«Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar»
Mamihlapinatapai
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Capítulo 1: 5 años
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Su respiración se aceleraba a cada paso que daba. El pecho se le movía frenéticamente de arriba a abajo. Algunos mechones largos golpeaban su rostro empapándose en sudor.
El cielo empezaba a tornarse de un color morado dejando atrás el naranja del ocaso, debía correr más rápido si quería llegar a casa antes de que no quedara ni un solo rayo de luz y su toque de queda llegara. Había estado tan entretenido jugando con sus amigos en el parque que no se había dado cuenta de la hora, aunque tampoco es que tuviera un reloj o supiera leerlo en caso lo tuviera.
Se reprochó lo irresponsable que había sido, si no llegaba ya a casa su madre lo castigaría.
Corrió como si lo persiguiera el diablo al ver que solo estaba a unas cuadras de su destino, su vehemencia era tal que cerró los ojos en una falsa creencia de que así aumentaría su velocidad. Entre abrió uno para cerciorarse de la distancia faltante y vio que estaba a solo dos casas de la suya.
Solo un poco más se repitió mentalmente.
– ¡Cuidado! – Gritó alguien antes de que ambos chocaran – ¿Estas bien? – preguntó la misma persona ayudándolo a pararse.
Sasuke abrió los ojos al sentir el contacto y retrocedió dos pasos para observar quién se interponía entre él y su casa. Los grandes orbes negros se posaron fijas en el rostro de la persona que tenía enfrente. Nunca lo había visto antes, aunque por el tamaño podía decir que era un niño mayor que él, probablemente de la edad de su hermano. Pero no era esa la razón por la que lo observa embelesado, la razón era que a sus cortos 5 años ese rubio era lo más hermoso que había visto hasta ahora.
– Sasuke – murmuró Itachi apareciendo en escena, detrás del rubio. – Él es mi hermano pequeño – explicó pasando entre ellos, saliendo del ingreso de la casa. – Vamos ya Naruto.
– Nos vemos pequeñín – se despidió el rubio sonriente, revolviendo el cabello azabache antes de ir tras Itachi.
El menor paso sus dedos por los cabellos recién revueltos en un vano intento de querer sentir aquel contacto nuevamente. La mirada ónix siguió a los otros dos hasta perderlos de vista al doblar la esquina.
Todo este tiempo había estado rodeado de cabellos azabache, castaños y por ahí uno rosado. Pero nunca de ese color tan amarillo como un girasol, mucho menos había visto unos ojos azules tan profundos como el mar. Aunque más le recordaba el cielo antes del ocaso, ese mismo cielo que miraba a diario esperando su toque de queda.
Notó que aunque ya hubiera dejado de correr hacia un rato, su pecho seguía acelerado.
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Naruto e Itachi: 14 años.
Mamihlapinatapai
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Capítulo 2: 7 años
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Observó el ingreso de su casa y vio dos pareces de zapato del mismo modelo colocados a un lado. Eso solo significaba una cosa: Itachi había llegado de la escuela con Naruto, quien era su mejor amigo.
Automáticamente el cuerpo del menor fue poseído por un éxtasis incontrolable y emoción. El rubio era todo amor con él - a diferencia de su hermano que siempre lo hacía a un lado- y cuando iba a casa solo pensaba en jugar, JUGAR, JUGAR.
Desato presuroso sus pequeñas zapatillas, prácticamente arrancándolos de sus pies y ni siquiera se detuvo a guardarlos de manera ordenada, solo los dejo ahí tirados y corrió a toda prisa por las escaleras al segundo nivel.
– ¡Naruto! – gritó emocionado entrando sin previo aviso a la habitación de su hermano.
Ambos jóvenes, rubio y azabache, ocultaron una de sus manos tras ellos en tanto tosían.
– Sasuke, cuantas veces te he dicho que no entres sin avisar antes – llamó la atención Itachi mientras Naruto lo saludaba con una sonrisa.
Sasuke quería llegar a él, pero su hermano se interpuso en medio con su cuerpo, bloqueándole la visual y originándole una nueva duda.
– ¿Qué ese olor? – inquirió mientras movía su nariz como si fuera un sabueso a la vez que retrocedía obligado por su hermano.
– Están cortando el césped afuera – sentenció antes de cerrarle la puerta en la cara.
Pudo oír desde fuera el sonido del pestillo, Itachi le había puesto llave.
Miro con recelo la puerta frente a él, era niño pero no tonto. Cuando llegó, hacia unos minutos nada más, no había visto a nadie cortando el césped ni rastros de que lo hubieran hecho. Ese olor venia directamente de su hermano y sea lo que fuera, era la razón por la que lo había echado.
Suspiro resignado.
Tal vez mañana podría jugar con Naruto.
Nota de la Autora:
Como dije cada capítulo es sobre una edad diferente de Sasuke, así que el NaruSasu (propiamente dicho) viene más adelante, en la adolescencia. Hasta entonces disfrutemos su niñez.