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Te quiero, Baby! por Yelmar Doker

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Notas del fanfic:

Fanfic NaruSasu,

Si no te gusta el Mpreg, no leas

Notas del capitulo:

Tuve que resubirlo, gomen~

Te quiero, Baby!

By Yelmar Doker

 




Estaba furioso, lo sabia. Era mejor no acercarse o pagaria los platos rotos a pesar de no saber exactamente que le había pasado. Pero su ceño fruncido y los hombros tensos reflejaban todo aquello que los ojos lograban ver.

Se acerco cautelosamente hacia el. Puso una mano sobre su hombro para llamar su atención.

—Sasuke...

No logro terminar su frase cuando algo de un color rojo brillo como dos iris refulgentes. Su brazo fue apresado con bastante rapidez y fue jalado hacia adelante, perdiendo el equilibrio mientras su espalda se precipitaba sobre el piso de la cocina.

—Auch...

—Quiero tomates. Ahora. —fue la demanda del Uchiha Sasuke, demasiado cerca para intentar hacer algo. No estaba acostumbrado a ese tipo de reacciones, pero suponía que las hormonas estaban haciendo un muy buen trabajo en su novio.

—Eh... Claro, teme. —le sonrió nervioso. —Ya mismo voy al mercado y compro los tomates mas rojos y maduros.


—Y unas fresas.

—Claro, lo que tu digas amor.

Uchiha le miro fijamente lo que puso mas nervioso al rubio. Estuvo tentado a levantarse y correr por su vida, aún sabiendo que eso enfadaria mas a su pareja. Pero no fue así, afortunadamente. El teme se dio la vuelta y salio de la cocina.

Una gota de sudor resbalo por su frente.

—Arg... Mierda.

Todo estaba mal. Todo era horrible. Nunca pensó que diría algo como eso. Pero enserio se arrepentia de no haber usado un jodido condón antes de penetrar en su actual pareja. Eso de que los donceles se veían mas hermosos cuando estaban prelados era una cruel mentira.

Y podía repetirlo las veces que sean necesarias, nunca se cansaria. El moreno siempre había sido un Doncel de temple relajado y tranquilo. Algo hostil y serio con la gente, pero al menos no era una máquina de hormonas como lo era ahora.

Hace solo unas semanas se había enterado de que iba a ser padre. Él, Naruto Uzumaki, estaba a pocos meses de convertirse en padre de un niño. Cuando se enteró, no supo como describir las emociones que lo embargaron en tal momento. Fue como si no terminara de asimilar ese hecho. Era increible que una sola noche de pasion— y algo de alcohol, hubieran provocado tantos acontecimientos en tan poco tiempo.

Pero realmente, estaba dichoso y feliz por saber que iba a ser padre.

Lo malo de todo era que ya no podía tratar a la persona de la que se enamoro y que estaba siendo tan amable de criar a su hijo en sus entrañas. Sus emociones sabían y bajaban como en una montaña rusa y nunca jamas pordrias saber cuando se enfadaria, lloraria, reiria, o simplemente se portaria peor que un niño.

Era cierto, el embarazo le había quitado mucha de su personalidad. Ahora actuaba en base a sus emociones y eso no era bueno, considerando que el teme aún seguía moviéndose para ir al trabajo. Después de todo, solo tenia tres meses con haberse enterado del nuevo integrante de la familia, y no quería perder su independencia tan pronto. Todavía le sobraba mucho orgullo para ello.

Naruto por otro lado, lo había hablado con su vieja amiga, Sakura. Ella era doctora en un hospital que quedaba en el centro de la ciudad, y le había resumido todo lo que necesitaba saber sobre las mujeres y donceles en cinta.

"Será un proceso largo. Los primeros dias estará de mal humor porque su mente y cuerpo empezaran a cambiar por el bebe que esta esperando. Luego se sentirá muy sensible e incluso se echara la culpa de todo lo que sucede a su alrededor. A los cinco o seis meses tienden a sentirse vulnerables y débiles. Eso también es normal. Por eso te pido que seas cariñoso y compresivo con el. No es fácil tener un hijo. Y menos para la persona que lo tiene que cuidar en su interior por nueve largos meses"


Si, ella tenia razón. Sasuke estaba pasando por una etapa muy dificil. Y como su pareja, tenia el deber y la obligación de darle toda la comprensión que fuera posible. Después de todo lo quería. Era su pareja desde hace cinco años y mejores amigos desde hace once años. De alguna manera, quería hacer sentir a Sasuke todo el agradecimiento que según él le debía.

Sus pensamientos fueron rotos por la voz de Sasuke.

—¿Ya compraste mis frutas, Dobe? ¡Estan tardando demasiado! ¡Mueve el culo!

Si, tenia que ser comprensivo. Sasuke iba a lidiar con el bebe por nueve meses y lo menos que podía hacer era cumplirle los caprichos.

—¡Naruto! ¡Estoy esperando!
.
—¡Si, si, ya voy!

"Ni que se fuera a acabar el mundo" farfullo, antes de tomar su billetera y la llaves del auto.

—¡Llevate el paraguas! ¡Hoy habrá lluvia y granizada! — le volvió a hablar desde la sala de estar.

—¡¿Como lo sabes?!

—¡Las noticias del clima, Dobe!

—¡Ah, vale! ¡Nos vemos al rato!

Abrió la puerta y antes de cerrarla escuchó una ultima frase salir de la boca de su pareja.

—¡No olvides las fresas!





...

El mercado solía estar lleno los finés de semana. Pero curiosamente ese día no había mucha gente rondando por los pasillos. Con la bolsa desechable en las manos empezo a seleccionar la mejor fruta de los diferentes cajones que habían frente a el. La fruta solía ser muy cara en el país. Por eso no la consumian diariamente. Pero ahora que Sasuke estaba esperando, iba a tener que abastecerse de muchas fruta y ponerla en su refrigerador para no tener que ir cada día a comprarla.

—Veamos.... lo tomates son grandes. Las frutillas pequeñas. Pero ambas son rojas y son frutas. Una es dulce y la otra amarga. Que raros gusto tienes Sasuke... Me impresionas.

Tarde recordó que a Sasuke no le gustaba lo dulce. Pero era algo que su cuerpo le pedía y no podía controlar sus propios antojos. Por otro lado, los tomates siempre habían sido sus favoritas. Él solía comerlas de distintas formas. Para el desayuno, un jugo de tomate con especias aromáticas. Para el almuerzo las usaba como ensalada. Y para la noche, las metia en el caldo de pollo. Era un gran cocinero, si se lo preguntaran.

—A el le gustan las mas rojas... Y las mas jugosas también... Talvez deba llevar una docena...

—¿Hablas con la fruta?

Levanto la cabeza al oír la voz. No se había dado cuenta que tenia una persona a su lado. En ese sentido solía ser muy despistado, motivo por el cual se había metido en varios problemas cuando era joven.

Sonrió a la mujer que le miraba con expresión divertida.

—No... que va. Solo estaba pensando en voz alta. — soltó una risita nerviosa. Ahora creía que esa mujer lo tomaría por loco o algo por el estilo.

—Ah, comprendo. — le dio una mirada a las frutas que agarraba el rubio. —¿Te gustan los tomates, eh?

Naruto parpadeo y miro los tomates en sus manos. Sin poder evitarlo soltó una risotada que se escucho por todo el pasillo.

—¡No, ¿que dices?! A mi no me gusta el tomate. Lo puedo comer, eso si. Pero me gusta mas el Ramen. Éstas son para mi novio. A el le fascinan los tomates.

—¿Tu novio?

—Digamos que el esta muy ocupado ahora. Y tuve que venir aquí para comprar algunas frutas.

—Que considerado eres. Ya no hay chicos que se interesen tanto por sus parejas.

—Es que el esta embarazado.

—¡Ah! ¡Vas a ser padre!

—Sip.

—Me alegro mucho por ti. Ser padre es un paso muy importante en la vida de una persona.

—¿De verdad?

—Aja. Seguramente seras un buen padre. Estoy muy segura de eso.

—No entiendo. ¿Como puedes saberlo?

—Digamos que tengo cierto don que me permite ver el futuro.

—¿Eres clarividente?— alzo una ceja.

—Algo así... —sus cejas se fruncieron levemente—. Bueno, tengo que irme.

—Espera. Ni siquiera me dijiste tu nombre.
—Me llamo Shion—le dedicó una mirada significativa — Fue un gusto charlar contigo, Naruto.

Sin decir nada mas, la chica rubia se alejo hasta desparecer en una esquina. Uzumaki jamas había conocído a una mujer tan misteriosa. Ella sonreia como si no tuviera ningún problema en la vida. Pero lo que mas le intrigaban era sus ojos.

Pero de pronto, recordó algo.

—Yo no le dije mi nombre... ¿O si?






....

Sentado frente al televisor, Sasuke trataba de concentrarse en las noticias del día. El reportero hablaba sobre la bolsa de valores y ese era un tema que siempre le había llamado la atención, hasta ahora. Porque justo ahora no podía dejar de pensar en las fresas y tomates que le había dicho que Naruto comprara.

Y se odiaba por eso, porque no era un comportamiento racional. En vez de fiarse en las estadisticas en la pantalla, su lengua estaba imaginando el delicioso sabor de las frutas. Y era tan estupido ademas, porque solamente dos horas se había engullido un emparedado de jamón y queso. Y poco después le había dado mucha sed, así que bebio hasta sentirse saciado e hinchado.

No podía creer que tuviera hambre.

Se llevo una mano al vientre y le dio suaves palmaditas, allí donde una vida empezaba a originarse.

—Es tu culpa, mocoso.

Increiblemente no se sintió ridículo al estar culpando a un feto en pleno desarrollo. De hecho, se sentía mas aliviado por tener algo a lo que aferrarse hasta que toda la mierda del embarazo se terminara. Pero iba a tener que hacer el doble de esfuerzo para que la persona dentro de él no naciera con daños cerebrales como el idiota de su novio.

—Dobe...

Por otro lado, seguía sintiendo todo tan surrealista. De joven había dado por hecho que jamas formaria una familia y mucho menos tendría hijos. Debido a que creció en una familia desvinculada. Y el solo hecho de pensar en ello le provocó nauseas. Pero eso fue antes de haber conocido a Naruto.

Al idiota practicamente se le metio en la cabeza que ellos dos eran almas gemelas desde el primer momento en que se vieron. Tuvo que haberle roto la cara a puntapiés aquella vez, porque Naruto siempre actuó muy confianzudo con él. Pero con los meses fueron desarrollando una especie de amistad que le dio mas confianza a Naruto para que hiciera lo que le viniera en gana.

Y luego vino la parte en la que Naruto se le confesó. Todavía se acordaba de lo ridículo de la situación cuando le tomó de la mano, le miro fijamente a los ojos, y luego le dijo: "Me gustas", con las mejillas tan rojas que parecían dos luces de semáforo.

Y él no supo que responder. Porque ciertamente, nunca vio a ninguna persona de esa manera. Talvez se debía a que era de temperamento frio y racional, o quizás por haber sido criado en una familia poco afectiva. El caso fue que Naruto fue totalmente sincero al confesar sus sentimientos, y esa fue la razón por la que no le rompió la cara allí mismo.

Por alguna razón desconocida se le hizo un nudo en la garganta. ¿Acaso no era suficiente con los vómitos, las nauseas y los mareos? ¿Ahora tenia que estar llorando como una niña tonta de instituto?

Justamente recordó lo que paso después de aquella cena "anticipada" y previamente preparada por Naruto, hace mas o menos tres años. Él nunca se había hecho amigo de alguien, precisamente porque nadie supo comprender sus constantes rechazos a diversos clubes sociales. El no era timido, solo no le gustaba la gente, que era otra cosa mu distinta.

Le dio otros suaves golpes a su vientre todavía plano.

—Si supiera que me gustó desde el primer dia... —una leve sonrisa se le dibujó en los labios. — pero es tan despistado que no se dió cuenta...

Estaba tan ensimismado en sus recuerdos que no se dio cuenta que la puerta de la entrada se abrió.

Naruto entró con dos bolsas blancas colgando de sus manos. Se quitó los zapatos en la entrada y dejo sus llaves sobre la pequeña vasija a un lado de la puerta.

—¡Sasuke! ¡Ya vine!— grito en voz alta antes de dirigirse hacia la cocina en donde dejo ambas bolsas. Sasuke apareció un minuto después, con los pies descalzos y una mirada entre triste y pensativa. Pero eso no fue lo que preocupo a Naruto, sino los ojos rojos y brillantes y los claros restos de las lagrimas secas. —¿Sasuke?

—No vayas a decir nada. — le cortó antes de que preguntara otra cosa. Naruto asintió, no muy convencido. — ¿Y las frutas?

—Estan sobre la mesa. — señaló las bolsas con el dedo.— traje una docena, por si te sentias hambriento.

—Hn.

Con un leve asentimiento, el moreno se sentó en la silla y sustrajo toda la fruta en una fuente de porcelana. Luego la llevo al lavabo de la cocina y se dispuso a lavarlas.

Naruto no supo como iniciar una conversación. Deseaba tanto poder abrazarlo y decirle lo mucho que lo quería para de alguna manera hacerle sentir mejor. Pero Sasuke no era ese tipo de personas. Él se tomaría su actitud como algo que dañaria a su orgullo. Sin embargo, todavía seguía allí ese sentimiento. Odiaba cuando se sentía triste y mas cuando lloraba por eso.

—¿Has sabido algo de Kakashi? — indago después de unos minutos.

Sasuke no contesto hasta haber tragado el pedazo de fresa que se llevo a la boca. Hizo una mueca.

—No. Pero mi tío me contó que todavía sigue buscando a su padre. — le dio otro bocado a la fresa.

—Pues que dificil a de ser no saber quien es tu padre. —Naruto comento al aire.

—Tu tampoco conocíste al tuyo.

Uzumaki sonrió.

—Puede que tengas razón. Pero al menos yo si sabia su nombre y como era antes de haber fallecido...

Uchiha hizo un ruidito extraño con la garganta y se llevo una mano al estomago. Naruto le miró con una mueca de preocupación.

—¿Que pasa?—le puso una mano sobre la espalda—¿Te sientes mal?

—No... Solo son nauseas...

—¿Quieres un vaso con agua?— ofreció, listo para ir por el termo y tenderle algo que lo hiciera sentir mejor.

—No hace falta. Yo puedo... yo...

Naruto vio como Sasuke se llevaba una mano sobre la boca y se levantaba tan rápido que tiro la silla al suelo. Empezó a correr hasta el baño que afortunadamente solo estaba a unos pasos.

Lo siguió.

Sasuke se tiró de rodillas frente al inodoro y empezó a vaciar su estomago como si no hubiera un mañana. Uzumaki lo miro desde la puerta, indeciso de entrar sabiendo que a Sasuke no le gustaba que lo vieran tan descompuesto y enfermo. Aún así, se acerco cautelosamente y le sostuvo el pelo para que no se manchara de restos estomacales.

—¿Que haces... aquí...?— le preguntó a Naruto, justo antes de tener una arcada. Respiro un par de veces, como si tratara de controlar sus nauseas y el horrible dolor de cabeza que lo aquejaba. Hizo una mueca.— Vete.

—No.

—Eres un...

Una nueva arcada le interrumpió e hizo que se doblara mas. El de ojos claros trato de no sentir asco al ver semejante espectáculo, pero no evito hacer una mueca de repulsión.

—Solo hazlo. Yo no me movere de aquí hasta que acabes. — susurro muy cerca de su oído.

—No quiero que me veas así. Es... vergonzoso.

—Tranquilo, no hay nada de vergonzoso en esto. — trato de calmarlo, pero Sasuke aún seguía vomitando y eso lo hacia sentir mal de alguna manera. — Es normal, recuerdalo. Vas a estar así unas semanas y después pasará.

—Eso espero... — gruño el Uchiha, agarrandose con mas fuerza de la taza del inodoro.

Ninguno de los dos hizo un solo comentario después de eso. El vomito culminó unos minutos después y el moreno finalmente se levantó del suelo con la ayuda del rubio. Su frente estaba humedecida, probablemente por el esfuerzo de contraer los músculos del abdomen. Con la cabeza gacha se lavo la boca y las manos. Se refresco la cara con un poco de agua y luego apoyo la cabeza contra el espejo. Se sentía exhausto.

—¿Sasuke?

—Estoy bien.— le cortó como antes de que le sobre viniera las nauseas. —Ire a dormir un poco. Despiertame para la cena, ¿ok?

—Claro... — murmuro, viendo como Sasuke caminaba con rumbo a su cuarto, con el rostro claramente agotado y la boca fruncida en un gesto cansino.

Suspiró largamente, sabiendo muy bien que eso volvería a repetirse por las próximas tres semanas. Y sabia que eso solo era el principio. Debían lidiar con ello porque esas eran las consecuencias de no haber usado protección. Y como ambos eran adultos responsables, no les quedaba de otra mas que cuidar al bebe que todavía no había nacido.

"Como la primera vez. Yo tomare las riendas de nuestra relacion..."



 

 



TBC

Notas finales:

Lo subo otra vez por errores de edición!

Espero que éste se haya modificado correctamente ;)


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