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Remembranzas por Uruhasa_13

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Notas del fanfic:

Woh casi un año (si no es que más de eso) sin subir nada. Me da mucho gusto estar de regreso por aquí, la escuela me tenía super atareada y el último ff que intenté subir fue muy poco popular. después de un rato reinventando muchos conceptos y deshechando borradores, quedó esta pequeña idea que a mi y a la señorita Uruhasa nos encantó. 

tengo que decir que este ff es el principio, traemos entre manos un proyecto más ambicioso y grande. espero que nos tengan paciencia porque la escuela nos ahorca *risas nerviosas* pero bueno, en fin, me alegra estar de regreso. 

Notas del capitulo:

disfruten y comenten!

Primer recuerdo:  Su nombre

 

 

El calor encerrado en el cuarto hacía que los humos dentro se hicieran todavía más densos. Los vecinos habían apagado sus luces unas horas antes ya adecuados a ese tipo de espectáculos por parte de la pareja que ahí residía; llamar a la policía era inútil sabiendo que en esa casa jamás había nada más allá que solo palabras.

-          ¡Si tanto te molesta entonces ya vete!

La voz rasposa de una de las partes afectadas rebotó en las paredes de la vivienda, amenazas vacías que se repetían una a una.

-          Tal vez lo haga, Sasuke – arremetió el afectado – pero esta vez no me ruegues para que vuelva

-          ¡Vete, Naruto!

La riña, que todo el mundo pensaba que era por una tonta trivialidad como era de costumbre, de hecho, era por un tema bastante serio. Naruto había interrumpido a Sasuke en media sesión de sexo con su secretaria, Ino Yamanaka, con quien le juró y perjuró que no había nada más que una relación meramente profesional.

-          Tú eres el que va a regresar con la cola entre las patas

-          Eres increíble – le dijo con voz más tenue – te regalé los mejores años de mi vida, maldita sea

El llanto de Naruto, la peor debilidad de Sasuke Uchiha; pero no importaba que él se hubiese equivocado, no quería permitirse doblegarse ante su pareja por cuidar su orgullo. No supo en qué momento la relación tan estable que compartían se había convertido en el estira y afloja que los aquejaba día a día.

-          A veces pienso que lo nuestro es como jalar una cuerda – Naruto se sentó en el sofá de la sala, genuinamente exhausto – hay noches en las que estoy bien con eso, puedo soportarlo – suspiró – pero a veces siento que la cuerda me quema las manos

Hubo una pausa un tanto larga, Sasuke sintió que el silencio de su novio le atravesó el pecho como mil cuchillos punzantes. Aún con todo eso, el azabache decidió seguir con la guardia alta, no perder la compostura.

-          Hoy fue diferente – dijo con un tono que ni Sasuke pudo ignorar

-          ¿Diferente? – preguntó con el corazón en la boca

-          Ya no puedo, Sasuke, la cuerda lastima demasiado – se puso de pie – creo que es hora de soltarla

El azabache no encontró ningún argumento inteligente, normalmente unos días durmiendo en el sofá hacían que todo se arreglara. Era comprensible, ni siquiera le gustaba Ino, pero las constantes peleas dejaban el sexo casi al mínimo y aunque Naruto podía vivir sin problemas con eso, él por otra parte, sentía que la entrepierna iba a explotarle en cualquier momento.

Naruto se levantó en silencio de su asiento para ir escaleras arriba mientras el azabache se quedaba ahí, mirando el espacio en el sofá que momentos antes había sido ocupado por el que consideraba el amor de su vida. Casi como si su cuerpo se moviera solo, fue escaleras arriba también, solo para descubrir a Naruto metiendo sus pertenencias en una valija.

-          ¿Estás planeando irte enserio?

-          ¿No fuiste tú el que me dijo que me fuera? – le respondió sin siquiera mirarlo y sin dejar de empacar

-          No lo dije enserio, hablemos

-          No Sasuke, ya han sido muchas – se detuvo por un momento – Esto sí que no te lo voy a perdonar

-          Al menos mírame a la cara – le dijo retándolo, pensando que no lo haría, que podría desarmar a Naruto como siempre lo hacía

Pero en lugar de sentirse intimidado, Naruto dejó lo que hacía para mirar a Sasuke a los ojos. El azabache sintió como se le removieron todas las entrañas, como su Naruto hubiese aprendido esa técnica de él para intimidarlo, era aterradoramente natural.

-          Me voy a ir Sasuke, me voy a ir porque me engañaste con la puta de tu secretaria, porque cada vez que regreso a casa del trabajo pienso en no volver, porque esta relación es una pérdida de tiempo

-          Naruto…

-          No, ahora me dejas terminar – tomó aire – me voy porque yo soy más importante para mí, porque valgo más que solo esto – señaló alrededor con sus manos – vivo aquí, pretendiendo una mentira que ya nadie se cree

-          Podemos arreglar esto, podemos conseguir un terapeuta

-          Guárdalo para tu secretaria, a lo mejor ella sepa lidiar con tus mierdas, Uchiha

El sonido del cierre de la maleta martillo en el cerebro de Sasuke, Naruto no estaba bromeando con irse en serio. Una mochila más fue llenada con más cosas, objetos personales como una computadora y cargadores de diversos dispositivos. Entonces, el azabache volvió a reaccionar cuando Naruto bajaba las escaleras, fue tras él, pero escuchar las llaves del chevy hizo que el corazón le diera un vuelco. Solo usaban ese auto cuando no querían pelear de camino al trabajo, no desde que Sasuke había comprado el Mercedes.

-          Naruto – le llamó como su último recurso – no… cásate conmigo

El rubio se detuvo con la mano en el pomo de la puerta, se giró con la cara más descompuesta que Sasuke jamás le vio poner. Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, pero no eran lágrimas de felicidad, al contrario, eran lastimosas muestras del dolor que Naruto estaba sintiendo.

No le respondió con palabras, tan solo se limitó a salir por la puerta, el sonido del motor encendiéndose hizo que Sasuke terminara de quebrarse. No pudo reaccionar de otra manera que no fuera gritar histérico. Bajó corriendo las escaleras, enojada, dolido; fue a la cocina, abrió las gavetas y empezó a tirar al suelo los platos, las tazas que Naruto había comprado para usarlas en pareja.

En su camino encontró una botella de wiski, él prefería el vodka, era una botella de Naruto. La tomó, le quitó la tapa de una manera muy bruta y se la empinó completa, sin siquiera sentir el sabor del licor.

El frenesí de romper cosas no se detuvo, cada cuadro, cada vaso que se estrelló en el suelo era una pequeña frustración de Sasuke. Todas las peleas del último año se fundieron en ese momento, se aseguró de sudar lo suficiente como para que las lágrimas se confundieran. Bebió hasta que le fue difícil sostenerse en pie, finalmente se desplomó sobre la alfombra en medio de su sala.

Y ahí tirado y medio consciente, descubrió que esa sensación de tener la cara entumida y el estómago revuelto le eran familiares. Antes de quedar completamente inconsciente tuvo una efímera visión, demasiado exacta para su propio bienestar.

Ahí estaba él, de quince años, su uniforme nuevo y bien planchado olía a recién sacado de la tienda. Los pasillos den instituto concurridos, las chicas lo miraban emocionadas, pero él solo estaba concentrado en llegar al salón de clases. Aunque había vivido toda su vida en esa ciudad, todos le parecían tan extraños que no se atrevía a dirigirle la palabra a nadie.

“Tendremos un nuevo estudiante” dijo el profesor al entrar. Tras él vino un muchacho rubio con ojos enormes y una estúpida sonrisa en su rostro, él pensó que tenía una cara ridícula, no le dio más importancia de la debida.

“Me llamo Naruto Uzumaki, ¡Deveras!”

“¿Deveras?” pensó Sasuke para sus adentros, nadie dudaría de su nombre, quedaba acorde con su sonrisa ridícula. Supuso que solo sería un idiota más, como el novio de su hermana que también ostentaba una sonrisa estúpida parecida al del nuevo.

El profesor lo sentó tras él y junto a Kiba, obviamente se llevaron bien, las sonrisas estúpidas debían estar juntas. Pero muy en sus adentros sentía mucha curiosidad por saber quién era, en un pueblo pequeño como ese todo el mundo se conoce, no era muy común ver rostros nuevos, supo enseguida que habría buitres a su alrededor. Sacudió su rostro, no debía interesarse por trivialidades tan tontas.

En el descanso se precipitó a la azotea, era el único lugar en donde las fanáticas no lo acosaban, las chicas en los pueblos pequeños se presionaban el doble habiendo tan poco de donde escoger. La soledad de ese sitio le venía muy bien, se agobiaba fácilmente entre todos ellos.

La soledad del Uchiha tenía muchas razones de ser, en un pueblo tan pequeño las apariencias lo eran todo, sentía la presión de su familia para que todo fuese como debería de ser. Sabía de su propia bisexualidad desde que tenía ocho o algo, pero estando en un lugar tan retrograda preferiría mantenerse al margen.

Pero no estaba solo, se dio cuenta de que el chico nuevo estaba acostado en el suelo al lado de su almuerzo. El descanso había empezado desde hacía muy poco y ese chico estaba roncando como una máquina.

“Idiota” dijo en voz alta, pensando que no lo escucharían.

“Es un gusto en conocerte idiota, yo soy Naruto” contestó el muchacho con una sonrisa estúpida sin abrir los ojos.

No supo qué fue o cómo fue, lo importante es que una risa se apoderó de su abdomen, Sasuke se sentó al lado del forastero interesado todavía más. En ese momento no pensaba en Naruto más que en un nuevo compañero, un nuevo amigo.

“Sasuke Uchiha” dijo para evitar ser llamado “idiota” de nuevo “Parece ser que ahora tengo competencia con las chicas” dijo bromeando.

“No la tienes” bostezó, estiró sus brazos en señal de cansancio para incorporarse “Soy gay” sonrió de medio lado “Sé que aquí no está bien, pero de dónde vengo es normal”

“Soy gay” repitió en su cabeza con la voz del rubio.

-          Yo también soy gay – rio como idiota – dije que era bisexual para que no sonara peor – eructó, tuvo que pausar y volver a tragar la flema – mi mamá de por si ya estaba enojada

Y entonces, quedó inconsciente.

 

 

-_

 

 

La luz le quemó los ojos a través de los parpados, Sasuke sentía que la cabeza le ardió de una forma indescriptible, ya había pasado mucho desde la última vez que se embriagó de semejante forma. Hasta el insignificante ruido de las llaves en el picaporte hicieron que su cerebro se fundiera, pero su corazón se aceleró, esperando que quien cruzara esa puerta fuese Naruto.

-          ¡Demonios! – escuchó desde el recibidor – aquí huele a baño de gasolinera

Fue cuando Sasuke deseó volver a estar inconsciente, era la inconfundible voz de su hermana menor. Estaba fastidiado porque sabía que ella no estaba sola, su hermano mayor también estaba allí seguramente; cerró los ojos con fuerza, como si intentara inhibir el parloteo de sus hermanos en el recibidor.

-          Claro que si – dijo Itachi, el hermano mayor – míralo, es un cadáver apestoso

-          Y patético – completó Okami, la hermana

-          ¿Quieren callarse? – les dijo Sasuke desde el suelo – me duele la cabeza

-          Destrozaste una buena cantidad de cosas ¿eh? – se burló el mayor – y quiero creer que usaste el sofá como letrina porque de otra forma no sé por qué huele tan rancio

El azabache se incorporó muy despacio, aún así no evitó que todo le diera vueltas así que tuvo que tomar un momento hasta que por fin pudo discernir lo que pasaba a su alrededor. Le dio mucha gracia que lo primero que vio fue la barriga de seis meses de su hermana, recordó que una de las últimas peleas con Naruto había sido sobre qué Okami debía hacer con el bebé cuando naciera. Obvio Naruto pensaba que debía quedárselo, pero él sostenía que el aborto era lo mejor.

-          Esto es el colmo – dijo ella cruzada de brazos – Naruto se pondrá histérico cuando vea lo que hiciste

-          Naruto se fue

-          Y no lo culpo – interrumpió Itachi, aún con ese tono burlón – le diste duro a la casa

-          Digo que se fue de verdad, empacó sus cosas y me gritó que no volvería

Un silencio sepulcral se hizo entre los tres hermanos, el temperamento de Sasuke y sus peleas con Naruto eran algo a lo que se habían acostumbrado, solo que esta vez sentían que todo era distinto. Sasuke estaba hecho un desastre, la noche anterior se había perdido en sí mismo, más de lo usual.

-          ¿Qué hiciste esta ves?

-          Tuve sexo con Ino… Naruto nos vio

Una vez más, silencio, incluso la risa tonta de Itachi se desvaneció en segundos, las palabras de Sasuke habían sido más fuertes de lo que habían esperado.

-          Esto es el colmo – susurró Itachi – ¿Qué hacemos? – le preguntó a su hermana

-          Llévalo arriba, yo lo baño y tu tratas de hacer que esto no parezca baño de fiesta rave

-          ¿Por qué yo tengo que limpiar el chiquero? Prefiero limpiar al cerdo

-          Porque no me puedo agachar – señaló su vientre

Al azabache mayor le pesó todo el cuerpo, estaba acostumbrado a lidiar con los problemas de Sasuke, pero odiaba hacer la limpieza. Cargó a su hermano escaleras arriba sobre su hombro, el susodicho parecía haberse resignado a que en ese momento estaba hecho un desastre y no solo físicamente.

La noche anterior había sido física y mentalmente agotadora, había bebido hasta perder la consciencia, pero lo único que tenía bien lúcido era el lejano recuerdo de la primera vez que vio a Naruto, en el colegio, en el pueblo de porquería del que había huido hacía uno años junto con sus hermanos y su amante.

-          Bien, hermanito – dijo con cierto enojo en su voz – terminemos con esto

Después de prácticamente desvestirlo y lanzarlo a la tina, Itachi espero a que esta se llenara con agua para salir; no pasó mucho para que Okami apareciera en escena, acercó un banco y con mucho cuidado se sentó al lado de la tina. Ninguna palabra fue requerida, ella tomó la esponja y algo de jabón para empezar a tallar.

-          ¿Qué demonios hiciste, Sasuke?

-          No lo sé – le dijo, no tenía sentido mentir – Ino es una zorra, yo estaba aburrido, las cosas se dieron solas

La muchacha no dijo nada, Sasuke sabía que sus hermanos estaban enojados con él, no podía culparlos. Él mismo se odiaba por todo lo que había sucedido y no solo era el asunto de Ino. Consciente o inconscientemente era él quien buscaba excusas para poder pelearse, Naruto también lo hacía, pero estaba seguro de que todo lo que pasó no era culpa de nadie más que él.

-          Debiste terminar la relación

-          Debimos terminar desde hace un año – cerró los ojos – nada fue lo mismo desde entonces… él me lo dijo, esto era como sostener una cuerda y finalmente él la soltó primero

-          Es normal, eres un imbécil

No pudo evitar reírse, Okami lo decía con tanta naturalidad que hasta él mismo le daba la razón. Pero en ese momento necesitaba aclarar su cabeza, tal vez la partida de Naruto era lo mejor, que el último año solo había sido un plazo de tiempo inútil, un intento pobre de arreglar una relación que ya no valía la pena.

-          Estoy segura de que Naruto puede encontrar a alguien mejor

-          Eres mi hermana, deberías estar diciendo que yo podría estar con alguien mejor

-          Eres incapaz de tener a nadie mejor que él

Quiso reír otra vez, pero no para él sino para ver si así suavizaba el ambiente, pero era obvio que su hermana estaba muy enojada al respecto. Decidió que no quería hacer que ella se enojara más de lo debido, no le haría bien ni a ella ni a la criatura que tenía en el vientre.

-          ¿Sabes por qué no le dije a Kiba que estaba embarazada cuando él se fue?

Un tema delicado, algo de lo que todos ellos trataban evitar hablar. Los asuntos de su hermana, o más bien, “ese” asunto era tabú desde que la ex pareja de Okami se había ido; en su vientre crecía el hijo del hombre que había escogido su comodidad antes de la mujer que amaba, pero se fue sin saber que ella estaba esperando.

-          No

-          Porque él se fue por su propio pie, quiere decir que está satisfecho con esa decisión

-          ¿Dices que Naruto está satisfecho con esto?

-          ¿Crees que estaría bien forzar las cosas? – le miró compasiva, olvidando por un momento que ella era menor – Sabes que te amo, estaré aquí siempre que lo necesites, pero también es mi deber decirte las cosas como son

Volvió a guardar silencio, permitió que su mente volara de nueva cuenta remontándose a la azotea del colegio justo después de la presentación del rubio. Naruto le había confesado ser gay tan a la ligera que incluso se sintió confiado él mismo.

“Eres muy valiente para andar diciendo esas cosas por aquí” le dijo con cierta prepotencia fingida “Esto no es la ciudad”.

“Es lo que dijo mi abuelo, cuando mi papá nos trajo aquí, fue lo primero que el viejo me dijo, que no lo mencionara”.

“¿Por qué me lo dices a mí?” recordó con claridad sentarse a su lado, esa aura tan despreocupada le atraía.

“Porque tienes ojos nobles”.

Soltó una carcajada, era la primera vez en mucho tiempo que se había reído así, el muchacho frente a él, el recién llegado era interesante. En ese momento, en esa época, no se le pasó por la mente tenerlo como un prospecto a pareja, solo creyó que estaba bien.

“Además me caes bien” sonrió de medio lado “¿Guardarás mi secreto?”

“Solo si prometes no besarme”

“Tonto” le dijo riendo “No eres mi tipo”

-          No vale la pena que te aquejes, Sasuke, ¿Qué es lo que pretendes hacer?

Su hermana lo había estado bañando durante casi una hora y media, su silencio le preocupaba, todo se tornaba más complicado en lugar de ser más ligero.

-          Quiero salir – le dijo Sasuke buscando la toalla – necesito ir con Itachi a limpiar, Naruto se volverá loco cuando vea lo que hice

-          ¿Aún crees que él regresará?

-          Claro que lo hará, no tiene a donde ir

-          ¡¿Por qué siempre eres tan arrogante?!

Él mismo quería darle la razón a Okami, claro que no lo haría por mero orgullo, no era como que quisiera perder la cabeza por ese asunto. Salió del baño y fue directo a su habitación que parecía haber sido atacada por un huracán, el colchón estaba roto, seguramente lo había hecho con unas tijeras; estaba muy mal, ahora debería conseguir uno nuevo.

El cuerpo le dolía, no sabía si por culpa del licor o por todo el esfuerzo físico que había hecho, lo importante era ponerse ropa y buscar comida. De la nada, el cuarto le pareció un lugar hostil, como si todo a su alrededor le dijera que había cometido el peor error. Fotografías y algunos cuadros que el ojizarco había pintado cuando recién se habían mudado a la ciudad.

-          Realmente te fuiste ¿eh? – se acercó para tomar un portarretratos del suelo, quebrado, pero con una foto de ambos – no puedo creer que lo hicieras – suspiró – tal vez así está mejor

Se vistió con lo que encontró, sus pertenencias también habían sufrido de su despecho, un par de sus camisas ahora eran inservibles, agradeció que Naruto se había llevado toda su ropa. Se miró al espejo que ostentaba una grieta gigantesca, se sorprendió de ver lo mal que estaba.

Tenía que admitir que era un narcisista, siempre se fijaba en su aspecto, tenía que verse perfecto cada vez que asomaba la cabeza fuera de casa. No siempre había sido así, solo de un año hacia adelante, todo empeoró desde ese momento.

“¿Qué no soy tu tipo?” le contestó el joven Sasuke a su nuevo amigo acostándose a su lado en la azotea, empezaba a caerle bien “¿Qué clase de hombre es tu tipo entonces?”.

“Alguien guapo, por su puesto” rio “me gusta el cabello largo, los chicos de cabello largo siempre son locos y misteriosos”

“El cabello largo me queda tonto, creo que de verdad no soy tu tipo” era interesante encontrarse con alguien que se había abierto a algo tan tabú como el homosexualismo. Seguramente haberse criado fuera de un pueblo pequeño había ayudado mucho, le envidió por tener una familia tan abierta a esas cosas.

Se incorporaron para comer, Naruto le contó a Sasuke que su papá había perdido su trabajo en la ciudad así que su abuelo les había ofrecido un lugar en la casa ya que no serían capaces de seguir pagando la renta del departamento en la ciudad. Tuvieron que pensarlo mucho porque ambos ya tenían su vida hecha allí.

“¿Qué dijo tu mamá?”.

“No lo sé, no la conocí, mi papá y yo somos solos”.

“Lo lamento” dijo Sasuke mecánicamente, realmente no lo sentía, había crecido en una familia nuclear convencional. Infancia común y corriente, dos hermanos, escuela común, nada diferente.

“Está bien, no la conocí así que no es como si me doliera o algo” abrió su caja de almuerzo, bastante impresionante, parecía sacado de una de las revistas de cocina que la mamá de Sasuke coleccionaba “Sé cocinar, mi abuelo también así que mi papá no se morirá de hambre”.

“¿Él no se ha vuelto a casar?”.

“Dice que por ahora no es su prioridad, pero me encantaría que saliera a citas, así no sería tan amargado”.

Charlaron por un rato más, hasta que la campana sonó dando a entender que su descansó había terminado. Ambos muchachos bajaron juntos, dejaron que todos vieran la nueva amistad que acababa de formarse, a las chicas les gustaba lo que sus ojos miraban, dos chicos hermosos estando juntos en los pasillos.

“¿Las chicas son así siempre?” preguntó Naruto al borde de la risa.

“Como no tienes una idea, Naruto”

Entonces, al entrar de nuevo al salón de clases y acomodarse en sus lugares, un grupo de muchachos de otra clase se apareció, Naruto miró a su amigo y este apresurado le contestó que era el primo de Hinata Hyuga y sus amigos, esa chica era sobreprotegida por los hombres de su “clan” como le llamaban a la familia en la escuela para hacerles broma.

“¿Cuál es su nombre?” preguntó Naruto mirando en esa dirección.

“Rock Lee, que sus cejotas no te engañen, es el capitán del equipo de soccer”.

“No” interrumpió “Su nombre”.

Fue cuando Sasuke cayó en cuenta de que Naruto estaba hablando de Neji Hyuga, el presidente de la sociedad de alumnos, el mejor estudiante de su generación y el capitán del equipo de esgrima. Neji pertenecía al grupo de muchachos asediados por las chicas, solo que él tenía a su club de fans en los salones de tercero, mientras que las de Sasuke estaban en primero.

“Neji Hyuga” le dijo Sasuke “Su nombre, Neji Hyuga”

“Neji Hyuga” repitió Naruto con un tono estúpido

En ese momento no lo entendió del todo, Naruto se había enamorado de Neji Hyuga, o, mejor dicho, no entendió la magnitud de lo que sus propias palabras habían logrado. No había pensado en ese día desde hacía mucho tiempo, había perdido la costumbre de recordarse a sí mismo que debía ser mejor que cierta persona para mantener a su amante contento.

De todas formas, no supo lo que hizo hasta mucho después, le dolió en el alma recordar eso en particular justo entonces, ya de por si se sentía muy mal por la partida de Naruto. Solo había pasado un solo día o menos que eso, necesitaba pensar las cosas mientras comía algo, eso era lo que seguramente estaba haciéndole falta, algo de comida.

Bajó las escaleras descubriendo que su casa ya nos e veía tan mal, habían recogido los vidrios rotos y aspirado la alfombra, olía a detergente, aunque algunas manchas de suciedad eran visibles en múltiples lugares, sin mencionar que el sofá despedía un olor muy sospechoso. Pronto todos esos pensamientos sobre el aseo de la casa fueron despejados por un olor a sopa caliente.

-          ¿Qué huele también?

-          Ramen instantáneo – le avisó Itachi poniendo un tazón en la mesa

-          Fue lo más sencillo que encontramos, toma – Okami puso una taza de café junto a la sopa

El azabache pensó que seguro la sopa sería una mala broma, aunque también podría ser que en su frenesí de ebriedad hubo acabado con todo lo demás entre destrozos, comilonas y vómitos. Optó por primero tomar la cafeína, le despertó el cerebro como él quería.

-          Tenemos que ir al médico después de esto – le dijo Itachi

-          ¿Ya vas a abortar?

-          Sasuke – le regañó

-          Está enojado – lo justificó Okami – déjalo pasar

Estaba bien, tenía que volver a hacer su vida común y corriente hasta que Naruto regresara, necesitaba mantenerse en orden para que el rubio no encontrara a un desastre con patas. La hostilidad hacia sus hermanos era solo un mecanismo de defensa, ese comportamiento suyo fue uno de los detonantes de todas las peleas.

Decir que todo era culpa suya también sería restarle importancia a su pareja, Naruto también se había transformado después de tantos años juntos, él también hacía cosas que sacaban de sus casillas a Sasuke. El dinero también era un tema de discusión, el trabajo de artista del rubio solo les daba unos pocos billetes por cuadro, casi todo el ingreso venía de la compañía donde trabajaba Sasuke.

-          Sabes lo que pienso al respecto – siguió Sasuke – no sé si debas criar a ese niño tú sola

-          Pensé que nos habíamos ido de ese pequeño pueblo por una razón

Ahora fue el turno de Sasuke de guardar silencio, las cosas no habían sido sencillas como pensaron desde que se habían de ido del pueblo un año atrás. En su momento, todos pensaron que era la mejor opción para todos, claro que solo fue el principio del fin.

-          Soy una mujer capaz de sobre llevar esto

-          Y nos tiene a nosotros – complementó Itachi – a la criatura no le va a faltar nada

-          Eso es lo que decían mamá y papá ¿Recuerdan? – arremetió Sasuke

Los hermanos quisieron apelar contra ese argumento, pero prefirieron no hacerlo, los tres sabían que el más afectado por el incidente un año atrás había sido el mismo Sasuke.

-          Creo que podemos tomar lo mejor de nuestra crianza – se defendió la muchacha – vivimos bien

-          Porque nuestros padres creían que podían controlarnos, nos dieron la espalda en la primera señal de problemas

-          Bien – interrumpió Itachi antes de que esa discusión se hiciera más agresiva que pasiva – es hora de irnos o perderemos la cita con el doctor

Después de la corta visita de sus hermanos, Sasuke se quedó solo terminando su desayuno, necesitaba terminar de poner las cosas en orden.

 

 

-_

 

 

-          ¿Crees que haya entendido, aunque fuese un poco?

Okami viajaba en el asiento trasero del auto de Itachi, este no la dejaba viajar adelante por motivos de seguridad. Efectivamente estaban de camino al doctor, pero eso no les quitaba que estuvieran muy preocupados por lo que había sucedido, a ellos les tomó por sorpresa la llamada que les había hecho Naruto la noche anterior diciéndoles que fuesen a ver a Sasuke en cuanto amaneciera.

-          Él no entiende – contestó la muchacha acariciando su vientre – necesitará más que esto para recapacitar

-          Tal vez le haga bien estar solo un tiempo

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer este primer episodio, nos leemos la semana que viene. 


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