“Lo nuestro fue tan inesperado, que nos encontramos sin buscarnos”
Mi nombre es Anthony Edward Stark, soy el único hijo de María y Howard Stark quienes fallecieron cuando apenas tenía 11 años dejándome solo a cargo de los negocios familiares y sobre todo de las deudas. La empresa de mi familia era muy conocida pero cuando ocurrió aquel accidente todos los socios de mi padre me dieron la espalda y me dejaron a mi suerte, solo Jarvis el mayordomo de la familia se quedó conmigo, tuvimos que vender todas las acciones para pagar las deudas y en apenas dos años perdí el patrimonio familiar ,al final solo nos quedó mudarnos a la única mansión que pude salvar la cual quedaba en un pequeño pueblo del condado de Wiltshire de apenas cien vecinos ,para llegar debíamos atravesar un bosque inmenso que casi siempre estaba cubierto de niebla.
Desde la primera vez que visité ese lugar aquel bosque se convirtió en un objeto de mi obsesión casi insana, al punto de pasar noche enteras sin dormir solo observándolo, hasta que cierto día armado de valor o tal vez solo estupidez, decidí internarme en su espesura.
Camine y camine absorto en pensamientos encontrando una paz que había creído perdida, tan distraído anduve que cuando quise regresar no pude hacerlo y cuando lo intente solo termine adentrándome aún más ,fue entonces cuando lo vi aparecer entre la maleza, era alto, rubio, de una piel tan blanca y delicada que parecía de porcelana, lo que más llamó mi atención fueron sus ojos de un color rojo tan intenso que asemejaba a la sangre e inmediatamente supe que él era claramente no humano curiosamente no sentí miedo de su misteriosa existencia.
Me miro por unos segundos analizándome para luego sonreír de la manera más encantadora que jamás había visto.
-hola pequeño mi nombre es Steve, no te parece que es muy tarde para estar solo en este profundo bosque? -su voz fue como una melodía para mis oídos
-lo siento señor anduve distraído y no me di cuenta que había anochecido
-ya veo, pero que malos modales tienes pequeño es que no piensas decirme tu nombre
-ah...claro, mi nombre es Anthony-Anthony Edward Stark
-bueno Anthony que te parece si pasas la noche en mi hogar y mañana te ayudare a volver a casa. -asentí con la cabeza y fui tras él. Me guió hacia una antigua mansión, era muy imponente y para llegar hacia ella debías atravesar un hermoso jardín con rosas blancas, el interior era aún más asombroso, tenía un hermoso decorado y aunque todo era antiguo no perdía su encanto. Él vivía solo y para no ser encontrado había ubicado su hogar en lo más profundo del bosque, sin duda yo nunca habría podido llegar sin su dirección.
Esa noche después de cenar él me contó su historia, dice que es un heteromorfo que sobrevive al chupar la sangre de otros, una criatura temida por las personas, lo que se conoce como vampiro, pero el decidió cazar bestias y en vez de comer su carne, bebe su sangre.
Luego me pidió contar mi historia y mientras lo hacía vi como su expresión se endurecía para luego notar en sus ojos melancolía y finalmente comprensión, no estoy seguro de cómo pues no conocía todo su pasado, pero ambos compartíamos el mismo sentimiento, la soledad.
A la mañana siguiente nos despedimos cerca de mi hogar y antes de irse me dijo: Voy a hacerte fuerte, velar por tu crecimiento podría no ser una mala diversión, no es necesario hacer una cita, ven al bosque en cualquier momento.
Y así empezó todo, aunque al principio mis visitas fueron por mera curiosidad, las historias de sus viajes a diversos países hicieron que quisiera pasar más tiempo a su lado pues él sabía muchas cosas que yo ignoraba. Y poco a poco el tiempo que estuve con el aumentó.
Me enseño todo lo que sabía, pero en especial el arte de la esgrima. Cada vez he vuelto con más frecuencia que nunca y me la paso puliendo mis habilidades, he estado pensando que quiero perder la noción del tiempo escuchando sus historias en su mansión después que nuestra formación se haya hecho. Ahora que tengo 17 años, voy a ir al bosque y se lo confesare.