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Promesas marcada en piel por StilissMetrix

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Notas del capitulo:

Hola, muchas gracias a quienes leyeron y gracias por el review, espero les guste el segundo capi.

El traslado al hospital había sido estruendoso y el miedo se apoderaba de Cecilio con cada segundo que pasaba. Temía por Bob y el arrepentimiento no ayudaba en nada. Estaba furioso, temeroso y lleno de culpa.

Mientras Bob se encontraba recuperándose en estado de coma (porque al parecer el shock había sido demasiado grande) Cecilio había estado trabajando en su libertad. Con algunos movimientos aquí y allá y algo de influencias movidas con dinero, pronto logró salir de prisión. Si siguiente destino era visitar el hospital donde se encontraba su hermano.

***

Había aprendido suficiente del tiempo de Bob como Patiño de Krusty, y sabía que el odio que crecía dentro estaba consumiéndolo lentamente. Su hermano seguía sin despertar y aunque las heridas en sus muñecas estaban sanando perfectamente las de su alma estaban peor que nunca. Sostuvo delicadamente la mano fría del mayor y la acaricio con ternura. Estaba decidido a reparar todo. El amor que nunca creyó sentir hacia su hermano estaba surgiendo con una poderosa embestida, sintiéndose de pronto muy protector con Bob.

Su hermano… ahora ajeno al mundo a su alrededor, sumergido en un coma por su culpa y el recuerdo del tormento del payaso culpable.

Durante ese mismo tiempo que trabajó para salir de prisión también estuvo haciendo algunas investigaciones para liberar a su hermano legalmente. Entre algunas de las opciones que había encontrado (lagunas legales) pudo dar con la más conveniente. Ahora solo hacía falta que Bob despertara para darle las noticias y también, porque en el fondo deseaba verlo al fin, directo a los ojos y disculparse por todo.

Ahora mismo sostenía delicadamente su mano, tan suave y frágil… tan fría y pálida. Los elegantes dedos parecían cubitos de hielo entre sus cálidas manos, detallando con caricias la palma, notando cada detalle en ellos.

La sala estaba muy silenciosa, demasiado para su gusto y el único sonido existente era el pitito del electrocardiograma.

Entre el silencio de la habitación, las reflexiones de Cecilio eran un eco enorme en su cabeza, siendo así que casi deseaba liberar las palabras con la esperanza de que Bob las escuchara.

-Bob, hermano… no sé cómo empezar… siento tanto todo lo que hice y dije… no puedo disculparme lo suficiente contigo, sabiendo ahora lo mucho que sufriste, solo quiero que sepas… quiera que sepas que lo mucho que te han hecho daño yo les haré pagar. Haré pagar a Krusty por lo que te ha hecho, te prometo siempre cuidarte, no dejaré que nadie nunca más vuelva a dañarte, seré tu escudo, tu protector… siempre estaré para ti de ahora en adelante.

No sabía si aquellas palabras fueron suficientes pero al menos ahora podía sacarlas de su pecho. Cerró los ojos con la esperanza de que algo maravilloso ocurriera y comenzó a meditar.

Entre sueños, Bob se encontraba atrapado en la oscuridad y el miedo, recordando y sintiendo cada una de las amenazas, los golpes y humillaciones del payaso hacia su persona. Se retorcía con dolor e ira, deseaba terminar con todo, pero algo pareció calmarlo, una cálida sensación, tan suave y cálida. Trató de identificar de dónde provenía o lo que lo causaba. ¿Qué era? Eso lograba alejar el terror de lo que Krusty le había hecho pasar, había sido suficiente para llenarlo de una sensación de seguridad, como un cálido abrazo. Escuchaba una voz lejana y aunque no lograba distinguir lo que le decía, le parecía vagamente familiar.

¿Quién es? ¿Qué le decía? ¿Por qué se sentía tan a salvo?

Poco a poco comenzó a salir de aquella oscuridad y una hermosa luz blanca iluminaba su vista. Se sentía flotar, como si estuviera en el agua, o como si una nube lo llevara, no sentía su cuerpo pero sabía que flotaba porque así lo sentía, era como si sus únicos sentidos estuvieran solo en su cabeza, se sentía tan ligera.

Un pequeño movimiento entre sus manos lo sacó del ensueño en que comenzaba a caer y sacudiendo su cabeza algo desorientado miró en dirección de Bob para descubrir esperanzado el movimiento de sus párpados, tratando de despertar.

-Bob… hermano.

Soltó un gemido sordo, la garganta ardía y sus ojos apenas lograban enfocarse para distinguir las figuras que hasta hace segundos eran solo sombras.

¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Esas eran solo algunas de las muchas preguntas que asaltaban su mente, pero no podía articularlas, su boca parecía estar sellada y la garganta la sentía como si miles de agujas se le clavaran. Sintió un apretón en su mano, estaba comenzando a recuperar la sensibilidad en su cuerpo. Dio un giro pequeño a su cabeza para mirar la fuente del apretón y no pudo evitar sentir la sorpresa y confusión en su mente, aunque su rostro pareciera estar congelado en una misma expresión.

Quiso llamarlo, pero la voz estaba perdida en alguna parte lejos de su garganta. Nuevamente sintió su mano ser estrujada y también acariciada. ¿Qué era eso? ¿Por qué de repente Cecilio parecía actuar tan conciliador?

-Bob, me alegra verte al fin despierto, ha pasado una semana. Seguro no recuerdas mucho per intentaste quitarte la vida. Estas a salvo ahora.

No se refería a las heridas, pero no sabía si Bob podría entender el mensaje en aquellas palabras. Las miradas se cruzaron y la incertidumbre y el miedo llenaron a ambos. Cecilio estrujaba más aquella mano delicada ahora sanada aunque lo hacía con tal cuidado por temor a reabrir las heridas.

Hubo un silencio incómodo y todas las palabras que Cecilio pensaba decirle al pelirrojo parecieron esfumarse de su cabeza en un soplo, estaba nervioso y avergonzado.

-Bob…

Trató nuevamente, pero se atoraron en su garganta. ¡Maldición! No era tan difícil antes, pero ahora que le podía escuchar no pudo decir nada, tenía miedo, temeroso de que nunca lo perdonara y eso era lo que más le alteraba y ponía nervioso.

-Bob, yo… ¡Maldición! Lo siento, perdóname por todo.

Sus oídos captaban las palabras pero su cerebro tardaba en procesarlas. Estaba impresionado y confundido. ¿A qué se estaba refiriendo? ¿Era por lo que había hecho en prisión?

-Se ahora lo que pasaste con Krusty.

Al escuchar aquello una ola de temor y vergüenza se apoderaron de él y sintió las ganas de morir en ese mismo instante, pero la voz y el toque de su hermano le mantuvieron atento a sus acciones y palabras.

-Lamento haberte juzgado y culpado todo este tiempo, soy un cretino, no merezco tu perdón pero por favor… perdóname por todo. Estas a salvo ahora, no dejaré que te lastimen nuevamente, yo-yo te protegeré siempre. Ya lo hiciste tú por mí, es momento de que yo sea quien tome el rol ahora.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que rápidamente fueron retiradas por el rubio quien lo trataba tan suavemente, casi como si fuera un niño nuevamente, mirándolo con ternura. Se ahogó más en llanto. Giró el rostro porque se sentía incapaz de mirar a Cecilio a la cara, seguro también sabía de “eso”, lo cual parecía más que evidente y se sintió como basura, queriendo desaparecer. Una mano tomó dulcemente su cara y no pudo evitar ahora ver a los ojos contrarios mientras una caricia retiraba algunos mechones rojos y secaba las nuevas lágrimas.

-Déjame hacerlo, permíteme ser yo quien ahora te proteja, hermano.

Soltó un sollozo mientras trataba de recuperar la voz.

-Ce…Cecilio.

Y eso terminó con todo autocontrol, el rubio se abalanzó en un abrazo protector y lleno de miedo, creyendo que si lo soltaba en cualquier momento se iría como el aire.

Se abrazaron por varios minutos hasta que al fin se separaron lentamente.

-Tengo que decirte esto Bob, estoy trabajando para garantizarte la libertad, ahora que has despertado quiero darte los detalles. En cuanto logres estar más estable vendré por ti para retirarnos a casa. Hay huecos legales que puedo usar para liberarte.

-Cecilio…

-No te preocupes, estarás bien, yo ahora estoy contigo.

Acarició lentamente la mano del mayor, ambos se miraron a los ojos por largo tiempo hasta que llegara la hora de marcharse y aun así, nunca apartaron la vista del otro.

-Te lo prometo Bob, te sacaré de ahí, te protegeré y haré pagar a Krusty por lo que te hizo, haré que se haga justicia en tu nombre y no habrá nada que lo impida, esta vez no habrá nadie, absolutamente nadie que salve a Krusty de esto.

El veneno en su voz fue palpable, llenándose de resentimiento y de un odio puros hacia el otrora payazo que admiraba.

Notas finales:

Espero les haya gustado. Si a alguien le interesa, tengo una página dedicada a Bob en facebook, llamada Amantes de Sideshow Bob: El lado sexy de un asesino, donde subo contenido de él en formato yaoi o familiar además de que ahí subo la historia también y cada detalle de lo que haga sobre fics o algún proyecto de Bob ahí lo sabrás. 


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