Uzumaki Naruto estaba enamorado.
Aquel día finalmente llegó y tomo no sólo al susodicho por sorpresa sino también al resto de la comunidad ninja.
El gran Uzumaki Naruto se había enamorado.
Y prontamente se halló siguiéndola a todos lados. Cuidándola, abrazándola, protegiéndola, mirándola, hablando con ella, amándola.
Hyuuga Hinata era su mundo.
Era algo desconcertante a su vez, verlo todo así maduro, siendo caballeroso, respetuoso, responsable, tomándose la relación en serio.
Pero estaba bien. O sea, era lo esperado después de todo.
La guerra ya había terminado, muchas cosas seguían estando algo liadas pero era de esperarse, tan sólo un año había pasado de aquello.
Sin embargo todo estaba en orden.
O eso era lo que Sasuke quería creer.
Hasta que un día Naruto anunció que estaba comprometido y que en poco tiempo se casaría.
Incluso entonces, el Uchiha se dijo que todo estaba bien.
Pero no era así…
Tres meses después…
A una semana de la boda del rubio, un pelinegro y su antiguo maestro se encontraban sentados uno al lado del otro en un banco cerca del puente, donde el ex equipo siete solía reunirse.
Miraban hacia el frente, hacía los árboles, con el silencio envolviéndolos, en aquella media tarde de otoño sintiendo la brisa fresca a su alrededor.
- Es genial ¿no es así? – habló de la nada el peliplata.
Sasuke lo miró de reojo por unos segundos, pero no comentó nada.
- Me refiero a Naruto… - aclarando por si acaso, pero sabía que su ex-alumno le había entendido a la perfección.
- …
Permanecieron otra vez en silencio, en una especie de atmósfera meditativa.
- Obito… - la voz de Sasuke tomó un poco de sorpresa a Kakashi, que le miró unos momentos para verificar que le estaba hablando.
- ¿Qué pasa con él? – inquirió al ver que no parecía querer seguir ya con la conversación, como si se hubiera arrepentido.
- Era tu amigo.
- Sí… - todavía sin entender.
- Y Rin…
- … Era nuestra amiga también – contestó sin saber muy bien si le estaba preguntando o qué, y es que él creía que eso había quedado bastante claro durante la guerra, sin contar además que sentía que esta conversación llegaba un poco tarde. Sin embargo tratándose de Sasuke, tal vez era el momento adecuado para hablar de ello. Lo que debía extrañarle era que el azabache decidiera hablar en primer lugar.
- Obito… Al final, todo fue por ella… -dijo como buscando las palabras.
- Sí… -sonrió levemente bajo su máscara, nostálgico- Obito realmente amaba a Rin…
- ¿Y ella? – la pregunta tomó casi con asombro a los dos, aunque ninguno lo demostró.
- … Rin estaba enamorada de mí – si Sasuke hubiera sido otra persona, se hubiera largado a verle abiertamente sorprendido sin controlar sus impulsos, pero como no era así le vio de reojo “sereno” – al principio… Pero eventualmente sus sentimientos cambiaron y correspondieron los de Obito.
Volvieron a posar sus miradas al frente.
- ¿Y tu?
A Kakashi la pregunta le sentó con algo de estupor. Miró levemente a Sasuke tratando de comprender la razón de una pregunta así por su parte. Analizó todos los posibles campos, las situaciones, la dirección que había tomado la charla, los sucesos pasados y por venir y entonces entendió.
- … Es siempre un círculo… Un círculo que tarde o temprano se quiebra y luego cada quien toma su camino – le explicó de la forma más sutil y práctica que se le ocurrió, pues no estaba al cien por cien seguro de la conclusión a la que había llegado y prefería ponerse de cierta manera él en evidencia en lugar de exponer al azabache sobre algo que necesitaba un poco más de seguridad. No es que esperaba obtener una confirmación ahora, no obstante…
- Hn… - contestó el Uchiha asintiendo ligeramente.
- … Como ya les ha pasado a ustedes…
Vio al imperturbable Sasuke ponerse rígido por un segundo, para luego controlarse y disfrazarlo de sosiego.
Ahí estaba su respuesta.
- Sasuke… - por un momento se sintió mal por su ex-alumno, quién mejor que él conocía el sentimiento.
- Estoy comprometido – soltó de improviso y el Hatake le miró sin ocultar su sorpresa.
- ¿Cómo? – el Uchiha no le miraba a la cara - ¿Quién?
- Sakura – dijo casi fríamente.
- ¿Sakura? – que él recordase, Sasuke apenas si la toleraba. No que no la quisiera, eran amigos después de todo, pero el azabache siempre la mantuvo a la distancia.
De repente, Kakashi sintió que se le hacía un nudo en la garganta.
- Sasuke---
- Creí que eso ameritaba felicitaciones – le cortó el pelinegro, mirándole repentinamente, serio- Kakashi.
- Claro, por supuesto – se aclaró disimuladamente la voz, pero si alguien le preguntase admitiría que las palabras le costaron – Felicidades, Sasuke… Les deseo mucha felicidad y paz…
El Uchiha asintió y se levantó.
- Gracias – dijo y estaba por irse cuando la pregunta del Hatake le frenó.
- ¿Estás seguro?
- …
- ¿Estás seguro de que eso es lo que debes hacer? – sabía que no era de su incumbencia, que sus ex-alumnos eran lo suficientemente maduros como para que él se inmiscuyera en sus asuntos, pero no podía evitar todavía sentir como su antiguo sensei el querer protegerlos y cuidarlos de las adversidades de la vida.
- …
- Sasuke… No resolverá nada –agregó, presintiendo que al azabache no le gustaría nada su intromisión e impertinencia, pero doliéndole más el destino que les había tocado. No quería que ninguno de ellos viviera lo que él había vivido, y sin embargo…
- Lo sé –le sacó de sus pensamientos el Uchiha, haciendo que le mire estupefacto.
- Sasuke…
- Nos vemos, Kakashi.
- Lo siento… -dijo suavemente.
- Yo también – susurró el último sobreviviente del clan Uchiha, y sus ojos se volvieron neblina.
Y se fue.
Los días, los meses y los años pasaron.
Eventualmente aquel día llegó.
Sasuke contrajo matrimonio.
Con Sakura.
Posteriormente ella y Hinata quedaron embarazadas y tuvieron hijos.
La vida siguió pasando.
Protegiendo la villa, su familia y su gente.
La vida siguió su paso…
Y Naruto seguió viviendo…
Y Sasuke continuó existiendo…
Sólo por él.
FIN.