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Er rennt durch den wald por canneloni

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Les traje una nueva historia, espero que les guste.

De nuevo, no tengo idea de cómo poner más de una advertencia, si me explicaran estaría eternamente agradecida.

Esta historia contiene incesto y mpreg, algo de shota también.

De nuevo, espero les guste.

Notas del capitulo:

Este capítulo es más introducción que otra cosa, pero dice cosas importantes.

Ya saben, si les gusta, comenten.

 

…·

Nacido en Berlín, Alemania. De larga cabellera negra que le tapaba la mitad derecha de su bonita cara. Grandes ojos de un atrapante celeste destacados por delineador negro y una chica, delicada, respingada nariz. Piel pálida y lechosa, en donde la boca pequeña de labios carnosos destacaba por ser de un rosa obscuro que casi parecía rojo. Delgado y bajito para su género y edad, unos escasos metro cincuenta, haciéndolo de una estatura menor a su gemela por diez centímetros. Cintura fina, caderas anchas, nalgas voluptuosas y torneadas piernas. Todo su cuerpo estaba libre de vello. Fácilmente confundido con una mujer por su evidente androginia. A él no le enojaba eso realmente, pues comprendía a esa gente. Eso no quitaba el que le cansara siempre escuchar lo mismo, pero no pensaba cortarse el cabello ni cambiar su forma de vestir, pues se sentía cómodo así.

Amante de los suéteres enormes que le llegaban a la mitad de los muslos y le cubrían los dedos. Siempre de colores rojos o grises oscuros, a veces verde otoñal. Acompañado de jeans de cuero tan pegados a sus piernas que más bien parecían leggins. Converse negros y botas negras acordonadas de distintos diseños eran sus calzados habituales. Con negros chokers adornando usualmente su cuello.

Luciendo serio e imparcial en todo, manteniéndose al margen. Pocas expresiones recorrían su rostro en presencia de otras personas. Callado, pocas veces hablaba con alguien más allá de su hermana. Tampoco era como si platicara mucho con ella. Notablemente distanciado de su familia, sin amigos destacables.

Era totalmente contrario a su hermana mayor en personalidad y estilo, pero de rostros idénticos. Brünhild Adlersflügel era energética y positiva, comúnmente saltando y hablando. Vestía siempre con colores beige y pasteles. Faldas cortas y blusas bonitas. Tacones grandes que la hacían todavía más alta de lo que ya era para Bartholomäus. Rizado cabello castaño hasta por debajo de los hombros. Con la piel más bronceada que la de su hermano, pero sin dejar de ser blanca. Rosados labios siempre en una sonrisa alegre. Maquillaje leve pero bien usado, ojos celestes y pómulos siempre sonrojados. Un físico similar al de su hermano, pero con pechos medianamente grandes.

La muchacha era amante de los perros, tenía tres y eran enormes. Su compañero de útero prefería los gatos, siendo el consentidor amo de Annika, una peluda gatita negra no muy amigable, como el mismo Bartholomäus.

Ellos eran hijos de Günther y Therese Adlersflügel. Él de 36 y ella de 34. Günther era castaño de ojos verdes, piel bronceada y musculoso. Tan alto que su hijo al lado de él se sentía como un niño pequeño. Siempre lentes de descanso reposando sobre su recta nariz. Barba en su cuadrada mandíbula de pocos días. Vestido siempre de camisas blancas y pantalones oscuros de vestir. Therese, por otro lado, tenía una corta cabellera negra, amarrada a veces por un moño. Muy parecida a sus hijos, ojos azules y de piel blanca un poco pálida. De vestidos negros ajustados cortos y con los mismos gustos por tacones altos que tenía su hija. Ellos podían denominarse como una familia feliz, sin grandes conflictos. Pero la realidad distaba mucho de ser así.

El hermano de Günther, Jürgen, se mudó a los Estados Unidos por una muchacha llamada Hannah Smith. Rubia de actitud mansa y muy distraída. Crédula hasta la médula. Jürgen, sin embargo, era el gemelo mayor de Günther, pero con el cabello más obscuro y mucho más musculoso. Según algunos, ponía nerviosa a la gente que pasaba mucho tiempo cerca de él. Su hermano menor no pensaba lo mismo. Así que, al irse Jürgen, Günther no tardó en acompañarlo.

Therese tenía un amigo estadounidense con muchísimo dinero, él les consiguió una casa bellísima a los límites de un pequeño pueblo en Oregon, junto a un bosque. Günther consiguió un trabajo en la misma escuela a la que irían sus hijos, ejerciendo de profesor. Su mujer, siendo médica, hizo lo mismo, consiguiendo empleo en un hospital de la zona en la que vivirían. Fue un proceso largo y cansino, pero lograron su objetivo.

Brünhild y Bartholomäus tenían opiniones dispares. Para la joven fue un cambio completamente radical, no vería a sus amigas de nuevo ni al chico que le gustaba. No iría a su preciado instituto. Tendría que acostumbrarse a hablar la mayor parte del tiempo en otro idioma. A ella no le entusiasmó para nada el cambio. Un caso diferente era el pequeño chico, quién sí le alegraba el irse. Nunca le gustó su instituto, su casa no le era agradable y no tenía a nadie a quién extrañar. Siempre le gustó el inglés y consideraba que un cambio de aire le sentaría bien. Necesitaba sacarse toda esa basura de encima de una buena vez.

A ellos no les dijeron el motivo de dejar el país tan abruptamente, pero los hermanos no preguntaron nada. Supusieron que por trabajo o algo así. Gran sorpresa les esperaba.


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