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Seúl por MpLovey

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 Había transcurrido exactamente una semana después de aquella pequeña reunión en el balcón. Era sábado por la tarde y el castaño se sentía un poco nervioso pues esta seria la primera vez que visitaría la tienda de tatuaje de los chicos.

 

 A Yoongi le había tocado regresar al departamento por unos bocetos que olvido y al ver a TaeHyung estresado por una pintura que no tomaba forma – según el porque YoonGi la veía perfecta – decidió llevarlo con el – o arrastrarlo, la línea era muy fina para el castaño-.

 

 De todas formas Tae no tenía intensión de negarse tampoco.

 

 Otra de las razones por la cual se sentía nervioso fue por el reciente viaje. Yoongi manejaba una motocicleta – una enorme debía decir – siempre lo había imaginado en una jeep todo terreno o un estilo hummer, de igual forma aquella motocicleta negra no tenia nada que envidiarle a una jeep. Era imponente y angulosa, le parecía un poco grande para el rubio pues aun que era un poco musculoso la mayor distinción de su contextura se la daba su delgadez. Mas después de verlo montada en ella parecía que todo encajaba correctamente.

 

 Las consecuencias del viaje le pasaron factura aun después de ingresar a la tienda, como las manos sudadas y el corazón acelerado tanto por la velocidad a la que manejaba YoonGi como la cercanía al sujetarse para no caer. Prácticamente se abrazo a el completamente.

 

_ Casi te desmayas canelita – la risa llamando la atención de las personas en la tienda.

_ Tampoco es para tanto – sentía las orejas calientes.

_ ¿No? Me estabas estrangulado con las piernas.

 

 El local se dividía en dos partes, la recepción estaba en frente y lo primero que hacías al entrar era toparte de frente con sillas de cuero negro, eran cuatro y un puff del mismo color en una esquina. La recepción consistía en un tope de granito negro y la base roja. Una laptop reposaba en ella mientras era manejada por un chico con un suéter tejido rosa que no encajaba para nada con el lugar.

 

 El olor del antiséptico le inundo los pulmones y lo encontró tan agradable como el de la trementina cuando usaba oleos.

 

 Uno de los clientes intento saludar a YoonGi con la mano pero este iba tan rápido para ingresar al interior que no lo vio. La zona donde trabajaban consistía en una sala amplia dividida en cuatro cubículos de paredes altas, aun que no llegaban hasta el techo. La decoración de las paredes – aunque sus colores eran crema y vino tinto – le parecieron a TaeHyung femeninas. Si bien estaban decoradas con tatuajes negros tras ellos estaba lleno de espejos empotrados con marcos de hierro pintados de dorado. Era extraño porque no veía al rubio escogiendo personalmente ese tipo de decoración – los tatuajes si, tenían toda la pinta de haber sido hechos por el.  

 

 Ahora que lo pensaba ¿Cómo es que YoonGi poseía un local de ese tamaño y esa motocicleta? Ok, el creía que las personas jóvenes podían tener éxito y todas esas cosas, pero ellos se trataron informalmente todo el ese tiempo y ni siquiera sabían sus edades.

 

_¿Que edad tienes? – pregunto a penas entro a una pequeña oficina.

_ Veinticinco – Tae elevo un poco las cejas, tampoco era tanta la diferencia - ¿Tu?

_ veinte – si debía sentirse cohibido, no lo hizo – supongo que ya es tarde para ser formales.

 

 YoonGi rio un poco y estuvo seguro de que replicaría pero en ese momento entro Jimin lanzando la puerta para colgarse de la espalda de TaeHyung. Casi se cae pero se sujeto del escritorio.

 

_ Viniste! – los brazos asfixiándolo un poco, no se esperaba esa reacción del peli naranja – ven conmigo, no te quedes con el amargado.

_ Cada vez que lo tienes cerca te lo quieres llevar, no te voy a defender si JK se enoja.

_ No necesito tu ayuda, yo se como contentar a mi hombre – Jimin moviendo las cejas sugestivamente.
_ Zorra.

 

 Fueron pocas las veces que volvió a ver a Jimin en esa semana, concretamente dos, al parecer era costumbre de YoonGi olvidar cosas y el peli naranja vivía cerca de los departamentos  y su turno empezaba mas tarde que el de los demás. Pero cuando iba buscaba las cosas apresuradamente y apenas se saludaban. Por mensajes era otra historia, prácticamente se escribían todos los días y las primeras veces eso pareció molestar a JungKook, por lo visto era bastante celoso.

 

 Por eso cuando Jimin lo saco de la oficina y se encontró directamente con el pelinegro le sonrió un poco apenado. Este le devolvió el saludo con un movimiento de cabeza e ingreso a uno de los cubículos. Debía estar en medio de un tatuaje pues el sonido de la maquina inundo el lugar.

 

_ ¿Te gusta? – Pregunto Jimin abriendo los brazos – yo lo decore, aunque YoonGi dice que esta horrible se que le gusta porque no le ha cambiado nada.

_ Ya había pensado que no fue el quien hizo esto – una sonrisa tonta se le escapo al ver el rostro serio de Jimin – no estoy diciendo que es feo, es agradable, me gustan los colores.

_ Claro.

 

 Tuvo que abrazarlo por los hombros y acariciar un poco sus mejillas para conseguir contentarlo y que le perdonara. Hasta que JungKook se aclaro la garganta – exageradamente – pues desde donde se encontraban se veían los tres perfectamente. Tae soltó a Jimin y levanto las manos riendo un poco, extrañamente JungKook comenzó a reír antes de seguir tatuando.

 

  A diferencia de los otros cubículos el de Jimin era el único que tenia una puerta pues era la sala de perforaciones y según el, a veces llegaban a perforarse lugares… profundos. El profundos siendo arrastrado por la voz aguda del peli naranja le erizo los vellos de los brazos. Pero Jimin reía y le restaba importancia al, de pronto, rostro pálido de TaeHyung.

 

_ Las chicas siempre vienen y se perforan los pezones – ok, eso no era tan malo, pensó Tae – Algunos chicos también lo hacen pero he perforado unos cuantos penes también.

_ Basta! – la carcajada de Jimin resonó por todo el lugar – De solo imaginar una aguja en ese lugar.

 

 Imito un escalofrió con el cuerpo, empeorando la risa del mas bajo.

 

_ Si te interesa alguna perforación, ya sabes – el movimiento de cejas de nuevo – soy bueno en eso.

_ Aléjate de mi Park Jimin.

_No asustes a canelita.

 

 Para cuando se quiso dar cuenta YoonGi estaba a su lado, acariciándole una mejilla con los dedos. La sangre acumulándose en ellas al instante. Jimin sonrió al notarlo.

 

_¿No ves que es inocente?

_ Ya quisieras – Se le escapo, antes de que le siguiera un “las cosas que te haría” se mordió la lengua. YoonGi rio un poco.

_ Vamos, Jimin tiene clientes.

 

 Le hizo un gesto de despedida con la mano antes de que ingresara una chica al cubículo y cerrase la puerta. Se pregunto que clase de piercing se haría pero lo mejor era parar el flujo de imaginación y siguió al rubio hasta el cubículo que estaba al lado del de JungKook. La maquina sonando como música de fondo era reconfortante de cierto modo.

 

 Se quedo de pie casi al medio de la “habitación” mientras observaba al mayor preparando unos mini envases con tinta, alineaba la maquina y se recogía el cabello hacia atrás con su gorra. Cada vez que tenia el rostro al descubierto TaeHyung no podía parar de pensar en lo guapo que era el rubio – y sexy -. YoonGi rio al verle allí de pies luciendo incomodo y le indico donde sentarse.

 

_ Tengo que continuar con el tatuaje de la semana pasada – Aclaro – tal vez no lo pensé bien al traerte ¿Te aburres?

_ No – frunció el ceño - ¿Te molesto?

_ No quise decir eso, solo pensé que te aburrirías viéndome tatuar.

_ ¿No había quedado claro que me gustaban los tatuajes?

 

 YoonGi sonrió de lado sin mirarlo, terminando de acomodar las tintas sobre una mesa de metal que le recordaba a las películas de terror donde tenían los utensilios de tortura. Cuando levando la vista y lo observo tras las pestañas y el leve delineado negro, el estomago del castaño dio un vuelco.

 

_ Si, siempre estas mirando mis tatuajes.

_ En mi defensa, nunca tienes camisetas – Se encogió de hombros.

_ No parece que te moleste además, es verano ¿Quién quiere usar ropa en su casa?

_ No me molesta, eres atractivo – Oh mierda, mierda.

_ Entonces mis tatuajes no son lo único que miras – Tae rio un poco nervioso y levanto las manos en señal de rendición.

_ No es mi culpa, me lo pones en bandeja de plata.

 

 El rubio abrió la boca para contestar pero en ese momento entro el chico con suéter rosado riendo de forma escandalosa mientras palmeaba el hombro de otro chico un poco bajo y muy delgado que le acompañaba en su risas.   

 

_ Ji Yong llegaste – Manos chocando como saludo – espero no te moleste que mi chico este aquí – De no ser porque la atención del recién llegado recayó en el la mandíbula le pudo haber llegado al suelo.

_ Para nada – contesto.

 

 TaeHyung pensó que nadie en ese lugar, o mejor dicho, algún conocido del rubio tenía algún tipo de vergüenza pues nada mas contesto el chico se quito la camisa sin dudar. Fue cuando se sentí en la silla de cuero negro que su cerebro conecto la información, finalmente cayendo en cuenta de que era el cliente. El “mi chico” bailándole en el cerebro como si una canción de red velvet le diera vueltas una y otra vez.

 

 Cuando logro superar su vergüenza por fin pudo observar el trabajo del rubio sobre la piel de Ji Yong. Era una manga conectada a la espalda – por eso se quito la camiseta – era la primera vez que observaba como se realizaba un tatuaje. El sonido de la maquina era agradable, la aguja trabajando sobre la piel, no. Imaginarse el dolor tampoco le ayudaba, aunque el chico lucia relajado mientras charlaba con YoonGi.

 

 Posiblemente no era tan doloroso como parecía. O tal vez el chico estaba acostumbrado ya – los demás tatuajes en su cuerpo se lo susurraban-.

 

 La sesión se llevo al menos una hora y cuarto de tiempo. TaeHyung no paraba de preguntar cualquier cosa que le pasaba por la cabeza, tiempo de cicatrización, como se lograba difuminar y la unión de colores una vez ya estaban en la piel. No era como una pintura húmeda en la que se podía colocar otra encima y lograr combinaciones o degrades. Al menos así lo percibía TaeHyung.

 

_ Lo mejor es hacer las combinaciones directamente en la tinta antes que en la piel, si no se lastimaría de forma innecesaria y la recuperación seria más lenta – le explico – A veces lo hago directamente, pero solo cuando son toques.

 

 Ji Yong se despidió de ambos agradeciendo el trabajo realizado y planeando la fecha para el último día de retoques y finalizar el tatuaje. Al castaño le habría gustado estar presente para eso, porque el tatuaje le parecía hermoso. Era una serie de imágenes pequeñas muy coloridas, adornadas con líneas finas y ornamentadas que le recordaban a las mándalas, todo rodeaba cuatro nombres en una letra tan pulcra y fina que a TaeHyung le dio envidia. Su letra era horrible.

 

_ Ven conmigo.

 

 Sin decir más YoonGi lo tomo de la mano, arrastrándolo al fondo del local. De no ser porque el rubio abrió una puerta en la última pared ni se entera de su existencia, estaba camuflada por telas y un estampado que jugaba como ilusión óptica – seguramente obra de Jimin al ser de color dorado-.

 

La puerta daba a un callejón un poco angosto que conectaba con dos calles principales. No era la única salida pues los demás locales también contaban con puertas traseras. Tal vez eran salidas de emergencia pero a Tae le recordaban a las salidas de desecho de los restaurantes que había visto en algunos viajes.

 

 Yoongi saco una caja de cigarrillos y un encendedor de sus bolsillos. TaeHyung inhalo aire suavemente, nunca lo vio fumando anteriormente, por lo que no sabia que lo hacia. El no fumaba pero encontraba bastante atractiva esa acción, por mas raro que le pareciera los demás, incluso desagradable, al castaño le gustaba, especialmente el olor del cigarrillo.

 

 Ver al mayor expulsando el humo con los ojos cerrados, ceño fruncido y el cabello desordenado escapándosele de la gorra, algunos mechones llegándole a las pestañas. YoonGi definitivamente no se lo estaba haciendo fácil.

 TaeHyung intentaba por todos los medios el no sentirse atraído por YoonGi en ningún sentido mas allá que el de una amistad porque, diablos, eran compañeros de alquiler y no quería luego tener una relación incomoda con alguien con quien vivía y le tocaria seguir viviendo. Llevaba días fantaseando con lo que seria poder si quiera besarlo y esperaba que todo pasara pronto, un crush pasajero, el chico con tatuajes sexy al que te quieres coger una vez en la vida y ya pero que no podías. Y YoonGi parecía que conocía sus pensamientos porque no paraba de querer tentarlo.

 

 Dándole esas miradas que lo ponían nervioso, parecía querer tentarlo con toques y cercanías un poco más allá de lo normal. Que alguien hiciera el favor de decirle que usara camisas normales porque con las musculosas podía ver mucho y nada al mismo tiempo y se estaba frustrando, muy frustrado.

 

_ ¿Te molesta que fume? – la voz devolviéndolo a la tierra. El halo de humo manteniéndose frente al rostro pálido le hacia querer ir allí, aspirar el humo y besarle un poquito.

_ No – la voz ronca, tuvo que aclararse la garganta.

_ ¿Fumar?

_ Tampoco, pero me agrada el olor – YoonGi rio.

_ Es extraño que alguien que no fume diga eso.

 

 Una oleada de calor recorriendo su cuerpo cuando el mayor expulso el humo hacia su rostro, sonriendo ladinamente, como un niño que comete una travesura y no se arrepiente. Tuvo que inhalar varias veces para calmarse, aquello le hizo sentirse muy caliente de pronto y tenía que disimular un poco.

 

_ Déjame preguntarte algo canelita – espero a que el menor asintiera - ¿Te atraigo?

_ ¿Qué? – las manos comenzando a sudarle al procesar las palabras.

_ Ya sabes – Se encogió de hombros, mirándolo desde abajo – Siempre estas mirándome de esa forma, en un principio pensé que solo se trataba de los tatuajes y las perforaciones, porque, cada vez que te quedabas mirándome la boca estuve a punto de saltarte encima.

_ Bueno ya que estamos siendo sinceros, eres caliente, si.

_ ¿Caliente? – La risa haciendo eco en el pasillo.

 

 Tae sentía el rostro ardiendo, aunque no le costaba expresarse en ese sentido no quería decir que no sentía vergüenza. Las manos aun le sudaban y que YoonGi prácticamente le decía sentirse atraído también no ayudaba en nada.

 

_ También eres caliente – Posiblemente estaba sonrojado hasta el cuello – tenemos dos semanas viviendo juntos y no nos conocemos casi nada. También me atraes pero no eres alguien que conocí una noche y no volveré a ver.

 

 Lo decía tan tranquilo, aplastando el cigarrillo con la punta de sus botas que TaeHyung se sentía un poco sofocado ¿ A que punto quería llegar?

 

_ No se como tratar contigo porque en cualquier momento te salto encima.

_ Mierda – YoonGi lo observo con el ceño fruncido por la sorpresa - ¿Tan obvio soy? Sinceramente esta charla no me la esperaba pero entiendo, somos compañeros de alquiler y todo el asunto de las relaciones complicadas pero no tiene porque existir una entre nosotros ¿No?

_ Para nada

_ Entonces hagamos algo muy sensato – La risa del mayor de vuelta.

_ ¿Qué seria?

_ Bésame.

 

                 _________________

 

 

 La lengua caliente y húmeda de YoonGi lo estaba mareando un poco.  Tenia los dedos enredados en el cabello rubio del mayor, en algún momento la gorra se había caído y sido olvidada en algún lugar del departamento.

 

 Recién acababan de llegar y entre tropezones y besos apresurados lograron ingresar a una de las habitaciones sin sacarse las manos de encima. TaeHyung sintió los dedos frios contra su vientre caliente, el contraste de temperaturas causándole un ligero estremecimiento, dejándole los vellos de punta.

 

 ¿Cómo podía el mayor tener las manos frías cuando estaban a treinta grados de temperatura? Cuarenta en la habitación.

 

Esta era la primera vez que el menor besaba a alguien con joyería en la boca, y si bien no hacia mucha diferencia, si era de cierta forma mas estimulante pues le hacia querer sentir la lisa esfera en su lengua y labios cuando succionaba un poco la lengua contraria. Quería atraparla entre sus dientes y tirar un poquito de ella, pero no sabia si aquello resultaría doloroso para YoonGi, así que se contuvo.

 

 Las manos del rubio sobre cuerpo, intentando quitarle la camisa una vez cayeron en la cama. La espalda del menor contra las sabanas rojas – definitivamente aquel era el cuarto de YoonGi – permitiéndole separarse un poco solo para quitar la estorbosa prenda. YoonGi se permitió observarlo desde arriba, apoyado en sus rodillas en medio de las piernas de Tae.

 

 El moreno tenía el cabello desordenado en todas las direcciones, los labios entre abiertos, húmedos y rojos por los besos, al igual que sus mejillas. Su dorso ahora desnudo mostraba su respiración acelerada. YoonGi quería tocarlo y besarlo en todos los lugares visibles.

 

_ No seas injusto – Soltó TaeHyung – Yo también quiero verte.

_ Pensé que estabas harto de hacerlo.

 

 YoonGi sonrió queriendo molestarlo mas aun así sujeto el borde de su sudadera para retirarla. Tae se sujeto de las caderas del mayor he impulso su cuerpo hacia adelante hasta alcanzar los tatuajes del pecho con su boca, dejando suaves besos y delineando los relojes con la punta de la lengua.  Ascendiendo, hasta llegar al rio rojo de tinta sobre su cuello, succionando y mordiendo un poco las higanbanas.

 

 Sus manos luchando contra el botón de los pantalones rasgados del rubio, hasta que cedió, dejando ver los bóxers negros apretados contra la erección.  Se relamió los labios antes de volver a dirigir su vista hacia el rostro del mayor, pupilas dilatadas y sonrisa ladina mientras terminaba de restirar la prenda, haciendo lo mismo con los de TaeHyung y los dejaba caer sobre el suelo.

 

 Pronto Tae volvió a tener al mayor sobre el, devorando sus labios con mordiscos y lamidas antes de descender por su cuello y pecho. Dejando lamidas sobre el vientre suave. Tae dejaba escapar suaves jadeos entre sus labios, algún que otro gemido también se escapa mientras YoonGi movía su mano sobre sus bóxers, molestándolo un poco pues no llegaba a tocarlo seriamente y la erección dolía.

 

 _ Eres lindo canelita – Los labios moviéndose entre la tela y la parte interna de sus muslos – Tu piel es muy suave – Quería devolverle las palabras, mas los dedos entrando en su ropa interior, rozando su glande no le dejaron pensar mas que en mover las caderas ellos. Perdiendo el contacto por el movimiento – Impaciente.

_ Hyung, deja de jugar o me iré y te dejare con el calentón – YoonGi no pudo evitar reír ante el comentario.

_ No lo harías, estas peor que yo.

_ Valdría la pena el sufrimiento.

 

 Un suspiro de alivio escapándose al sentirse libre de la última prenda. YoonGi lo masturbo un poco con la mano antes de apoyarla el pene en su lengua y presionar hacia arriba. Un gemido ronco desde el fondo de la garganta, no esperaba la estimulación de la esfera en la lengua, la pequeña pieza se presionaba sobre su carne son firmeza, alterando sus nervios por la nueva sensación.

 

 Cuando el mayor tomo el glande dentro de su boca, succionándolo y rodeándolo con la punta de la lengua tuvo que enredar sus dedos contra la cabellera rubia, apretando en un intento de controlarse y no embestirle la boca. Por el contrario, YoonGi sabia el cambio que podía lograr la pieza por lo que bajaba un poco más en cada succión, procurando deslizarla lo más que podía, pero los muslos del menor presionando su cuerpo no le dejaban mucho movimiento. Gruño en protesta y cambio de posición sus brazos hasta dejar las piernas morenas bajo ellos, sintiéndose mas libre descendió lo más que pudo, hasta tomar todo el pene en su boca.

 

 TaeHyung soltaba pequeños gemidos, comenzando a mover las caderas contra YoonGi traspasando la garganta una y otra vez. Al mayor no le importaba, le gustaba tanto dar como recibir sexo oral pero no iba a permitir que Tae terminara aun. Se separo de el, sonriendo un poco al ver el rostro del menor, frustrado al borde del orgasmo.

 

 Con el seño fruncido en su dirección, las mejillas tan rojas que parecían a punto de prenderse en fuego. Tenia los labios inflamados y maltratados de morderlos, al igual que su pene. El glande de un rojo furioso, hinchado y dejando escapar presemen hasta conectar con la piel de su vientre. Brillante por la saliva.

 

_ Bastardo – esta bien, se lo merecía, se veía doloroso.

_ Descubriste mi segundo nombre – Rio un poco ante la expresión sombría de TaeHyung.

 

 Sin poder contenerse mas introdujo una de sus manos en su ropa interior, tomando al fin su propia erección para liberarla de la tela. Cerrando los ojos cuando bombeo un poco. Mas el sonido de sorpresa de parte de TaeHyung le hizo abrirlos de nuevo en su dirección, sonrió ante la expresión sin dejar de masturbarse.  Hasta que sintió una de las manos de menor sobre la suya, apartándola. El pulgar del menos presionando entre la piel del glande y la esfera de metal le erizo la piel.

 

_ Mierda tienes una perforación – Un jadeo escapándosele mientras la mano del moreno se movía sobre el.

_¿Te molesta?

_ No, solo… solo es ¿Intrigante?

_ ¿Aun quieres tener sexo?

 

 Desvió su atención del piercing hacia el rostro, la sonrisa en los labios finos del mayor no desaparecía y TaeHyung sabia que era en burla por su concentración en la pieza y porque no dejaba de mover los dedos sobre el. Ignorando completamente el brillo divertido de los ojos contrarios, Tae asintió, porque no se sentía completamente seguro de pronunciar la palabra. No podía mentir diciendo que le causaba miedo o algo porque, joder, esa joya se veía sexy, intimidante si, pero nada que no pudiera manejar.

 

_ Entonces ¿De que sabor te gusta el lubricante?

_ ¿Tienes de banana?

 

 La risa de YoonGi inundando la habitación mientras buscaba el dichoso líquido y los condones en una de sus gavetas. Sin decir nada TaeHyung tomo una almohada y dio media vuelta, dejando el vientre contra la cama, exponiéndose al rubio sin vergüenza.

 

 Pronto sintió los dedos fríos por el lubricante jugando un poco con el, rodeándolo y presionando hasta introducir uno de ellos, moviéndolo en círculos antes introducir otro. Tae moviendo sus caderas contra la mano del rubio, gimiendo un poco y apretando la almohada contra su pecho.

 

 _ Hyung ya – tres dedos ondeando en el, estimulando su próstata hasta el punto de hacerle apretar los dedos de los pies.

 

 Apretó un poco las sabanas bajo su cuerpo, sintiendo como YoonGi se deslizaba en su interior hasta entrar completamente. Era un poco incomodo pues hacia algún tiempo que no tenia sexo. YoonGi pareció notar su tensión por lo que se quedo quieto y apretó su trasero con las manos para molestarlo.

 

_ ¿Disfrutando? – Rio TaeHyung.

_ Las vistas están muy bien – Dio otro apretón antes de retirarse y volver a entrar en el con mas seguridad. Tae gruño y fue el mismo quien empujo sus caderas.

_ Mas – La voz ronca. YoonGi apretó los dedos contra su piel, aumentando el ritmo.

 

 La espalda del moreno arqueándose al sentir a YoonGi masturbándolo nuevamente. Los gemidos llenando el lugar y el mayor arrepintiéndose de la posición pues no podía observar el rostro de Tae. Pero si podía observar su espalda, la piel brillante por el sudor, su trasero y como entraba y salía de su cuerpo.

 

 Las embestidas aumentando un poco de fuerza. Rozando su próstata con el piercing en cada movimiento. No podía pensar bien mas que en respirar, gemir y YoonGiYoonGi apretando la almohada.

 

 Sentía el calor del mayor contra su espalda, la respiración en sus hombros, los dedos dejando marcas en su piel y el movimiento ondulante de su vientre contra la piel de su espalda en cada embestida. Sus sentidos al borde, su piel caliente y sensible.

 

 Hundió el rostro entre las sabanas, el olor de YoonGi embriagándolo. Era la primera vez que lo sentía tan directo y joder que le gustaba.

 

 Su orgasmo le arrebato el aire de los pulmones en un gemido ronco. El cuerpo tenso y el placer vibrando desde su vientre hasta la punta de sus dedos. YoonGi murmurando maldiciones una vez se recupero, contrayéndose de nuevo a su alrededor. Unas estocadas mas bastaron para terminar, con el nombre del menor bailando entre sus labios.

 

 _ Eso estuvo bien – Dijo TaeHyung una vez recupero el aire. YoonGi recostado a su lado, observándolo con las mejillas rosas y jugando con el piercing de su lengua entre sus dientes.

_ y yo pensando que eras tímido, me engañaste canelita  - Un Ja! Incrédulo escapando de la boca del menor.

_ ¿Cuándo dije que lo era? Tu solito te engañaste.

_ Niño malo.

 

 Un grito de sorpresa escapando de su garganta tras un azote en su trasero. YoonGi escapo de la cama en dirección al baño para deshacerse del condón. TaeHyung quería ducharse pero sentía el cuerpo tan ligero – y cansado – que no quería levantarse. YoonGi abrió la ventana de la habitación, apoyado en ella mientras encendía un cigarrillo, se veía muy atractivo de esa forma ante los ojos del menor. Con la piel brillando por el sol, los tatuajes resaltando y el humo bailando a su alrededor.

 

 Definitivamente no se iba a arrepentir de tener sexo con el. 

Notas finales:

Pense que no podria actualizar hoy XD! fiuuu


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