Can you tell me, softly
How you'll always haunt me
Can you help me
Hold me
Come to me now, slowly
You caress me, smoothly
Calm my fears and soothe me
Move your hands across me
Take my worries from me
-¿Y mi mami?....
Yuki enfocó al bebé de cabellos negros. La criatura aún tenía los ojos húmedos y sorbía. El rubio no supo responderle.
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-Estuve tan solo dos días en el hospital, me hicieron un lavado gástrico y él me llevo de vuelta a casa. Lo odiaba, pero no tenía ánimos de protestar.
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Yuki se había encargado de vestir y acostar al bebé. Se quitó la gabardina y la dejó sobre el buró. Shuichi salió del baño en pijama y se detuvo frente a la cama. Sus ojos estaban opacos y negó frenéticamente con la cabeza antes de pronunciar con voz baja.
-No quiero dormir solo, no puedo hacerlo….
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El rubio apagó la luz de la lámpara y se introdujo en la cama, Shuichi lo abrazó con todas sus fuerzas inmediatamente, pegándose a su cuerpo como si de un animalito asustado y herido se tratara, tratando de contagiarse de su calor, de hundirse en su pecho, de esconderse, de abrazar algo más que una sábana o una almohada, algo más parecido a Ryuichi.
No se soltó, dejó que el pequeño pelirrosa se acurrucara en su cuerpo, aún no entendía porqué Shuichi había actuado de esa forma, el porqué de su intento de suicidio y de su inminente depresión. Sin embargo, se sentía bien así, al lado de Shuichi, acostado en una cama con un jovencito sin necesidad de algo sexual entre ambos, tan solo así, disfrutando de la compañía. El rostro de Shuichi poseía tal hermosura que nisiquiera demacrado, pálido y con rastros de llanto podría lucir menos precioso.
-Yo…-comenzó a llorar y se aferró más a su pecho-…¿sabes que es lo que más me duele Yuki?...¿lo sabes?
-Sh…-Eiri le acarició el cabello tratando de tranquilizar su llanto desgarrador y los temblores que lo sacudían, cuando vino a Estados Unidos no se imaginó jamás que terminaría consolando al niño que había maltratado años antes- ya no digas nada….
-No…no…no por favor, escúchame…-lo miró con los ojos vidriosos- necesito decírtelo…me duele…-la voz se le quebró- no le dije que si el llegara a faltarme….yo moriría.
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-Lloré toda la noche…-limpió las lágrimas de sus ojos- me desahogué como nunca antes, hasta quedarme dormido.
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Algo tiraba de su cabello con fuerza, tal vez no la necesaria para causarle dolor pero si la suficiente para despertarlo- ¿Qué….?
-Tengo hambre…- el niño lo miró con sus inmensos ojos violetas y tiró una vez más de uno de sus mechones rubios. Yuki notó por primera vez lo mucho que la diminuta criatura se parecía a Shuichi, pero no podía negar que tenía un aire inconfundible a Tatsuha.
-¿Qué quieres comer?
Introdujo su manito entre sus labios y ladeó la cabeza en una mueca despistada. Definitivamente era hijo de Tatsuha.
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-¿Y papá?
Movió la cuchara, el cereal y la leche se mezclaron.
Yuki tomó un sorbo de la cerveza que había encontrado en la nevera por casualidad- El volverá pronto…-no tenía idea de que explicarle, principalmente porque no tenía idea de lo que pasaba entre el renacuajo y ‘’papá’’.
Dejó la lata sobre la mesa, Iori trataba de sostener la cuchara con el cereal y de llevársela a la boca, pero aún era muy pequeño y se le caía de las manos.
-Dame eso…-el rubio le quitó la cuchara, la hundió en el tazón de cereal y luego la introdujo en la boca del bebé.
Iori sonrió tiernamente y dio saltitos en la silla pidiendo por más.
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-Ven aquí…acércate…
El bebé avanzó hasta el umbral de la puerta y estiró su manito buscando alcanzar el curioso aparato que el rubio sostenía, Yuki lo enfocó y la cámara de su celular capturó la imagen de Iori, varias fotos le siguieron a esa, no supo porqué pero el pensamiento de conservarlas cruzó su mente, era su sobrino después de todo, llevaba su sangre, la sangre Uesugi.
Luego escribió algo y oprimió ‘’enviar’’, antes de dirigirse hacia la puerta donde el timbre sonaba con insistencia.
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Ojeó el libro y subrayó algunos párrafos con lápiz. Acomodó los lentes de lectura y tecleó en la computadora con agilidad. Lo emocionaba el hecho de que pronto tendría la oportunidad de practicar en un buffet de renombre.
El celular vibró y apuró en tomarlo entre sus manos, esperaba una llamada desde hacía días.
-Ah…un mensaje
Estuvo apunto de ignorarlo pero al reconocer al remitente se sorprendió y no pudo evitar que la curiosidad lo embargara. Era la imagen de un bebé…el niño tenía los ojos violetas muy abiertos y la mano extendida. Debajo de la imagen, tan solo dos palabras ‘’Iori Shindou’’
Tatsuha se quedó frío.
-Yuki…
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-¿Quién eres tú y que haces aquí?- Yuuji cerró la puerta y examinó al rubio como si de un insecto se tratara.
Yuki sostenía a Iori de la mano, el niño estaba a su lado y Yuuji notó el parecido de ambos.
-No me digas que tú…
-No
-¿Entonces?
-Te lo diré…pero antes me contarás algunas cosas…
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-Ahora entiendo
-¿Qué?
-Porqué lloraba
-Él iba a adoptar a Iori…-Yuuji encendió el cigarrillo que el rubio le ofrecía- lo quería como si fuera su propio hijo…
-Aún no puedo creer que se trate de Ryuichi Sakuma…-dio una calada.
-¿Y que?....¿Shuichi era muy poca cosa para andar con él?...quítate esas idioteces de la cabeza y ni pienses que me caes bien, yo sé todo lo que ocurrió con Shuichi allá en Japón, además Sakuma estaba embobado con mi Shu. Él vale mucho, se mató trabajando para darle de comer a Iori y no aceptó ni un centavo mío. Amaba al pintor ese más que a su vida y no le importaba los varios millones que tenía en el banco. Se veían tan enamorados….Ryuichi era buena persona….no entiendo porqué…
-Es complicado.
-Lo único que entiendo ahora es que Shu está destrozado, y eso de las pastillas me tiene con los nervios de punta, si no cuido a ese mocoso idiota….nadie lo hará.
-Yuuji…-la débil voz de Shuichi interrumpió la conversación.
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-Cariño…-Yuuji acogió entre sus brazos a un débil pelirrosa que rompió a llorar angustiosamente.
-¿Hasta cuando seguiré viviendo?....-enterró su rostro en el hombro del pelirrojo- ¡no lo comprendo!...-Shuichi gritaba entre el llanto, su cuerpo se estremecía violentamente- ¡ya nada tiene sentido….quiero morir!...
-Cálmate…todo estará bien…
-¡No quiero calmarme!...¡suéltame! ¡Aléjate de mí!...-Shuichi pataleó y se sacudió pero el pelirrojo se negó a soltarlo-Lo siento Yuuji…pero no puedo vivir sin él, no puedo vivir sin mi Ryu, no tienes idea de cómo me siento- se tocó el pecho con angustia- quiero morirme, trato de cerrar los ojos, trato de pensar porqué me pasa esto- el chico alzó la voz nuevamente- ¿es una clase de prueba? ¿es un castigo? ¡Porqué se alejan de mí todos!...¿acaso tengo la culpa?, lo juro, lo intento, intento que no duela, pero luego todo lo que veo es ese ataúd hundiéndose en la tierra y la realidad me golpea.
¡Tú no sabes lo que se siente!....Nunca más podré escuchar su voz o sentir su calor, su cuerpo junto al mío…su maldita risa cruel y arrogante…su risa dulce ¡Nisiquiera pude despedirme carajo!...Y si él no está aquí ¡entonces quiero morirme!...¡déjame morir!...¡me mataré!....
El sonido de un golpe silenció su llanto, Yuuji lo había abofeteado.
-¡No vuelvas a decir algo como eso!...en la sala hay un niño que te necesita, ¡un niño que no tiene la culpa de lo que pasó!...un niño que está asustado porque su papá no regresó y su mamá trató de quitarse la vida frente a sus ojos…¿acaso no piensas en tu hijo?...¿quieres abandonarlo de la forma en tu madre lo hizo contigo?...¿le harías eso a Iori-chan?....¿lo dejarías solo?....
Shuichi volvió a llorar con más fuerza, escondiendo el rostro en el hombro del pelirrojo, mordiéndose los labios para no gritar.
-Shu…lo siento mucho…en serio siento mucho lo de Ryuichi…-lo apretó con fuerza entre sus brazos- pero no puedes dejarte morir de esa forma…
-¿Porqué…siento que moriré de dolor?
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Los ojos violetas de Iori se llenaron de lágrimas -¿Qué le pasa a mi mami?
-No lo sé mocoso…
Eiri no pudo evitar la punzada de envidia al notar el amor que Shuichi le profesaba al famoso pintor. Él nunca había tenido algo parecido, nisiquiera algo que se acercase. Pero el dolor era definitivamente parte del amor y la prueba irrefutable era aquel pelirrosa que lloraba desesperado en la habitación contigua.
Sus ojos se deslizaron hacia el bebé ¿Qué habría pensado su hermano respecto a él?, Tatsuha ya no era un adolescente, tenía 21 años, definitivamente podía hacerse cargo de la manutención del niño, aunque no estaba seguro de si Shuichi aceptaría eso.
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-Yo tuve la culpa Yuuji…-el pelirrojo acariciaba sus cabellos suaves- porque…él dijo que no lo quería….y yo no supe retenerlo…si yo…
-No fue tu culpa tontito…-besó los labios de Shuichi pero el pequeño no protestó por el suave e inocente contacto- tal vez fue lo mejor para él…
-¿Y que hay de mí Yuuji?....-la voz de Shuichi era baja y tranquila- ¿Qué pasará conmigo?
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-Le di un tranquilizante…estaba alterado.
-¿En qué trabaja el crío?
-Es nudista en un bar…-Yuuji le respondió con total naturalidad.
-¿Nudista?- Eiri alzó una ceja.
-Sí, gana mucho dinero, además a Ryuichi no le importaba, incluso iba a verlo los viernes o cuando se aburría en el estudio.
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-Pasa….
Yuki cerró la puerta tras de sí, Shuichi tenía cargado a Iori que se entretenía chupando un gatito de peluche.
-Regreso a Europa mañana…
-No sé porque viniste….
-Pasaba por aquí…-calló en ese momento, Shuichi alzó los ojos, pero la mirada de Eiri le indicó que no estaba dispuesto a decir nada más respecto al tema. No tenía ganas de pelear.
El pelirrosado se sentó en el sofá con Iori en su regazo- mándale saludos al maldito idiota de tu hermano…-el pelirrosa sonrió con ironía- dile que no se moleste en enviarme alguna postal…
Eiri recorrió la sala y se detuvo en uno de los rincones, donde divisó los interesantes trazos de un desnudo. Se entretuvo mirando el boceto de Shuichi sin ropa que le cubriese durmiendo sobre su costado con los labios entreabiertos- no lo olvidaré….no te preocupes- delineó con los dedos la delicada figura de Shuichi plasmada en el poroso papel. Parecía un demonio con la belleza de un ángel.
Ryuichi fue muy afortunado.
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-Cuando el enojo, la tristeza y la culpa desaparecieron….me di un tiempo para visitarlo.
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-No debiste hacerlo…
Tomó el puñado de flores secas y las guardó en una larga bolsa de papel que dejó a un lado.
-Ahora me quedo solo…Iori también….-dejó sobre el césped un ramo de rosas rojo sangre- lo gracioso es que no era tuyo…-frunció el ceño y movió el ramo de rosas, inclinándolo a la derecha, luego cambió de opinión y lo inclinó a la izquierda- ya está.
Una ráfaga de viento despeinó su cabello rosado, se acercó de rodillas y besó el frío mármol largamente, hasta que los labios le dolieron.
-Te extraño.
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-Me despidieron del trabajo porque dejé de ir después de lo que pasó…aún estaba triste y deprimido, pero no debía olvidar que Iori y yo teníamos necesidades…
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-No nos quedaremos aquí…-sacaba algunas prendas del armario y las arrojaba sobre la cama, el bebé se mantenía tranquilo, sentado al lado de una almohada.
El chiquillo pelirrosa sacó un traje elegante, el único traje elegante que poseía y que había comprado para la exposición de Ryuichi. Una sonrisa melancólica adornó su bonito rostro, aún conservaba algo de su aroma.
Lanzó el traje a la cama y volvió a su tarea.
-¡Mami!
La vocecita de Iori lo distrajo- ¿Qué ocurre?
-Eso…-estiró su manito y señaló un pequeño cartoncito blanco en el suelo. Shuichi lo recogió con curiosidad, le dio vuelta- Yuki Kitazawa….
Shuichi se aventuró a leer más abajo del nombre. Lo que encontró lo dejó frío.
-No…puede ser…
‘’Si alguna vez quieres trabajar…llámame’’
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-Quería olvidarlo….porque dolía, dolía demasiado. Tal vez si me mantenía ocupado…tal vez si yo olvidaba al antiguo Shuichi….
Quería demostrarle a todos que no quería ayuda de nadie, cuando era justamente eso lo que necesitaba.
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-¡Corten!- el hombre rubio bufó y miró con molestia al jovencito castaño que temblaba con un teléfono móvil en la mano- ¿no te dije que no debes interrumpirme?
-Per…perdone…se…señor…es que….el joven…Kitazawa….me dijo que….le pasara….todas las llamadas….
El mencionado se cubrió con una bata, encendió un cigarrillo y con una seña el muchachito castaño le entregó el celular.
-¿Aló?
-Soy Shuichi
Kitazawa sonrió y dejó el cigarrillo, había esperado por esa llamada unos largos tres meses.
-¿Cómo estás?
-Bien…pero…-el castaño pudo percibir la intención de Shuichi y decidió adelantarse.
-Shuichi, la dirección de mi casa está en la tarjeta….pasa por ahí a las 6, y te diré todo lo que desees saber.
I will sacrifice
I will sacrifice
All I have in life
To clear my conscience
I will sacrifice
I will sacrifice
All I have in life
Sacrifice, sacrifice