Disclaimer: Los personajes todos son de propiedad de J.K. Rowling. No percibo beneficio económico por esto.
Parejas: Harry/Severus
Clasificación: General
Advertencias: Romance
Sus recuerdos anteriores eran muy vagos. Solo recordaba que habÃa transitado por caminos desiertos, sumido en una oscuridad profunda. CreÃa que serÃa sepultado por las tinieblas para siempre. Una ráfaga le azotaba el rostro. SentÃa de pronto, que el espantoso frio le solidificaba de forma súbita, se vio rodeado por un muro de piedra y permaneció allà dentro, aprisionado durante horas interminables. Esa forzada inmovilidad le desesperaba terriblemente.
Desde esa posición solo podÃa mirar el cielo. Sin embargo, sentÃa como en derredor todo era movimiento. El paso de las nubes y el vuelo de pájaros lo llenaban de envidia. Entonces levantó la vista hacia el cielo, rogando ser arrancado de esa prisión.
—¡Arráncame de esta prisión! ¡Devuélveme la libertad!
Y tanto fue su ruego, que alguien pareció escuchar, y fue tocado por una luz que le penetró con un calor dulcÃsimo. Perdió la rigidez e inmovilidad de su cuerpo, el muro desapareció y, lleno de gozo sintió fascinación por aquella luminosidad que lo rodeaba de pronto. Una claridad extraña y fantástica, de una maravillosa hermosura, lo encendÃa ahora.
Un instante después se encontró rodeado por una espesura de un verde rotundo. Y muy próxima a él, descubrió una pequeña fuente rebosante de agua cristalina, sintió necesidad de beber, y lo hizo. Todo en aquel lugar era deliciosamente bello. El agua, atravesada por los rayos de la luz, reflejaba todos los colores del prisma.
De pronto todo cambió otra vez. El cielo, el sol, el paisaje entero desapareció de improviso. El arroyo se habÃa esfumado. Ahora caminaba en medio de una espesa bruma blanca, sentÃa temor de que el choque con algún invisible obstáculo lo lastimara. Caminó y caminó sin poder precisar el tiempo. No sabÃa si esa caminata habÃa durado un minuto o un siglo.
La espesura era profunda, comprendió que se encontraba sumergido otra vez en una densa niebla, pero miró hacia el cielo y vio que se formaba en lo alto una tenue claridad, que iba disipando las sombras poco a poco. Y de pronto levantó el vuelo, estaba volando, antes de que pudiera observar algo de lo que sucedÃa en derredor suyo se encontraba siendo iluminado por los rayos del sol.
Desde la altura observó el paisaje, no habÃa nada. Nada limitaba la desmedida extensión del horizonte, era extraño pero sentÃa paz. De pronto, por todas partes, fundido en un inmenso crisol vio que un color esmeralda se extendÃa hasta el más remoto confÃn. Todo temor desapareció. Supo que en esa inmensidad esmeralda le aguardaba la felicidad.
Abrió los ojos lentamente y al hacerlo una mirada se fundió con la suya.
—Estaba a punto de despertarte… parecÃa que tenÃas una pesadilla.
Sin apartar sus ojos negros de los esmeraldas se quedó silencioso por un instante. Recordó todas las sensaciones tan vÃvidas de aquel sueño. Primero la angustia y el miedo, luego la sensación de libertad, después la paz, la incertidumbre, el miedo otra vez, pero al final de todo él. Sà él, que representaba la esperanza, la dicha, el amor, la felicidad que sentÃan ahora que eran libres.
—No fue una pesadilla propiamente tal —dijo Severus y luego agregó —, bueno al principio lo fue, pero luego se transformó en algo hermoso, me sentÃa perdido, temeroso, pero al final del camino estabas tú… que eres mà vida… y que me amas y aún no comprendo por qué, pero igual doy gracias por ese amor.
Harry miró al hombre recostado a su lado por un instante.
—No debes agradecer, soy yo quien se siente feliz de que me permitas amarte.
Severus sonrió, sin duda se sabÃa afortunado. Desde que estaba junto a Harry, sentÃa que la aurora era más diligente y más tardÃo el ocaso. Esa unión de ellos, que era sustentada por un amor profundo, tenÃa por misión permanecer inmutable e intacta en el espacio y el tiempo.