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Yo soy Tony Stark por Aomame

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Notas del capitulo:

 Ninguno de los personajes me pertenecen. Esto lo hago con ánimo de entretener y entretenerme. 

Yo soy Tony Stark

¿Has visto una torre derrumbarse? ¿Has visto un eclipse que no termina? ¿Un incendio que no se apaga? ¿Un llanto inconmensurable? ¿Sí? ¿No? Si la respuesta es afirmativa, felicidades; conoces mi alma. Si la respuesta es negativa, no te preocupes, estás por conocerla.

Me dieron la noticia hace unos días. Debo decir que, lo que menos esperaba ese día, era recibir noticias. Era un día espléndido, te lo juro. Brillaba el sol, no hacia ni frío ni calor; el viento soplaba suave, como una caricia. Me había levantado temprano, había hecho algo de ejercicio y mi dona favorita estaba intacta en la caja de donas. En el taller todo iba viento en popa, ni un solo error, ni un solo contratiempo. Nada. Eso debió parecerme sospechoso. Cuando no hay nada, apuntalo bien en tu mente, algo malo ha sucedido.  Algo muy, muy malo.

Pepper fue quién me dio la noticia. Me dijo: “¿No has visto las noticias?” Respondí que no. “No las veas” La manera en que me dijo eso, me alarmó. ¿Por qué no quería que las viera? ¿Estaban hablando mal de mí? Eso no era raro y tampoco me importaba. Le pregunté qué sucedía.  Me pidió que me sentara; se sentó frente a mí; tomó mis manos entre la suyas; y me miró con unos ojos de perro adormilado, que me dio un escalofrío.

“Tony, lo siento” dijo y tomó aire “Esta mañana… asesinaron a Steve”

¿Qué? Mi mente no comprendió la frase.  Pepper no la repitió para mí, sólo sostuvo mis manos y su mirada. Dejo que las palabras hicieran eco lenta y dolorosamente en el fondo de mi consciencia. Sonreí incrédulo y aparté mis manos de entre las suyas. “Esa es una buena broma” le dije con una extraña risa tras mi voz.  Pepper frunció el ceño, como si estuviera a punto de llorar. Yo me había levantado del asiento y daba vueltas de un lado a otro. Aún no lo entendía, estaba evadiendo el significado de esas palabras, no podía ni quería entender.

“Tony,  lo siento” repitió ella “¿Necesitas que te deje solo un momento?”

Sacudí la cabeza para negarme. No había necesidad, todo era una mala broma. Una muy mala broma, a decir verdad. Volví a sonreírle.  La insté a dejar el jueguito, porque estaba dejando de ser ingenioso o divertido. Pero ella se limitó a mirarme con el ceño adolorido, con lágrimas en los ojos. Silenciosamente me dijo: “No, Tony, no es una broma”

“¿No es una broma?” interrogué con un atisbo de esperanza, que desapareció en cuanto ella negó con la cabeza.

Entonces, el significado de esa frase se hizo patente. Sentí su peso aplastarme el pecho; bloquear mis sentidos; la sangre abandonó mi cuerpo. Me sentí frío y  todo se puso pálido e impreciso. Escuché, a lo lejos, a Pepper llamarme. Caí de rodillas al suelo. Pepper le gritó a VIERNES que llamara una ambulancia. Ni siquiera sentí el golpe cuando caí por completo.

Desperté y vi el techo de mi habitación. A mi lado, una serie de murmullos me parecieron el zumbido de un mosco. “Fue una pesadilla” pensé y respiré profundamente aliviado. Los murmullos pararon y en mi campo de visión apareció Pepper.

“Te desmayaste” me dijo “¿Te sientes mejor?” No respondí de inmediato. Un nuevo escalofrío me recorrió de pies a cabeza. “¿No fue un sueño?” pregunté “¿No fue sólo un mal sueño?” Pepper no me comprendió de inmediato, tuve que aclararlo, tuve que pronunciar esas horribles palabras: “¿Steve está muerto?”  Pepper bajó la vista, tragó saliva y después, asintió.

La vista se me nubló de nuevo, pero está vez por culpa de las lágrimas. Las sentí rodar por mi estupefacto rostro. Mi silencio sólo duró unos segundos, porque después, desgarré mi garganta. Grité, maldije, me lamenté, culpe al cielo y al infierno… lloré hasta que me sentí sin fuerzas para seguir llorando.

“¿Quién?” mascullé “¿Quién fue?”

Pepper, quién hasta ese momento había permanecido a mi lado, dejándome llorar a placer, respiró profundo.

“Fue una traición, Tony, una trampa.”

“¿Quién?”, exigí.

“Sharon” suspiró ella.

Lo sabía. Sabía que esa mujer no lo amaba, siempre lo supe. ¿Por qué nunca se lo dije? Oportunidades tuve, miles de ellas. Tantas como para decirle que yo si lo amaba. Desperdicié una y otra, como un imbécil.

“¿Dónde está?”

Pepper me dijo que eso era lo de menos; que el funeral estaba programado para esa tarde; que si quería ir, ella me llevaría.  Pero yo no pude ir. No pude siquiera salir de mi casa. El mundo me daba miedo.  La realidad me daba miedo. No volver a verlo con vida me daba miedo. Su cuerpo rígido y frío; sus parpados cerrados, ocultándome para siempre el color azul de sus ojos; sus labios inexpresivos, sin una sombra de lo que fue su sonrisa; su voz apagada para siempre, todo eso me daba miedo.

Pensé en él, pensé en él llamándome, tocándome; pensé en él, en las veces que rio conmigo; las veces que peleo conmigo y en mi contra; pensé en él y la única vez que nos besamos. Y todo, todo eso cayó sobre mí.  Ya no quiero leer, ya no quiero escuchar música, no quiero bailar, no quiero sonreír, no quiero nada, nada en absoluto. Ya no hay nada en este mundo que me guste, nada que amé. No he entrado al taller desde entonces, no me preocupa lo que pase con la empresa, mucho menos si los Avengers hacen su trabajo; ni siquiera me importa si destruyen este mundo.

Todo lo que amaba yace bajo tierra.

 

Aluciné. Bruce dijo que fue porque no me había  alimentado bien. Pero  vi a Steve de pie bajo el marco de mi puerta. Vestía casual, con una gorra azul haciendo sombra en su rostro. Me veía sin decir nada, con los brazos cruzados sobre su pecho. Sentí lo que quería decirme. Pero yo negué. “Lo siento” le dije, “pero no hay manera de que continué sin ti”. Él me miró con tristeza, insistió con ello, pero me conoce, sabe que soy necio. Estaba a punto de acercarse a mí cuando la puerta se abrió y él desapareció.

Ayer me pusieron  suero; no he comido ni comeré. Ellos están esforzándose inútilmente. Yo no me levantaré de está cama nunca más. Aquí moriré, en la cama que una vez quise compartir con él, pero a la que nunca me atreví a invitarlo. Ayer lo volví a ver. Me suplicó que desistiera, que obedeciera a los médicos y me pusiera bien. Pero, me temo que voy a decepcionarlo hasta el último momento.

 Su muerte presionó mi cuenta regresiva. Siempre supe que él marcaría mi destino. Pero aún si está molesto conmigo, quiero que sepa que no quiero nada en este mundo. Nada. Todo lo que quiero está en el mundo dónde él habita.

Y yo soy Tony Stark, ¿falta decir más? En esta vida o en la otra, siempre conseguiré lo quiero.

 

Fin

Notas finales:

Wola! Espero que les haya gustado. 

 

Este es mi segundo intento de Angst. No es que me guste hacer sufrir a los personajes... bueno, a veces, sólo estoy probando otras áreas (?) Aunque, definitivamente, sigo prefiriendo los finales felices (porque soy una cursi sin remedio)

En fin, si no salió Angst, lo intentaré de nuevo! XD

 

Hasta la próxima!

 


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