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On The Bridge [ShinDeku] por MilkyJeanFoxserbug

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Notas del capitulo: Disclaimer: Todos los derechos de los personajes pertenecen al mangaka Kohei Horikoshi, esta historia está creada de fans para fans y sin fines de lucro.

Deku se encontraba bastante asustado.

Sentía su corazón completamente agitado, golpeando su cuerpo sin descanso alguno. No solo se debía a la gran cantidad de kilómetros corridos a toda velocidad sin descanso alguno, más allá de un cansancio físico, se trataba de algo que se escurría por su mente, enrollándose en lo más profundo para solo hacerlo sentir aterrado y terriblemente preocupado.

No, él no estaba siendo perseguido por alguien, si ese fuera el caso, seguramente se enfrentaría a esa persona con valor, no podía acobardarse cuando había personas en peligro, ese era su deber como héroe, resguardar la paz y mantener a salvo a las personas, aunque también conllevaba otras tareas de psicólogo para que sus compañeros dieran lo mejor de sí.

Pero eso era entrar en muchos más detalles que felizmente el pecoso explicaría en cualquier otro momento que no fuera ese. Justo ahora se encontraba en una situación de vida o muerte, la seguridad de uno de sus más recientes y queridos amigos se encontraba en peligro, razón por la que sin haber pensado si quiera en un plan decidió correr directo a lo desconocido, con el único propósito de rescatar a su amigo, después de todo ¿Cómo podía ser digno de ser llamado héroe si no era capaz de salvar a alguien?

Cada minuto era vital para aquella improvisada operación, en su corazón un profundo sentimiento de miedo se instalaba con mayor rapidez. Le tenía miedo al fracaso, a perderlo para siempre.  

Desde lejos pudo observar a su objetivo, parado tranquilamente cerca del borde de aquel puente. Aceleró el paso al verle inclinarse un poco contra la baranda, estaba cada vez más cerca de él, casi podía atrapar algunos mechones de ese alborotado cabello lila entre sus manos.

Tan pronto como pudo, rodeó el cuerpo de Shinsou con sus brazos, tacleándolo para evitar que cometiera una locura, provocando que los cuerpos de ambos chicos se estamparan contra el suelo, quedando Midoriya encima de Shinsou.

—¿Por qué quieres hacerlo? — Preguntó en apenas un susurro, mirando directo a aquellos ojos fríos y llenos de ojeras, esperando una mínima reacción por parte del otro —¿Qué acaso no querías convertirte en héroe? —

Aún no había nada diferente en el rostro de Shinsou, aparentaba la misma seriedad y aburrimiento del principio, ¿Qué no estaba dispuesto a vivir y todo lo que le dijera no lograría convencer a su amigo?

No se rendiría tan fácilmente.

—El profesor Aizawa te va a perseguir por decepcionarlo, aunque estés muerto —

 Por un momento Shinsou dejó de mirar los grandes y brillantes ojos verdes de Midoriya para transportarse directo hacia una condena imaginaria, donde su alma dañada y quebrada se paraba delante de la mesa de los jueces del inframundo, encontrándose cara a cara al profesor Aizawa, su rostro molesto estaba ligeramente oculto por aquel disfraz barato de calaverita, como si el hombre no fuera lo suficientemente aterrador solo con aquella sonrisa maniática. Algo que no le cuadraba en todo ese atuendo era el tutu que colgaba elegantemente de la cintura del profesor, notando los brillos de este.

Un montón de gatos hacían de jurado en su caso de suicidio, encontrándolo como culpable y dándole como castigo una vida de sufrimiento en los campos del inframundo, vagando sin destino aparente y lo peor de todo, sin dejarlo acariciar a los gatos que se cruzaban por su camino.

Parpadeó varias veces para quitarse la imagen de la mente, culpando a su falta de sueño por hacerle imaginar cosas tan poco probables.

 —Si lo haces… tú y yo no podríamos tener esa cita que acordamos— dijo en apenas un hilo de voz, agitando con fuerza el cuerpo de Shinsou para que entrara en razón.

Lo había estado resistiendo desde hace varios minutos, los ojos de Deku escocían debido a las lágrimas que llevaba un tiempo reteniendo. No quería llorar delante de Shinsou.

Ya no podía aguantarlo más.

Dejó que el llanto fluyera sin atadura alguna por sus mejillas, pequeñas gotas resbalaban y se perdían por su cuello mientras trataba de no hacer ningún ruido. Hizo un tremendo esfuerzo. Aun así, soltó varios chillidos e hipidos, dejando que algunos fluidos escurrieran de su nariz, tratando enseguida de sorberlos.

—¿Ya te encuentras mejor? — Preguntó después de un rato el de cabellos lilas, en el momento en que notó que el llanto disminuía. Siempre le había incomodado ver a las personas llorar, no sabía cómo actuar.

Como respuesta, el pecoso asintió despacio, llevando sus manos a sus ojos para limpiarse el último rastro de lágrimas que quedaban en ellos. Los sentía rojos e hinchados, volviendo algo precaria su vista en ese instante.

—Entonces deja que te explique todo—

 En algún punto Shinsou había notado la posición un tanto comprometedora en la que se hallaban, alterando de sobre manera sus nervios. Casi sentía su rostro enrojecer. Además, estaba seguro de tener algunos moretones por el brusco golpe con el que cayó al asfalto.

Deku no tardó mucho en entender a lo que se refería, se levantó con cuidado y miró con cierto recelo a Shinsou, manteniéndose alerta ante cualquier movimiento extraño.

Shinsou tardó un poco en levantarse, principalmente por el dolor de espalda. Una vez que estuvo de pie, respiró hondo y miro directamente al peliverde.

—Midoriya, agradezco tu preocupación, pero, aunque yo deseara acabar con mi vida, este puente esta muy cerca del lago— Se acercó al borde seguido muy de cerca del pecoso, dejando que observara la cercanía del pequeño puente con la del agua.

Deku sintió sus mejillas calientes debido a la confusión. Ahora mismo se sentía demasiado bobo por no haber notado los alrededores. El puente abarcaba varios cientos de metros, pero solo era un paso para el poco profundo lago que se entendía por debajo de ellos.

—Te mostraré algo— Murmuró Shinsou a la vez que tomaba su mochila, la cual estaba recargada contra la baranda del puente. De ella sacó una bolsa de papel bastante arrugada, su contenido era una pieza de pan largo y sorprendentemente intacto, por lo que Deku sospechaba que Shinsou lo había comprado mientras iba de camino a ese puente. Obtuvo un pedazo de ese pan, estaba muy suave, pero no tenia la menor idea de qué hacer con el, pues dudaba mucho que eso era lo que quería mostrarle.

—La verdadera razón por la que vengo aquí es para alimentar a la familia de patos que vive en este lago— Confesó para acto seguido tirar un pedazo de aquel pan. En cuanto el alimento cayó al agua, un montón de patitos salieron debajo del puente y le dieron picotazos al pan, volviendo toda esa escena algo adorable.

—Ahora inténtalo tú—

Deku miró el pedazo de pan que sostenía en su mano, se acercó al borde de la barandilla y partió en dos el alimento, lanzando una porción del lado derecho y otro por el izquierdo. Notó como los patitos se dividían en dos grupos y salían nadando tras la comida. Sus ojos brillaron con emoción al escuchar los “cuack” y el agua moverse ante el nado de los patos. Era muy precioso de ver.

—Son muy bonitos— Comentó con felicidad el peliverde, dedicándole una leve sonrisa al contrario.

—Lástima que pueden morir por la contaminación del lago— El de cabellos lilas se encogió de hombros, manteniendo una permanente expresión desinteresada. —Midoriya, ¿Quién fue la persona que te dijo que quería suicidarme? —

Era raro para él.

Shinsou agradecía silenciosamente esa anormal preocupación hacia su persona. Eran actitudes que no esperaba que alguien se tomara con él, después de todo, siempre se había dado a conocer por su seriedad y ligero veneno por los demás. Que Midoriya se estuviera tomando esa clase de molestias por su permanencia en el mundo le parecían de lo más ¿tiernas? La propia palabra se sentía rara en su mente, ni que decir si intentaba comunicárselo. Fracaso total.

Izuku sintió su corazón romperse ante la poco sensible declaración de su amigo, pero no dudó en contestar.

—Cuando estaba saliendo de clases escuché a algunos de tus compañeros hablar al respecto. No quería que nada malo te pasara, por eso vine corriendo— Murmuró despacio, apenado por el hecho de no pensar lo suficiente antes de actuar.

—Estoy rodeado de descerebrados en mi salón de clases— Soltó un suspiro, dándose el lujo de cerrar un poco los ojos antes de volverlos a abrir —De cualquier forma, estoy seguro de que mientras te portabas como enloquecido, mencionaste algo de una cita, ¿quieres tenerla ahora mismo? —

Estar cerca de Shinsou siempre significaba tener una montaña de emociones al mismo tiempo, aunque, ¿qué cita romántica iniciaba con un malentendido tan grave como lo era un intento de suicidio?

Decidió no darle importancia al asunto. Por el momento prefería enfocarse en lo caliente que se sentían sus mejillas debido al inminente sonrojo y a lo rápido que iba su corazón por culpa de su amigo.

—¿No es raro que dos chicos salgan a solas después de la escuela? —

Soltó aquella bomba, pues pese a conocerse desde hace unos meses, recientemente tenían mas convivencias el uno con el otro, hasta el punto de que hace unos cuantos días Shinsou le había invitado a su habitación para estudiar.

Podrían no ser de las mismas clases, pero eran capaces de atraerse de esa forma extraña, sacándose sonrisas y hablando de cosas triviales durante horas. Quizá podía estar captando cosas que no, pero sentía como si fuera muy cercano a Hitoshi.

—En lo que a la gente respecta, solo seremos dos amigos haciendo cosas de chicos en un restaurante, después de la escuela— Shinsou se encogió de hombros, permitiéndose mirar de forma cómplice al peliverde, gesto que no pasó desapercibido por el otro.

—Bien, ¿A dónde iremos? —

No le quedó de otro más que aceptar, su amigo podría molestarse si declinaba su invitación y no quería verlo cerrarse nuevamente ante él.

—Hay un restaurante cercano, sirven buena comida— Ofreció Shinsou, comenzando a caminar, colocando su mochila en su hombro.

Deku le siguió de cerca. Ahora que su preocupación estaba disminuyendo, cierto miedo de romper las reglas lo invadían. Si llegaban tarde a los dormitorios seguramente serían amonestados.

Caminaron durante varios minutos en silencio, viendo el paisaje cambiar. Como pasaban de aquel solitario puente hasta las carreteras comunes de la ciudad, regresando a una zona mayor transitada y ruidosa.

Doblaron una esquina y pronto tuvieron ante sus ojos un pequeño local de poca decoración, a penas un cartel afuera indicaba que aquel lugar vendía comida. El restaurante estaba rodeado de casas, por lo que era una opción rápida para todas las personas que no deseaban preparar algo o para los trabajadores que se encontraban de paso.

El interior era completamente diferente. Las paredes estaban cubiertas por montones de fotografías y sucesos históricos en el mundo de los héroes. Miró de reojo al mostrador, notando que en la compra de algunas ordenes obtenías una figura de un héroe famoso a elegir. Un delicioso olor emanaba de la cocina, haciéndole agua la boca.

Ese lugar le trajo recuerdos de su infancia, cuando solía hacer fila en el McDonald’s para obtener uno de los juguetes de edición limitada que ofrecían, claro que frecuentaba ese lugar para coleccionar todos, sin embargo, el ambiente se sentía diferente a esos recuerdos, aquel restaurante ofrecía una vista más seria de las hazañas que realizaban a diario los héroes.

Sus ojos brillaron mientras recorría todo el local, mirando las fotografías enmarcadas mientras murmuraba los detalles de cada suceso que reconocía, mientras que hacía notas mentales de investigar otros cuantos que ahí se mencionaban.

—Parece que acerté con el lugar— Comentó Shinsou, observando al pecoso ir y venir por todos lados, ganando la atención de algunos clientes al verlo murmurar completamente en su mundo.

—Este lugar es increíble, Gracias por traerme, Shinsou— Se giró hacia su acompañante dedicándole una gran sonrisa.

Deku se apresuró a tomar asiento en uno de los últimos lugares disponibles del lugar, tomando enseguida uno de los menús. Frente a él se sentó su amigo, también tomando un menú.

Después de unos minutos, una chica fue a tomar su orden. Izuku fue el primero en pedir, diciéndole a la joven al menos cinco platillos diferentes, desde que sus entrenamientos habían comenzado hace ya tantos meses su apetito incrementó de forma considerable, ya le era normal comer en grandes cantidades. Aun así, se sentía avergonzado de comer tanto y ese sentimiento se incrementó al saber lo poco que ordenó Shinsou. La verdad es que nunca veía a Shinsou comer mucho, luego lo molestaría al respecto.

—¿Cómo encontraste este lugar? — Preguntó Deku con el propósito de que aquel intenso silencio no arruinará su salida.

—Lo encontré por una página web. Ese día buscaba información para un proyecto de literatura y vi el anuncio— Respondió con tranquilidad. Siempre fue bueno para mentir, no admitiría que encontró ese anuncio mientras revisaba el teléfono de Midoriya. Había aprovechado un descuido del pecoso para comprobar si los rumores sobre su amigo eran ciertos, no podía culpar a su curiosidad. Por supuesto que se sintió aliviado al no encontrar los nudes del profesor All Might, seguramente se hubiera sorprendido si aquellos chismes terminaran siendo verdad.

—Me alegra estar aquí contigo— Una nueva sonrisa apareció en el rostro de Midoriya.

Shinsou creía que si el peliverde continuaba dedicándole esas sonrisas terminaría ciego por lo deslumbrante que le parecían. Se avergonzaba de sus propios sentimientos, era difícil estar cerca de Midoriya y mantener aquel escudo que ponía delante de todas las personas.

Agradecía profundamente los restos de suerte que le quedaban. No tuvo que contestar algo lo suficientemente soso por el rápido servicio del lugar. Los platillos desprendían un olor exquisito, llegando a observar el humo que se elevaba de la comida. Se necesitó dos viajes de la mesera para traer toda la comida que habían ordenado, eso sin contar el tercer viaje que hizo para traer las bebidas.

—Shinsou, ¡sonríe! — Pidió Midoriya mientras acomodaba su teléfono para captar a ambos en una fotografía. Se permitió sonreír un poco de lado, esperando así hasta que el peliverde tomó la foto y con emoción tecleaba algunas cosas en el aparato electrónico.

—¿Qué piensas hacer con ella? — Trató de mirar lo que el pecoso escribía en su celular, pero se rindió cuando este no le dejó ver.

—Tendrás que revisarlo por ti mismo— Sonrió con travesura, esperando a que Shinsou revisará su teléfono al finalizar aquella improvisada salida.

Después de aquello pareciera que el tiempo comenzó a pasar con mayor rapidez, entre bromas ridículas comieron cada uno de los platillos. Principalmente era Deku el que hablaba, comenzando a contar anécdotas de su infancia y llenando de preguntas a Shinsou para que participara en ese asalto de viejos recuerdos. Con la primera foto salieron muchas otras, el pecoso alegaba que le gustaba captar esos momentos, pero la verdadera razón era la oportunidad de que Shinsou sonriera mas de lo que lo hacía en toda la semana, tenia el presentimiento de que esas fotos serían las primeras de una colección completa.

Fue cuestión de tiempo para que decidieran pedir la cuenta, afuera comenzaba a volverse cada vez más tarde y debían regresar a la academia antes del toque de queda. La mesera dejó una bandeja pequeña con la nota y en seguida regresó a otras labores.

—Al parecer no fue tanto, yo pagaré — Comenzó el peliverde para acto seguido sacar su billetera con diseño de All Might.

—Midoriya, yo fui quien te invitó, déjame pagar la cuenta — Shinsou tenía igualmente en sus manos una billetera con patitas de gatos dibujadas en ella.

—Esta bien, lo haré yo.

—Yo insisto.

—No.

—Si.

Y así comenzó lo que pronto se volvería una batalla por invitar al otro. En ningún momento consideraron el dividir la cuenta o pagar cada uno lo que había comido, ambos tenían considerado como un gesto “romántico” el pagar la cuenta. Lentamente la pelea evolucionó a un juego de jalar la bandeja, quien pudiera pagar más rápido la nota sería el que tendría el honor del gesto.

En una fracción de segundo la bandeja que servía como un “jala la soga” salió volando entre las manos de ambos. Sus miradas siguieron la trayectoria de la bandeja, mirando anonadados como esta se impactaba en la cabeza de un mesero, logrando que este perdiera el equilibrio y tropezara con una de sus compañeras que llevaba una bandeja con comida y así mismo un plato se estrellaba contra uno de los marcos, provocando que este cayera seguido de otros más. Expectantes todos los clientes observaban lo que podría ser la escena más cliché de las caricaturas, el como algo tan pequeño había servido para crear un completo caos era lo más absurdo que esas personas presenciaron alguna vez.

—Creo que el dinero de ambos no servirá para pagar esto — Murmuró Shinsou cuando terminó de pensar en ridículos planes de escape.

Entonces ¿cómo pagarían esos daños?

La respuesta llegó lanzando una sarta de gritos y maldiciones hacia ambos adolescentes, sufriendo uno de los peores sermones.

Cuando el hombre a cargo creyó que ya los había amonestado los suficiente, hizo que los dos estudiantes se dirigieran a la cocina, llevándolos a la esquina más alejada donde una tarja con agua y jabón junto con un montón de platos y otros utensilios de cocina les esperaban para ser lavados. El encargado les ladró la orden de lo que debían hacer y se alejó rojo cual remolacha por el enojo.

—Debiste dejarme pagar a mi — Comentó Deku mientras comenzaba a remojar algunos platos en jabón y agua.

—Midoriya, cierra la boca y sigamos con esto— Shinsou se le unió al peliverde en la tarea.

Nadie dijo nada mientras lavaban los platos, sin embargo, de vez en cuando compartían miradas. Al principio se dedicaron miradas desaprobatorias por meterse en todo ese problema, pero luego de un tiempo pasaron a soltar pequeñas risas por lo ridículo y gracioso que debía ser todo el caos causado.

Con el trabajo en equipo que lograron hacer, pronto la enorme pila de platos y tazones sucios se encontraban limpios y brillantes frente a sus ojos.

—Parece que hemos terminado— El pecoso se acomodó el cabello y se recargó un poco en la barra, aliviado de librarse de aquel embrollo.

Sin que lo notaran, uno de los cocineros tomó aprisa una de las cucharas que habían acomodado en la pila, tuvieron que pasar unos segundos más antes de que vieran la torre de platos balancearse y acto seguido caer, estrellándose con fuerza en el suelo. El ruido hizo que todos los presentes se voltearan a mirarlos y notaran con horror mas del caos que esos dos chicos estaban provocando.

—¿Ahora si corremos? —Preguntó con tranquilidad Shinsou, dejando sobre una barra cercana los únicos tazones que pudo atrapar.

—Me parece buena idea—

Compartieron una sonrisa antes de echarse a correr por la puerta trasera del local seguidos de cerca por un aun mas enojado encargado que les gritaba que no volvieran y agitaba el puño con fuerza.

La tarde pasó sin que lo notaran, por lo que al llegar al exterior el sol ya se había puesto y eso solo los dejaba con un problema más, el toque de queda había sido dado hace ya muchas horas, por lo que regresar a la academia les iba a costar bastante.

Para ese entonces se encontraban muy cansados como para pensar en otra cosa, su día tuvo más emociones de las que nunca experimentaron y sus uniformes estaban mojados y sucios de algunas partes. De cualquier forma, serían castigados.

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—¿Fue un día muy asqueroso? —Se animó a preguntar Shinsou cuando faltaban a penas unas cuadras para toparse con la imponente academia.

—Podría haber sido peor— Respondió con optimismo su acompañante —Fue divertido, nunca había causado tantos problemas antes, por un momento creí que de verdad ese hombre explotaría por el enojo. —

Ambos rieron ante eso y volvieron a guardar silencio al ver la silueta de un hombre observándolos desde la puerta principal de la academia. El rostro de preocupación del profesor Aizawa se transformó de uno de preocupación a otro de completa irritación. Caminaron lo que restaba para llegar al encuentro del profesor esperando por el castigo que se les daría.

—Midoriya, Shinsou, ya deberían saber que rompieron bastantes reglas de la academia por su aventura — El azabache los miró de arriba abajo, como si tratara de buscar heridas o algo que indicara que los alumnos se encontraban en malas condiciones —Los esperaré después de clases para su castigo, ahora vayan a los dormitorios y espero que esto no se repita —

—Si, profesor— Contestaron al unísono con la mirada al piso, retirándose cuando el hombre terminó de hablarles.

Se despidieron cuando Deku entró al edificio correspondiente a su clase y Shinsou se dirigió al suyo, entrando con silencio a su habitación.

Cambió su sucio uniforme y se vistió con algo más cómodo para dormir.

El sonido de una notificación saliendo de su teléfono le detuvo de acostarse a dormir, desbloqueó el aparato y presionó la notificación más reciente, era un mensaje de texto de Midoriya deseándole buenas noches, correspondió el gesto y notó una notificación más antigua de hace unas cuantas horas, la seleccionó y la red social lo llevó a un post con las fotos que habían tomado el restaurante y las palabras de que Midoriya puso en la descripción le aceleraron el corazón. Las leyó una y otra vez, sintiendo sus mejillas calientes mientras esbozaba una ridícula sonrisa.

Después de todo ese día había valido toda la maldita pena.

Notas finales:

Gracias por leer.


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