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De festivales y subastas por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Antes que nada, muchas gracias a quienes leyeron y comentaron mis anteriores oneshot: La pareja del profesor y Entre la superficie y el mar. El día de hoy les traigo un oneshot que escribí para una actividad que se realizó en el grupo de Facebook Shhh... SasuNaru NaruSasu, la cual consistía en subastas... ¡y así salió esta idea! XD Espero que les entretenga al menos un rato, va dedicado especialmente a quienes no ganaron la subasta del oneshot pero querían leerlo :D Por cierto, algo raro pasó con mi archivo. El día que terminé de editarlo para la actividad de Facebook, juro que me marcaba más de 8 mil palabras, pero cuando lo revisé para antes de esta publicación, ¡solo eran poco más de 4 mil! O de verdad necesito con urgencia unos lentes nuevos, o Word me trolleó la semana pasada O.O

Como siempre esperaré sus comentarios con saludos, golpes, pedradas, jitomatazos, felicitaciones, bombas, cebollazos, amenazas, flores y demás. Sin más que añadir: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La idea es producto de mi desvariado cerebro viendo la emoción que se desató en el grupo de Facebook por la idea de las subastas.

 

Equivalencias (según internet):
1 yen – 0.01 dlls
10 yenes – 0.09 dlls.

100 yenes – 0.92 dlls.

1000 yenes – 9.19 dlls.

DE FESTIVALES Y SUBASTAS

 

La preparatoria para varones Konoha era una de las escuelas más prestigiosas de la zona, pero también era conocida por las extravagancias en sus festivales. En ocasiones parecía que por el hecho de que todos sus alumnos eran hombres se atrevían a realizar actividades más estrafalarias. Precisamente se acercaba un nuevo festival escolar y Uzumaki Naruto, el Presidente de su clase, se encontraba reunido con su Vicepresidente, Nara Shikamaru, para evaluar qué clase de actividad realizaría su grupo.

-Todos los lugares para obras de teatro están ocupados –enumeró Shikamaru-, ya hay varios puestos de comida, una casa del terror y ya nos ganaron la idea de realizar un café cosplay.

-Esa era la mejor idea que teníamos –suspiró Naruto-. Estaba convencido de que lograríamos juntar bastante dinero para nuestro viaje escolar.

-Pues tendremos que pensar en otra cosa porque falta poco tiempo.

Naruto se quedó observando la ventana del salón cuando de pronto recordó algo que vio en una película la noche anterior. Se puso de pie sonriendo radiantemente, lo que le dio un mal presentimiento al Vicepresidente.

-Ya tengo la idea perfecta, Shikamaru.

 

Los alumnos del grupo de Tercero C habían llegado a la conclusión de que tal vez su primer gran error fue elegir al hiperactivo Uzumaki Naruto como Presidente de su clase, de otra manera no estarían presenciando su brillante sonrisa mientras en el pizarrón colgaba el letrero sobre su gran plan para el festival escolar: una subasta. Y no una subasta cualquiera, ya que su gran idea era “ofrecer” a los chicos de la clase. De inmediato las protestas y reclamaciones se dejaron escuchar, pues no les gustaba el hecho de que cualquiera pudiera comprarlos. Shikamaru podía sentir un dolor de cabeza aproximarse, así que antes de llegar a ello intervino para callar el alboroto.

-No vamos a subastarlos a todos –aclaró-. Si hubieran dejado que Naruto terminara de explicar, les habría informado que únicamente se subastarán a los más populares de la clase.

-Exacto –siguió el rubio con emoción-. Shikamaru y yo investigamos, hicimos encuestas y determinamos que estas serán las diez personas subastadas.

Pegó otro letrero donde enlistaba a los afortunados, o mejor dicho, desafortunados cuyos servicios serían vendidos al mejor postor. Entre ellos se encontraban Shimura Sai, Sabaku no Gaara, Yuki Haku, Hyuuga Neji, Inuzuka Kiba, Nara Shikamaru e incluso Uchiha Sasuke, quien ciertamente era el chico más popular de toda la escuela, pero resultaba ser también el novio del Uzumaki.

-Un momento –habló el Vicepresidente-, ¿qué hace ahí mi nombre?

-Sé de muy buena fuente que varios pagarían bastante por ti, Shikamaru –respondió el rubio-. Eres el estudiante más listo de Konoha, después de todo. Hay que hacer sacrificios por el bien de los demás.

-¿Ah, sí? ¿Entonces por qué no está tu  nombre anotado en esa lista?

-Soy el Presidente de la clase y quien dirigirá el evento, por lo tanto no puedo ser subastado. Pero sé que juntarán mucho dinero incluso sin mí. Hasta Sasuke está dispuesto a participar en todo esto.

-¡Debes estar bromeando, idiota! –reclamó el mencionado- ¡En ningún momento preguntaste mi opinión!

-Vamos, según nuestras investigaciones, con todos ustedes podríamos recabar suficiente dinero para poder ir a más lugares durante nuestro viaje escolar –insistió Naruto-. Siempre nos hemos distinguido en Konoha por ser un grupo muy unido, ¡pues este es el momento para demostrarlo!

Los discursos del rubio eran legendarios por la emotividad que podía transmitir, pero en esos momentos los que serían “subastados” no estaban nada convencidos de ello. Sin embargo el resto, al ver que estaban a salvo, comenzaron a reflexionar y empezaron a apoyar la idea.

-¡El Presidente tiene razón!

-¡Sí, deben hacerlo por el grupo!

-Además solo serán esclavos por un rato, ¿qué podría pasar?

 

De esa manera comenzaron los preparativos para su gran evento. Sai, el artista del salón y a quien en realidad la idea le parecía divertida, ayudó a realizar carteles donde promocionaban la subasta. En cuanto sus compañeros los pegaron por toda la escuela, de inmediato el resto de los estudiantes se mostraron emocionados e interesados. Acudieron a Naruto y Shikamaru para despejar sus dudas sobre qué podían hacer con los subastados.

-Cualquier acto obsceno o pervertido está prohibido –aclaró el Nara, mirándolos con sospecha-, así que bórrenlo de esas problemáticas cabezas.

-Además dudo que cualquiera de ellos se deje hacer algo así –comentó el de ojos claros, sonriendo con diversión-. Mi vengativo novio seguro que como mínimo le rompería la nariz a quien intentara propasarse con él.

El resto de los presentes sintió escalofríos ante el comentario... ¡porque era totalmente cierto! Ninguno de ellos había olvidado que antes de que Naruto y Sasuke se volvieran pareja, esos dos eran muy conocidos por meterse constantemente en peleas con pandilleros, o entre ellos mismos (la razón por la que la mayor parte de Konoha se sorprendió cuando supieron de su noviazgo no fue debido a que ambos eran hombres, sino porque ya los habían visto romperse la cara mutuamente en un par de ocasiones).

Varios alumnos no dejaban de mostrarse sorprendidos por el hecho de que Uchiha Sasuke apareciera como uno de los chicos que serían subastados. Sí, era realmente popular, y sí, seguramente varios de los presentes habían fantaseado con él alguna vez, pero su relación con Uzumaki Naruto era de dominio público y probablemente eran la pareja más popular dentro de Konoha porque golpearon a varios estudiantes que tuvieron la osadía de insultarlos por dicho noviazgo. Cuando regresaron después de una semana de suspensión (luego de que un idiota homofóbico terminó en el hospital), ya nadie más se opuso a ello y prácticamente toda la escuela les dio su bendición.

 

A pesar del riesgo implícito, la mayoría aseguró su presencia en la subasta porque tenían un interés en particular en alguno de los participantes. Y viendo todos los beneficios que podrían obtener, el rubio no dudó en extender la invitación también a los profesores, afirmando que sería divertido se involucraran en esa actividad que estaba despertando tanto furor entre los estudiantes. Quizá el segundo gran error de la clase C fue no ponerle límites a su Presidente para llevar a cabo sus “malévolos” planes.

 

Después de clases, Naruto y Shikamaru fueron a casa de Sasuke para entre los tres comenzar a planear todo lo necesario para su evento. Puede que el Uchiha siguiera molesto con la idea de participar en la dichosa subasta, pero Naruto no solamente era su novio, sino también su mejor amigo, así que iba a ayudarle en todo lo posible por más absurda que le pareciera la situación.

-No debería extrañarme que ofrecieras a tu pareja a algo como esto –dijo el moreno-. ¿Qué clase de novio eres, idiota?

-El único en su clase.

-Ya te hemos dicho que dejes de parafrasear a Shrek –le recordó Shikamaru

-Lo siento, pero es difícil resistirse.

Acordaron hacer propaganda de la subasta por medio de carteles que incluyeran hora, lugar y la lista de quiénes podrían ser comprados. El de ojos azules sugirió preparar una colección de disfraces y dejar que los ganadores de la subasta eligieran cuál juego de prendas usaría su “compra”. Los otros dos de inmediato descartaron la idea, recordándole que lo más posible es que el chico que comprara a Haku quisiera vestirlo de mujer, y que a pesar de su apariencia tan delicada, su amigo podría trapear el suelo con cualquiera de ellos.

-Cierto –respondió Naruto, sintiendo escalofríos-. Haku enojado es muy aterrador.

 

Estaban acordando la lista de cosas que no se podrían hacer con los subastados cuando Uchiha Itachi, hermano mayor de Sasuke, llegó a casa. Saludó a los chicos y tomó asiento a su lado, fatigado luego de su jornada estudiantil en la universidad.

-¿Qué es todo esto? –les preguntó con curiosidad

-A tu brillante cuñado se le ocurrió la magnífica idea de organizar una subasta para nuestro festival –respondió el Uzumaki, señalándose con orgullo

-Oh, genial –sonrió el mayor-. ¿Y qué van a subastar?

-A los chicos más populares del grupo, de acuerdo a la investigación de tu estúpido cuñado.

-¡Hey! ¡Más respeto a tu Presidente, bastardo!

-Siempre es increíble escuchar con cuánto amor se hablan –murmuró el Nara, suspirando

-Terminas acostumbrándote –le dijo Itachi, divertido-. Pero en realidad estoy de acuerdo con Naruto en que parece una muy buena idea.

 

Para horror de Sasuke y Shikamaru, el Uchiha de cabello largo comenzó a soltar sugerencias que el rubio anotaba con emoción (no por nada era un genio y Naruto lo respetaba por ello). Con su ayuda planearon toda la logística para el día del evento, así como ayudar al de ojos claros explicando la manera en que debería conducir la subasta para mantener el orden.

-Es una lástima que en mis tiempos no se hicieran actividades tan divertidas en Konoha –comentó el mayor

-Participaste en una obra de teatro –le recordó su hermano-. Y fuiste la princesa.

-Recuerdo que seguiste recibiendo flores de tus admiradores hasta que te graduaste –rió Naruto

-Por supuesto. Si hubiera estudiado con ustedes, te aseguro que fácilmente desbancaría a Sasuke del primer puesto de popularidad. Incluso es probable que serías mi novio y no el suyo.

-Ni en tus sueños, hermano.

-¿Lo ves, Sasuke? Es por esa actitud posesiva que tengo total confianza en ti sin importar el resultado de la subasta.

El Uchiha más joven arqueó una ceja, pero no hizo más preguntas o comentarios. Tal vez había juzgado demasiado pronto a su pareja y en realidad éste tenía planeado no permitir que cualquiera lo comprara. Después de todo no era ningún secreto que Naruto era igual o hasta más posesivo que él.

 

Así llegó el tan ansiado festival escolar y los chicos de la clase C que no serían subastados armaron todo un escenario en el patio de la escuela. El Presidente y Vicepresidente pidieron permiso para utilizar el equipo de sonido pues necesitaban un micrófono y bocinas para que todo mundo los escuchara, ya que su evento realmente reunió a gran parte de los estudiantes. Todos llevaban puestos sus uniformes escolares, ya que la mayoría de los chicos a ofrecer se negaron rotundamente a utilizar cualquier otra ropa para destacar su físico. Y esa parte del plan había sido sugerencia de Sai, no de Naruto, quien lamentó la decisión de sus compañeros, pero no le quedó más remedio que respetarla.

 

-¡Bienvenidos todos a la primera subasta de estudiantes de Konoha! –saludó el rubio con alegría, sosteniendo el micrófono-. Aquí tenemos a los diez chicos que voluntariamente han ofrecido sus servicios para este acto y a quienes podrán adquirir.

-Me siento como un objeto –murmuró Shikamaru

-Por eso te dije que no debiste permitir que él condujera el evento –bufó Sasuke, cruzando los brazos

-Hay que admitir que Naruto es bastante carismático al hablar –añadió Sai dando un paso al frente, pues sería el primer subastado.

-Aquí tenemos a Shimura Sai, quien como todos saben, es reconocido por su talento en las artes, especialmente el dibujo y la pintura. Vamos a comenzar la subasta con mil yenes.

 

Varios estudiantes comenzaron a pujar por el pelinegro. Resultó bastante entretenido cuando el club de teatro comenzó a reunir sus ahorros en vista de que ninguno podría ganar por su propia cuenta. Al final obtuvieron la victoria y por la cantidad de cuatro mil yenes compraron al chico, afirmando que él sería de gran ayuda para hacer la escenografía para su próxima puesta en escena.

 

Hyuuga Neji se mostró realmente agradecido porque su mejor amigo, Rock Lee, estuviera en otra clase. Ya que a pesar de que varios chicos con intenciones sospechosas intentaron comprarlo, al final fue su enérgico amigo quien salió victorioso, e incluso de la emoción subió al escenario para abrazarlo. Si fuera otra persona lo habría empujado, o se sentiría avergonzado por tal espectáculo, pero conocía a Lee desde la infancia, así que ya estaba acostumbrado a esa actitud y simplemente se dejó hacer.

 

-A continuación tenemos a Yuki Haku, un chico dulce, atento y experto en la ceremonia del té. Empezaremos la subasta con mil yenes.

De inmediato muchas manos se alzaron y comenzaron a lanzar sus ofertas. Todos los subastados, incluyendo a Haku, se sorprendieron por la enorme reacción que provocó. Claro, todo quedó explicado cuando comenzaron a escuchar los comentarios sobre que la belleza de Haku era un oasis para los heterosexuales entre toda esa testosterona. El chico se sintió ligeramente ofendido por ello, sin embargo antes de poder decir algo, el aterrador entrenador Momochi Zabuza gritó su oferta de cuatro mil quinientos yenes, a la cual ya nadie pudo hacerle competencia. Haku lo observó con tan evidente cariño que los demás retrocedieron. Ya sospechaban que algo extraño ocurría entre esos dos.

-Eh… Bien, vendido al entrenador Zabuza –declaró Naruto, saliendo del shock ante tan dulce escena.

 

El siguiente subastado fue Inuzuka Kiba, conocido por su amor a los canes y precisamente quien lo compró fue el impuntual profesor Hatake Kakashi, ya que quería que el chico atendiera a sus perros y les diera un baño. Kiba se encogió de hombros porque no le parecía un mal escenario. Podría haberle ido peor

 

Después llegó el turno de Shikamaru, quien se limitó a suspirar cuando comenzaron a pelearse por comprarlo. Lo malo es que todos los interesados en él eran chicos conocidos por sus malas calificaciones, así que ya podía verse toda la tarde haciendo tareas de otro. Que al final resultó ser “otros”, cuando Suigetsu y Juugo de la clase A lo compraron. En esos momentos realmente quiso ahorcar a su Presidente.

 

-Nuestro penúltimo participante es el pelirrojo Sabaku no Gaara –declaró Naruto-, ex capitán del club de artes marciales y tercer mejor estudiante de la clase C. Es un poco callado, pero eso lo vuelve fantástico para escuchar tus problemas y aconsejarte, ya que es bastante objetivo y sensato. Comenzamos la puja con mil yenes.

De inmediato los presentes comenzaron a elevar la suma. Sai miró con burla al pelirrojo porque Gaara había comentado que no creía que ofrecieran gran cosa por él debido precisamente a que hablaba poco; sus grandes discursos estuvieron destinados a su club mientras fue capitán. El Sabaku no quería saber para qué lo querrían esos sujetos (al menos no lo miraban como hicieron con Haku), por suerte se aseguró de tener un as bajo la manga.

 

Cuando las ofertas llegaron hasta los tres mil yenes, el tiempo se acababa y ya nadie más ofrecía, los integrantes de la clase C (excepto el subastado) creyeron que ganaría el actual capitán del club de artes marciales, quien por cierto parecía estar mirando al chico con anhelo, Naruto alzó el micrófono mientras con la otra mano levantaba su cartera.

-Ofrezco tres mil cien yenes y con eso se cierra la subasta, así que gano yo.

Gaara sonrió de medio lado al ver que su plan funcionó, mientras que el resto de los presentes se quedaron en total silencio antes de que el caos estallara.

-¡Eso no es justo!

-¡Fue un plan deliberado que ofertaras hasta el último minuto!

-¡Nunca dijiste que nosotros también podíamos participar! –alegó Sai, desilusionado

-Afortunadamente –murmuró Gaara, agradecido

-¡¿Qué demonios significa esto, idiota?! –reclamó Sasuke- ¡¿Por qué rayos compraste al mapache cuando ese dinero pudiste gastarlo en mí?!

-Sasuke –dijo con calma el Uzumaki-, a pesar de tu carácter en realidad puedes relacionarte más fácilmente con las personas que Gaara. Sabía que esto le causaría serios problemas por su forma de ser y él también es uno de mis mejores amigos, así que quería ayudarlo –lo sujetó de la mano-. Siempre has dicho que una de mis cualidades y defectos es querer proteger a las personas, por eso te pido que me entiendas.

Muchos se conmovieron ante tan emotivas palabras, mientras que el moreno arrugó el ceño sin apartar la vista de su traidor novio. Él lo conocía bastante bien.

-… Dime, Naruto: ¿qué fue lo que te prometió?

-Una semana de todo lo que quiera en Ichiraku Ramen a cambio de no permitir que ningún idiota me comprara –respondió el pelirrojo a sus espaldas

-¡Gaara, era nuestro secreto!

El Uchiha tuvo que usar todo su autocontrol para no golpear al imbécil que tenía por pareja. Debió imaginar que se trataba de algo así. Desde el principio supo que si existía algo que podía opacarlo en el corazón de ese atolondrado rubio, era su otro gran amor: el ramen. Resultaba patético haber sido derrotado por un alimento; desgraciadamente no era algo tan sorprendente cuando salías con el cabeza hueca número uno en sorprender a la gente.

 

Luego de que Shikamaru tuvo que intervenir y asegurar que la oferta de su compañero era totalmente válida (aunque él tampoco estaba del todo convencido), el público volvió a tranquilizarse y pudieron continuar. Hasta hacía un rato, no estaba preocupado por el momento en que fuera su turno. Pero en vista de la reciente traición de la que fue objeto, ya no podía sentirse tan tranquilo, sobre todo después de ver que los profesores también podían ofertar. El Uchiha tenía viejas cuentas pendientes con un par de ellos.

-Y para concluir con la subasta de los chicos de Tercero C tenemos a Uchiha Sasuke, el más popular no solo de nuestro grupo, sino también de toda Konoha –anunció el rubio con entusiasmo-. Otro ex capitán pero esta vez del club de kendo, el segundo mejor estudiante de la escuela y puede intimidar a cualquiera con una sola mirada. Justo como la que me está dedicando en estos momentos.

Los demás rieron porque era cierto. Si las miradas mataran, el moreno sería nuevamente soltero porque ya habría asesinado a su compañero.

-Como se trata de un raro espécimen, iniciaremos con mil quinientos yenes.

-¡Mil setecientos!

-¡Mil ochocientos!

-¡Dos mil!
Todos giraron de inmediato las cabezas al ver que quien había soltado el último grito era nada más y nada menos que el profesor Orochimaru, quien daba la aterradora clase de Biología. La gran mayoría coincidía en que era un sujeto bastante extraño al que le encantaba realizar experimentos y que tenía un cuestionable fetiche con Sasuke. Por suerte otros estudiantes siguieron ofertando, pero el profesor pelinegro cada vez ofrecía más dinero.

 

La subasta se estaba volviendo tan reñida (y cara) que el Uchiha ya estaba planeando su escape para evitar caer en las garras de Orochimaru. Tendría que elegir un lugar remoto donde no pudieran encontrarlos, porque pensaba llevarse a Naruto con él. Claro, primero iba a torturarlo lentamente por meterlo en esa situación para empezar (y por haber comprado a otro, pero antes muerto que admitir que estaba celoso del maldito Gaara). Justo cuando la subasta llegaba a su final, el Uzumaki le lanzaba su mejor mirada de cachorrito disculpándose por una travesura y Orochimaru sonreía de esa forma escalofriante que podía provocar pesadillas, el imponente Director de Konoha (conocido por todos como

“A”) se puso de pie trasmitiendo toda la confianza y soberbia que siempre lucía.

-Diez mil quinientos yenes en efectivo y en este momento.

Todos quedaron impactados por la cantidad de dinero que el Director estaba dispuesto a soltar para tener a Sasuke solo por un rato. Mientras que el aludido no sabía si sentirse aliviado de que Orochimaru no lo ganara, o atemorizado por quién lo había hecho. Él y A no tenían la mejor relación debido a los choques entre sus personalidades orgullosas: A lo consideraba un chiquillo grosero, mientras que el moreno jamás dudaba en llamarlo anciano (incluso una vez le sugirió que ya debería retirarse por su avanzada edad).

-Diez mil quinientos yenes a la una… A las dos… Y a las tres… ¡Vendido al Director A!

El resto de los presentes no estaban muy seguros de cómo reaccionar, así que poco a poco comenzaron a aplaudir y vitorear.

 

Ya que los estudiantes habían sido subastados, la multitud comenzaba a dividirse, pero para sorpresa de todos, Naruto volvió a hablar por el micrófono, pidiéndoles que permanecieran en sus lugares.

-Tenemos una subasta sorpresa más. Yo dije que habíamos terminado con los estudiantes de la clase C, pero ahora tenemos a nuestro querido tutor: el profesor Umino Iruka.

El hombre de cabello castaño y piel bronceada subió al escenario sonriendo con pena. No sabía cómo es que se dejó arrastrar a ese alboroto, pero ya no podía retractarse. De inmediato los gritos de emoción volvieron a escucharse, salvo por una réplica.

-¡Eso no es justo! –fue Kakashi quien gritó- ¡Quiero regresar a Kiba y ofrecer ese dinero por el profesor Iruka!

-¡Hey! –protestó ofendido el menor

Sin embargo Naruto ni Shikamaru aceptaron la devolución, de modo que el profesor de cabello gris tuvo que presenciar cómo otros ofertaban por su querido compañero. Y para su desgracia, quien terminó comprándolo fue su viejo amigo y rival: el profesor de Historia, Obito.

-¿Cómo te quedó el único ojo que tienes, Kakashi? –se burló para luego comenzar a reír con maldad

-¡Me las pagarás, Obito!

Iruka se limitó a suspirar porque aunque las disputas entre esos dos eran conocidas por todos, eso no significaba que fueran más soportables.

 

Finalmente el gran evento de la clase C concluyó y su Presidente agradeció a todos por su asistencia y participación, afirmando que era una lástima que ese fuera su último año en Konoha, porque le hubiera encantado repetirlo durante el siguiente festival. Luego de semejante declaración, Sasuke lo golpeó en la cabeza mientras el Vicepresidente le arrebataba el micrófono antes de que les saliera con otra sorpresa.

 

¿Y qué pasó al final con los subastados?

Neji y Gaara pasaron una agradable tarde con sus amigos Lee y Naruto respectivamente. Bueno, en el caso del pelirrojo, prácticamente tendría que invertir en su rubio compañero la misma cantidad de dinero que éste gastó en comprarlo, pero prefería eso a tener que soportar los ojos soñadores de su reemplazo como capitán. Sai realmente fue obligado a dibujar y pintar todo el escenario para la próxima obra del club de teatro de la escuela. Al principio estaba entusiasmado, pero al final como la jefa del club y sus compañeros no se ponían de acuerdo y pedían muchos cambios, el moreno estuvo cerca de arrojarse por la ventana para escapar de ellos. Shikamaru tuvo que realizar gran parte de las teorías pendientes de Suigetsu. Por suerte Juugo en realidad solo ayudó a su amigo a comprar al Nara, quien definitivamente jamás volvería a hacer caso a las ideas del rubio Presidente.

 

Haku también pudo disfrutar del festival en compañía del profesor Zabuza. Los demás seguían sin entender cómo es que esos dos, siendo totalmente diferentes, podían congeniar de aquella manera… La atmósfera que despedían era tan dulce que preferían no acercarse a ellos. Kiba terminó bañando y paseando a todos los perros de Kakashi, lo cual no habría sido nada malo si no fuera porque tuvo que escuchar los lamentos y quejas del profesor por el hecho de que Obito había comprado a Iruka. Hablando de estos dos profesores, Obito obligó a Iruka que modelara diferentes vestuarios que tomó prestado del club de teatro y tomó fotos para con ellas chantajear a Kakashi y hacer que se muriera de envidia (y no, no se estaba vengando porque su antiguo amor platónico Rin hubiese estado enamorada de Kakashi alguna vez).

 

Y por último Sasuke se vio obligado a ser el esclavo y asistente personal del increíble “Señor Director A”, como el hombre le obligó a que lo llamara. Naruto estaba orgulloso de que su novio resistiera tan estoicamente dicha humillación, pero también estaba asustado de lo que le haría en represalia una vez volvieran a casa (el Uchiha podía ser un sádico cuando se lo proponía). Sin embargo al final todo su plan rendiría frutos, porque su clase sería la envidia de los grupos de tercero cuando sucediera el viaje escolar. Por ahora se conformaría con tomarle fotos a Sasuke para después mostrárselas a su cuñado. Oh, sí, el riesgo a su integridad física realmente valdría la pena.

 

FIN

THE END

OWARI


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