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Mi Historia por Leo-chan y Kirito-san

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Notas del fanfic:

L: Buenas a tod@s, soy Leo o Leo-chan/-san como quieran llamarte y pues estoy aqui tratando de madurar lo suficiente para tener tiempo para todo, hasta para leer y escribir fanfics.

 

Esta historia se basa en el mundo de Fairy Tail pero en otra parte del globo de este mundo, como sabrán en el anime ocurre todo en el continente de Fiore (según mi clnocconocim) y pues estaba pensando en hacer esta historia originalmente (aunque la subí a la cuenta de "Iceen Leónir") pero igual, está esesta es otra versión porque la primera no supe cómo hacerle para seguir así que después de mucho tiempo aquí estoy DX >w<

 

Este fanfics es el primero de una serie que llamaré "Dimensiones", está historia es un poquito de yaoi y un poco más de heterosexualidad pero no supe dónde ponerla de acuerdo a las reglas y temáticas de la página y pensé en subirla en Wattpad (ya está), fanfic.es y amor-yaoi.com

 

Y creo que eso es todo, aparte de decir que el mundo de Fairy Tail que aparece en el anime y manga fue creado por Hiro Mashima (Mi Dios hasta que salga otro anime de magia más mortal que este XD)

Notas del capitulo:

L: Sean bienvedid@s a tod@s l@s lector@s, como ya dije este fanfics es algo fuera de lo normal (segun a mi parecer) de lo que se está acostumbrado subir a esta página, quiero pensar que si voy a poder manejar todo este asunto del fanfic y la serie.

 

Espero que me den apoyo y que les guste el fanfic tanto como a mi pues lo llevo planeando con tu y serie desde hace un par de años o tres y nunca tuve la oportunidad de seguir con los demás UnU pero en fin, aquí estoy resurgiendo cual Fenix sale de sus propias cenizas.

 

Espero les guste, estoy emocionado.

 

 
Siempre me he preguntado ¿Cómo es vivir sin una persona durante mucho tiempo? Digo, lo he sentido y me ha pasado pero fue algo que paso cuando apenas tenía consciencia, un niño quiere a su papá y el papá al hijo, mas sin embargo que de la noche a la mañana no se encuentre tu padre contigo, es algo muy espantoso para cualquier niño, más si en la zona en la que el niño es abandonado es un lugar peligroso y aislado de toda la población humana.
 
 
Pero no estoy aquí para contar como me fue despues de eso, ni para contar como fue que un par de niños y un adolescente se ganaron mi confianza como para ir con ellos hasta el final de los tiempos. No fue al poco tiempo que me los encontra a ellos o que ellos me encontraron a mí. Mi vida era tan dolosora, triste y solitaria en ese entonces. Cuando me fui con ellos creí que tal vez las cosas saldrían un poco mal, pero no fue así, me volví tan unido a ellos pero sin salir mucho del caparazon que había formado durante un gran tiempo y logre convivir con ellos a la perfección, y finalmente me convertí en el hermano menor de nuestro pequeño grupito de magos con la misma magia que ellos.
 
 
No me imagino vivir sin ellos, y no me imagino un mundo en el que este separado de ellos durante mucho tiempo, como durante meses o años sin saber nada de ellos. Era algo que era posible pero muy poco probable, siempre vei­a incredulo al mundo aún apesar de saber como iban a pasar las cosas tanto que creí que eso nunca llegaría a pasar… que equivocado estaba en muchos sentidos… y ahora me arrepiento de no haber escuchado los consejos de mis hermanos.
 
 
Yo todavía no estaba preparado para el peligro que hizo que mi vida se convirtiera en lo que es hoy.
 
 
 
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Alguien corría sobre los tejados de las casas destrozadas tratando de escapar de las sombras que venían persiguiendole amenazando su vida con hozes muy afiladas en sus manos. No debí­a detenerse, no debía mirar atrás, solo tenía que correr y eso lo sabí­a muy bien. Se encontraba un poco lejos de lo que eran las sombras pero estas eran rápidas y estaba logrando alcanzarlo de poco en poco. La víctima estaba algo asustado mientras era perseguido, pero tenía fe en que las cosas iban a salir bien, que iban a salir de acuerdo al plan.
 
 
Cuando las sombras estaban cerca del corredor alzaron sus armas preparandose para lograr asesinarlo de una vez por todas, sus ojos brillaban de un color rojo sangre mirando fijamente a la persona que intentaba escapar. La persona de un momento a otro salto de lo último del tejado que estaba a su alcance hacia la calle dejando ver en sus pies unas botas congeladas y rodeadas de agua, aterrizo  casi  tocando  el  suelo  con sus  manos destrozando en el proceso y haciendo que el agua cayera al suelo exparsiendose en un pequeño radio, siguió corriendo hasta entrar en un callejón oscuro, las sombras de igual forma se adentraron, no se disponían a dejar escapar a su presa después de haber llegado tan lejos. La oscuridad no era enemigo para las sombras, ellos habitaban en las sombras y no se detendrían ante un callejón oscuro en una noche tan nublada y eso el corredor lo sabía por eso se había cortado un poco el brazo para llamar la atención de ese grupo de demonios que lo llevaban persiguiendo ya mucho rato.
 
 
Estaban corriendo por el callejón lleno de oscuridad, sabí­a que podía llegar a tropezar con algo por la inmensa oscuridad y no tardo mucho en tropezarse, algo que los demonios aprovecharon, los demonios saltaron sobre el preparados para darle en ataque final, pero no esperaban que una sombra les quitar­an sus hozes dejándolos sin con que atacar al corredor quien ha estaba agotado y respirando rápidamente tratando de recuperar el aliento.
 
 
-Llegaron tarde -dije una voz un tanto aguda pero identificable como la de un chico a las personas que le habían salvado la vida.
 
 
-¿Alguna vez te han dicho que deberías de dejar de ser la carnada? Porque no sería bueno perderte tan rápido después de todo -se escucho la voz de un hombre que se encontraba arriba de uno de los edificios que conformaban el callejón, la demonios miraron hacia arriba  preparados para cualquier ataque desde arriba pero de una esquina cercana a la ubicación de los demonios salieron dos personas que se movieron muy rápido corriendo directo hacia los demonios quienes fueron atacados con magia de fuego y luz apartando las sombras que rodeaban sus cuerpos dejando ver a tres demonios con pelo negro de la cintura para abajo y de la cintura para arriba tenían la piel expuesta, una piel entre gris y blanca haciéndole parecer un cadaver, tení­an pelo largo de color negro que le llegaban hasta las rodillas, cuernos que iban apuntando para atrás de color blanco y enormes, brazos largos con las uñas rotas y la típica cola de demonio. Sus ojos eran rojos y brillaban en un tono muy sangriento.
 
 
-¿Eso es todo lo que tienen? -pregunto con burla el demonio de en medio, aunque los tres eran iguales, los dos magos que habían expuesto a los demonios volvieron a usar su magia iluminando de nueva cuenta el callejón. Los demonios se preparaban para atacar, uno de ellos iría contra los dos magos, otro atacaría al que estaba arriba del tejado y el último iría tras el chico que respiraba agitadamente.
 
 
-Tengan cuidado -dijo el que estaba en el tejado, mientras que estos iban contra ellos.
 
 
El primero que peleaba contra los dos magos de elementos cálidos los comenzó a atacar con sus puños pues eran muy fuertes, se movía muy rápido lo que para una persona normal sería imposible esquivar sus ataques, pero ellos eran profesionales, lo mejor de lo mejor, moviéndose tan rápido como el demonio y atacándolo con llamaradas o rayos de luz que quemaban al demonio de un forma leve gracias a su gran resistencia a la magia.
 
 
El segundo dio un gran salto llegando al tejado del edificio encontrándose con el otro mago quien cubrió su cuerpo con electricidad azul preparado para el combate. El demonio saltó sobre él abriendo si boca de una forma horrorizante para luego alzar su puño y golpear al mago, el mago esquivo el golpe y le lanzó una descarga de sin lograr hacerle mucho daño.
 
 
-¿No sabes hacer nada más, chispitas? Eso nisiquiera me hace cosquillas -decia serio a lo que el mago volvió a lanzar uno de sus ataques.
 
 
-Rugido de la tormenta -de sus manos salió un potente rayo fue a terminar en los brazos cruzados del demonio pues los había cruzado en una equis para defenderse sabiendo que ese ataque podría dañar un poco más de lo habitual a su cuerpo. El mago ante esto corrió en dirección al demonio y le encestó un golpe eléctrico en la cara doblándole la cabeza a 180°, espero unos momentos a ver qué pasaba y el demonio alzó sus manos hasta su cabeza para acomodarla como estaba antes, se trono el cuello y sin quitar la mirada seria al encapuchado.
 
 
-No esperes vivir y regresar con tu familia -corrio directo al mago
 
 
El tercer demonio se encaminó lentamente hasta el chico que se había descubierto por la caída dejándole ver un rostro pálido de ojos y cabello de color medianoche. El chico retrocedió ante el acercamiento del demonio, se sentía todavía cansado pero no iba a dejar que ese demonio le hiciera algo. Se levantó ante la atenta mirada del demonio, sentía miedo al monstruo al que se enfrentaba, pero su miedo no superaba la desición del menor para acabar con el cadáver frente a él.
 
 
-No te acerques si no quieres salir lastimado, te lo advierto *respiraba todavía un poco agitado* me entreno el mejor -alzo uno de sus manos hasta su cara mientras que el otro lo ponía de frente cerrado en un puño el que estaba cerca de su cara y el otro abierto. Puso un pie enfrente y el otro atrás preparado para lanzar un ataque contra el demonio.
 
 
-¿Tú? -pregunto riendo- no me hagas reír -el demonio no paro su caminata, los demonios median entre dos metros y medio cada uno a lo que el trabajo se les iba a complicar un poco.
 
 
El chico estaba serio, tomo una bocanada de aire sintiendo como el aire entraba a su cuerpo a la vez que salía lentamente al exhalarlo, y como si el mundo pasará en cámara lenta el chico golpeó su puño contra la palma de su mano provocando que de estas saliera una leve luz azul claro que parecía ser nieve.
 
 
-Parece que no sabes quién soy, Ice Make Dragon: Colmillos de dragón -frente a él se creó un círculo mágico azul claro que se encontraba parado y de el salieron muchos picos de hielo que también parecían colmillos de dragón.
 
 
-Maldición de la tierra: contraataque -golpeo la tierra con ambos puños rodeados de un aura púrpura que provocó que un muro de tierra se alzará frente a él para recibir los ataques de hielo y luego lanzarlo contra el mago, el menor esquivo apenas el gran muro que había lanzado el demonio contra él de un salto hacia un lado- tienes buenos movimientos, pero no tienes lo que necesita para vencerme -sonrio confiado de que iba a ganar.
 
 
-Eso lo veremos -miro con el ceño un poco fruncido- Arte secreta del dragón de agua: Hiperrugido del río -sus mejillas se inflaron un poco y luego lanzó un potente chorro de agua que hizo que el demonio retrocediera siendo arrastrado por la fuerte corriente, fue tan potente que lo empujó con fuerza y velocidad contra su compañero que luchaba contra los dos magos y ambos fueron arrastrados hasta chocar con fuerza contra el edificio donde momentos antes habían saltado hacia el callejón.
 
 
-¡Guaw!, bien hecho Iceen -dijo impresionado uno con una sonrisa viendo la hazaña del menor.
 
 
-Aun no acabamos con ellos -dijo mientras caminaba hacia sus compañeros, a lo lejos se escuchó el grito de más demonios que sabían irían por ellos, pues el sonido de la pared rompiéndose había sonado mucho en aquel lugar donde se guardaba silencio.
 
 
-Muy bien, creo que esa es la señal que necesitábamos -dijo el encapuchado que había felicitado al menor.
 
 
-Pero no la que nos convenía, Iceen ¿Que tanto puedes mantener el control y cuánto puede durar tu magia? -dsa pregunta le vino de golpe al mago de hielo.
 
 
-Eh… pero… -el encapuchado se le quedó viendo esperando una respuesta- dependiendo de la cantidad que ingiera está vez, mientras que la magia se agota el triple de lo usual por lo que ya sabes -dijo un tanto relajado pues no era común del hombre que le pudiera que hiciera lo que haría a continuación.
 
 
-Bien, entonces acabemos con esto pronto -de entre los escombros se levantaron los demonios los cuales se curaban automáticamente del daño provocado por el ojos azules.
 
 
-Eres uno de esos molestos dragon-slayer ¿No? -hizo una pequeña pausa- como disfrutaré ver tu sangre siendo derramada por todas partes -dijo a lo que lanzo de un gran impulso hacia el menor a lo que esté tuvo que reaccionar rápido.
 
 
-Ice Make Dragon: Doble ala de dragón -frente a él aparecieron dos alas de dragón de gran tamaño que cubrían a los magos del ataque de los demonios- si queremos tener oportunidad alguna debemos actuar pero ya -los dos encapuchados saltaron sobre las alas juntando sus manos con sus respectivos elementos para crear un ataque potente.
 
 
-¡Onda de luz cálida! -dijeron ambos magos lanzando una esfera de luz en llamas creo explotó en uno de los demonios haciéndole un poco de daño.
 
 
-Esto es fastidioso, la piel de estos demonio parace muerta pero es muy resistente -dijo molesto el mago de fuego.
 
 
-Pues hay que hacer un ataque más grande de lo habitual para demonios fuera de lo normal.
 
 
-Yo me encargo de eso -dijo el chico estando arriba de las alas- Water/Ice-Make -a los lafos de él se formaron dos círculos mágicos dobles de color azul claro y azul marino- colmillos potentes de dragón -de los círculos salieron una gran cantidad de colmillos de hielo que iban a gran velocidad contra los demonios los cuales trataron de esquivar pero no pudieron por la velocidad de estos, atravesaron sus pieles cual balas perforadoras dejándoles muchos huecos y mucha niebla y polvo por el contacto de los colmillos con el suelo, la pared y escombros.
 
 
-Y… dos menos, genial -decia contento el mago de fuego, se notaba que le agradaba la magia del chico. De la nada salió más polvo acompañado de una gran onda de aire que sorprendió a los tres magos, era el segundo demonio que se enfrentaba al mago eléctrico del tejado. Los tres voltearon a ver al mago aún en el tejado, estaba herido pero no tanto como el demonio que lo había enfrentado.
 
 
-¿Van a hacer lo que estoy pensando que van a hacer? -pregunto a lo que el mago de luz asintió, volteo a mirar al mago de hielo y le asintió a lo que esté también asintió dirigiendose a uno de los demonios derrotados, se acercó con cuidado pues los demonios eran muy engañosos y podría atacarlo en cualquier momento; al estar cerca de estos tomo con sus manos uno de los brazos de estos y puso un pie en el pecho del demonio seleccionado y le jalo el brazo logrando arrancarlo del "cadáver viviente" (cosa que no era, solo parecía). El chico volteo a ver a sus compañeros con algo de asco y estos decidieron no mirar por la pena y el asco.
 
 
El chico volteo a ver el brazo que sostenía y veía la sangre negra salir de esta, cosa que hizo que tragara saliva en hondo- Muy bien… aquí voy -abrio su boca lo más que pudo mostrando unos pequeños colmillos puntiagudos que encajo sobre la carne desagradable del demonio, con todo el asco del mundo se dispuso a succionar la sangre que el brazo tenía dejándolo el brazo tan pálido como sin vida (osea, el pálido de los muertos :p). Soltó el brazo del demonio dejándolo caer al suelo y dirigió sus manos hacia sus adoloridos colmillos que le comenzaron a doler a causa de la sangre que había ingerido. Sus compañeros ya sabían lo que eso significaba a lo que retrocedieron lentamente sabiendo lo que iba a pasar.
 
 
Su rostro se mostraba dolido y mantenía la boca abierta con sus manos cubriéndola, sus ojos azules como la noche comenzaron a cambiar de un tono rojizo como la sangre. Había logrado activar su magia oculta, ahora solo tenía que mantener el control.
 
 
 
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-¡Iceen, el maestro te habla! -gritaba una joven desde el segundo piso del edificio donde se encontraban muchas personas con armadura platicando entre ellas o haciendo otra cosa para pasar el tiempo. El chico de pelo azul se encaminó de entre la gran cantidad de personas y subió relajadamente las escaleras, estaba nervioso, no le gustaba hablar con el maestro después de haber terminado una misión pero tenía que hacerlo, después de lo que pasó…
 
 
-*suspiro pesadamente* ¿No te dijo que quería? -pregunto algo nervioso el chico esperando tener respuesta de la chica de pelo morado que le había hablado.
 
 
-Solo me dijo que quería hablar contigo sobre tu… desempeño durante la misión, o algo así -al decir eso último apartó la vista del chico por unos instantes para luego volver a verlo- lo siento, es todo lo que me dijo -miro apenada al joven quien volvió a suspirar.
 
 
-Gracias Lucero -dijo el chico sin quitar la expresión nerviosa de su rostro. Se acercó a la puerta de la habitación donde se encontraba el maestro del gremio.
 
 
En ese momento llevaba puesto un pantalón negro que no se ajustaba a su cuerpo, unas botas negras que le llegaban hasta un poco abajo de las rodillas, una camiseta azul marino siendo acompañada de una túnica negra con bordes de color azul marino. La ropa le quedaba solo un poco grande dándole un no tan mal aspecto, se veía como una persona normal. También llevaba un collar con un diamante de un color azul más claro que su pelo y ojos.
 
 
Toco la puerta esperando a que el maestro le diera la señal para que pasará cosa que no tardó mucho; entro despacio cerrando la puerta con el peso de su cuerpo recargado en la puerta y sus manos detrás de la espalda, tenía los ojos cerrados; suspiro pesadamente y abrió los ojos mirando al maestro del gremio quien lo veía fijamente con una mirada cálida y una sonrisa haciendo sentir al menor tranquilo, más o menos. Camino hacia la mesa del maestro, una persona barbuda y de pelo blanco por la vejez, vestía de una camisa roja con pelaje blanco con puntos en el cuello de la ropa al igual que al final de las mangas de la camisa. Un traje muy formal y elegante. Se sentó en la silla que se encontraba frente a la mesa del maestro.
 
 
-Muy bien, Iceen, tenemos que hablar -ya sabía lo que vendría, otra plática de esas, le frustrada tanto que le hicieran eso, ¿Por qué la vida no lo podía dejar descansar tan siquiera un día, un día era lo único que pedía.
 
 
-Maestro, con todo respeto no quiero hablar de lo que pasó, usted ha fue informado de todo en el reporte que hicimos mis compañeros y yo y quisiera ahora descansar pues sabrá lo que sucede después de hacerlo -y era cierto, tenía una ojeras que se podían ver a simple vista dando a entender el cansancio que tenía.
 
 
-Lo sé, pero no tenía planeado hablar de eso -el menor quedó un poco confundido por lo que había escuchado.
 
 
-¿Ah no? -pregunto incrédulo a lo que el adulto mayor negó.
 
 
-Queria hablar sobre el tema de tu magia y de… -hizo una pequeña pausa apuntando directo al collar de mago de hielo- tu amuleto.
 
 
-Maestro *suspiro* -llevo su mano derecha hacia su rostro tapando la mitad de esta- ya se lo he dicho maestro, mi magia viene ascendencia y mi collar solamente me ayuda a usar mi magia -mentia, no debía permitir que las personas se enteraran de lo que podía hacerse collar y también sobre su magia, aunque en parte era cierto, la había heredado- y no es un amuleto, es solo un collar con ciertas propiedades mágicas que mis padres me dejaron cuando era un niño -siempre usaba esa excusa desde que le empezaron a hacer las mismas preguntas una y otra vez, pero todo lo que decía él era también un poco de lo poco que él sabía.
 
 
-¿Y quiénes eran tus padres? -realmente lo odiaba pero no podía mostrar ese sentimiento hacia el maestro, una de las razones por las que odiaba estar en los gremios- ¿Qué sabes de ellos?
 
 
-Maestro, es la décima segunda vez que me pregunta eso, ya no sé qué decirle, fui adoptado cuando ellos murieron y si, mi padrastro fue algo extremo pero… yo daría mi vida por él, porque el me enseñó muchas cosas sobre la magia -decia todo con anticipación a las preguntas que sabía iba a hacerle por décima segunda vez- ¿Ya me puedo ir a descansar? siento que me estoy quedando dormido desde hace rato -el maestro suspiro y dejó que el menor se fuera- gracias, maestro -se levantó de la silla y se dispuso a salir.
 
 
-¿En serio darías la vida por aquel que tanto te traición con su ida? ¿Aquel que te abandono en uno de los sitios más peligrosos del mundo? -no contesto a esa pregunta y salió de la habitación con una mirada triste y furiosa.
 
 
-Nos vemos mañana, Lucero -se despedía de la chica que estaba sentada en una de las mesas cerca del barandal, la chica al notar que su compañero de gremio se iba se levantó del asiento.
 
 
-Oh, oye Iceen -llamo al joven mago logrando captar su atención- sé que el maestro puede ser muy pesados, repetitivo e insistente, pero tienes que entenderlo, después de lo que le pasó -ambos se pusieron a pensar en el incidente que había sucedido hace años, ninguno de los dos estuvo ahí pero sabían la gráfica historia del maestro y su familia.
 
 
-Esta bien, no te preocupes, no le faltare al respeto -dijo bajando las escaleras- y trataré de no ser tan malo con él, tal vez -dijo eso último en un susurro para él mismo.
 
 
Se disponía a salir cuando por la puerta entro un rubio de ojos verdes y piel canela, se acercó lentamente a él tratando de hablarle.
 
 
-Ho… hola -saludo nervioso ante la atenta mirada del hombre, ambos se quedaron en silencio unos momentos- sobre lo que pasó… yo… lo sien -fue interrupido por el mago mayor.
 
 
-No fue tu culpa, no tienes que preocuparte por eso, nosotros te pedimos que lo hicieras sabiendo cómo te pondrías y… no fue tu culpa -le decía sinceramente, el menor aún así agachó la cabeza, no era la primera vez que le hacía daño a alguien y se sentia culpable- oye, mirame -usaba un tono suave con el chico para que no se sintiera tan mal, lo miro a los ojos- no es tu culpa salirte de control, todavía estás aprendiendo, todos le hacemos daño alguna vez a las personas que nos importan cuando estamos aprendiendo a usar magia nueva, no te hechos la culpa de eso, nosotros deberíamos de tenerla -el menor asintió un tanto aliviado por las palabras del mayor.
 
 
-En ese caso… espero que la mordida sane lo antes posible -ambos rieron ante el comentario- bueno, ya me voy, buena suerte -dijo saliendo del gremio sin antes recibir un buena suerte de su amigo.
 
Notas finales:

¿Y? ¿Qué les pareció? Es la tercera vez que intento subir este fanfics así que ya no recuerdo que le había puesto a cada nota por la frustración, pero bueno, gracias por leer y pues si el fanfic no cumple con las reglas de la página quisiera que me lo hicieran saber, no me gustaría que me borrarán la historia.

 

Sin nada mas que decir, nos vemos en el próximo episodio, se despide, Leo.


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