Tell me Baby
Come and get itLost it at the city limitSay goodbyeCause they will find a way to trim itEverybodyLookin' for a silly gimmickGotta get awayCan't take it for another minute This town is made of many thingsJust look at what the current bringsSo high it's only promisingThis place was made on you
-Llegué a Estados Unidos y Yuuji me esperaba en el aeropuerto- Shuichi habló en susurros- Yuuji si me permitió decir su nombre…jajaja…pero el de los demás lo mantendré en anonimato, ya sabes, por lo de las demandas y porque realmente preferiría que algunos queden así.
Viví con Yuuji los próximos cinco meses en su departamento, él fue como un hermano para mí, pero como siempre mi aspecto me trajo ciertos problemas…algo incómodos.
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-¿Tú eres el amigo de Hiroshi?
Shuichi se sonrojó cuando el chico alto lo miró de pies a cabeza, asintió tímidamente. El chico cargó la única maleta del menudo niño y con la mano libre tomó la de Shuichi, apretándola cálidamente.
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-Yuuji se enamoró de mí, pero yo estaba demasiado dolido como para corresponderle…él lo entendió.
A los 5 meses siguientes de mi llegada, dí a luz, dos semanas después de que cumpliera los 15.
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La enfermera le entregó un bultito envuelto en mantas al sudoroso pelirrosa. El niño lo tomó entre sus brazos y lo miró con ternura a pesar del dolor que experimentaba.
La diminuta criatura tenía algunos mechones de cabello negro, los ojitos cerrados y las manos cerradas en un pequeño puño.
-Será…Iori…Iori Shindou…
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-Fue el día más feliz de mi vida, ver ahí a mi bebé, tan pequeño, tan indefenso y lindo, me hizo olvidar todo lo malo que pasé. Tomar su manito entre las mías…me hizo sentir el muchacho más afortunado del mundo.
De cierta forma la llegada de Iori me hizo madurar, tuve que crecer con rapidez porque ahora no solo era yo, tenía otra vida a la cual alimentar y cuidar.
-¿Nunca te sentiste solo durante el embarazo?
-Por supuesto que sí…digo, tenía a Yuuji, el me ayudaba a pagar los análisis y todo, pero él tenía que trabajar también y a veces debía ir a las consultas solo…
Eso me dolía mucho, veía a los demás muchachos con sus parejas…más grandes, más estables y responsables que yo. Pero me acostumbré a eso y el nacimiento de Iori recompensó todo.
Decidí independizarme dos meses después, y encontré un departamento, el cual me fue muy fácil conseguir. Había crecido apenas unos centímetros, pegué el estirón, casi no se notaban, pero me ayudaron a adelgazar.
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-¿Quieres un departamento sin dar un mes de alquiler por adelanto?- el hombre de cabello rubio se mostró tosco ante el jovencito que había llamado a la puerta.
Lo observó de pies a cabeza, llevaba unos pegadísimos pantalones de jean y una camiseta descuidadamente atada que dejaba a la vista su ombligo y su pequeña cintura, sostenía a un bebé de un par de meses, con el cabello negro y unos inmensos ojos violetas idénticos a los del chiquillo.
-Por favor…-Shuichi hizo un puchero e introdujo en su boca el dedo índice en un gesto inocente- ¿no ve que tengo un bebé?...-el acento japonés de Shuichi le daba un aire de niño perdido e indefenso- prometo que mañana conseguiré empleo y al final de la semana le pagaré- sacó el dedo lentamente de su boca dejando escurrir por sus labios un delgado hilo de saliva.
El hombre miró excitado como la saliva se perdía en su delicado cuello, la verdad es que nunca había visto a alguien tan hermoso y sensual, menos aún un observado esas cualidades en un criajo.
-Bueno…tal vez podríamos llegar a un acuerdo…no sé…quizás tu…
-¡Gracias!...-Shuichi subió las escaleras del edificio, dejando al hombre con las palabras en la boca.
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-Tenía que ser inteligente y no iba a dejar que ese horrible viejo se aprovechara de mí, me instalé en un departamento, los primeros días fueron terribles, Iori no tenía una cuna y debíamos compartir la única cama....no tenía un centavo.
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-Por favor…¡ya deja de llorar!...
El bebé lloraba con todas sus fuerzas, Shuichi lo cargaba en brazos y lo mecía caminando de un lado a otro por el vacío departamento.
El frío era insoportable, pero él aún no entendía la razón del llanto de su hijo. No podía ser hambre porque acababa de alimentarlo.
Se sentó en la cama, y trató de pensar, lo había bañado en la mañana. Tal vez necesitaba un cambio de pañal, eso debía ser.
Lo recostó con suavidad, estaba nervioso y tenso por el estridente ruido, no quería estropear las cosas, pero nadie nunca le había enseñado a cuidar a un bebé.
Estuvo por un buen rato buscando y buscando, pero los pañales parecían haberse evaporado. Tendría que salir a comprar algunos.
Revisó sus bolsillos en busca de dinero . Nada.
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Shuichi se aferró a la chaqueta negra que cubría su delgado cuerpo. El frío calaba en sus huesos y lo hacía tiritar. Iori se había dormido después de horas de llanto, si seguía así probablemente lo botarían del lugar.
Ya llevaba esperando varios minutos en ese callejón. Tenía miedo, solo sabía hablar algunas palabras en inglés, pero estaba seguro de que no necesitaría de muchas para lograr su cometido.
-Señor…disculpe….
Un hombre de unos 40 años, de aspecto fuerte, cabello castaño oscuro y ojos negros se detuvo. Un par de brillantes ojos violetas lo miraban desde un callejón.
Vio salir a un chiquillo bajito, de cabello rosado y cuerpo delgado. El niño le sonreía con timidez.
-¿Puedo…hacerle un favor?...
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-Hay muchísimas cosas que no me gustaría recordar…
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Se revolvió en la cama con cuidado de no despertar al bebé, al menos había solucionado el problema, y ahora tenía dos paquetes de pañales reposando contra la pared.
Sonrió, pero la alegría se deshizo rápidamente.
Aún podía sentir el sabor del semen del hombre en su boca.
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Mi vecino era un joven y amable muchacho. Tenía que dejar a Iori con alguien porque necesitaba buscar empleo y no podía llevar a mi hijo al lugar donde pensaba trabajar.
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-Gracias Jhon…prometo no demorarme mucho…debes alimentarlo a las nueve y luego a las once.
El pelirrosa depositó un beso en la cabecita del bebé y se despidió agitando la mano.
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-Mi salida era un empleo fácil y donde pudiera explotar lo único que poseía. Mi cuerpo.
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-¿Y tú que quieres aquí mocoso?
-Vengo por el trabajo…
-¿Tú?..¿que edad tienes? ¿trece?
-Tengo 17 años..
-¿Si? ¿Qué más?
-No pedí hablar contigo ¿eh?, déjame ver al que maneja esto.
-Él no te va a querer aquí, eres muy chico.
-Oye…-un hombre de bigote, al parecer el cantinero del lugar, le habló al tipo que impedía la entrada a Shuichi- déjalo pasar…
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Shuichi se dejó examinar por el hombre musculoso, embutido en un traje formal y con pinta de proxeneta.
El tipo lo toqueteaba a su gusto, pero Shuichi no hacía nada por impedírselo.
-¿Cuántos años tienes?
-17…
-Si no me dices tu edad…no podré ayudarte.
-15
-No sabía que en Japón los hacían así- lo miró de abajo hacia arriba- ¿Qué te hace creer que te dejaré trabajar aquí?
-Si me deja trabajar aquí prometo atraer más clientes…seré tan bueno que vendrán solo por mí.
-Tienes el rostro de un ángel…
-Pero no lo soy…
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Dejé a Iori con el vecino, mientras no tuviera dinero para contratar a una niñera que lo vigilara mientras trabajaba, tendría que arreglármelas.
-¿En qué consistía tu trabajo?
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Deslizó sensualmente los pantalones negros por sus torneadas piernas.
Unos apretados boxers rojos se lucían en sus caderas. Los hombres gritaban y estiraban las manos tratando de tocarlo. El chiquillo se mordía los labios y frotaba su cuerpo casi desnudo contra el tubo metálico.
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-Enloquecieron….metían billetes de cien dólares en mi ropa interior, trataban de tocarme, de olerme, de probarme…
Me di cuenta por primera vez del poder que tenía sobre los hombres.
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-Dile que no quiero verlo…
-Pero Shuichi, está allá afuera con un ramo de rosas.
-Sabes que no recibo a nadie…ya es tarde y debo regresar a casa…
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-A menudo, clientes frecuentes del show iban a buscarme para dejar regalos, seducirme o intentar comprarme. Me convertí en la estrella principal de ese mediocre antro nudista, lo gracioso es que nadie sabía que tenía solo 15 años.
El jefe me consiguió una identificación falsa. Ganaba el suficiente dinero, pero debía pagar el alquiler, la persona que cuidaba a Iori mientras dormía, los pañales, la leche, la comida, tuve que comprarle una cuna porque no tenía un lugar en el cual dormir. El dinero no me alcanzaba, gracias a la identificación falsa pude conseguir otro empleo que no tomaba mucho de mi tiempo.
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-Muévete un poco más a la derecha…
Shuichi asintió, despeinó su cabello y se arrodilló desnudo sobre la cama. Entreabrió los labios y entrecerró los ojos.
-Perfecto…ahora una de espaldas y con las piernas abiertas, juega con el vibrador en tu boca..
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-Debía tomarme fotos mayormente pornográficas para una revista desconocida y barata, no me pagaban mucho pero necesitaba el dinero.
Pasé de ser el chico tímido que se sonrojaba cuando su novio lo besaba, a ser alguien que dejaba que le tomaran fotos con un vibrador en la boca y una tanga metida en el trasero.
-¿Es algo que quisieras cambiar?
-Siempre pensé, que si hubiese tenido una madre…apoyándome…nada de eso pasaría, si hubiese tenido alguien…-pequeñas lágrimas se formaban en los ojos amatistas- alguien que me dijera que un chico de 15 años no debe bailar desnudo para alimentar a su bebé…las cosas serían diferentes…
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-También me tome mi tiempo para criar a Iori, nadie en el trabajo sabía que tenía un bebé.
-¿Y tu novio nunca llamó para saber de él?
-No, pero no creo que a Iori le haya importado, o hecho falta.
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-Pasó un año, era un martes común, le di de cenar a Iori, lo acosté y me preparé para otra noche, sin imaginarme que conocería a la persona que cambiaría mi vida…
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Tiró los pinceles a un rincón del inmenso cuarto. La rabia se denotaba en los trazos furiosos y cargados de óleo. Varias colillas de cigarros se hallaban dispersas por el lugar.
Se refugió en un rincón, con la cabeza enterrada entre las rodillas y los dedos enredados en el cabello. Las lágrimas de frustración humedecían la tela de sus pantalones.
-No puedo…hacer nada bien…
El celular vibró sobre la gruesa alfombra. Sus ojos enfocaron el aparato y demoró varios minutos en contestar.
-No creo que vaya…estoy cansado, pero…está bien…
Se incorporó, alcanzó el lavado y enjuagó sus manos manchadas por la espesa pintura. El agua se tornó sepia.
Tomó la gorra azul y la puso sobre su cabeza antes de apagar las luces y salir del departamento.
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-No sabía que te agradaban estos lugares…
-Frecuento algunos de vez en cuando...pero nunca vine a este, tiene poca categoría y no es conocido, pero anímate…tal vez te inspires un poco.
-Me ayudaría más una jalada.
-Pensé que lo habías dejado.
-Yo también…
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-Esa noche era especial…no sé porqué, pero la sentí así, me preparé mucho.
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-Échame aceite de bebé…
El chico castaño asintió y embadurnó el pequeño cuerpo de Shuichi con la brillante y sedosa sustancia.
-Huele bien…-Shuichi sonrió al espejo y aplicó un poco de rubor a sus mejillas, se desordenó el cabello, un corbatín negro adornó su cuello- tan solo…esperaré mi turno…
Tell me baby what's your storyWhere you come fromAnd where you wanna go this timeTell me lover are you lonelyThe thing we need is Never all that hard to findTell me baby what's your storyWhere do you come fromAnd where you wanna go this timeYour so lovely are you lonelyGiving up on the innocence you left behind