It hurts me so to beUnder your spellAin't no heaven for me, but a hellBut after all, I can't let you go'Cos I love you so
-Esa tarde tuvo una exposición en un museo famoso de la ciudad, me invitó, pero fuimos separados, no deseábamos que nadie supiera de nuestra relación por intimidad….no se mucho de arte, pero puedo decirte una cosa, los críticos se ponían de rodillas ante sus pinturas…
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Llevaba un entallado traje de corte elegante y completamente negro, sus cabellos desordenados y sus inmensos ojos le daban un aspecto salvaje.
Ryuichi andaba por ahí, con un séquito de artistas que le pedían una apreciación sobre cada uno de los cuadros expuestos, él prefirió quedarse en una de las cuantas salas, la más solitaria, bebía con tranquilidad un jugo de frutas.
-¿Estas solo?
Shuichi casi soltó la cajita por el susto, creyó que era el único, un hombre alto castaño se encontraba detrás de él con un vaso de whisky.
-Lo estaba, hasta que llegaste…-el hombre pudo distinguir picardía en las palabras del pelirrosa.
-Es una buena exposición…¿no crees?, más aún si es de Sakuma-sensei…soy un asiduo admirador de su exquisito trabajo…
Sintió un pinchazo de orgullo en el pecho, ese hombre hablaba de su Ryuichi- sí, el es muy bueno.
-Había hombres allá afuera comentando sobre ti, creo que los impresionaste.
-No hice nada
-Yo creo que sí…el simple hecho de estar aquí- el hombre sonrió con suavidad- tanta belleza debería ser un pecado-alzó el vaso- Kitazawa Yuki
-Shindou Shuichi….-bebió un poco de jugo- ¿es mi imaginación o hay demasiados japoneses en Norteamérica?
-Podría ser…-el teléfono celular del castaño sonó, y apuró en contestar excusándose con Shuichi.
-Lo siento…sí, se que debemos empezar a las 8…ya voy…-colgó y buscó algo en uno de los bolsillos del terno.
-Debo irme Shuichi…-le entregó una tarjeta- si alguna vez….quieres trabajar conmigo, llámame.
Shuichi guardó la tarjeta en su bolsillo, no se molestó en leerla. El castaño tomó su delicada mano y depositó un beso en ella- eres lo más interesante que he visto hasta ahora….
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-Recibí una llamada…
Shuichi acababa de salir de la ducha, estaba empapado y con el cabello goteando- ¿una llamada?
-Mi hermano….
Guardó silencio, sabía perfectamente que el tema familiar para Ryuichi era muy delicado- ¿y….dijo algo?
El castaño sonrió de forma indescifrable- él quiere verme….
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-Después me pidió un favor especial….él se iría a la mañana siguiente rumbo a casa de su padre…
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-Quiero pintarte…
-¿Otra vez Ryu-chan?....pero si tienes decenas de pinturas mías y de Iori….
-Es diferente- lo observó con seriedad, llevándose una manzana a la boca- será el mejor….el mejor que haya hecho hasta ahora, y nadie podrá retratarte como yo lo haré…
-Está bien, solo dame una hora.
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-¿Quién es?
-¡Tio Yuuji!...-el niño se lanzó a los brazos del pelirrojo y se enroscó en su cuello como un gatito.
-¿Cómo estás Iori-chan?
-Vendré por él en la noche….hoy es un día muy especial para Ryuichi y queríamos estar solos….
-¡Ah!...¿así que van a ejercitarse mucho?
-¡Pervertido!....-lo miró rojo por la vergüenza- claro que no…
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Almorzaron el silencio, el castaño había ordenado sushi, sabía que era el plato favorito de su pelirrosa. El niño comía animado y él lo observaba embobado. La luz del sol le daba directamente en el rostro iluminando sus angelicales facciones, casi había olvidado lo hermoso que era el adolescente.
-Lo haremos por la tarde….cuando el sol esté ocultándose….será el momento adecuado.
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Shuichi desató la bata de seda que envolvía su frágil cuerpo y la dejó caer evidenciando su completa desnudez.
El castaño la recogió y le peinó el cabello con suaves caricias- ¿te gusta el champagne?
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Sirvió las últimas dos copas, la botella de champagne yacía vacía a un lado.
Las mejillas del menor estaban sonrojadas y balbuceaba frases subidas de tono, la mayoría de ellas incomprensibles.
-Es…que…nunca había tomado…jajajaja…-soltó una carcajada y rodó sobre la alfombra hasta alcanzar el cuerpo de Ryuichi recostado en ella.
El castaño lo observaba con los ojos bien abiertos, Shuichi era simplemente fascinante, aún ebrio desprendía algo que lo atraía aún más a él. Sentía a Shuichi indefenso, dispuesto, eso provocaba algo en él.
-¿Ryu vas a metérmela luego no?...-Shuichi tiró de su mano y soltó una risotada.
-Solo si encuentras la pose que busco…
-¿Una pose?...-el niño se incorporó, dio unos cuantos pasos tambaleándose, pero logró sostenerse apoyándose en la pared.
-¿Una pose como esta?-le dio la espalda, se arrodillo torpemente y abrió las piernas, exponiéndose escandalosamente ante el de ojos azules.
Ryuichi soltó una carcajada. El pequeño se sonrojó y fingió inocencia- ¿estoy ebrio?
-Tal vez…
Gateó sobre sus rodillas y manos hasta llegar a Ryuichi que yacía semi recostado en el suelo, se introdujo entre el espacio libre de sus piernas separadas y lamió por sobre los pantalones la entrepierna del castaño- ¿o esta?...
-A menos que pinte con mi semen no se me ocurre como retratarte desde aquí...
-Eso me agrada….píntame la cara con semen…
-Más tarde….
Se desperezó estirando los brazos antes de encaminarse al lugar indicado por Ryuichi, lanzó las almohadas fuera de la cama y se echó boca abajo, sosteniendo su cuerpo con los codos.
Tenía una silueta perfecta, Ryuichi lo visualizó de lado su sonrisa era sensual y misteriosa, apenas los labios curvados, como si tuviese un secreto, la luz de las lámparas lo iluminaba tenuemente. La sábana acariciaba su vientre y sus largas piernas.
La pose era irresistible, era la belleza hecha carne y él estaba listo para retratarla.
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-Trabajó por horas….yo nunca antes había tomado alcohol y estaba completamente ebrio….saltando por aquí y por allá, mientras él trataba de atraparme- sonrió con tristeza- trataba de tenerme entre sus brazos…
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-Ven aquí…
Se puso de pie , dio cortos pasos y pegó su pecho a la espalda del castaño, abrazando su cuello con cariño- Quiero ver….-rió travieso y excitado, el ambiente cálido y el alcohol realmente comenzaban a afectarle.
-No…luego…
-¡Malo!...-besó su mejilla- ¿ni me vas a decir el nombre?
-No…-Ryuichi se incorporó y vislumbró el cuerpo desnudo de su amante- estas borracho…te estoy corrompiendo…
-No lo estoy…-se dejó caer en los brazos del castaño que lo acostó en la cama- fóllame toda la noche…porque te extrañaré demasiado….
-Regresaré antes de que te des cuenta…
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-¡Es papá!...¡Papi aquí estoy!....-Iori se prendió de la mano del castaño y se abrazó a ella- papi ¿vamos a jugar?
Ryuichi lo llevó hasta el auto, sentándolo en el asiento de copiloto- ya nos vamos…
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-¡Ryu!...¡mas dame más por favor!
El castaño embestía al pelirrosa con fuerza, el pequeño cuerpo se movía bajo el suyo al mismo ritmo. Atrapó sus labios y lo besó con pasión, recorrió hasta el cansancio todos y cada uno de los rincones de la deliciosa cavidad. Los gemidos de placer retumbaban en los oídos de Ryuichi y eso lo obligaba a ir más rápido, más profundo.
Ambos cuerpos se separaban y chocaban para unirse con más fuerza y necesidad. Observó con cariño el rostro sofocado y sonrojado de su pelirrosa, mientras se hundía en su piel. Los ojos violetas vidriados por la excitación. Podía verse reflejado en esos ojos.
-Amo todo de ti…y eso duele….
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El sol aún no salía. Recorrió la habitación, Shuichi yacía desnudo sobre la cama, abrazado a su almohada, había notado que tendía a buscar algo impregnado con su olor cuando el desaparecía.
Entró al estudio, encontró un carboncillo en el suelo, lo tomó entre sus dedos. Sonrió complacido, el cuadro era justo lo que él quería, era algo tan sublime, tan hermoso, que dolía. Lo volteó y escribió algo con letra corrida en el reverso, luego lo cubrió con una fina tela blanca.
-Te ves hermoso….
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Entró con lentitud en el cuarto, no deseaba despertarlo. Se acercó a la cuna y observó con ternura al niño moreno. Le acarició los cabellos negros y besó su pequeña mejilla.
-Iori-chan….
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-Cuando desperté ya no estaba…
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-¿Shuichi?....¿no estás?....solo llamaba para avistarte…estaré fuera unos días….Cuídate, Yuuji…- el sonido de la contestadota lo despertó.
La luz blancuzca del televisor le daba de lleno en el rostro adormeciéndolo. Estaba cubierto por una manta y casi dormido. El ruido conocido lo sobresaltó, la puerta se abrió descubriendo a Ryuichi.
-Amor…-su voz denotaba sorpresa- ¿Qué haces aquí?...¿no ibas a quedarte unos días con tu familia?
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-Sentía que algo andaba mal…
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El castaño tenía una expresión vacía en el rostro que Shuichi desconocía.
-Ellos…no me aceptan…y …él dijo que se arrepentía de tenerme….
Abrió la boca sorprendido, se puso de pie con rapidez- pero…estoy seguro que no….
-Si quiso decirlo…además….él…él…me dejó y ahora….
-Ryu- el castaño lucía demasiado extraño, Shuichi experimentó la misma sensación que lo inundó en Japón justo antes de que Tachi lo violara. Terror.
-Volveré luego…-salió por la puerta tan rápido como hubo entrado.
-¡Espera!....-Shuichi se calzó y corrió tras él.
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-Él estaba tan triste…-las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos violetas, su interlocutor se conmovió y apagó la cámara- y yo no supe que decir, no supe que hacer, me aterré….
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-¡Ryuichi regresa!...-Shuichi corría con todas sus fuerzas tratando de alcanzar el auto rojo.
Ryuichi lo observó por el espejo retrovisor.-Nací para hacer daño…si me quedo…solo te dañaré.
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-No pude dormir…me quedé ahí, sentado en el sofá con los nervios destrozados, hasta que encendí el televisor.
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-El famoso pintor de origen japonés….
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-No tienes idea de lo que sentí en ese momento…
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-Ryuichi Sakuma…
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-El pecho se me oprimió por la angustia…
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-Fue encontrado muerto esta madrugada en su auto, por las condiciones del cuerpo se sospecha de un suicidio.
-Ryu….
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-Fue el día más triste de mi vida…había sufrido mucho, pero el dolor de la ausencia terminó por desmoronarme.
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Los amigos, la familia y algunos amantes del arte se congregaban alrededor del ataúd en aquel exclusivo cementerio. Miles de pétalos multicolores ocultaban el césped casi en su totalidad.
La placa de mármol reposaba a un lado del hueco rectangular ‘’Sakuma Ryuichi’’.
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-Es mejor morir a vivir sin dignidad….como un asqueroso parásito
-¿Aún si tienes alguien por el cual debes vivir?
Ryuichi se quedó en silencio- odiaría que lloraras si muero…no lo hagas, hablo en serio. No te lo perdonaría.
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-Ja…¿Qué creías desgraciado?....que podías venir aquí, y enseñarme lo maravilloso que puede ser amar a alguien con toda su alma, que podías enseñarme a vivir, y luego irte como si nada, como si no dejaras a nadie.
Y esperas que no llore. Eso haces.
Él presionaba la mano del niño diminuto que no entendía aún donde se encontraban. Las lágrimas humedecían su camisa. Su amor ya no estaba, ahora no era más que tierra removida y una placa….¡ja!...ellos pretendían que él se consolara con una placa.
La mayoría de los hipócritas congregados ahí no conocían a Ryuichi, sus tan afamados ‘’amigos’’ vestidos de traje negro y llorándolo al lado de su familia, no acudieron al castaño en sus depresiones, en sus tristezas, ellos no se encargaron de secar sus lágrimas en sus frustraciones.
Tuvo ganas de correr, de reprochar a la adorada ‘’familia’’ los maltratos hacia Ryuichi, ¡ellos tenían la culpa! , su rechazo, su odio hacia su adorado Ryu, sonrió con amargura, ¿pero quien era él después de todo?.Nadie.
Y experimentó por primera vez un sentimiento más oscuro, rabia.
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-No tuve que presentarme como un amigo lejano, porque nadie me tomó importancia, yo era invisible para los demás nuevamente.
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Arropó a Iori, el bebé lo miró con sus ojos violetas llenos de curiosidad – Mami ¿y papi cuando vuelve?
-No lo hará…
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Se acostó en la cama con la mirada ausente, hundió el rostro en la almohada y aspiró el aroma de Ryuichi con ansias.
El llanto le arañó la garganta y soltó a llorar- ¡Te odio!...¿me escuchas? ¡Te odio!....¿Porqué me hiciste esto?...¿Porqué dejaste que te amara si terminarías por irte? ¡como todos!...¡Dijiste que morirías si dejabas de amarme! ¿es eso?....-su llanto se convirtió en un susurro-…ya no me amabas…
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Descendió del avión con los lentes negros protegiendo sus ojos del sol. Los muchachos y hombres volteaban al verlo pasar. Pensó que podría tomar un descanso luego pero primero debía encargarse de algo, la razón que lo había traído hasta ahí. Tomó la pequeña maleta negra y comenzó a caminar rumbo a un taxi que ya lo esperaba.
-Ya han pasado tres años…
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-Ese crío mal agradecido se largó de aquí de un día para otro…¡sin pagarme!, se fue con un tipo, uno desaliñado y grosero, parecía un patán, ¡me dijo proxeneta! ¿puede creerlo?...bueno, el tipo tenía dinero, porque me enteré que lo llevó a un barrio exclusivo de por aquí….
-Le pagaré lo que le debe, más 800 dólares…si me dice a donde se fue el mocoso…
-Bueno…usted sabe, podría tener problemas si revelo datos confidenciales- el desagradable hombre le lanzó una sonrisa cómplice.
-Mil y es mi última oferta
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Observó de arriba a abajo el departamento, poseía una arquitectura de muy buen gusto y un estilo moderno.
-Me pregunto…con quien estarás viviendo renacuajo…
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Ya llevaba 15 minutos esperando tras la puerta, y a él no le agradaba esperar, a él, generalmente, no lo hacían esperar. Había descompuesto el timbre de tanto tocarlo. Estaba a punto de marcharse pero el llanto de un niño captó su atención.
-¡Shuichi!...-lo llamó, pero nada, el llanto del niño incrementó- ¡Shuichi ábreme!...
Golpeó la puerta repetidas veces.
-¡Shindou!....
La poca paciencia que caracterizaba su personalidad se hizo presente. Tomó impulso y derribó la puerta de un empujón. Algo no andaba bien.
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El llanto del niño se escuchaba desgarrador. Se quedó estupefacto al ver la colección de hermosos cuadros que abarrotaban las paredes, era un ambiente algo excéntrico, sin lugar a dudas el hogar de un artista, el olor a óleo y acuarelas flotaba en el aire.
Cruzó rápidamente la sala e ingresó al cuarto del cual provenía el llanto.
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Explayó sus ojos, lo que encontró lo dejó mudo.
Shuichi sentado y apoyado contra la cama, llevaba un pijama sencillo, estaba adormilado y en una de sus manos sostenía las sábanas desparramadas.
En el piso un frasco de pastillas desparramado. El pequeño casi no respiraba y miraba ausente una fotografía en la cual pudo distinguir apenas a un hombre de cabello castaño.
Volteó la cabeza, sobre la cama un bebé de unos dos años lloraba a lágrima viva, sus ojitos violetas enrojecidos e hinchados demostraban el miedo que sentía- mi mamá…
-Nisiquiera…puedo cargar…a mi bebé….-Shuichi sonrió con amargura y soltó a llorar con dolor, con pequeños espasmos que recorrían su delgado y aún infantil cuerpo.
Yuki tomó su celular y marcó rápidamente un número tratando de comunicarse con emergencias- necesito una ambulancia por favor…
-Solo quería dormir Yuki….tomé unas cuantas pastillas para dormir….y luego dejé de sentir…
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-Tomé medio frasco de pastillas para dormir, quería morir…-desvió la mirada y la enfocó en el hombre con intensidad- estaba tan débil que no podía mantenerme en pie y recuerdo haberle rogado a Dios que me dejara morir….
Demon LoverDemon Lover, Demon LoverI love you