Capítulo 1.
El inicio de todo.
Toda historia debe tener una presentación que deje en claro el propósito de los acontecimientos que ocurren, pero no hay forma de que pueda buscar un inicio para lo que ocurrió entre nosotros, simplemente ocurrió…como lo hacen las cosas más hermosas e inexplicables de este enredoso mundo. Si pudiera describir nuestra historia tendría que elegir muchas palabras pero ninguna podría describir lo que en mi mente se ha quedado, pero sí de relacionarlo con algo se tratase entonces usaría la palabra “Frágil”. No recuerdo el momento exacto en que nuestras miradas se cruzaron por primera vez porque lo he admirado tantas veces que es difícil recordar algo como eso, ¿Cómo no hacerlo? Dios, mientras todos los chicos del orfanato son un “4” él es un “11”. Es imposible no voltear hacia su dirección cuando él atraviesa el pasillo rompiendo el silencio con el crujir de una tableta de chocolate al encontrarse con sus dientes pero ni siquiera esto causaba tanto ruido como su inusual apariencia que provocaba diferentes reacciones en quien lo mirase:
Asombro; incertidumbre; admiración; inquietud; Miedo
Uno podía darse cuenta al mirar las expresiones de los demás chicos por lo que no cualquiera se atrevía a desafiarle de ninguna manera posible, lo sé porque he sido un fiel espectador que se ha acercado lo suficiente como para presenciar muchos momentos de su vida pero no demasiado para ver lo que ocurre en su interior, aunque dicen que puedes llegar a conocer más a una persona por sus acciones que por lo que dice, pero ¡Sé que hay algo detrás de esa ruda y fría faceta que busca demostrar con cada paso que da! Estoy seguro que con el tiempo lograré sentir la calidez que existe en su interior… - ¡Matt!-. Escucho que alguien me llama con mucha euforia desde la puerta de la habitación. Volteo en seguida para darme cuenta que ahí está aquel que ha estado ocupando mis pensamientos, solo desearía que no me estuviera llamando como si hubiera matado a alguien.
-Hey, ¿Qué sucede? ¿Se te ha acabo de nuevo el dinero para comprar chocolate? No voy a prestarte…- No pude terminar la frase porque fui violentamente interrumpido con un libro que ha impactado en mi cabeza.- ¿Qué rayos te sucede?, ¿El chocolate por fin te ha afectado el cerebro?
-¡Me has dejado plantado en la biblioteca! Tuve que terminar la tarea extra que Roger nos ha encargado por haber roto la ventana de su oficina con una pelota de béisbol.
-¡Fuck! Sabía que había olvidado algo importante, de cualquier forma ¡Tú rompiste la ventana al querer darle a Near con la bola! Yo solo fui una víctima de las circunstancias.
-¡Victima mis cojones! Debiste ayudarme a terminar con algo tan innecesario como un ensayo de mil palabras sobre la invención de las ventanas.- No pude evitar romper a carcajadas con eso último, Mello de verdad que podía llegar a ser muy tierno cuando está enojado, claro que de una forma muy abstracta que solo a alguien como yo podía resultarle así- Te daré algo de que reírte Mail Jeevas…- Se acercaba peligrosamente a mi dispuesto a darme un buen golpe y yo más que preparado para defenderme, cuando Roger apareció detrás de Mello con su singular expresión de cansancio que tanto le caracterizaba.
-Joven Keehl, ¿Podría dejar de causar problemas por lo menos un día? Castigarlo todo el tiempo se ha vuelto cansado.
-No puede castigarme de algo que aún no he hecho.
-Eventualmente lo hará. Usted es un imán de problemas pero no he venido a reprenderle sino a decirles que tienen que bajar inmediatamente a la entrada, los demás ya se encuentran allí.
-¿Es acaso un simulacro?
-Si estuviera al tanto de lo que pasa a su alrededor y solo de sus videojuegos, sabría la respuesta. Bajen de inmediato.
Mello y yo nos encontrábamos totalmente desconcertados así como muy curiosos por que fuera que nos estuviera esperando abajo, por lo que incluso Mello dejó a un lado su enojo apresurándome como siempre, quizás “L” por fin anunciaría a su próximo sucesor, si, debe ser algo como eso. Conforme nos vamos acercando a la entrada más se acrecentaba una extraña sensación dentro de mí, como si estuviera a punto de pasar algo que no pudiera detener. Al cruzar el umbral de la puerta pude escuchar muchos susurros que no alcanzaba a entender y el gran número de personas que se encontraban delante de mí no me dejaban comprender lo que pasaba.
-Denle la bienvenida al nuevo integrante de esta gran familia. El chico ha pasado por muchos momentos desagradables así como muchos de ustedes en algún momento, así que sean amables y demuéstrenle lo cálida que puede ser la Wammy’s House.
-Mello, ¿Un chico nuevo? ¿Puedes verlo? Estos chicos no me dejan ver nada…- No recibí respuesta alguna porque la curiosidad de mi “fiel acompañante” había sido tan grande que empujó a varios chicos hasta llegar al frente y no perderse de nada, “delicado” y “discreto” no existían en su vocabulario. Decidí hacer lo mismo porque el mal presentimiento no había desaparecido y además Roger no dejaba de contestar preguntas proveniente de los chicos, ¿Qué había de anormal con este chico? Debía verlo con mis propios ojos; al acercarme la sorpresa no cabía en mí, ¡Este chico era la viva imagen de “L”! , excepto por algo raro en sus ojos…
- ¿Acaso son rojos?