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Streaming Love por Kaiku_kun

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Notas del fanfic:

Este fic está dedicado a Sly D. Cooper, con la cual algún día desearía hacer realidad cada escena que aparece en este shot.

Streaming Love


 


—¡Mierda, mierda, mierda! ¡Que voy a llegar tarde!


Corre, corre, Nadia, ¡que de verdad el mundo se acabará si apareces por casa dos minutos más tarde de lo que deberías!


Sí, esto empieza así, no es ninguna broma. Nadia acababa de salir de su trabajo en la tienda de juguetes del barrio y, pese a que tendría que ser el momento para respirar el aire fresco de una contaminada calle de Barcelona, la pobre iba trotando cuesta arriba para llegar a su casa a tiempo.


¿A tiempo de qué?


Nadia recibió un mensaje mientras esperaba en un semáforo y respiraba un poco. A veces maldecía su poco ágil cuerpo con algo de curvas y su falta de ejercicio, pero no esa vez.


“¡Espero que hayas tenido un día tranquilo en el Drim! Nos vemos en casa.”, decía el mensaje. Drim era el nombre de la tienda.


—Coño, te voy a dejar plana como el papel del abrazo que te daré —susurró para sí, sonriendo como una boba.


“Ya he salido”, contestó simplemente.


Ese mensaje era de su novia Clara, que la esperaba en casa con cierta impaciencia. Para ser justos, Nadia se sintió algo mal al recibir el mensaje, pues aunque sí había salido pensando en ella, el motivo de sus prisas era otro.


Nadia era streamer: hacía directos de videojuegos en Twitch. Solía hacerlos poco después de volver a casa, pero muchas cosas habían cambiado recientemente y en estos tiempos se pasaba todas las vueltas a casa corriendo.


No tardó más de cinco minutos en llegar, pero aun así llegó sudando. Por suerte, aún hacía el suficiente frío para ir con jersey y que no se viera el sudor.


—¡Ya he llegado! —anunció, cerrando la puerta tras de sí—. Uf, me sobran unos minutos.


Una cabeza a una altura considerablemente menor que la de Nadia asomó por un rincón de la casa.


—¡Hola! Vienes resoplando… ¿Cuándo empiezas?


—En un rato —admitió.


¿Nadia corría para empezar el directo puntual? Sí, pero eso no significaba que tuviera que ser inmediatamente al llegar. Después de pasar ambas toda la mañana y mediodía trabajando, por lo menos Nadia sabía que necesitaba un poco de compañía. Se las ingenió para meter un corto espacio de tiempo entre llegar a casa y el directo para consentir a Clara y sus tonterías adorables.


—Vale.


Pese a que el mensaje rezumaba alegría, el tono de Clara se mantenía despreocupado, sin mucha emoción. Nadia corrió al baño a quitarse ropa y por lo menos limpiarse el sudor, y salió de nuevo dispuesta a cumplir la promesa que se había hecho al salir de trabajar.


—¿Clara?


—¡En el comedor!


La casa era pequeña, pero a su poco más de metro y medio de altura, Clara era un gato silencioso y era difícil sorprenderla. En cambio, Nadia era más como un elefante en una cacharrería, pues a la que cruzó el marco de la puerta que les separaba, le dio un hostión con el codo.


—¡Au! Joder…


—¿Intentabas sorprenderme? —preguntó Clara, desternillándose de risa.


—Intentaba —repitió, sonriendo con una mueca de dolor.


Clara estaba dejando su portátil en una mesita pequeña que había delante del sofá justo a tiempo para recibir el intenso abrazo de su novia, que con su media cabeza más de altura y cierta amplitud, podría ocultar perfectamente a la “pequeña”.


—Me vas ahogar entre tus pechos —se quejó Clara, aunque sólo lo decía por vergüenza: la delantera de Nadia no era tan imponente. Más bien eran las caderas, su punto fuerte.


—Eres lo más adorable que me he tirado a la cara —le confesó, ignorando el comentario de su novia, mientras le constreñía la espalda.


—Cállate. —Cuando se vio liberada, se quedó un segundo quieta. Quizás esperaba más y todo—. Sólo te he enviado ese mensaje porque no habíamos hablado en todo el día y quería animarte.


—No lo arregles. —¿Ojos en forma de corazón? ¿Dónde?


—¡Yo no hago nada!


Y Nadia moría de diabetes mientras tanto. Clara se tumbó en el sofá, cerca de su portátil, y Nadia se tumbó a su lado, para aprovechar el poco menos de media hora que tenía antes de empezar su directo. La pequeña (bueno, era un decir, tenía 22 años, solo dos menos que su novia) sintió la mirada penetrante de la mayor a su lado, y la miró con algo de miedo.


—No me mires como si fuera un dulce que fueras a devorar. —Así es, a Nadia le encantaban los dulces.


—¿No puedo? Creo que es normal después de lo que me has dicho.


—Yo solo… Agh, no se puede razonar contigo. —Y giró la cabeza al lado opuesto, avergonzada.


Nadia no encontraría mejor momento: digno de una llave de lucha libre, puso a su novia boca arriba y ella acabó encima.


—¿Me estás diciendo en serio que no quieres nada de esto?


—Y-yo no he dicho eso —dijo, desviando la mirada de nuevo. Con una caricia suave en la mejilla, Nadia hizo que la mirara de nuevo justo antes de darle un cálido beso de agradecimiento. No había nada que le pudiera más a Clara que un beso así—. No deberías hacer esto antes del directo… Sabes que querré más.


Esa confesión no pillaba desprevenida a Nadia. Cuando ésta por fin conseguía derrumbar la primera barrera de vergüenza, Clara se desataba y empezaba a desear más, lo cual solía acabar convirtiendo un momento romántico en algo no apto para todos los públicos. La sensibilidad de esa chica era extrema.


—Tienes razón… ¡Qué fastidio!


Nadia volvió a su posición inicial y la pareja se quedó tumbada viendo Hunter x Hunter en un canal de Youtube. A la mayor le daba bastante igual, porque siempre acababa viendo capítulos desordenados, y Clara acababa tronchándose igual (básicamente de Gon), y eso era suficiente. Un ratito de descanso sin nada que hacer o pensar y, en ese caso en particular, recibiendo miraditas de vez en cuando de Clara pidiendo más, pero conteniéndose.


Cuando el rato de descanso pasó, Nadia se despidió de Clara con un beso en la mejilla y la dejó allí viendo el siguiente capítulo de la misma serie.


—Bueno, vamos allá…


Daba trabajo encender toda la maquinaria. Sólo por un juego simple, se necesitaba el programa para emitir sobre la pantalla de ordenador, una webcam y activar todos los extras como un chat, una jarra de propinas, activar las notificaciones nuevas. Pese a que los conocimientos de tecnología audiovisual de Nadia eran buenos, construir todo eso la primera vez le costó muchas horas de trabajo y cabreos. Y aún no era cien por cien bonito, pues su cámara no era lo mejor y no tenía una pantalla verde como tienen los profesionales para que solamente se vea a la persona.


Mientras iniciaba su sesión en Twitch con el tan acertado nombre “DessertWishes” y sacaba todos sus “postres” y dulces para ir comiendo y haciendo el tonto durante el directo, sonrió por un segundo. Quizá sería hora de decirles a los fans lo que había cambiado tan recientemente en su vida.


También reflexionó un segundo sobre cómo había estado Clara durante los últimos días. Había descubierto que era más celosa de lo que pensaba cuando se trataba de hacer directos. Como la costumbre era que fueran de unas tres o cuatro horas, eso significaba que, dejando de lado los descansos, su novia estaba muchas horas sola mientras los fans de Nadia recibían todas las atenciones. Y ¿sinceramente? Eso fastidiaba a la streamer, pues su madre siempre tuvo muchos problemas con eso cuando empezó. Nadia no veía la diferencia entre ser ignorada por trabajo, o haciendo cualquier cosa, y ser ignorada por hacer un directo, pero lo último solía traer muchos más conflictos por alguna razón.


Cuando estuvo todo listo, dulces incluidos, empezó a fijarse en el chat de su directo: ya había unas treinta personas esperando que empezara. Dos de ellos eran SharkAdi y LoadsOfGuns, dos amigos suyos de la universidad que eran tan o más viciados que ella, y que hacían de moderadores.


—¡Sólo me falta encender el audio! —anunció Nadia por escrito, dejando ver su divertido nombre de usuario en el chat. Inmediatamente una montaña de fans comentó y metió emoticonos personalizados para demostrar las ganas que tenían. Justo cuando ella activaba el micro de sus cascos, alguien preguntó qué tocaría hoy como juego, así que respondió, en inglés—: ¡Crossout! Hace tiempo que no juego y sé que ver coches extraños explotar os encanta.


—Voy preparando la herramienta de hacer miniclips del directo —comentó SharkAdi, riéndose.


—Han hecho nuevas actualizaciones —añadió LoadsOfGuns, evidentemente un experto de los juegos de tiros—. Hay temporalmente un modo que básicamente son batallas de tanques con una sola arma y mucha munición.


—¿Todos los coches son iguales?


—Sí. Es puro juego en equipo.


—Pues si no os importa, gente, empezaremos por ahí. ¡Gracias, Guns!


Nadia empezó a jugar mientras el chat comentaba que deseaban ver coches raros y aberraciones. En ese juego había dos maneras de verlos: buscar en la pestaña de exposición, o usarlos tú mismo en un modo de juego que era “todos contra todos con coche aleatorio”.


—¿Os acordáis cuando me tocó ese especie de cohete con siete propulsores y apenas una metralleta? ¡Cuando pulsé los propulsores el carro se salió del mapa, como si se fuera al espacio! Todos mis rivales se rieron de mí.


El chat obviamente se partió de la risa, y como moderador, SharkAdi compartió el clip que justamente guardaba esa escena.


—No te permitiremos olvidarlo —comentó LoadsOfGuns.


—Se nota, se nota. —Y después de perder la tercera partida seguida, decidió hacer una pausa—. ¡Momento de dulces! Decidme color de la chuche y si acertaré o no con ella tirándolo al aire para comérmelo. El que acierte comentando primero elige el siguiente modo de juego.


Un montón de gente comentó colores y combinaciones sobre sus chuches, pues Nadia siempre tenía tres o cuatro bolsas llenos de chuches de todo tipo, además de galletas, pastelitos, madalenas y demás porquerías deliciosas. Al final, sacó una roja y verde con forma de fresa, la lanzó al aire y se le quedó pegada a la frente.


—Ugh. Y lo gracioso es que aunque me ponga boca abajo… —Lo hizo, riéndose—. ¡No se mueve!


El chat de nuevo fue inundado de emoticonos graciosos y de risas. De entre todos, salió un usuario frecuente de la misma ciudad de Barcelona, Pilgrim11, que reclamó su premio. Después de comprobar que era cierto, le dio via libre.


—Creo que todos lo queremos: ¡Coches raros en el “todos contra todos”! ¡Te quiero, Dessert!


—Vaya, me quieres, esas son palabras muy atrevidas. Pero tu deseo será satisfecho, vamos a ver qué aberraciones nos esperan hoy.


Nadia empezó a jugar y a reírse viendo coches flotando boca abajo o una miniatura sin armas que se escapaba a los disparos de la artillería. No se dio cuenta hasta acabar la segunda de esas batallas, al cabo de diez minutos, que Pilgrim11 le había comentado algo en privado.


—Es que me gustas de verdad, me gustaría conocerte.


Por suerte, Nadia siempre tomaba muchas precauciones. Nunca daba pistas sobre dónde vivía, y ni siquiera los usuarios más fieles sabían que Clara existía en su vida. Pensaba que no estaba bien involucrarla a ella sin su consentimiento.


—Lo siento, pero no creo que sea una buena idea —tecleó, sin hablar—. Ni siquiera te conozco.


Decidió ignorar el resto de respuestas para seguir jugando. De hecho, mientras lo hacía vio algunas de ellas, y no eran desagradables, pero sí insistentes. Pilgrim11 no volvió a hablar apenas por el chat público, supuso Nadia que por despecho.


Al cabo de un rato, cuando las propinas fueron en aumento y Nadia tuvo que entretenerse a leer todos los mensajes, acabó por agradecer a todos:


—De verdad, chicos, tanto amor me abruma, ¡muchísimas gracias! ¡Somos pocos pero me encanta que seáis tan fieles! ¡Os quiero!


Entonces ladeó un poco la cabeza, como si fuera reacción fuera de control. No había oído nada, pero había sentido que la observaban, pese a tener la puerta medio cerrada. Solía darse cuenta porque su madre, en el pasado, lo hacía sin querer. Esta vez solamente podía ser Clara. Todo el chat se dio cuenta del silencio de la streamer.


—Chicos —susurró, sin dejar de mirar de reojo—. Tengo algo que contaros.


La expectación creció exponencialmente. Pilgrim11 apareció rogándole que no contara nada de lo que habían hablado, a lo que todo el mundo le preguntó a él, pero no respondió.


—No tiene nada que ver con él —puntualizó, algo molesta—. No, es algo que ocurre en mi casa. Ya sabéis que hace unos meses que me he independizado. Pues bueno, también hace aproximadamente unos cinco meses que estoy saliendo con alguien.


La reacción de curiosidad llenó el chat (y Pilgrim hizo silencio sepulcral).


—¡Y no nos dices nada! —se quejó SharkAdi.


—¡Somos tus amigos y moderadores! —añadió LoadsOfGuns.


—Es que no era nada seguro, antes, y ella no quiere dejarse ver así como así, aunque sea solo comentando…


—¡¿ELLA?! —saltó todo el chat instantáneamente, con emoción y con muchos corazoncitos. La mayoría no sabía ni siquiera de su sexualidad.


—La cosa es que hace un par de semanas que vivimos juntos, y no estamos acostumbradas a ello y… creo que me ha espiado unos segundos cuando he dicho que os quería. —Luego susurró algo más bajo—. No lo imagináis, chicos, ella es adorable, se hace la dura conmigo, pero simplemente es una dulzura y…


El chat se deshizo en ternura con “aaaaww” y “ooooh” y “¡queremos veros juntas!” y corazones, aprobando a Clara. Pilgrim apareció por chat privado quejándose de que podría haber empezado por ahí antes de rechazarle, pero a Nadia no le afectó: ella estaba ensimismada susurrando a sus oyentes las mil y una maravillas sobre Clara, saltándose algún que otro defectillo.


—Ella es un poco celosa, creo —confesó—. No me ha contado porqué, pero no pasa nada. Me encantaría transformar eso en algo bueno. Y bueno, perdonad que os haya ocultado esto, pero es que he girado la cabeza justo cuando ella se iba y me ha resultado irresistible.


—¡Directo amoroso! —reclamaron varios usuarios, incluidos los moderadores.


—¡Queremos conocerla!


—¡DessertWishes, estás tan enamorada que no te ves la cara que pones!


—Sí, lo estoy… No me levantaré ahora porque seguro que me echa a los perros, pero veremos si arreglo esto con algunos mimos. He modificado ligeramente mi horario para estar más con ella. Es posible que cambie también el horario de los directos.


—No pasa nada, es natural. —Y muchas respuestas parecidas, todas comprensivas.


—¡Conquístala tocando la guitarra!


—¡Otra vez lo de la guitarra! —se rio Nadia. Ella tocaba la guitarra eléctrica, pues era muy fan del rock, y millares de veces sus seguidores le habían pedido que tocara para ellos o jugara a Rocksmith (básicamente un Guitar Hero con guitarra de verdad)—. Soy consciente, chicos, ¡lo soy! Pero hacer el setup del directo para un juego de música cuesta bastante. Estoy en ello, ¿vale? No prometo nada, pero pronto…


Y se rio porque el chat explotó con emoticonos de rockeros o con la palabra “Hype”.


Durante ese directo no hubo ningún percance más. Los fans la dejaron jugar tranquilamente, y de vez en cuando Nadia hacía malabarismos con sus chuches, como ponerse una en la nariz, como una foca con una pelota, y luego comérsela. También había algún comentario curioso sobre la novia de DessertWishes, pero ella no respondió nada. En la mente de Nadia, había una imagen nítida de Clara haciendo una de sus famosas travesuras y apareciendo sorpresivamente en pantalla. Y creía tener la manera de conseguirlo.


—¡Bueno, chat, mañana más, pero no mejor, porque eso es imposible! —Su frase de despedida, igual que Wyoming en el Intermedio. Luego desactivó y cerró todos los programas—. Uf… Bueno, ha sido divertido. Vamos a ver cuánto ha durado…


Se le congeló la cara cuando vio que se había pasado como una hora. Ya debería estar cenando y liberando su ternura contra Clara, pues hacía rato que deseaba “appachucharla”, como decía la propia Clara, haciendo referencia al bisonte volador de la serie Avatar the Last Airbender. Era simplemente demasiado adorable para no querer hacerlo.


Cuando salió al comedor, vio al tapón de su novia con mala cara y sacando la cena.


—No te la mereces, pero te he hecho la cena. Llegas tarde. —Al parecer no había oído nada sobre las cursiladas que había confesado a sus seguidores, a pesar de que la casa era lo suficientemente pequeña para oírlo.


—¡Ooooh! ¡Cielo, esto es…!


Durante esas dos semanas de convivencia, lo habían hecho todo a medias. Y en un acto superadorable, Clara había decidido dar una sorpresa a Nadia, quien se lanzó a abrazar a su chica, pese a que ésta la alejaba débilmente con sus manitas.


—Por cosas como esta puedo decir sin temor que te quiero —confesó, aunque no era ni de lejos la primera vez.


—¡No te pongas cursi ahora! —replicó, fingiendo enfado, cada vez resistiéndose menos. Al final acabó con los brazos encogidos y libre de ser abrazada—. Harás que me ponga cursi yo también, y lo odio.


—¿Qué dices? ¡Con lo dulce que eres!


Sólo de pensar en la carita avergonzada e indefensa de Clara, a Nadia le subía el azúcar en sangre, pero decidió no malgastar los esfuerzos de su chica y comerse la cena con el mayor entusiasmo posible, pues había hecho arroz con pollo, su plato favorito.


Durmieron juntas, relajadas, como lirones.


*  *  *


Al día siguiente, cuando de nuevo Nadia empezó su directo, esta vez para jugar a Worms Revolution, no pudo contenerse ante sus seguidores.


—Hoy he venido antes porque Clara (así se llama… Uau, qué raro suena pronunciado en inglés) ha visto en las noticias que un periodista de ultraderecha ha propuesto bombardear Barcelona para dar una lección a los independentistas catalanes, y lo primero que ha hecho ha sido salir a la calle a protestar por la injusticia sobre la libertad de expresión.


—Caramba, qué drástica.


—Ella se implica mucho en estas cosas. Agobia un poco a veces —admitió Nadia.


—¡Ese tío es un hijo de puta!


—Joder, no sabía que estuvierais tan mal en España —dijo un usuario extranjero.


La conversación siguió un par de minutos en este campo, hasta que LoadsOfGuns comentó que le parecía que iba a contarles algo más de Clara.


—Sí, a eso iba. Es que… —Esta vez no tenía que susurrar, Clara tardaría un rato en volver—. Ayer hizo lo más adorable que me ha hecho nadie nunca. Y es una tontería, pero…


—¡Cuenta, cuenta!


—Como dije, creo que me oyó deciros que os quería, así que creo que se puso algo celosilla, y quiso conquistarme —El chat ya reventaba en amor— preparándome mi cena favorita y haciendo como que estaba enfadada, pero… ¡Aaaah! ¡Es demasiado, no puedo! —Hundió la cara en sus manos—. La quiero muchísimo. Es que simplemente me dijo que no me lo merecía, con cara de indignada, y luego intentaba resistirse a mi abrazo y… Es maravillosa, chicos. No puedo.


El chat acabó gravando el clip de Nadia muriéndose de amor por Clara, y fue uno de los que más visitas tuvo por meses.


Al cabo de un rato, mientras se pasaba la parte principal del juego de Worms, lo que es la campaña, alguien preguntó sobre el título del directo:


—¿Qué es eso de “speedrun”? ¿Y por qué en el título del directo dice “¿me espiará mi novia esta vez?”.


—Un Speedrun es cuando intentas pasarte el juego con el menor tiempo posible, intentando batir un récord. Yo no soy muy buena haciendo eso, pero me lo paso muy bien jugando para vosotros. —Hizo una pausa—. Y lo de mi novia, es que… bueno, es largo de contar otra vez, basta decir que es adorable.


La gracia de todo aquello fue que Nadia no oyó que su novia había vuelto a casa y estaba en el cuarto de al lado cambiándose, tan campante. Su agilidad y sigilo eran formidables.


—Pero no os preocupéis, no os abandonaré, que también os quiero a vosotros —añadió, y comentarios graciosos de “más te vale” o de más azúcar en vena iban apareciendo.


Y seguramente eso fue el colmo para el universo, que consideró que ver a estas dos chicas separadas durante ese directo era una falta de respeto, así que le dio la impulsividad necesaria a Clara para abrir la puerta del cuarto donde estaba Nadia de par en par. La streamer se giró de golpe (y todo el mundo preguntó por el susto), y toda respuesta que obtuvo el chat fue, en español:


—¡La silla, cuidado con la silla!


Y luego ver aparecer como si hubiera pegado el bote de su vida a un tapón con una melena larguísima, saltando encima de la falda de Nadia, cogiendo el micro de los auriculares (y tirando un poco de Nadia hasta estar mejilla con mejilla). Ese tapón dijo en inglés, sonriendo como una loca:


—¡Pero yo puedo hacer esto todos los días! ¡Ja! ¡Tomad esa! —Nadia miró a la cámara y puso cara de no saber cómo aguantarse tanta ternura, y el chat correspondió adecuadamente haciendo un megaspam de emoticonos alegres de todo tipo—. ¡Hola chicos! ¡Soy Clara!


—¿Podéis ver ahora porqué la quiero tanto? —declaró inmediatamente Nadia, con imaginarios corazones oculares.


Clara le dio un manotazo en el brazo, apartándose del micro y se cruzó de brazos, desviando la mirada. Hiciera la cursilada que hiciera, que le dijeran algo así siempre sacaba esa reacción de ella.


En el chat, montones de personas estaban grabando el clip sobre cómo Clara había aparecido y cómo Nadia abrazaba ahora por la cintura a su novia, liberando su “mimosidad”.


—¡Es pequeñita!


—¡Qué guapa!


—¡Te ha tocado la lotería con ella, DessertWishes!


—Dios, sois adorables.


—Puedo decir desde ahora que tengo diabetes por contacto visual.


Y muchos más comentarios así, y con los moderadores spameando los clips o emoticonos llenos de corazones o de caras de emoción.


Al final, Clara se animó a decir algo más:


—No os emocionéis, no es para tanto.


Entonces se encontró con la mirada de Nadia. El impulso iba a apoderarse de la pequeña mujer en cualquier momento, pero Nadia se avanzó:


—No me puedes besar en directo —dijo, fastidiada, en un susurro. Se estaban mirando a los ojos con muchísima intensidad.


—Qué pena para ellos, ¿verdad? —Cogió el micro de nuevo—. ¡Encantada de conoceros!


Y saltó fuera de la cámara de nuevo. Nadia se quedó un instante sola, ante sus fans, estupefacta, con algo de vergüenza y visible y positivamente afectada.


—¿Me permitís un segundo?


No esperó respuesta, simplemente dejó la silla vacía a la misma velocidad que Clara. A ella la encontró en el comedor, encogida de piernas, como si quisiera que la tierra la tragase. Nadia esperaba que dijera algo como “perdón, espero que no te haya causado problemas, no debería haber aparecido”, pero Clara no era así. Simplemente se quedó callada e intentó por todos los medios que Nadia no hiciera lo que realmente ambas deseaban, pero el deseo ganó. Nadia acorraló debidamente a su novia en el sofá, y le dio unos besos furiosos y apasionados que amenazaban con dejar el directo sin streamer por horas. La fogosidad de Clara despertó y devolvió esos mismos besos, como si compitieran con los labios a ver quién derribaba a la otra. En una tregua, Nadia dijo:


—Te prometo que esto no terminará así. Tanta adorabilidad y ternura no puede quedar impune.


—¡Cállate! Y sigue con tu directo antes de que piensen que me has violado.


—Nunca haría eso. Básicamente porque lo deseas también.


—¡¡Deja de soltar perversiones!!


Nadia se rio y volvió a sentarse en su silla, visiblemente acalorada y dijo a sus fans que aquello era difícil de resistir, que cualquiera que tuviera o hubiera tenido novia sabía a qué se refería.


—Creo que estaréis de acuerdo que tendré que cambiar ligeramente el horario para pasar más tiempo con este sol que tengo en casa. O hacer más pausas. O dejar que nos invada de vez en cuando y reventar el chat con emoticonos.


—¡¡Invasión!! —clamaron algunos usuarios.


—¡Todo lo que necesitéis! —dijo SharkAdi.


—¡El próximo emoticono del canal tiene que ser de Clara sonriendo o siendo adorable! —propusieron otros, pues lo bueno de Twitch es que con el tiempo y los subscriptores podías crearte tus propios emoticonos y usarlos.


Como respuesta a toda la escena, o quizás venganza, o quizás simplemente devoción a la pareja, a través de un chat alterno llamado Discord, especial para videojuegos, casi todos los fans compartieron la misma imagen: Clara hablando tan feliz y sonriente por el micro de Nadia, mejilla con mejilla, y con la streamer sorprendida y con cara de morirse de ternura.


Esa imagen se hizo viral y Twitch no se atrevió a banear tal muestra de amor, que ni besos ni nada más había necesitado para ser demostrado.


 


FIN

Notas finales:

Espero que mi exceso masivo de diabetes no os haya matado y os paséis por mi perfil a leer más cositas mías <3 hay links mágicos(?)


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