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Curando Un Corazon por Jessie Inuzuka

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Notas del fanfic:

Una corta historia KibaNaru.

El chico ajustaba su bata blanca al salir de la cafetería del hospital. Llevaba con sigo su expreso doble de cafeína, listo para ser ingerido y que este le diera la energía para sacar adelante la larga y fría noche que le aguardaba.

 

Caminaba por los pasillos del hospital. Mostrando con orgullo el gafete que lo identificaba como medico interno residente. Su bata que hacia buen juego con su piel color canela y su cabello rubio. Y que decir de su estetoscopio azul como sus ojos que colgaba de su cuello. 

 

-Naruto.- El chico pálido lo intercepto saliendo de una habitación. 

-Hola Sai.- 

-¿Tendrás guardia esta noche?- Le arrebato el café al chico y dio un sorbo sin pedirle su consentimiento.

-Así es.-  Reviso las hojas que llevaba. -Urgencias. Esta noche será urgencias.-  Dijo con toda la tranquilidad del mundo.

-Huuuuu pobre de ti.- Dio otro sorbo al café. Marcando un “NO” con su cabeza. 

-¿Por que lo dices?- Le extraño bastante la reacción de su amigo Sai. Aun así no se inmuto ni un poco.

-Amigo. No podrás dormir un solo minuto.- Parecía que aquello significaba un grabe problema para Sai.

-Bueno ese es el chiste de la guardia nocturna.- Se burlo por lo bajo. 

-Pero eso no es todo. Todo tipo de casos llegan a urgencias. Algunos son realmente raros y perturbadores.- 

-Creo que exageras.- Le extrañaban aquellas palabras viniendo de alguien tan frío como Sai. 

 

-Aunque debo admitir que tiene sus ventajas.- Se detuvo. 

-¿Como Cuales?- Pregunto intrigado el rubio. 

-Puedes conocer mucha gente. Desde peligrosos gangsters, hasta chicas y chicos muy lindos.- 

-¿Lindos?- Alzo una ceja. Comenzaba a sospechar hacia donde iba esta charla.

-Si. En una ocasión tuve la oportunidad de vendar el torso de un chico lastimado. Estaba fenomenal, Naruto. Incluso me ofrecí a darle un ligero baño de espuma. Ya sabes primeros auxilios, todo profesional.- El chico sonrío con satisfacción. 

-Si claro. Todo lo que se toca es con fines médicos, ¿verdad?.- Se burlo, de su feticihista amigo.  -Primera regla de ética, ultimo año de medicina.- 

 

-Si, lo que digas.- Rodo los ojos a un lado.  -Es una regla que se fue al diablo cuando aquel chico, tuve que ayudarle a desvestirse. O cundo lo lleve a su departamento, y el me invito a pasar la noche, ya sabes en agradecimiento.- Se burlo pícaramente.  

-SAI.- Grito el rubio al escuchar aquello. -¿Te das cuenta del error que fue eso?. Tu eres un medico, el un paciente. Esto no es una casa de citas, o algo por el estilo, por Dios, ¿Y tu profesionalismo?. 

-Por Favor, Naruto. Hice lo que tenia que hacer, lo cure, el me agradeció, yo me divertí, el se divirtió, todos ganamos. Además esto no es una sanatorio religioso.- 

-Aun así- 

-Deberías intentarlo Naruto. Puedes ligar un chico sexy esta noche.- 

-Claro y mandar 8 años de academia intensa al diablo. Creo que paso.- Recupero su café y dejo de lado al chico. 

 

Sai sobrio al ver como el rubio se adelantaba. Habían sido amigos durante toda la facultad y sabia que Nrauto era un genio, quizá una de las proezas medicas del siglo. Pero eso le había costado mucho y lo había marcado.

 

-¿No quieres saber que tal estaba el chico?.- Alcanzo al rubio.

-¿Del 1 al 10?.- El rubio alzo la ceja mirando unos papeles, sin prestarle mucha atención a su amigo. 

-Yo diría que un 15.- Sai se mordió el labio inferior.

-Baya.  Debió haberse tratado de un fisicoculturista.- Aun sin prestar atención el rubio continuaba caminando.

-Futbolista.- Corrigió el palido.  -Después de tanto tiempo aun voy a sus partidos y solemos divertirnos. No nada serio. 

-Bien por ti.- 

 

Habían dejado de lado la charla sobre lo pesado que podía llegar a ser el turno que el rubio cubriría. 

 

-Tu tranquilo. Con suerte será una noche tranquila.- 

-Me da lo mismo, trabajo es trabajo.-

 

-Pero mira que tenemos aquí. El medico ms sexy de área.- El pelinegro se acerco hasta Sai y deposito un beso en la frente de este.

-Justo planeaba ir a verte.- Se sujeto de la cintura de Shikamaru. 

-Tengo algunos minutos libres.-  Respondió el chico de la coleta.

-Entonces aprovechemos. ¿Me invitas un café?- Sai se sujeto de la bata de Shikamaru. 

 

Shikamaru otro medico residente se acerco a ellos para besar a su novio Sai. Naruto miraba con desaprobación como ellos involucraban su relación en, el que se supone era su lugar de labores. 

 

-Hola Shikamaru. Sabes justo Sai estaba platicando lo bien que trata a sus pacientes. El lleva la pasión por la medicina mas allá de la profesión.- Naruto se burlo, al ver como su amigo se hacia una mas palido. 

-¿SI?.- El Nara se sorprendió. -Mi Sai, es un gran profesional de la salud.- 

-Ya lo creo.- Seguía burlándose el rubio. 

-No yo no.- sai rogaba con su mirada al rubio que se quedara callado.

 

-Los dejo.- Decidió dejar de torturar a Sai. Se dio media vuelta y se disponía  marcharse. 

-Suerte en urgencias.- Sai se despidió, visiblemente nervioso. 

-¿Urgencias?.- Shikamaru sintió pereza.  -Suerte Naruto.- 

-Si claro. Adiós.-  

 

Continuo su camino sin siquiera voltear verlos. Se había empalagado solo de verlos unos segundos. Y es que si bien Naruto no era un amargado, si era un profesionista totalmente dedicado a lo que hacia. No dejaba que nada interviniera en su vida, que no fuera lo laboral u académico. Esa era su filosofía. Ser el mejor en lo que hagas. Y aunque no era tan inteligente como Shikamaru. Ese esfuerzo y dedicación lo había llevado a ser uno de los mejores internos del hospital. Y estaba dispuesto a continuar así. Así eso significara que sacrificaría su vida personal. 

 

El fin justifica los medios. Y Naruto había adoptado muy bien esa filosofía. Estaba orgulloso de lo que era y hasta donde había llegado. Pero aun así muy en el fondo de su ser, existía un marcado complejo de inferioridad, al compararse con los mejores. Eso lo torturaba pues sentía que no se estaba esforzando lo suficiente, que una debía dar mas, que aun había cosas que sacrificar a cambio del conocimiento. Cargaba con ello en todo momento, como un demonio que lo perseguía. Era el claro ejemplo de tenerlo todo y aun así querer mas, solo que sus ambiciones no eran monetarias, eran intelectuales.  

 

-Solo es un turno Sai exagera. Lo puedo esperar de Shikamaru que es un flojo.-  Cerraba los ojos al escuchar el ajetreo de la sala de urgencia. -Ho quizá no es tan sencillo.- 

 

Notas finales:

Hola a todos. 

Regreso con una pequeña historia. Los que ya me conocen saben que es una historia KibaNaru. (estoy pensando muy seriamente en escribir en otras parejas). 

Si les gusta la temática de esta historia, por favor háganmelo saber. 

Lamento haber estado ausente, pero el deber no me daba oportunidad. 

Gracias por leer. 

 


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