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Los Arcanos por MadeInJapan

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Notas del fanfic:

Los Personajes de Yu  Gi Oh no me pertenecen. Escribo sin animos de lucro. fanfics Re-subido. Lo voy a terminar. 

Los Arcanos

By MadeInJapan

Capítulo 1: El Mago

Barajaba como todo un experto las cartas ágilmente. El individuo sentado a su lado observaba asombrado la presteza del muchacho con las cartas, de pronto se detuvo, y el muchacho quien expertamente revolvía las cartas miró a su acompañante con detenimiento para luego tomar el mazo de cartas y posarlos en una tela color lila al centro de esta.

—Corta en tres el mazo hacía tu lado —. Indicó el joven a su acompañante.

El aludido asintió e hizo lo que le pidió el muchacho.

—Ahora elige uno de esos tres montones —. El otro obedeció expectante e hizo la acción. — Bien — dijo el muchacho muy concentrado.

Tomó el montón que eligió el otro hombre y prosiguió a dar vueltas las cartas una por una formando un círculo. Se detuvo un momento para observar las cartas en unos segundos que parecieron ser eternos al otro individuo…

—Debes tener cuidado, posibles problemas legales relacionados con un familiar—. Advirtió el muchacho — hay una mujer con hijos, es tu esposa posiblemente, tiene problemas en su interior, probablemente debe afectarle al colón tiene que acudir al médico prontamente antes que se agrave.

El otro interrumpió sorprendido.

— Así es tengo una esposa y un hijo y hace unos días mi esposa me ha comentado que tiene unas molestias, ciertas inflamaciones…

Pasó un buen rato leyendo las cartas al otro hombre hasta que terminó la consulta.

— ¡Eres increíble acertaste en todo! aquí mi pago — dijo sorprendido para luego extenderle un billete. Se alejó pensando en las palabras del muchacho.

El muchacho quedó en el mismo lugar instalado con sus viejos jeans azules y una sencilla camisa de color rojo y sus viejas zapatillas deportivas esperando por otro interesado sentado en pose de indio en el pasto de una plaza con su mazo a la vista y un pequeño letrero "Tarot", era su trabajo de medio tiempo, su habilidad transmitida de generación en generación. El aburrimiento lo invadió y se dispuso a jugar con su teléfono móvil hasta que otro interesado podría acercarse y así ganar otro poco de dinero. Tenía tres horas más para su próximo trabajo de ayudante bibliotecario.

xxx

Tecleaba tan rápido en su inseparable notebook, más de los acostumbrado, no estaba pasando por una buena racha y tenía que tener listo ese proyecto antes que fuera arrebatado por su competencia. La compañía estaba pasando por duros momentos – de cierta forma – inexplicables para el empresario. Todo empezó en la bolsa. Las acciones comenzaron a decaer, suceso extraño para el enorme conglomerado empresarial Kaiba Corp, conocido bajo las iniciales KC. El dueño y empresario Seto Kaiba, el hombre más codiciado en el mundo empresarial, el reconocido genio con tan sólo 22 años, estaba en la cima o eso intentaba mantener tras bajas en los programas virtuales para niños que creó con tanto esmero. El parque de diversiones ya no rentaba como se esperaba en la temporada primavera-verano. Suspensión en cuatro países de Europa la construcción de nuevos parques de diversiones "KaibaLand" debido al decaimiento de la bolsa y otros problemas más, agregando nuevos negocios e innovaciones en el área Retail con productos tecnológicos que por fuerza mayor fueron suprimidos.

Trabajo duro que le ha costado sudor y sangre tras ser educado bajo las estrictas y casi violentas normas para que su coeficiente intelectual haya sido trabajado por años, casi una máquina y sacrificando su tiempo y no poder ver a su hermano menor mientras estaba en su entrenamiento bajo su padrastro, quien para el castaño afortunadamente se suicidó por sucesos inexplicables.

Kaiba Corporation estaba pasando por un momento delicado en donde las bajas en la bolsa de las acciones iban decreciendo cada día, los clientes optaban por la competencia y decenas de huelgas de los trabajadores operativos de KC. Estaba creándose un tremendo caos debido a esos problemas la cancelación de los proyectos anteriormente mencionados. El genio joven de porte elegante, cabellos castaños y ojos azul oscuro revisaba caso por caso y elaborando un proyecto para mantener el valor de la compañía, el patrimonio y para ello necesitaba crear un proyecto de emergencia y así ejecutarlo, no obstante, tenía muchos impedimentos, entre ellos, el directorio de la empresa, o más bien, los accionistas más ancianos de la empresa. No podía deshacerse de ellos por órdenes de su padrastro –legalidades- que aún muerto le hacía la vida imposible.

— ¿Hermano? —. Un niño de cabellos negros se asomó desde la puerta, ingresó sigiloso no queriendo hacer más ruido del necesario. Se acercó a la figura más alta sentado en su enorme escritorio prácticamente pegado a la pantalla del notebook y los dedos rápidamente trabajando, el moreno ni siquiera miraba las teclas sabiéndoselas de memoria.

—Dime Mokuba —. Recién el mayor dejó el notebook de lado para concentrarse en su pequeño hermano, era el único a quien podía prestarle atención de forma cariñosa. Ante el resto del mundo no podía mostrar otra mascara que gracias a su padrastro construyó amargamente como Seto Kaiba: un ser frío y genio en los negocios con excelentes ideas para el mercado.

— Seto… ¿por qué no dejas el trabajo por hoy, aunque sea sólo un par de horas? —. Le dijo muy preocupado el niño quien tironeaba de la manga de la camisa del mayor haciendo un gesto ademán que se levantara ya y abandonara su oficina en la mansión.

—Mokuba, tengo que trabajar debo terminar un proyecto sabes que…—. No pudo seguir más, la mirada del menor era de completa tristeza. Moluka soltó la manga de su camisa resignado, inclinó un poco su cabeza para sólo mirar el suelo. Sabía que la empresa estaba pasando por un mal momento y sólo quería que su hermano se distrajera aunque sea un rato con él. Semanas que tan sólo el más pequeño lo vio un par de ocasiones, ni siquiera pudo establecer en las últimas semanas un conversación con su hermano en su propia casa, en la mansión de los Kaiba.

— Está bien Mokuba ¿Qué es lo qué quieres? —. Soltó un bufido de resignación. No podía negarle ni ignorar a su hermano con esa cara de cachorrito abandonado. El aludido saltó de felicidad.

— Seto ¿por qué no paseamos a la ciudad? Estoy cansado de estar encerrado en la mansión…

Si bien, Seto Kaiba siempre ha sido muy cuidadoso con su hermano, y porque no decirlo: paranoico. Hace un mes desde que empezó el infierno en la compañía que no permitió que su hermano saliera a excepción de la escuela.

— ¿Salir? Mokuba tienes los juguetes y juegos de vídeo de última moda y tecnología no hay nada de interesante allá fuera —. Puntualizó el moreno. Causando la molestia del más pequeño.

— Hermano, no me refiero a divertirme, sólo quiero salir contigo, como personas normales pasear, sólo salir de aquí, pero contigo. Quiero que te despejes de aquí —. Ignorando la negativa de su hermano mayor, tironeó con decisión la manga de la camisa blanca del CEO, quien ya resignado completamente se incorporó de su asiento, guardó el documento de su notebook.

— Está bien, está bien Mokuba. Voy a llamar al chofer para que nos traslade no sé dónde…—. Pero fue interrumpido abruptamente

— ¡NO! Quiero salir como todos allá afuera. No quiero limosinas, estoy cansado de estar siempre resguardado. Sólo salgamos a caminar a la ciudad hay un parque cerca… —.le sonrió su hermano. Una propuesta simple.

—Hmmm—. Sólo un gruñido oyó de su hermano. Mokuba lo tomó como aceptación. Salieron de la habitación dispuestos a recorrer la ciudad con sus dos pies.

xxx

— ¡Joey, viejo! —. Se acercó un muchacho moreno a saludar a un joven rubio sentado en una plaza con su característico pequeño letrero "tarot" de cartulina en forma piramidal sostenido por una piedra que el joven encontró del parque.

— ¡Tristán! ¿Qué haces por estos lados, amigo? —. Un trato muy fraternal por ambos siendo amigos desde niños.

— Salí más temprano del trabajo, hoy el jefe renunció así que hicieron un coctel de despedida, y por consecuencia nos dieron permiso para salir más temprano. Casi tomándonos el día libre ¿grandioso, cierto?

— ¡Qué suerte! —.le sonrió Joey.

—Y Dime Joey —. Disponiéndose a sentarse a su lado — ¿Hasta cuándo vas estar leyendo las cartas? No es muy rentable que digamos. Necesitas algo mejor, amigo. En cuanto me entere que se disponga de una vacante te aviso sin falta en mi trabajo.

Como siempre el moreno preocupado por el muchacho rubio y por su estabilidad económica, Joey se percató de su preocupación y le sonrió golpeando su espalda abruptamente y sonriéndole con su característica sonrisa despreocupada

— ¡Tristán, viejo! No tienes por qué preocuparte. Ya encontraré algo estable. Por mientras sobrevivo con esto del tarot. Ya sabes la gente se va enterando de lo bueno que soy de boca en boca, no me gusta promocionarme. Además el empleo de ayudante de biblioteca me abastece para pagar mis cuentas y el arriendo. Ya vendrá algo mejor— dijo muy seguro el rubio dejando de palmear la espalda del más alto de forma bruta

— Imbécil casi me dejas sin dorso —. Dijo algo enfadado, pero en el fondo se alivió al ver a su amigo tranquilo y confiado. Ese es el Joey Wheeler que siempre ha conocido. Y por qué no decirlo, al que siempre ha admirado y gustado. Porque Tristán Taylor hace un par de años se dio cuenta de sus sentimientos por él, pero por miedo arruinar su amistad lo ha mantenido hasta el momento oculto, tal vez algún día se lo revelaría…

El moreno miró el mazo del rubio y sacó una carta…

— A ver…—. Dijo tomando la carta —. ¿Qué le pasará a Joey el día de hoy?

El rubio frunció el entrecejo, medio divertido y molesto. No le gustaba que le sacaran sus cartas en modo juego, pero por ser su amigo Tristán se lo perdonó y le siguió el juego.

— ¡Tristán, con esto no se juega tonto!, pásame la carta—. Escuchando la risa traviesa de su amigo, le pasó su carta— El mago.

— ¿El mago? ¿Qué significa El Mago? — preguntó curioso el muchacho más alto.

— mmm —. Hundió su dedo índice en su mejilla izquierda, tomando una pose pensativa. Siempre que pensaba tenía ese tic Joey de hundir su dedo índice en su mejilla pareciendo gracioso en el acto — preguntaste qué me pasara hoy y pues interpreto que todo puede pasar. El Mago es impredecible. A ver saca dos cartas más pensando en la misma pregunta — le indicó a su amigo, éste lo hizo. Siempre terminaban en esos juegos los dos cuando Tristán iba ver a su amigo.

— ¿El Rey de espadas y los amantes? —. Se preguntó más a si mismo que para Tristán — mmm conoceré a un hombre probablemente, es bien fuerte de carácter y frío y ¿tendré que decidir pronto una propuesta? — el muchacho rubio ladeó su cabeza sin entender.

Su amigo Tristán comenzó a reír dándole unas palmadas en el hombro de su amigo, para incorporarse haciendo un gesto que ya se iba.

—No entiendo nada —. Se encogió de hombros — me tengo que ir viejo aprovecharé este tiempo que me sobra para hacer algunos trámites gracias a que salimos temprano. ¡Cuídate nos vemos!

— ¡Nos vemos, Tris! — se despidió el rubio, tomando las tres cartas. Las observó con detenimiento para luego no tomarle importancia y unirlas con su mazo barajarlas y dejarlas al medio de la tela.

Xxx

—Ves que no es tan terrible caminar por la ciudad como cualquier ciudadano, Seto —. Dijo el pequeño quien sonriente iba mirando la ciudad, las calles de Domino City animado al ver niños como él jugando por las avenidas y la vereda, otros saliendo con sus padres, hermanos y familia. Ante lo último le dio un poco de nostalgia por sus padres, pero no quiso indagar más quería pasar un grato momento con su hermano como familia disfrutando de un día cualquiera en la ciudad.

Seto Kaiba sólo se limitó a permanecer al lado de Mokuba cuidándolo y mirando alrededor, no encontró nada interesante viendo todo de forma relegada. Todo este esfuerzo lo hacía sólo por Mokuba.

—Hermano, mira allá hay un parque y es bien grande ¡hay juegos! —. El pequeño empezó a correr emocionado, ante ese gesto el mayor se permitió una sonrisa. Mokuba era muy inteligente, a veces se comportaba como un hombre de cuarenta años, y otras veces como lo que es un niño de 12 años.

— ¡No corras! — le espetó, no tenía remedio era su hermano. Se permitió relajarse un rato, tal vez no fue tan mala idea de su hermano despejarse un rato fuera de la mansión sin autos, ni limosinas. Al parecer la idea de su hermano menor no fue tan mala, el hecho de sentirse relajado sin ese "resguardo" fue algo similar a la libertad olvidándose momentáneamente de asuntos empresariales.

— ¡Si hermano! —. Le gritó desde lejos mientras se abalanzaba en un juego que giraba y tenía que pasar por cuerdas y múltiples impedimentos que hacían del esparcimiento más entretenido. Había muchos niños y Mokuba se unió con ellos.

Ante esa imagen, el moreno no pudo evitar alegrarse, su hermano era tan diferente a él e iba procurar a pesar de la crisis de la empresa en darle lo mejor a su hermano una educación normal a Mokuba que disfrutara su infancia. Lo que él no pudo hacer gracias a un padrastro violento, aunque contradictoriamente le agradecía que haya sido cruel con él, porque si no hubiese sido así, no tendría lo que tiene ahora un gran imperio y poder, y por sobre todo reconocimiento.

Salió de sus recuerdos al sentir un leve toque de su hermano en su cabeza. El castaño estaba sentado en el parque al frente de los juegos, supuestamente vigilando a su hermano pero fue éste quien lo despertó de su ensoñación.

— ¿Soñando hermano? — le sonrió el menor. Sólo escuchó un gruñido por parte de éste — ¿vamos al otro sector del parque? — le dijo haciéndole un puchero, Seto Kaiba no podía negarle. Aunque no dijo nada el mayor, Mokuba lo tomó como un sí afirmativo.

Recorrieron el parque siendo acompañados por un muy agradable día de sol y clima templado. Mokuba estaba feliz y aunque Seto Kaiba no lo pareciera estaba cómodo y tranquilo, aunque nunca cambió ni cambiará su carácter duro, frío y de rostro impávido, marcando un caminar seguro y de líder particular implantado en su personalidad.

El niño recorriendo el lugar le llamó la atención cierto rincón bajo un enorme árbol en el parque al notar un pequeño letrero con letras góticas "tarot". De inmediato sus pasos fueron allá curiosos. Algo había oído de eso y siempre quiso saber sobre aquello, o por último conocer de cerca cómo lo hacía para predecir el futuro. El niño sin más corrió aquel lugar, dejando a su hermano mayor atrás.

— ¡Mokuba no te alejes! — le gritó el Ceo empezando a correr también para alcanzarlo. No podía evitar ser sobreprotector con su única familia.

El muchacho rubio quien permaneció en aquel espacio esperando por otro nuevo cliente se sobresaltó al ver como un niño llegó corriendo a su lado súbitamente ya que estaba sumido en la tranquilidad del parque y aquella sorpresa lo aterrizó a la tierra. Aunque el niño se detuvo entre curioso, un par de pasos atrás y después adelante hasta que se le acercó más seguro al ver como el otro sentado lo miraba igual de curioso que él.

—Dime niño —. Le sonrió — ¿Quieres leerte las cartas? — le preguntó inseguro, aunque ya otros niños ya se le habían acercado en términos de preguntón, más que leerse las cartas inquirían de qué trataba, como podía predecir y miles de preguntas más que sólo un crío podía preguntar. Aquella etapa en que las interrogantes y la curiosidad abundaban en los niños deseosos de conocer todo y empaparse de nuevas informaciones. El chico de cabellos negros azulado sólo asintió emocionado. No sabía cómo ni porqué pero el muchacho rubio le cayó muy bien. Su apariencia sencilla y humilde lo sacó de su inseguridad, más su sonrisa encantadora, lo hizo acercarse más contento y cándido. Dispuesto hacer miles de preguntas como todo niño.

—Yo... Me llamó Mokuba —. Presentándose aturdidamente

—Mi nombre es Joey — le dijo amistosamente.

—Dime Joey…—. No sabía porque, pero el muchacho le inspiró confianza, su hermano le inculcó desconfiar de todos, pero una corazonada le dijo que Joey no era un tipo malo — ¿Y cómo puedes predecir el futuro con cartas? ¿Puedes saber la muerte de alguien? ¿Los números de la lotería y juegos de azar? Y…

Fue interrumpido al sentir unos pasos que llegaron donde se encontraban. Seto Kaiba terminó algo agitado, su hermano corría muy rápido como todo niño en plena vitalidad. Se percató que Mokuba no estaba solo al inspeccionar con sus ojos azules el lugar acompañado por un muchacho rubio de aspecto sencillo como cualquiera. Lo miró con detenimiento inspeccionándolo de arriba hacia abajo, notando que había una tela en el pasto de color lila y un mazo de cartas amontadas al medio de la tela junto con un pequeño letrero delante de él "Tarot" sonrió con expresión de burla, él no creía en esas tonterías del futuro y cartas mágicas. Después de su breve inspección asegurándose que su hermano no estuviera cerca de un mal sujeto, paranoias de Seto Kaiba acostumbrado a tener una vida agitada y con peligros de personas con malas intenciones debido a su fortuna y éxito.

Continuó con su parada derrochando arrogancia y superioridad al concluir que estaba con un sujeto que no valía nada y que no denotaba peligro alguno.

El rubio notó aquel gesto de desprecio, estaba acostumbrado a escuchar a personas que no creían en predicciones ni horóscopos; sin embargo, la sensación que le causó la presencia de ese tipo le molestó de sobremanera y ni siquiera aún habían tomado palabra alguna.

— ¡Seto! — Le dijo un Mokuba emocionado —Mira él lee el tarot, quiero leérmelas o mejor porque no te las lees tú, Seto, así podemos saber qué hacer con nuestro problema — dijo exaltado de la emoción, propio de un niño refiriéndose a la situación de la empresa. Aunque sabía en el fondo Mokuba que le diría que NO, algo le decía que esta vez sería lo contrario. Aunque se sentía tonto el niño, esa emoción a lo desconocido a la ingenuidad que había olvidado por mucho tiempo estaba regresando.

Mientras tanto Joey se mantuvo en silencio con el ceño fruncido, no le agradaba el tipo que estaba frente suyo, cruzó sus brazos esperando que se vaya. El niño le agradó bastante, pero su acompañante, familiar o lo que sea con su sola presencia de pedante lo estaba hartando.

"Que se marche… que se marche…" pensaba el muchacho de ojos mieles al ver como el otro lo miraba intenso, clavando sus ojos azules en él. Un escalofrío sintió. Su mirada era muy fuerte. Joey adquirió la habilidad de sentir las energías de otros si estaban muy cargados o saber premeditadamente la intensidad de la personalidad con solo una mirada a los ojos. Y los ojos azules de ese tipo eran muy profundos, ocultaban mucho y a la vez nada. Supo de inmediato que tenía una personalidad muy "especial" y por ello no le agradó. Se cruzó de brazos mirándolo desafiante, diciéndole mentalmente que se fuera… aunque el castaño esa mirada lo tomó a duelo de otra cosa…

—Está bien Mokuba —. Dijo mirando burlonamente al otro individuo. Se sentó elegantemente en el pasto de piernas cruzadas. El niño se sorprendió por la reacción de su hermano. Juraba que se negaría. Tal vez ese presentimiento de ese muchacho rubio no era del todo equivocado. Se alegró y se sentó al lado de su hermano — Y dime ¿cuánto cobras? — sacando de su bolsillo una billetera de fino cuero, color café.

Joey soltó un bufido de resignación, tendría que leerle las cartas a ese tipo desagradable, pero bueno recibirá algo de dinero; agregando que ya le quedaba poco para su turno a su otro trabajo en la biblioteca nacional de JAPÓN. Se preguntó mentalmente un "¿y por qué no?" agregando que el niño le simpatizó.

— Novecientos treinta Yen — dijo sin más —. Pero págame después de la lectura — especificó el rubio.

El castaño se cruzó de brazos observando al rubio. No sabía por qué, pero hace mucho tiempo que no tenía esas ganas de burlarse de alguien en su cara, tal vez un entretenimiento enfermizo que siempre tuvo oculto sólo para presumir y demostrar quién es y ese muchacho sentado le inspiró esas ganas reprimidas ante su odio al mundo. Tal vez una forma de descargarse de sus frustraciones y estrés agregado, no lo tenía claro, pero tampoco para el CEO valía la pena indagar más.

—Veremos qué tan asertivo eres — dijo socarronamente. Mokuba frunció su ceño sorprendido. Su hermano primera vez que se comportaba de esa manera, siempre estoico, ignorando a los demás y reservado.

El rubio gruño por lo bajo apretó los puños aguantando las ganas de propinarle un buen puñetazo, pero tampoco quería ahuyentarlo era un cliente de todas maneras tal vez no volverían a verse y tampoco deseaba hacer un escándalo en la plaza le costó trabajo buscar un buen lugar para leer el tarot y los guardias de la zona le dieron permiso a regañadientes hasta que le leyó el tarot a uno de los jefes del sector de seguridad y atinó en todo advirtiéndole de un posible robo, y así fue, el guardia no pudo creerlo para finalmente aceptar el don del muchacho. Convenciendo a sus compañeros, se confabularon para que consiguiera trabajar tranquilamente en la plaza sin la necesidad de hacer los trámites legales para obtener permisos, etc. En resumen: los guardias le cuidaban la espalda, les debía mucho, por ello no quería problemas.

Joey se mordió la lengua para no insultarlo y prosiguió a tomar su mazo para empezar a mezclar rápidamente las cartas ante un boquiabierto castaño que observaba la rapidez en sus manos, miró con detenimientos los estilizados dedos del muchacho, tenía manos de pianista o de artista pensó. Por un momento se recordó a sí mismo la celeridad en la que tecleaba en su notebook, movió su cabeza ante esos pensamientos no permitiéndose sorprenderse ante tonterías.

— ¿Cómo te llamas? —. Preguntó de mala manera denotando en su tono de voz su molestia ante la presencia de ese engreído según el rubio mientras barajaba las cartas.

— ¿Por qué preguntas, acaso es necesario? —. Enarcando una ceja desconfiado. El rubio apretó sus dientes fastidiado por aquel tipo.

— ¿Quieres leerte las cartas o no? No quiero perder mí tiempo si sólo estás jugando —. El castaño entrecerró sus ojos mirando desconfiado al rubio para luego observarlo con detenimiento, algo le hizo click y lo inspiró para joderlo, nunca le había pasado antes, pero nuevamente se convenció que algo tenía ese muchacho que sólo quería molestarlo. Sonrió expresando con son de supremacía.

—Seto —. Dijo quedo, para luego…— yo estoy perdiendo mi tiempo también, sólo por este niño estoy haciendo esto — puntualizó el de ojos azules haciéndole ver que estaba en las mismas que el muchacho rubio. Perdiendo su valioso tiempo

"Seto, seto" Joey repitió su nombre mentalmente olvidándose y haciendo caso omiso ante lo desagradable que era su nuevo cliente mientras continuaba barajando las cartas. Si fuese otra situación ya lo hubiese saltado encima golpeando su perfecto rostro. Prosiguió cuando tomó el mazo y lo situó en medio de la tela con las cartas boca abajo.

—Corta en tres montones hacía tu lado —. Le indicó el rubio hastiado.

"Qué tontería… sólo por Mokuba" pensó el empresario mientras mirando suspicaz cortaba en tres el mazo, no sin antes echarle una ojeada al muchacho de enfrente concentrado con sus ojos cerrados. Quiso decir algo desagradable para molestarlo, pero prefirió guardar sus palabras terminando esta "estupidez", según Seto Kaiba. Miró de reojo a su hermano, éste atento y emocionado observando la escena.

"Sigue siendo un niño… mi hermano" sonrió disimuladamente el de ojos azules.

— ¿Y bien? —. Enarcando una ceja y actitud de superioridad al de cabellos rubios esperando que hiciera sus tonterías de tarot.

Joey gruñó por lo bajo, estaba aguantándose, pero intentó calmarse inhalando y exhalando aire, situación que no pasó desapercibida por el castaño que lo miraba divertido con su tortura mental. Seto Kaiba descubrió que le encantaba sacar de quicio a las personas "quizás un entretenimiento sádico a su manera".

Pero definitivamente para el castaño de mirada cerúleo azul, ese muchacho tenía "algo" que le nacía muy profundo en su interior molestarlo mucho más allá que el resto de los mortales…

—Elige un montón— dijo cortante el rubio. Ya estaba en su nivel de enojo casi al cien por ciento.

Aún con la sonrisa burlona el castaño optó por el montón de al medio tocándolo suavemente sin dejar de mirar al rubio desafiante. Joey tomó ese montón dejándolo separado del resto y los otros dos montones restantes lo dejó a un lado. Las cartas que eligió Kaiba fueron a formar un círculo que rápidamente Joey iba dando vueltas hasta que finalizó.

Hubo un silencio entre los tres, Kaiba miraba el circulo y los dibujos de las cartas sin entender nada para luego observar al rubio con detenimiento, se sorprendió la forma en que miraba las cartas y abrió más sus ojos de sorpresa como los ojos mieles del "tarotista" lo enfrentaron con los suyos… una mirada tan profunda que se sintió desnudo y desprotegido. Una sensación que no pudo explicarse y optó por querer ignorar junto con un hormigueo en su espalda. Frunció su ceño molesto, nadie podía mirarlo de esa manera. Mientras tanto Mokuba expectante esperando el veredicto del muchacho "tarotista"

— Has, es decir, ustedes han tenido una vida difícil. Ausencia de padres, tal vez murieron jóvenes y ustedes de niños han estado solos acompañándose. Aunque hoy abundas en riqueza enemigos ocultos te quieren quitar tus logros y tal vez no estoy seguro posiblemente una perdida, aunque no sabría calificarla como de dinero o de personas — se quedó callado por un rato observando las cartas…

Mientras los hermanos Kaiba confusos y asimilando las palabras del rubio encontrando que habían muchas coincidencias, permanecieron en silencio. Los hermanos se miraron uno fascinado por la verdad de sus palabras y otro aún incrédulo sin querer creer.

—Vas a pasar por muchas situaciones difíciles, tal vez necesites la ayuda de alguien que llegará pronto cuando empieces a estar atado de pies a cabeza. Todo depende de… ti...- — finalizó el rubio extrañado. Nuevamente apareció la carta de El Mago, la misma que había sacado su amigo Tristán preguntando por él como juego. Prefirió olvidarlo y concentrarse en ese "cliente desagradable" parece que le irá muy mal a juzgar por las cartas. No le deseaba mal a nadie, ni al ser más fastidioso del mundo, lamentó tantas cartas malas, aunque todo dependía de él si quería dar un giro positivo.

— ¿Esto es todo? —. Expresó el castaño a modo de burla y enfadado apretando sus puños — sólo fueron estupideces, vamos Mokuba. Se levantó rápidamente haciendo gesto al niño que se alejara junto con él.

—Pero hermano acertó bastante ¿y si tiene razón? ¿Y si algo malo nos va a pasar? — dijo el niño preocupado.

—Eso es mentira, sólo quiere asustarnos y ganar dinero — dijo apretando los dientes, miró al rubio con odio, quien éste le devolvió la misma expresión aunque más de tipo retador. Se encontraba ofendido y ardiendo por dentro de furia.

—Yo no miento. Sólo interpreté la tirada. No gano dinero mintiendo —. Se defendió el rubio y era cierto. Muchos acudían a él por una lectura y por su acertada forma de interpretar, excelente intuición y habilidad traspasada de generación en generación de los Wheeler. El último fue su padre quien murió por sus problemas de alcohol, antes de sumergirse a las adicciones tenía la habilidad de leer las manos y la adquirió por sí solo.

—Toma, perro — le tiró un billete al suelo — para que veas que a pesar de las ridiculeces que dijiste pagaré de todas maneras —. Se río burlonamente del muchacho para luego tomar la mano de Mokuba y alejarse de ese chico inmediatamente.

Miedo experimentaba Seto Kaiba por primera vez en su vida.

Porque aunque jamás lo admitiera, algo de verdad dijo ese muchacho.

—Maldito idiota ¡engreído! —. Le gritó el rubio destrozando el billete— no quiero ese dinero viniendo de ti, espero no verte más imbécil — la última frase fue en un tono más bajo aunque jamás pensó que se revertiría lo último, tal vez el destino nuevamente los volvería a juntar.

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Notas de Autor: Este fics lo escribí hace años, lo borré de aquí... y bueno, pensé "alguna puQ#$% vez terminaré algún fics? lo digo porque sigo fics desde el 2005 que aún no están terminados y me dije "cuándo terminarán sus historias?" con qué cara lo digo si YO no he terminado mis propias historias y aunque nadie las lea lo re-subo porque me dio esa fiebre por el Seto x Joey que estaba dormida... nostalgias (soy bastante vieja ya u.u) así que empezaré de 0.

¿Por qué Tarot? Yo leo el tarot, no me dedico a ello, pero si sé de lo que escribo lo que significa y todo lo relacionado a ello. He conocido gente de ese mundillo por ello sé mucho también :) los que no creen son bien aceptados, pero es una historia de fantasía uniendo a Seto y Joey jejeje. Tengo toda la historia en mente, pero siempre acepto sugerencias jijiji. Cada capítulo es un Arcano Mayor del Tarot.

Críticas constructivas siempre son bienvenidas. Yo sólo quiero entretener aunque no gane nada felicidad por Se

 


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