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El Inmundo por Yuuram03

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Notas del fanfic:

Wiiii... volví, quiero saber si les gusta pls. Es solamente una prueba piloto, si les gusta lo continuaré.

Notas del capitulo:

Espero les guste, es bueno volver con esta historia

Me preguntó qué es este vacío que siento en mi corazón desde que nací. Siempre pensando en que algo me hacía falta, pero… ¿Qué era eso?

—. Hola mamá—saludé con alegría a mi madre que acababa de llegar de su trabajo. La verdad es que solamente éramos ella y yo en este mundo. Ella hacía lo posible para mantenerme, para que completara mis estudios y que fuese alguien en la vida… No como ella, o al menos eso me decía—. ¿Cómo estuvo tu día en la oficina?

—. Bien—susurró cansada sentándose en la silla del pequeño comedor encendiendo el televisor—. Solamente estoy molesta porque, a pesar de ser la más antigua en ese trabajo, soy a la que más presionan…No puedo salir temprano nunca, pero todo eso vale la pena ya que mi hijo es el mejor alumno de su secundaria—tomó mi mano acercándome a ella para abrazarme, su rostro estaba oculto en mi abdomen mientras yo acariciaba sus cortos cabellos castaños claros—. Wolf… Eres mi orgullo…

Mi madre, Michelle White, me tuvo a los 25 años producto de una relación extramatrimonial. Ella realmente amaba a mi padre, sin embargo él la echó cuando se enteró de que estaba embarazada amenazándola con matarnos si se atrevía a hacer la existencia de su bastardo pública. El 3 de Marzo, un hermoso día de primavera en Japón nació el bastardo, o sea yo… Wolfram White.

—. Lo sé—intenté sonreír, realmente quería hacerlo…pero no podía. Esta carga de satisfacer a mi madre quien lo daba todo por mí a veces era asfixiante, no tenía amigos ni nada ya que mi única motivación en la vida era estudiar para algún día ser un gran ingeniero que pueda darle a la vida que se merece—. Iré a estudiar, mamá—susurré rompiendo el abrazo para dejarla viendo la televisión, avisándole antes que yo ya había comido y que le había guardado algo para ella en el refrigerador.

Tener dieciséis años no era algo fácil. Ser el chico más inteligente y popular de la escuela tampoco. Tener cientos de confesiones al año de tanto chicas como chicos también era complicado. La belleza, aunque no lo pareciera, era una carga difícil de llevar sobre todo cuando nadie te parecía suficiente, cuando sentías que a tu vida le faltaba algo… o alguien.

—. Bien, terminé—cerré mis apuntes, los cuales apenas había leído. De todas formas, mañana no habría ningún examen ni nada y, aun así, me los sabía casi de memoria.

Me puse mi ropa vieja como pijama ya que realmente odiaba los conjuntos que normalmente se considerarían como pijamas. Mi madre me compró algunos, sin embargo siempre suelo preferir la ropa vieja para ese propósito sin saber exactamente por qué. Me acosté intentando no pensar en nada, pero, como siempre, no podía dormir… Realmente comenzaba a pensar que dormirme a las 3am cuando tenía que levantarme a las 6am era una locura.

—. ¿Por qué? —susurré en voz alta, detestaba no poder dormir por las noches. Enterré mis uñas en la almohada con rabia, podría pasar horas recostado en este lugar y el cansancio jamás me invadiría. De pronto, me sentí extraño como si mi rabieta estuviese siendo observada por algo o alguien en esta habitación.

Todo estaba oscuro, solamente mi cama se encontraba iluminada por la tenue luz de la luna que entraba por mi ventana. Genial, una amenaza invisible para la cual yo era totalmente visible. Cerré mis ojos intentando parecer dormido. Si era un ladrón tal vez se distraería buscando algo que robar y podría golpearlo. Pasaron unos minutos en los que seguramente estuvo asegurándose de que estuviese dormido y sentí los pasos de alguien acercarse a mi cama.

—. Wolf…—¿Cómo ese agresor sabía mi nombre? No lo sabía, que yo sepa en mi colegio no había ladrones. Pero entonces no había otra posibilidad más que este tipo fuese algún acosador de mi instituto—. Te extraño tanto…—ese ser acarició mi mejilla y supe que definitivamente no un compañero ya que sus manos algo secas y ásperas no eran del tipo que se encontraban allí.

Mi cuerpo se tensó por segundo ante la posibilidad de que pusiese ser algún violador, no obstante su tacto no parecía lascivo… sino nostálgico como si no fuese la primera vez que me toca. ¿Quién era este hombre cuyo simple tacto pareció dar vuelta mi mundo? Iba a abrir los ojos para saber eso, pero desapareció de golpe como si algo lo hubiese arrastrado lejos de mí dejándome desesperado… vacío de nuevo.

POV YUURI

—. De nuevo… DE NUEVO ALGO ME ALEJÓ DE ÉL—gritó con furia el ser en mi interior, para luego calmarse dejándome a mí retomar el control de mi cuerpo—. Lo siento…—tranquilicé a todos a mi alrededor quienes me miraban asustados, preocupados porque mi otro yo pudiese destruir el castillo de nuevo—. Es que quiero recuperarlo… queremos. Y cada vez estamos más desesperados…

Siempre les digo lo mismo cuando sé perfectamente que tal vez ellos estén hartos de escuchar mis lamentos a pesar de que están igual o peor que yo. Décadas intentando encontrarlo y ahora que sé donde está no me puedo acercar para estrecharlo en mis brazos y contarle quien es realmente… para decirle cuanto lo amo.

Me dirigí hacía mi habitación, no… nuestra habitación. Allí estaba su aroma, su olor y toda su ropa que jamás me animé a mover ni siquiera para hacer un poco de lugar para mía. No, quería que cuando volviera encontrara todo tal cual lo dejó aquel día.

—. Odio mi existir… No pude salvarte, ni salvar a mi pueblo. Tuviste que sacrificarte y todo por tener un enclenque inútil como Rey y prometido…—susurré tumbándome pesadamente en la cama, reí levemente porque hasta las sábanas eran las mismas… desgastadas y viejas, pero aun recuerdo tu cuerpo tumbado en ellas y eso me llena de paz por un momento. Cerré mis ojos con fuerza, comenzando a repasar otra vez ese suceso pensando en qué hice mal una y otra vez.

Flashback

Hace décadas el pueblo de los ángeles atravesó la tierra y llegaron a Shin Makoku reclamando la destrucción entera de mi pueblo ya que, entre nosotros, había un ser inmundo. Inmundo se les llamaba a los seres corrompidos por dioses paganos, ellos poco a poco perdían su voluntad y se sometían a ese ser trayéndolo a este plano para poder destruir al mundo. Es decir, los inmundos son la conexión que utilizan esos dioses para llegar a diferentes mundos y destruirlos.

Nos amenazaron diciendo que si no lo encontrábamos nos matarían a todos ya que cuando el inmundo fuese totalmente poseído por el dios ya no habría salvación para nadie, ni para el inmundo mismo quien quiera que fuere perdería su derecho a reencarnar y viviría para siempre a merced del ser que lo poseyó. Hablé con Conrad, Günter y Gwendal quienes me aconsejaron que lo mejor era hacerles caso y comenzar la búsqueda por todo Shin Makoku ya que según los ángeles lo máximo que pudieron detectar era que el inmundo estaba en este lugar, sin embargo su identidad era imposible de saber hasta poco antes de que la posesión se concretara.

Ese día estuve buscando a Wolf por todos lados. Mi hermoso esposo de ojos verdes había desaparecido ignorante del peligro en que nuestro pueblo se encontraba. Hace unas semanas que actuaba extraño, siempre solía estar detrás de mí acosándome pero actualmente apenas lo veo y eso me preocupa un poco ya que, desde que nuestro compromiso de hizo oficial y admití mi amor incondicional por él, jamás se había separado de mí pensando en que si me descuidaba lo engañaría con alguna sirvienta o con Conrad.

—. Pero él cambió…—me recosté en nuestra cama, cerrando levemente mis ojos intentando, por un momento, olvidar la confesión de los ángeles.

—. Yuuri…—un dulce susurro me despertó de mi sueño, era mi Wolf con su hermoso y esponjoso camisón rosa arrodillado en su lado de la cama mirándome con cierta preocupación—. Uff… Es la vigésima cuarta vez que te llamo, tonto. Estaba preocupado…

—. Ven y deja de quejarte, cielo…—lo abracé dejando que se recueste en mi pecho, su calidez me tranquilizaba enormemente—. ¿Dónde estabas?

—. ¿Eh? Estuve entrenando casi toda la tarde, luego volví y pregunté por ti… Me dijeron que me estabas buscando, pero al no encontrarme volviste a tu habitación entonces vine aquí y te vi dormir un rato hasta que fue la hora de acostarse…—se sonrojó levemente lo que me llenó de ternura, mientras que acariciaba lentamente su cabello.

—. Bueno, vamos a dormir…—susurré apretándolo aun más contra mi pecho, para luego sentir como se dormía automáticamente en mis brazos. Sentir su suave respiración en mi piel era el calmante perfecto, siempre me hacía dormir.

FIN DEL FLASHBACK

Ese fue mi primer y más grande error… No ver las señales.

 

Notas finales:

Acabo de delatar un poquito la historia, no? (? Este iba a ser el primero y el segundo capitulo... pero me pareció que para empezar un capitulo largo podría ser algo bueno


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