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Invación Uchiha. por yuhakira

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Notas del fanfic:

Declaimer. Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, yo solo los uso por diversión personal, sin animo de lucro ni nada parecido.

 

Sera un fic largo pero espero terminarlo pronto.

Notas del capitulo:

Primer capitulo de presentacion, espero lo disfruten.

Naruto es un joven estudiante de último año, lleva una vida tranquila y despreocupada, sus padres son amorosos y comprensivos, sus compañeros de estudio también lo son, y todo parecia ir bien, todo marchaba bien, hasta que un día todo cambio.

 

Jiraiya golpeo la puerta de su habitación, por la música alta no pudo escucharlo desde la planta baja cuando lo llamo por su nombre, por eso había tenido que acercarse hasta su puerta.

 

— Tus padres quieren hablar contigo, baja un momento.

— Pero viejo, estoy haciendo trabajos ya sabes, soy un estudiante muy ocupado.

— Obedece pedazo de ser humano.

 

Tomándolo por el abdomen lo bajo como un saco de papas hasta dejarlo frente a sus padres, el diminuto cuerpo de Naruto, en comparación claro del de su tío, no pudo resistirse al agarre. Sus padres empezaron a hablar, decían algo acerca de un trabajo importante que no podía aplazarse, de cómo siendo aún menor de edad no podían dejarlo solo, pero que llevarlo con ellos tampoco era una opción, su tío era el único que tenía tiempo de cuidarlo y vigilar sus estudios, lo que esperaban también ayudara a subir sus notas, le dijeron de golpe que ya todo estaba arreglado, que no se preocupara, se mudaría con su tio a la mañana siguiente a primera hora, sus padres debían irse esa misma noche.

 

— ¿Queeeee? — grito Naruto una vez le dieron espacio de decir algo.

— Contamos contigo hijo. — Dijo Minato mientras ponía una de sus manos sobre su hombre en un acto solemne y respetuoso.

— No pueden hacerme eso, solo me falta este año, que sera de mis amigos y de la gente que conozco… y por que debo ir tan lejos, a donde van a estar ustedes, ¿porque no me lo dicen? ¿ porque no son claros? ya comence el año escolar, ahora debo entrar en otra escuela...

— Hijo como te digo, son situaciones que se nos salen de las manos, papa y mama tienen un trabajo importante que cumplir, por favor — Kushina, mama de Naruto lo acerco a su pecho y lo estrechó entre sus brazos. — hazme una mama orgullosa, si mi pequeño girasol.

— Mama por favor no me llames así, quiero que sepan que no estoy nada de acuerdo con esto.

— Despídete de tus padres, luego empaca tus cosas, salimos mañana temprano.

 

Los ojos de Naruto se aguaron, trato de no llorar, pero en cuanto su mamá volvió a abrazarlo las lágrimas salieron de sus ojos, no era como si no volviera a verlos, pero no sabía lo que estaba pasando, ellos jamás habían hecho tal cosa, y ahora de un momento para otro solo decían que debían irse, sin decir a donde ni cuando volverian; era consciente que si lo enviaban con su tío era porque el viaje duraría mucho tiempo, no lo iban a someter a un cambio de escuela si no fuera necesario.

 

Sus lágrimas no dejaron de salir en un rato, su padre intentó calmarlo pero las cosas empeoraron cuando los vio cruzar la puerta; un miedo inmenso de que no volvería a verlos lo invadió, corrió a través de la puerta pero ya era demasiado tarde, el taxi que los había estado esperando arrancó sin darle tiempo de detenerlos, Jiraiya desde el porton le pidió que entrara, cuando Naruto se acerco trato de limpiar las lágrimas, pero sus ojos ya estaban rojos e hinchados, lo estrechó entre sus brazos, no tenia forma de contestar las preguntas que salieron de su boca, casi inentendibles por su angustia, pero claras debido la situación.

 

El no sabía nada tampoco, simplemente había recibido una llamado urgente de Minato solo un par de horas antes, le había dicho que necesitaba que le hiciera un favor, uno importante. Fue en cuanto pudo, hizo las mismas preguntas que Naruto hiciera pero no hubo respuesta, tampoco le dieron la opcion de decir que no, ya tenían todo arreglado, debía llevarse a Naruto, hacerse cargo de él; le dejaron suficiente dinero como para cubrir sus necesidades por los menos dos años, ¿acaso eso era todo lo que iban a durar lejos?,

 

— No le pides un favor así a cualquiera.

— No tengo más opción, lo hare, solo traten de comunicarse.

— Eso es un poco difícil pero haremos todo lo posible.

 

Luego de calmarse Naruto fue hasta su cuarto, apagó la música, las luces, y se durmió.

 

A las siete de la mañana, del día siguiente Jiraiya llamo de nuevo a su puerta, tardo un poco pero finalmente salio, ya estaba arreglado, tenía listas dos maletas al lado de su cama, y una caja con su xbox, y alguna fotos. Desayunaron antes de irse, algo de chocolate con huevos y pan. Jiraiya subio las maletas a la parte trasera de su camioneta, era un viaje de cinco horas hasta la zona en la que él vive.

 

Era un pueblo pequeño, pero agradable, Jiraiya vivía al lado de la carretera antes de llegar al centro del pueblo. Naruto solía ir a visitarlo una vez al año en vacaciones de fin de año, iba junto a sus padres para celebrar las festividades, Jiraiya era la única familia que tenían, era un anciano divertido, tenía maravillosas historias que contar sobre la guerra que Naruto amaba escuchar, pero también era un pervertido, cada una de sus historias enredaba alguna mujer en baños termales o piscinas, enfermeras, o incluso compañeras suyas, por eso se había acostumbrado a tratarlo de forma irrespetuosa y confianzuda, su madre solía regañarlo en ocasiones, pero Jiraiya rápidamente lo ponía en su lugar con algún golpe bajo.

 

Antes de salir de su zona en la ciudad, Naruto diviso lejos a su mejor amigo, entonces recordó que no se había despedido de nadie, que no le había dicho nada, sabía que si se iba sin avisarle este jamás lo perdonaría.

 

— Viejo detente, rapido hazlo.

— ¿Ahora que es lo que quieres? —Jiraiya trataba de orillar la camioneta, cuando Naruto bajó la ventanilla.

— ¡Gaara! ¡Ey!

 

El pelirrojo detuvo su andar para esperarlo, vestía el uniforme del colegio, y se sorprendió de verlo en ropa de casa.

 

— ¿Que sucede? ¿vas a faltar hoy?

 

Naruto se acerco a él corriendo una vez el auto se detuvo, escuchó la voz de su tío desde atrás gritándole que no se tardará. Cuando por fin estuvo a su lado, lo abrazo y las lágrimas volvieron a salir.

 

— Oye, ¿estas bien? ¿que sucede?

— Me sacaron el colegio, ahora vivire en Konoha, voy con mi tio. —los ojos de Gaara se abrieron de par en par.

— Tienes que estar bromeando. —Naruto se pego mas a él, y las lágrimas volvieron a salir— ¿Tienes que irte ahora, no puedes esperar un poco? hay que avisarles a los chicos, tienes que al menos despedirse de los demás, ¿por cuanto tiempo va a ser?

— Lo siento, no puedo hacerlo, el viejo tiene algo que hacer en cuanto lleguemos allá, odio esto, por favor, explicale a los demas, igual podemos seguir escribiendonos, no es como si no pudieramos volver hablar, pueden ir cuando sean vacaciones, ya veran sera divertido.

 

La voz del mayor se escucho a lo lejos, llevaba el tiempo contado. Naruto seco sus lágrimas y volvió a abrazar a su amigo, luego se alejó dejándolo confundido, ya en la camioneta seco sus lagrimas de nuevo, sus ojos seguían rojos e hinchados, un par de minutos despues se durmio recostado contra el ventanal de la camioneta.

 

Alrededor de las dos de la tarde llegaron a su destino, Naruto se había despertado solo un par de minutos antes, no había dormido bien la noche anterior; su rostro estaba rojo y sudoroso por el sol, el viejo ni siguiera se había tomado la molestia de acomodarlo, al mirarse en el espejo descubrió la marca que los bordes de la puerta había dejado sobre su rostro, pasarían un par de minutos antes de que desaparecieran.

 

Jiraya entro en la casa y rasco su cabeza, era un espacio pequeño pensado únicamente para él, jamás había pensado en compartirlo con alguien, cuando Minato y su familia lo visitaban por lo general armaban una carpa en la parte trasera de la casa, siempre había un buen clima por lo que no tenían mayores inconvenientes. Observo a su alrededor, todo era visible desde la puerta principal, a su derecha estaba la cocina con un par de trastes sucios en el lavaplatos, la nevera y unas despensas con vivieres, justo al lado estaba lo que era su habitación, era el espacio más grande del lugar; de frente e izquierda estaba lo que era la sala con el televisor, justo detrás un comedor de cuatro puestos con con libros desordenados sobre la mesa, y un estante alborotado con algunos objetos de colección, armas y cosas así; sin duda alguna el lugar había visto mejores años, pero su profesión no le dejaba mucho tiempo para mantener ordenado, o esa era la excusa que se daba así mismo; por lo general Kushina en sus visitas lograba darle un aire familiar y ordenado al lugar, aunque nunca lo lograba por completo; en el extremo izquierdo había una escalera que llevaba al segundo piso, allí no había nada, bueno, era su oficina, una mesa en el centro, con su portatil y muchos libros apilados contra las paredes. —¿Donde voy a meterlo?— a Naruto por supuesto. Se percató entonces de que el susodicho estaba parado a su lado observando extrañado, seguramente estaba pensando lo mismo.

 

— Creo que por ahora no tenemos más opción que el sofá.

— ¿Que? no, tu duerme en el sofa. —Dijo Naruto entrando en el cuarto, Jiraiya corrió y lo tomo por el brazo— soy un adolescente, estoy en medio de mi pubertad, si no tengo una habitación que pueda cerrar, me verás haciendo cosas que estoy seguro no quieres ver.

 

Jiraiya lo medito por un momento sin duda tenía razón, él era hombre también, y tampoco quería ser visto haciendo sus cosas. El espacio era reducido, y se maldijo por eso, volvió a examinar el lugar, solo tenía una opción.

 

— Hagamos lo siguiente, yo tengo que salir, hasta mañana iras a la escuela, entonces vas a organizar lo que es el comedor y lo que hay arriba, bajaras mi oficina y ese sera tu cuarto —dijo señalando el segundo piso— no subire nunca, así que no tienes que preocuparte por que te vea, ¿de acuerdo?

— ¿Pretendes que me quede solo limpiando? eres un viejo abusido.

— Hazlo, hay comida en las alacenas busca algo que puedas comer.

 

La puerta se cerró tras él, no le había dicho a donde iría ni cuándo volvería, el pueblo no era muy grande así que si fuera a buscarlo seguramente lo encontraría en alguna taberna haciendo investigación para su próxima novela, curiosamente el viejo tenía bastante éxito con sus novelas eróticas.

 

Miro a su alrededor, sin duda tenía mucho que arreglar, solo si decidía hacerlo porsupuesto. Subió las escaleras y observo lo que sería su habitación, la cantidad de libros era descomunal le costaría mucho trabajo contarlos, pero sobre todo llevarlos a la planta baja; el espacio no era muy grande, solo cubría lo que era la sala y el comedor del primer piso, tenía una enorme puerta ventana que daba a un pequeño balcón; estaba seguro que los libros no habían sido usados durante mucho tiempo por la cantidad de polvo que tenían encima, pero sin duda el viejo no lo dejaria deshacerse de ellos; se dio cuenta que no tenía otra opción, a menos que prefiriera dormir en el mullido sofá; sin pensarlo dos veces se puso en la tarea de hacerlo, primero organizó el comedor, para poder colocar allí el portatil, los esferos y los apuntes del viejo; luego trato de organizar los libros que estaban alrededor, para ver cuantos lograba bajar. Unas horas después terminó arrojándose sobre el sofá, estaba agotado de bajar y subir las escalera cargado de libros, pero estaba orgullosos de su trabajo, había logrado acomodar en la planta baja al menos la mitad de los libros, los demás los había dejado contra la pared, convirtiéndolos en un muro perfecto de libros que estando limpios eran bastante agradables a la vista; todo aquello le había servido para olvidarse por un momento por lo que estaba pasando. Ahora quedaba un problema mas que no había advertido.

 

— ¿En que carajos voy a dormir?

 

Ni siquiera había terminado de organizar su espacio y ahora debía desordenar todo para buscar algo en lo que poder dormir, y como si no fuera suficiente su estomago empezó a rugir. Antes debía comer algo, aún había sol afuera y desde el desayuno y un par snacks que encontró en la cocina no había comido nada mas, no podía culpar a su tío por eso, él no tenía la experiencia para hacerse cargo suyo, ¿en qué demonios pensaban sus padres?

 

El clima era cálido, y estaba sudado por lo que debía tomar un baño antes de salir. Al lado del comedor estaba la puerta que daba a la parte trasera de la casa, desde ahí se podía acceder al baño y al enorme patio. Una vez estuvo listo salió de la casa, solo debía caminar un par de metros para acceder al pueblo, y otros mas para el centro, antes de llegar a su destino encontró un lugar que llamo su atención, al parecer se trataba de un sitio de comida rápida, pero le daba la sensación de estar en un lugar de alta categoria; entro nervioso, sabía que no llevaba mucho dinero y le asustaba pensar que no le alcanzara ni siquiera para comer una hamburguesa.

 

El mesero se acerco a su mesa minutos después de que el entrara, lo saludo cordialmente y le acerco el menu, espero un poco a que Naruto respondiera su saludo, pero el chico no respondió, entonces le hizo saber que volvería unos minutos después. Naruto había quedado en silencio en cuanto lo vio caminar hacia él; era un joven adulto de alrededor de unos 25 años, cabello corto y ojos negros, tez blanca, cuerpo fornido, completamente hermoso, había quedado absorto en su imagen y no había sido capaz de responderle, se asusto con lo que estaba pensando y volvió los ojos a la carta, sin duda esos precios podia pagarlos, le alcanzó para la hamburguesa unas papas y una gaseosa. El local estaba vacio, solo eran unos cinco mesas, y él era el único cliente, apenas entraba la tarde, y el local recibía toda la luza naranja del atardecer de forma magnífica; el dependiente salió de la trastienda y empezó a caminar frente a él, Naruto trago saliva no podía quedarse sin habla de nuevo.

 

— ¿Ya pensaste que vas a ordenar?

— Mmm si, una hamburguesa con papas y gaseosa

— ¿Que sabor de gaseosa quieres?

— Negra.

— Ok.

 

El dependiente camino unos pasos hacia adelante y luego volvió.

 

— Estoy acá hace unos meses, y nunca te había visto, ¿porque no te acercas a la barra y charlamos un rato? no es temporada de vacaciones así que supongo que eres nuevo por acá.

 

Naruto lo siguió sin decir nada, se sentó en la barra y el dependiente siguio derecho a la trastienda.

 

— Hola.

 

El saludo venia de alguna parte del local, pero él no había visto alguien mas, giró el rostro y entonces lo encontro, otro chico parecido al que lo había atendido, pero este llevaba el cabello largo y sus uñas iban pintadas de un tono morado muy oscuro, era incluso más atractivo que el otro; volvió a quedarse sin habla sin saber que decir.

 

— ¿Eres mudo?

— No, lo siento, hola —Naruto trato de que el tono de su voz no sonara muy nervioso— nunca los había visto en el pueblo.

— Oh, puedo decir lo mismo de ti —el dependiente volvió con su pedido.

— Vivire acá a partir de ahora, pero vengo todos los años desde que era niño para las vacaciones.

— Mmm. Nosotro llegamos hace meses, ya perdi la cuenta, pero como no te conocia igual te doy la bienvenida…

— Naruto, mi nombre es Naruto, gracias.

— Naruto, bello nombre, mi nombre es Shisui, el chico que ves de ese lado es Itachi, se que tiene cara de malo, pero no prestes atenciòn es realmente muy tierno.

 

A partir de hay su día se hizo mucho más agradable, Shisui era un tipo serio, pero amigable, Itachi por otro lado no había participado mucho en la conversación, tal vez porque noto la forma en que lo perturbaba su presencia, no de forma negativa claro, algo dentro de Naruto se sentía completamente excitado, sus ojos oscuros le penetraban el alma y se sentía descolocado.

 

— ¿Con quien vas a vivir? —preguntó Shisui

— Con el viejo Jiraiya

— ¿El viejo? —Esta vez hablo Itachi— ¿Que eres de él?

— Su sobrino, bueno en realidad no soy su sobrino real, apadrino a mi padres en su boda y siempre ha estado con nosotros así que es como mi tío, se hará cargo de mi por un tiempo.

— Interesante, ¿Estudias aún verdad, cuántos años tienes quince?

— Si así es.

— Wow, eso lo hace mucho más interesante. —Esta vez fue Shisui el que cerró la conversación.

 

Cuando salió del local ya había anochecido, su conversación con los dueños del local le había dejado un dulce sabor de boca, no había forma de que su estadía en el pueblo de Konoha fuera a ser aburrida, al contrario, prometía muchas cosas interesantes.

 

Cuando volvió a casa, encontró a Jiraiya sentado en el sofa, estaba algo tomado, sus mejillas estaban de un fuerte color rosado y los ojos le brillaban, lo invito para que se sentara a su lado, comía pollo apanado, Naruto que acababa de comer igual se sentó a su lado y comió, las ventajas de ser adolescente.

 

— Me encanto como dejaste todo, estaba preocupado pero lo hiciste bien.

— Si claro, di eso, pero ¿donde se supone que voy a dormir?

— Jajaja no te preocupes tu tío Jiraiya, el escritor más importante de todo el lugar ya había pensado en eso —los ojos azules de Naruto se abrieron de felicidad— claro, puedes subir el sofa.

— Ah, eres un viejo loco.

— Tranquilo solo juego contigo —el puchero enojado de Naruto cambio por un rostro alegre de nuevo— sube.

 

Naruto dejando lo que tenía entre los dedos subió a lo que desde esa noche sería su nueva habitación, encontró una cama sencilla ya armada y tendida, lista para poderse ir a dormir

 

— ¡Gracias!

— Bienvenido a casa.

 

Esa noche durmió tranquilo despues de todo lo que había pasado, no sería tan malo vivir allí; aún no sabía nada de sus padres, le había preguntado a su tío antes de dormir, pero él solamente le había dicho que no se hiciera muchas ilusiones de hablar con ellos pronto.

 

Notas finales:

Gracias, por leer, pronto habrá actualización, un abrazo, no se olviden dejarme sus comentarios.


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