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SERENDIPITY por evolet kun

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Los personajes no me perteneces, son del autor Masashi Kishimoto

hago este fanfic sin amimo de lucro

disfrutad de la lectura solamente

y que mejor que sea SasuNaru :)

 

Advertencia

este mes publicare cada semana, dependiendo de la demanda del fanfic, despues de julio, actualizare cada mes, ya saben, por la uni,

queria avanzar mas con la historia pero pues por mas que le hago no se puede, y ya no queria esperar más y pues yolo >:v

Notas del capitulo:

Benditos sean los tutoriales de internet que permiten a esta milenian hacer comida como toda un chef, vestirse como una modelo y peinarse como reina de belleza.

Pero sobre todo lo primero >:v porque estas vacaciones me mandaron a vivir con mi hermano y el wey sabe sobrevivir sólo no con una carga es decir yo >:v ah… pero la niña quería ser independiente.

 

Extraño a mi mami :´c ella me hacia comida

Capítulo 1

Los gigantes

 

Los gigantes son criaturas humanoides de gran tamaño y fuerza envidiable. La mayoría son violentos, rellenitos con voz lenta y grave, usualmente son completamente lampiños de pies a cabeza, dientes afilados y descuidados. Son inocentes y pueden ser engañados con facilidad, poco pensantes y nula inteligencia social. A pesar de esto son hábiles y astutos en términos de caza, cocina y orientación. Comen cualquier tipo de comida; desde conejos, venados y hasta… humanos.

Su dieta consiste antes en lo dicho, pero conforme se fueron asentando los primeros pueblos de humanos los gigantes iban a la ciudad a comerlos, se volvieron su alimento preferido, en especial los niños; por el sabor dulce e indescriptible que poseían ya que los adultos y ancianos tenían un sabor amargo que no les gustaba.

Sin embargo, con la poca gente culta que había en dichas aldeas tuvieron una idea, ya que los gigantes eran tontos una persona podía ponerse de acuerdo con dicho ser. Si éste los dejaba vivir tranquilos sin dañar sus mazmorras, ellos como tributo le obsequiarían un virgen. Pronto la gente adoptó la idea como un mecanismo de defensa y los gigantes se hicieron también a esa ley con más fervor que los propios humanos porque los vírgenes eran aún más deliciosos que los niños en sí, puesto que el sabor de su carne conservaba ese sabor dulce de la inocencia bañados ahora en jugos sensuales. Ese apetecible aroma de deseo por que les ultrajaran la virginidad era más que valioso para cualquier cultura, excepto por los propio humanos.

En un pueblito en medio de unos cuantos cerros bajos con ambiente soleado habitaba una comunidad feliz y dichosa. Hasta que ocurrió lo inevitable. Sus habitantes realizaban tareas cotidianas como vender verduras, hacer el pan o forjar acero. De pronto escucharon unos temblores que levantaban las piedrecillas de los caminos de tierra. Una mujer que estaba con su niño fue testigo como del bosque se arrimaba una figura espeluznante.

_ ¡AHHHHHH!!!!_ Gritó aterrada y pronto toda la gente observó al inquilino no invitado acercarse, comenzaron a correr aterrados, un gigante de 3 metros corpulento, gordo y casi pelón de aspecto desagradable intento coger a los niños descuidados por sus padres pero estos lograron escaparse y esconderse entre lugares pequeños debido a su tamaño. El pobre gigante, con ropas andrajosas buscaba con infinita paciencia a los niños que deseaba comer; rascaba dentro de un troco del parque donde parecía se habían metido un par de niños varones.

_ ¡Basta Gigante!, ¡te ordeno que te detengáis ahora mismo!_ Habló un hombre algo anciano entre la multitud que se logró formar pese al miedo y poca valentía que tenían. El gigante al momento se detuvo y giró sobre sus talones mirando al líder directamente._ conocéis las reglas, no puedes atacar a un pueblo sin más._

_ Yo… venir de muy lejos… tengo hambre… hambre de dulce… no puedo esperar para una ceremonia de sacrificio._ Por su tamaño y lenguaje se reconocía como un gigante joven a pesar de demostrar una edad humana más grande. Tal parecía que no era una criatura que frecuentara la aldea. _ ¡Quiero carne humana!!!!_ rugió sin paciencia, provocando un viento maloliente asustando a los residentes.

_ ¡escúchame! ¡No puedes hacer esto! , mira si quieres no hacemos ceremonia de sacrificio pero te damos a un virgen para que te lo lleves sin necesidad de votos, Sólo déjanos en paz._ Argumentó el viejo de larga barba y el gigante panzón pareció considerarlo.

_ Muy bien, lo hare_ con su vista empezó a buscar entre el gentío formado enfrente de él, había muchas jovencitas bellas y uno que otro doncel poco más jóvenes que las propias muchachas.  Se fijó en un grupo en particular, un trio de hermanos; unos trillizos pelirrojos  de dos hembras y un doncelito de cabello corto a diferencia de las hermanas mayores que lo tenían largo. El gigante ya les había echado el ojo, le brillaron de gula y el padre de los críos se dio cuenta._ ¡no!!!!,¡ no permitiré que se lleve a uno de mis amados hijos!, ¡no los dejare hacerlo!._ se colocó en frente de los muchachos a modo de escudo. Advirtió el hombre a todos, igual de pelirrojo que los niños.

_¡AH!!!_ El gigante se molestó.

_ tranquilo, tranquilo, entiende, es difícil ceder a nuestros hijos, encontraremos  alguien que esté dispuesto a ser honorable y…

_ Nadie quiere dar a sus hijos como alimento para el gigante!_ gritaron entre la multitud.

_ callad, no alteréis más al sujeto éste._ dijo en voz baja._ Aunque es cierto, ninguno de vosotros desea ofrecer  su línea de sangre._ Se le ocurrió algo de repente._ ¡Gigante, ya sé que virgen puedes llevaros contigo!.

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Barrer. Eso era lo que se observaba. Los  pelos de una escoba moviendo rápidamente la tierra y un par de pies ligeros y lindos cubiertos por unas sandalias algo viejas y descuidadas. Pertenecían a un muchacho rubiecito enclenque que barría con dedicación la entrada de una residencia, se detuvo un momento para secarse el sudor de la frente, su cabello rubio no tenía brillo era de un color amarillo cafesero, poseía un par de ojos azules que demostraban dulce paciencia, unas marquitas en las mejillas y piel bronceadita. Vestía un pantalón corto café una camisa típica de la época de manga tres cuartos de un azul descolorido y encima un chaleco medieval del mismo color que el pantalón. Continuo con su tarea hasta que escucho unos ruidos muy pesados; como pisadas. No se alteró pero si se le hizo extraño, alzo la mirada  para ver alrededor, no había nada, absolutamente nada, ni otras personas siquiera. Iba a continuar pero sintió una mirada, muy pesada, volteo hacia su derecha y ahí lo vio. Un gigante mirándolo atentamente, sólo a él, no se movía, al igual que el joven rubio llamado Naruto._ “ese Doncel es el que me han ofrecido, es muy hermoso, jamás había visto un humano de esa belleza”_ Se observaron en silencio y el gigante realizó el primer movimiento, intentó cogerlo con su mano grande y regordeta pero el joven soltó la escoba y comenzó a correr.

_ ¡Ayuda! ¡Ayuda!, ¡que alguien me salve!_ gritó y corrió, nadie lo escucho o al menos eso era lo que creía Naruto. Incluso golpeo fuertemente en las puertas de algunas casas para que lo dejaran entrar pero los dueños sólo miraban al rubio desde sus ventanas. Esperando…

_ ¡Por favor! ¡No me abandonen! ¡Ayúdenme, se los suplico!_ el gigante se acercaba a él rápidamente. No teniendo opción se dirigió a la capilla de la aldea, esa donde hacían rezos y demás. Se ocultó en la entrada y nada más. Hasta poco después de meterse el gigante le dio alcance pero ya no pudo agarrarlo. Se agacho para mirar por dentro pero no vio al doncelito. Metió lo que cabía de su mano pero no lo tocó.

_ se ha escondido el doncel. Maldición._ la gente comenzaba a irritarse y asustarse, el gigante no podía meterse a la capilla o destruirla siquiera por ser un lugar bendito. Pero ellos no estaban dentro y eso los aterraba.

_ ¡se escondió!, ¡Doncel! ¡Doncel! , ¡Sal de donde estés! ¡Quiero casarme contigo!_ Alegaba el gigante con tristeza, el monstruo se había enamorado a primera vista del jovencillo que corría como cervatillo. Agobiado se sentó sobre sus posaderas de golpe. El viejo de antes se acercó al afligido macho para hablarle.

_ ¿quieres casarte con el chaval?_ cuestionó pues momentos antes alegaba tener mucha hambre y los del pueblo ofrecieron al rubio ya que era un joven huérfano que nadie iba a extrañar. _ espera sentado aquí, yo iré con Naruto y le explicare la situación._ El ojiazul desde adentro se asomó un poco para esconderse de nuevo al ver al gigantón echado afuera de la iglesia._ ¡Hey muchacho, sal ahora mismo!._ El señor se metió en el edificio y regañó al joven.

_ No quiero salir, ese gigante me comerá._ Respondió con disgusto.

_ No muchacho, No, No va a comerte, quiere casarse contigo._ Comentó como si nada con una actitud que intentaba ser fresca.

_ Con mayor razón no quiero salir.

_ ¡escucha! No tendrás un mejor futuro que éste, deberías estar agradecido.

_ Ustedes piensan en sí mismos no es porque vaya tener un mejor futuro.

_ ¡¿Qué sucede, porque el huérfano no sale!? El gigante comienza a vernos feo, creo que se está impacientando._ un grupo de ciudadanos se coló al templo. _ Más te vale que salgas callejero.  

_ ¡No lo hare!_  se defendió.

_ Pues nosotros te sacaremos entonces._ entre todos alzaron al niño y lo aventaron afuera del templo, literalmente a los pies del gigante que lo miraba con un deseo no lujurioso.

_ Eto... hola._ Dijo en voz baja aun en el suelo. El gigante ni tardo ni perezoso lo cogió entre sus manos antes de que se escapara y salió corriendo lo que su gordura le permitía fuera de esa aldea. Naruto escuchó los gritos de júbilo mientras se alejaba del lugar y lágrimas de impotencia y tristeza salieron de sus ojos bellos junto a una mueca.

Se alejaron lo suficiente como para que el rubio no reconociera el camino, estaban ya en lo más hondo del bosque, donde los arboles eran negros y secos que al adentrarse pareciera que era de noche a pesar de estar a plena luz.

Se metieron a lo que era la casona del gigante. Todo lúgubre y con objetos personales, era como la casa de un humano pero los bienes materiales eran de mayor tamaño. El gigante lo bajó en un rincón donde Naruto inútilmente intento huir pero el grandulón lo atrajo de nuevo como si se tratara de un ratoncito, le amarró una cuerda gruesa a la cintura con un nudo tan complicado que un humano no podría deshacer con sus propias manos y ato el otro extremo a la pared para que el jovenzuelo no se le fuera.

El gigante con un dedo le acaricio el cabello. _ Eres tan bonito.

 _ ¿qué vas a hacerme?_ Pregunto con miedo y sorbiéndose los mocos.

_ Desde hoy serás mi esposo, limpiaras la casa mientras salgo de caza, me darás de comer, me hablaras bonito y me sobaras la panza._ Impuso mientras veía al joven.

_No puedo hacerlo si estoy amarrado.

_ La cuerda es muy larga para que camines por el cuarto pero no alcanzas a salir de la casa ni tampoco los objetos cortantes.

_ ¿Cómo voy a cortar la carne que traigas para que la cocine?

_ No la necesitas cortar, un ciervo me lo trago de un bocado.

_ ¿Cómo te voy a traer agua para beber?

_ Aquí dentro hay un pozo, no es necesario que salgas hasta el rio._ 

_ No quiero estar amarrado.

_ Así te quedaras._ Caminó a la caldera donde pareciera estaba haciendo sopa de puchero. Al ojiazul le rugieron sus tripitas.

_ ¿Me das de comer?

_ No.

_ Si no me alimentas moriré de hambre.

_ Hoy no comerás, porque no quisiste venir conmigo al principio. Es tu castigo.

_ Bueno, Soy Naruto, ¿Cómo te llamas?

_Burami.

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Vivía en ese lugar desde hace tres días y no le gustaba para nada, lo cierto es que no se acostumbraría. Pero como un chico como él saldría de una situación así?.

Ahora estaba haciendo lo que el gigante Burami le había ordenado; despellejar algunos animales y desplumar a los patos que había traído desde hace un rato. Se levantó de inmediato para batir con dificultad el caldo de la caldera, deseaba comer hasta hartarse, el gigante Burami parecía tener buena sazón, sin embargo, siempre terminaba dejándole las sobras y no lograba llenarse, su apetito era voraz.

_ Esposo Naruto, eh vuelto._ El rubio lo escucho desde hace cinco minutos por el estruendo de sus pisadas.

_ Que gusto que volvieras._ Fingió amabilidad, mas por cuidar su vida que por hipocresía._ Es la segunda vez en el día que sales, se me hizo raro.

_ Fui por cosas que necesitaba._ Traía un costal consigo y lo vació a los pies del doncel que se horrorizo de su contenido. Se tapó la boca para aguantar las ganas de vomitar.  En el suelo estaba un vestido blanco de mujer algo maltratado, un libro  y lo peor, un brazo humano que parecía fresco. Se evitó hacer preguntas y miro al gigante que no tomó enserio el objeto demás de su costal, agarró su vestido, se lo puso enfrente como para que viera su regalo y lo apreciara._ te trajé esto.  

_ Gracias._ Lo cogió._ Pero ¿para qué lo necesito?

_ Lo usaras mañana en nuestro apareamiento.

_ ¿Cómo dices?

_ Tengo hambre. Termina la comida._ Sin razonar demasiado lo que le dijó el gigante hecho los animales muertos a la caldera hirviendo y 30 minutos después ya estaba el estofado que el gordo tragó de un sorbo sin dejarle mucho al joven luego se dejó caer en el piso a bajar la digestión. A Naruto le embargo una desesperación tal que le faltaba el aire, sabía desde el fondo de su corazón que tenía que huir esa misma noche sin importar que.

Sin ser consciente, utilizó su ingenio de supervivencia y sus palabras dulces._ Debes estar muy cansado, estuviste afuera todo el día, cazando como el gigante fuerte que eres._ elogiaba el rubio, limpiando el desastre que realizó el otro. Luego se colocó atrás del gigante subiendo a un banquillo para llegar a su nuca y sobarle los hombros.

_ Sí, soy un gigante fuerte.

_ Buen cazador…

_ Y buen cazador

_ Buen esposo

_ Y buen esposo.

_ ¿sabes? Me eh portado bien estos días, ¿podría… probarme mi vestido?, quisiera hacerle unos ajustes porque quiero lucir bien mañana.

_ Te verás bien.

_ Por favor, déjame ponérmelo, enserio quiero verme bien mañana, por favor.

_ Está bien, pero sólo un rato._ deshizo el nudo de la cuerda. El ojiazul se puso tras una cortina sucia para probarse la vestimenta

_ No mires._ Poco después salió con el vestido puesto. Le quedaba grande a Naruto, las mangas llegaban a sus muñecas y el holan le alcanzaba a tapar los pies._ ¿Cómo me veo?_ Vaciló el rubio divertido dando unas vueltas para presumir mejor la tela.

_ Ho Ho Ho, Doncel se ve bonito._ Aplaudió. Naruto cogió la tela del fandon y comenzó a dar vueltas, que para Burami se tornaron lentas y logró apreciar la magnificencia con la que el doncel rubio podía portar un vestido que no era de su talla, era tan perfecto que pecaba al sobrepasar la belleza de las ninfas y la sensualidad de las amazonas. Cualquiera quedaría hechizado por esas largas y gruesas pestañas que se abrían con el aleteo de una mariposa al girar sobre sus pies ligeros de ciervo.

_ Bien, ahora, ¿qué tal si lees un cuento del libro que trajiste?_ Recogió el que aún seguía en el piso.

_ No sé leer, cuéntame un cuento esposo, hazlo._ exigió de mala leche.

_ Bien, yo lo haré, dattebayo._ Se Sentó en el piso con las piernas cruzadas y el gigante se acomodó mejor en su sitio para escuchar. Naruto algo nervioso y preocupado abrió el libro en una página cualquiera, no entendiendo nada de lo que decía.

_ Vamos, empieza, Burami quiere oír un cuento._ Dijo malhumorado.

El joven rubio regreso su vista al libro y comenzó por narrar nada más por interpretar las imágenes.

Rato después cuando el rubio alzó la vista nuevamente el gigante estaba dormido, recargado sobre la palma de su mano. El ojiazul se levantó con cuidado y muy despacio salió de la pequeña casa, una vez fuera se sacó el vestido, pues se lo había colocado encima de su ropa de plebeyo y comenzó a correr sin rumbo fijo pero sabía que debía alejarse todo lo posible.

Dentro de la casa un Burami resbaló de su mano al no resistir el peso de su cabeza. Despertó y de inmediato captó la ausencia del humano doncel. Comenzando hacer berrinche y patalear por su ausencia.

_ ¡ESPOSO! ¡¿Dónde estás?!!!_ Rugió tan alto que los cuervos del bosque se excitaron y emprendieron el vuelo, el grito fue tal que el joven rubio lo alcanzó a escuchar en su corrida. El gigante salió de su establecimiento y encontró la prenda que había obsequiado al joven razonando el rechazo del buen mozo._ ¡DONCEL MAL AGRADECIDO! ¡YA VERAS! ¡TE ENCONTRARE Y MATARE!_ Y su cara se llenó de una cólera insufrible, su cabeza y frente se llenaron de venas casi a reventar, crujió los dientes y corrió hasta alcanzar al joven rubio.

El joven doncel corría a mitad de la noche dentro del bosque, saltó un troco y aterrizó en un lago no profundo. Presentía que el gigante lo seguía por su aroma pues sus pisadas ya se oían cerca de él como cuando llega de caza, se da un chapuzón rápido , se quita todo el polvo y tizne que trae, su cabello reluce hermosamente brillante y muy rubio , no el opaco que lucía antes. Siguió corriendo y encontró un pequeño hueco dentro de un tronco  donde se metió y resguardo. El Burami le había alcanzado pero se desoriento en el lago pequeño y no supo a donde ir, gritaba su nombre pero el doncel escondido en el troco no hizo nada de ruido, se quedó calladito. El gigante, al verse derrotado hizo berrinche y Naruto se quedó ahí por un par de horas enteras por miedo a que lo encontrara.

De pronto, notó algo a lo lejos, justo enfrente de si, algo le miraba y no era el gigante, era algo pequeño, de su tamaño. Seguidamente salieron más, eran unas criaturas raras, delgadas y de color negro. Merodeaban el sitio alrededor suyo, sabían de su presencia, sabían que él estaba ahí, iban por él.

Sale de su escondite pues una de esos monstruos lo encuentra, aunque corre por su vida la adrenalina y temor corren por sus venas no es suficiente para impedir que se caiga entre la hierba.

Cuando menos lo espera, las criaturas le dan alcance pero antes de que se acerquen al des fallido. De bajo del joven una bella iluminación alumbra al bello niño que aún se encontraba tirado dejando a las quimeras cegadas, gimiendo de furia por la luz que les impedía atrapar al virgen, huyendo a su morada, desapareciendo de la vista , aun gimiendo con sus aullidos que predicen la muerte.

El joven rubio, cuando levanta la vista, se encontró con la genial imagen de un ciervo enorme y gordo, de pelaje tan suave y abundante que uno deseaba acurrucarse del frio, con astas majestuosas, de color blanco que emitía esa hermosa y blanca luz, además de que un misterioso sujeto lo cabalgaba con la misma elegancia y majestuosidad del animal. Con una capucha verde ocultando su apariencia. El héroe se quita el gorro de la cabeza con una mano protegida por un guante de cuero.

Se conocen a simple vista, pronto, el lindo rubio descubre que su salvador es un hermoso elfo de cabello oscuro y bello, unas orejas de lo más extrañas pero adorables para sus dulces ojos azules y  con unos ojos negros tan profundos y refrescantes que lo miran irritado.

Por primera vez en su corazón sentía lo que era el anhelo, el inocente anhelo de querer estar al lado de una persona para siempre y ganar su afecto.

El corazón del rubito lo sentía porque ese era el mensaje que le decían los ojos azules al ver al Elfo.

Claro que en primera instancia, no sabe que es un elfo.    

 

Fin del primer capítulo.

 

 

Notas finales:

 

 

Curiosidades

Este capítulo ésta inspirado y basado en El gigante de las botas rojas de los cuentos de la calle Broca, traducción latina y el gigante de la película; Barbie y la magia de Pegaso.

Otsea saco mi inspiración de películas infantiles para meterlo en un cuento de adultos :v

Burami es un personaje de relleno de Naruto Shippuden y se me hizo interesante ponerlo como el gigante secuestrador ya que cuando lo vi me resulto desagradable >:-)


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