo se amigo y me alegra ser yo quien lo tenga. -

- Pero Remus tiene razón, ¿ Dónde esta?. - A James también le picaba la curiosidad de saber dónde estaba el pequeño chiquillo, había escuchado pasos en el piso de arriba y luego silencio, pero Sirius no hizo ademán de extrañarse, así que ese debía de ser el chico.

- Le hemos incómodo con nuestra visita. -

- No exactamente, pero si tus amigos llegan y uno de ellos viene echando bengalas y otros explosivos a una casa donde está un bebé de tan sólo unos meses de nacido, es normal que el bebé llore y se despierte de mal humor, sobretodo si uno explota mero en la ventana de su habitación, el pequeño se despierta, así que Sev está con Campbell; tratando de dormirlo nuevamente, suele despertarse hasta las 12:30 del día,  pero no los digo por ti ni por Remus, ¿no es así Prongs?. -

- Dije que lo sentía. - Él chico de cabello alborotado recuerda como su gran hermano del alma quiso ahorcarlo tan solo al abrir la puerta de su casa, un fuerte llanto se escuchaba en la planta alta y presurosos pero delicados pasos  también, luego silencio total.

- Sev no ha de tardar en bajar. -

- No deberías estar con él tratando de calmar a su hijo. -

- Lo haría, pero Camp solo quiere a su mamá cuando está de malas, a mí me terminan ignorando y si ve que le robo la atención de Sev, llora más fuerte, así que el se encarga de los cambios de humor de nuestro pequeño hijo y yo de mal criarlo y consentirlo, de vez en cuando de algún berrinche, pero no siempre. -

- Ser padre de oye difícil, y más viniendo de la boca de un chico de 17 años. -

- Cállate Moony, cuando tengas los tuyos comprenderás que es lindo cuando estás con la persona indicada -

- Casi suenas responsable, y digo casi porque te conozco. -

- Imbéciles. -

Una nueva pelea comenzó entre los amigos y una Lily mira atentamente las grandes escaleras que se alzan sobre ella.

Sirius logra darse cuenta y voltea a asía donde mira.

- ¿ Evans, quieres ir con Sev?. -

- Que, no no no... Es solo curiosidad, no quiero decir eso, es más como... Yo no lo conozco y dudo que quiera dejar a su hijo en manos de alguien que no sabe de bebés. -

La pelirroja ponía mil y un pretextos para negar su deseo de pisar aquella habitación, pero solo causaba más gracia a Black mayor y que un James comenzará a imaginar su perfecta vida con muchos hijos y siendo Lily la madre de estos.

Unos paso pesados, firmes y delicados a su vez resonaron en toda la estancia, por la escalera principal y con aire elegante bajaba Severus Snape, lucía algo cansado, su cabello amarrado en coleta y con la camisa blanca desabrochada unos cuanto botones debajo de la clavícula, venía atento limpiando su pecho, que hasta hace unos momentos sirvió para darle de comer a su hijo, quien ahora dormía nuevamente.

- Amor, ya se durmió. - Sirius afirmaba más que preguntar, conocía perfectamente a su hijo, podría decirse que desde que estaba en el vientre de Sev ya sabía sus preferencias, como no hacerlo si pasaba cada momento que tuviese libre pegado al abdomen de su novio.-

- Si, le he dado de comer, pero no me a dejado levantarme hasta ahora. - Su hijo era un pequeño mañoso que no dejaría que su madre se fuera tan pronto de su lado, así que apenas sentía las intenciones de su madre por querer dejarlo en su cuna, volvía a abrir los ojos y a succionar con fuerza, pero el sueño terminaba ganando, era un bebé después de todo.

Lily miraba  y escuchaba atentamente atentamente la conversación de ambos chicos, es más todos lo hacían, pero ella con más hincapié.
Aun le parecía extraño que un chico que su sexo es varón diera a luz, y por otro parecía importarle más que fuera “madre” con tan solo 16 años, en el mundo muggle eso sería la perdición total.

Por fin Sev termino de abrochar su camisa, tapando así su pálida y lechosa piel.

- Un placer verlos de nuevo. - Con una cálida sonrisa recibió a las 3 personas que estaban en su sala, era gratificante ver más personas de lo normal en su hogar... Sirius había hablado de mudarse cuando él se encontrará mejor, pero al ver un pequeño dejo de tristeza en la mirada oscura de su futuro esposo, cambio de conversación, no quería verlo triste, no ahora que el podía hacerlo feliz hasta que envejecieran.

Entre pláticas, risas y una que otra riña y regaño por parte de los más maduros,  llegó la hora de desayunar, eran las once, lo que indicaba que Campbell despertaría en hora y media, Severus se levantó disculpándose y se adentro a la cocina, había un desayuno para 5 personas que preparar.

-  ¿ Que hace ?. -

- El desayuno. -

- ¿No tienen elfos domésticos?. -

- Severus se encariño con Kreacher, pero Kreacher es más de Regulus que de mi madre, así que no quiere elfos en la casa, y ya que no puede usar magia hacer este tipo de cosas dice que le entretiene, aparte cocina delicioso, hay ocasiones en las que yo cocino, algo sencillo, o si no; solo nos aparecemos en al casa de mis padres a la hora de la comida... Aun que ya me regaño por hacer eso. -

Los tres chicos presentes solo lo miraban con un pequeño toque de resignación, Sirisu era Sirius después de todo.

El aroma a comida deliciosa y comestible llega sus narices, lo que decía que el desayuno pronto estaría servido en la mesa, así que todos se dirigieron a ayudar a poner los platos, manteles y juegos de cubierto, tenedor y cucharas.
Sencillamente un trabajo fácil y sencillo, no cómo alimentar 6 bocas, si contaba la de su bebé.

El desayuno era bueno, más que bueno... Era una exquisitez, tenía ese toque hogareño y casero que te hace recordar tu infancia, cuando hacía frío y mamá te prepara tu bebida caliente favorita, mientras disfrutas de ver el clima o la lluvia caer por la ventana.

Ahora los ojos verdes vieron como Sirius preparaba una mamila, bastante normal a sus ojos, pero curioso a su vez. Así que no pudo detener las palabras de su boca cuando estás salieron antes de recapacitar.

- ¿Pensé que tú amamantabas a su hijo?. - Roja como la grana se puso al procesar lo que salió de su boca.

Y para su sorpresa fue Sirius quien contestó, mientras Severus volvía a comer la poca comida de su plato.

- Lo hace, pero pronto dejara de hacerlo, así que el pediatra, nos aconsejo ir intercalando la fórmula y la leche materna para que se acostumbre, soy yo quien el da el biberón. -

Eso dejo sorprendidos a todos, la manera tan natural en la que hablaba y se refería a su temprana paternidad, era algo a que aplaudirle, muchos chicos terminaban volviéndose locos al enterarse que serían padres prematuros, pero ahí estaba esos dos, demostrando se que si era con la persona indicada y correcta si de podía.

- Disculpa Lily - A esas alturas, ya se podían llamar por sus nombres, - He notado que tiene algo que preguntarme y me gustaría que lo hicieras, si está en mí, responderé.? -

Maldita obviedad, se reprendió mentalmente.

- Bueno... Yo me están preguntando, si duele mucho amantar. -

Algo sumamente natural, como mujer era normal tener ciertas dudas acerca de algunos temas y que mejor que preguntar a alguien que ya lo vivió o lo está viviendo.

Severus pensó seriamente su respuesta, era algo que solamente el podía responder, al menos siendo el único lactante en la mesa.

- Creo que depende... -

- ¿ Cómo ? -

- Sí, si te refieres a Campbell o a Sirius, nuestro bebé no tiene dientes, así que no me lástima, solo me irrita un poco, pero Sirius si tiene dientes, y termina lastimándome, por eso tiene prohibido tocarme. -

Si antes Lily estaba roja de la vergüenza, ahora simplemente el color de todo su cuerpo entero es una extra combinación de diferentes tonos, no solo ella, sino que James y Remus tenían un gran sangrado nasal, solo imaginarse al pequeño Severus dándole leche de su pecho a Sirius, era algo...

- Dijé que los sentía, y que no volvería a morderte. - Severus lo miro fijamente a los ojos. - Bueno, no te morderé tan fuerte, pero no me  puedes dejar sin leche, el bebé prontos dejara de tomarla, pero tú seguirás produciendo... Así que porque desperdiciar. - Severus suspiro. - A penas está cicatrizando la herida que me dejaste en el pezón izquierdo y arde cada vez que Camp succiona de ese pecho...
La conversación siguió hasta el punto de que Black comenzó a decir demasiadas cosas lujuriosas, que se suponían debía ser privadas.

Ok. Eso era demasiado para ellos, con pasos rápidos se dirigieron a sus alcobas, no tenía intensión de escuchar intimidades de ellos dos, Lily jamás se hubiese imaginado que un chico de apariencia tan icorrompible como Severus, diría tales cosas de su intimidad como si fuera lo más normal.

Luego, habría más tiempo para conocerse, y no precisamente detalles de sus vidas íntimas.

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Muchas gracias por leer, también a los que leyeron la parte anterior, espero y disfruten ésto.
























 


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