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Confianza por NirahGasai

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Notas del fanfic:

Advertencia: Esto es un proyecto sin fines de lucro.

Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball GT y Dragon Ball Súper son propiedad de FunAnimation, ToeiAnimation, Sheshia y Akira Toriyama.

Por favor apoya el producto original.

Notas del capitulo:

Advertencia: Esto es una obra sin fines de lucro. 

Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball GT y Dragon Ball Súper son propiedad de FunAnimation, ToeiAnimation, Sheshia y Akira Toriyama.

Por favor apoya el producto original.

Confianza

Luego del increíble torneo del Poder, los universos volvían a vivir. Y junto a ellos las esperanzas de varios seres. Freezer había sido revivido por Whiss, cumpliendo la promesa.

Ahora todos estaban en Corporación Cápsula festejando la victoria. Pero no todos estaban felices. El guerrero más distinguido del torneo estaba inquieto, nervioso. Podía observar como su compañero y rival se mantenía en silencio justo a su familia, pero atento a las acciones que el antiguo emperador podía hacer.

Nervioso, el guerrero se acercó al malvado ser con una misión. 

— Freezer... — llamó con calma, más en sus ojos había seriedad — ¿Podemos hablar? No como enemigos... Más bien por alguien en común... — formuló mirando disimuladamente al príncipe en la lejanía.

— ¿Y de qué podría hablar con un mono el cual odio? — preguntó arrogante.

— Porque me gustaría saber la manera de poder acercarme a Vegeta... Y tú eres el único que lo conoce más que nadie aquí — dijo con una seriedad no muy normal en su voz.

— Bien, si tanto quieres saber... — el emperador se dio la vuelta y le hizo señas de que lo siguiera. El hombre de cabellos alborotados lo siguió por detrás. Por suerte, nadie notaría su ausencia.

Ambos llegaron a un gran árbol que había sido testigo de e numerables monólogos por parte del príncipe. Freezer se detuvo y observó al guerrero que tenía en frente.

— Y bien... Pregunta — dijo un poco fastidiado.

— Bueno, la verdad es que me gustaría saber como acercarme a Vegeta... — el nerviosismo en su voz era notorio.

— ¿Acercarte? ¿Por qué? — preguntó curioso el demonio de frío.

— Es que... Estos últimos días tuve más contacto con él... Estuvimos tres años en la habitación del Tiempo y pude notar lo desconfiado que es con los demás... — hizo una pausa bajando su cabeza — incluso desconfiaba de Bulma... De que ella podría dejarlo por lo irresponsable que se había vuelto con ella en temas... Ehm... Matrimoniales... — un sonrojo apenas perceptible se asomó por las mejillas del hombre.

— Vegeta siempre fue de ser alguien desconfiado... Yo le enseñé, pero él lo tomó muy en serio... — explicó sin interés.

— Pero... Como puede ser tan... Pesimista... — dijo con tristeza.

Si bien, nadie conocía al cien por ciento lo que pasaba por la mente del hombre de cabellos en forma de flama, él tenía un acertamiento del noventa por ciento.

Sabía el dolor que había sufrido, sabía la soledad que había pasado todos esos años, sabía casi todo sobre él y a la vez nada. Pero él quería averiguar como poder entrar en esas altas murallas que el príncipe llevaba consigo. Aún con Bulma y una familia las murallas no habían sido destruidas. Y el quería romperlas y entrar.

— Hmm... No es un poco obvio... — habló con pesadez el lagarto blanco. — Vegeta era mi soldado favorito. — comenzó — Le di todo para que nada le faltara. Le enseñé a matar, a ocultar sus sentimientos, a obedecer... Pero él se empeñaba en desobedecerme y yo debía darle su castigo... — decía con cinismo.

— ¿"El cuarto oscuro"? — preguntó el Saiyajin con miedo a saber la respuesta.

— ¿Conoces el cuento? — formuló con una sonrisa maliciosa.

— Solo sé que por esa razón Vegeta odia los insectos y los lugares cerrados. — recordó el día que le había pregunta porqué le aborrecían, y su respuesta fue tan simple como "el cuarto oscuro".

— Oh... No te contó la mejor parte. — rió con cinismo al ver la inocencia del guerrero.

— ¿Mejor parte? — no le gustaba a donde estaba llegando esto.

— "El cuarto oscuro" como le llamaban. Era un habitación de dos metros por dos metros, con una única puerta y un pequeño respiradero en la parte superior. Ahí metía a los que me desobedecían. Se les llenaba la habitación de bichos asquerosos y se le prohibía el alimento y el agua hasta el fin del castigo. Así que tenían que comerse a los insectos y beber su sustancia. — explicó con tranquilidad el malvado ser, pero sin perder la sonrisa en sus labios.

El guerrero Saiyajin quedó anonadado, nunca ni en sus más horribles pesadillas había pensado en algo como eso. Por los dioses, Vegeta había vivido eso (de seguro) más de una vez.

— Y si te lo preguntas... Vegeta visitaba el cuarto varias veces durante su niñez y adolecencia. Pobre pequeño, quedó traumado de por vida. — una risa malvada no faltó para finalizar esa horrible frase.

Goku estaba furioso. Y se notó por el cambio de su energía. No le agradable para nada ese sujeto que tenía en frente pero era la única persona que podía ayudarlo.

— No voy a matarte porque te necesito vivo... Pero te juro que voy a matarte si le sucede algo mas a Vegeta por tu culpa. — amenazó con veneno en sus palabras. — Mejor... Dime... ¿Cómo hago para que Vegeta confíe en mi?... — preguntó un poco más calmado.

— Demuestraselo. A los Saiyajines les gusta que le demuestren las cosas. — dijo con simpleza.

— ¿Cómo? —

— ¿Que acaso no tienes cerebro? maldito mono — ya se estaba desesperando por la actitud del Saiyajin.

— Solo dime algo con lo que pueda demostrárselo. — le rogó con tono duro.

— ¿Acaso te parezco un sucio mono rastrero? Usa ese pequeño y primitivo cerebro que tienes. — con esto último el emperador se fue.

— ¿Cómo? ¿Cómo haré para que Vegeta confíe en mi?... — se preguntó mirando a las estrellas. — ¿Cómo haré para que no te sientas solo?... ¿Cómo haré para que no te sientas inútil?... ¿Cómo haré para que confíes?.. — se preguntaba el guerrero mirando las pocas estrellas que la luz de la ciudad le permitía.

Con lentitud, caminó hacia donde estaban sus amigos festejando la victoria. Al llegar, pudo ver que el príncipe ya no estaba. Por lo que preguntó donde se hallaba.

— Bulma... ¿Sabes donde está Vegeta? — preguntó con una sonrisa a su amiga.

— No sabría decirte. Este hombre desaparece cuando quiere y ni me avisa — dijo indignada la mujer.

— ¿Por qué no lo buscas con su ki? De seguro que lo encontrarás. — aconsejó su amigo Krillin acercándose a ellos.

— ¡Cierto! Ahora lo busco. — dicho esto, se fue rumbo al interior de la residencia. Pudo sentir la energía de su compañero arriba en la primer planta.

Voló hacia uno de los tantos balcones que habían. Al poner sus pies en tierra caminó despacio y sin prisa por los pasillos hasta dar con su objetivo.

Unos murmullos se hicieron escuchar por el agudo sentido de la audición del Saiyajin. Eran voces conocidas.

— No tengo propósito ¿Para qué? ¿Para proteger a mi familia? ¿Para ser más fuerte? ¡Mi familia murió hace más de treinta años! Ella y todo lo que creí que amaba... Mi madre murió por mi culpa... Tú me usaste y me convertiste en un monstruo... Bulma ya no me ama... Trunks ya no es un niño... Y ahora está Bra... ¿A quién le quiero demostrar mi poder? ¿A ti? ¿A Kakarotto? — la voz del guerrero orgulloso sonaba que se iba quebrando poco a poco. — Sabes una cosa Freezer... ¡El maldito me violó! — gritó enojado al borde de la histeria.

— Será porque tú le permitiste hacerlo. — dijo con seriedad el malvado. — No es mi culpa que te hayas vuelto débil... — añadió como más sal en la herida.

— NO LE PERMITÍ QUE ME VIOLARA — La histeria salió a la superficie con total furia. — ¡Él maldito se aprovechó de mi debilidad en ese momento!... !Él es consciente de lo poderoso que es!... No pude hacer nada para detenerlo... — Su ki se desató en el mismo momento en que él avanzaba hacia su antiguo jefe.

— Tranquilizate... No pierdas la cabeza... — dijo con suavidad el emperador, con una nunca antes escuchada.

— No me digas que me tranquilice. — su voz sonó amenazante, casi con odio.

— Has matado a cientos de seres con esa actitud impulsiva que tienes... ¿Acaso no aprendiste nada durante todos estos años? — preguntó con la misma serenidad que antes.

—... Es tu culpa... — formuló mirando hacia un lado con la respiración alterada.

Lo que decía Freezer era cierto, siempre se dejaba llevar por sus instintos, había matado por culpa de ellos, hicieron que dejara embarazada a Bulma, cuando él nunca la amó, hicieron que Cell se volviera más fuerte, llevándose consigo a su rival y propósito, hicieron que lograra la resurrección de Buu, luchando con Kakarotto. Todo fue culpa de sus instintos.

— ¿Es mi culpa que su raza inepta y primitiva sea tan inútil que se deje llevar por algo tan tribal como los instintos animales? — El ice-jin giró sobre sus talones para irse de la habitación.

— No hables mierda de mi raza Freezer... Porque ahora mismo te puedo masacrar con mis propias manos, y nadie me detendría... — escupió con veneno el príncipe.

— Aceptalo, Príncipe Vegeta. Te guías más por tus instintos que por otra cosa. — sentenció dejando solo al Saiyajin.

El príncipe estaba estático en el centro de la habitación, con la mirada baja y perdida. Solo los músculos de su pecho se movían al compás de su respiración agitada. La luz de la Luna se filtraba por los enormes ventanales que a su espalda estaban, mostrando una habitación apagada y tétrica.

— Vete Kakarotto... — dijo cínico cuando descubrió que el hombre de cabellera alborotada estaba escuchando desde la puerta. Espiando...

— Perdón Vegeta... Yo solo quería-- — fue interrumpido por un destello de energía salir con furia del cuerpo del guerrero.

— Largate antes de que cometa una locura. — dijo sin moverse. Parecía una sombra de lo quieto que estaba.

— Yo solo pasaba y te escuché hablar y... — avanzó unos cuantos pasos hacia el hombre de menor estatura. Frenó en seco cuando vio como el otro retrocedió. — Lo siento... De verdad... Yo — dio pasos apresurados hasta tocar el hombro del otro. Un grave error.

— ¡NO ME TOQUES HIJO DE PUTA! — gritó con furia rodeado de su azul energía. Unas traicioneras lágrimas escaparon de sus oscuros ojos lo que lo obligó a ocultar su mirada.

— Vegeta de verdad lo siento. Fue un accidente... — trató de decir acongojado por la vista que tenía.

Con furia, el hombre orgulloso le mostró unas marcas rojas en su muñeca derecha.

— ¡¿Esto es un accidente?! — preguntó colérico.

Se subió un poco la camisa que llevaba puesta, mostrando marcas rojas, verdes y moradas en su abdomen cerca del hígado.

— ¡¿Esto te parece un accidente?! ¡¿Eh?! — su ki era inestable, estaba al borde de hacer algo de lo que después de arrepentiría.

— No, yo no quise hacerlo —trató de explicarse con la cabeza gacha. Lastimado por haberle hecho tales lastimaduras a su príncipe.

—Kakarotto deja de ocultarte en esa puta mascara de inocencia que usas, que no soy ningún idiota como para saber que eres un maldito violador y aprovechador. — respiró hondo — Largate Kakarotto. No quiero cometer un homicidio... — giró dándole la espalda al causante de las heridas. — Aún... — dijo monótono.

Lastimado, Goku salió de la habitación con el enojo contenido. Sabía que no podía negarle lo que dijo. Era verdad, lo había violado, lo había lastimado, roto su orgullo y su confianza en él. Se apoyó en la puerta de una de las habitaciones, solo para recordar lo que había hecho días atrás...

Notas finales:

Acepto críticas constructivas.

Tal vez el siguiente cap esté para el viernes a más tardar el sábado. 

Espero les haya gustado.

Auf Wiedershen!


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