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Malo por Neo neru

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Notas del capitulo:

Odio, muchas veces éste sentimiento es sólo una manera de ocultar el miedo...Sólo que a veces no sabemos distinguirlo, la gente se preocupa mucho por las apariencias, para que no sepamos cuan lastimados están.



Visítenme en Instagram y facebook. Estoy como NeoNeru. Espero les guste.

Buenos días, buenas noches, buenas tardes...realmente no importa, pues hoy vengo a contarles una nueva historia. Así que siéntense o acomódense en donde quiera que estén, y tranquilos, estas no son 13 razones para matarte, aún no.

Primero lo primero, sí, redundante...pero necesario; les presentaré a Sky Bankwood, y creo que desde su apellido podrán oler su cuna de oro, sin embargo no todo en esta vida son las buenas raíces, si saben a lo que me refiero. Seguramente no, pero a eso voy.

Glorius y Pride Bankwood, ambos grandes magnates de alta alcurnia, herederos de grandes fortunas y con una imagen de diez. Ellos eran la pareja exigida en cada portada, modelos a seguir y como buenos modelos que poseen belleza, riqueza y elegancia, debían tener un hijo para completar la excelencia. Pero como dije, no todo en esta vida son las buenas raíces, pues a pesar de aquella perfecta ecuación...la calculadora sólo marcó error.

–Buenas días jóvenes. Les presento a Sky Bankwood, hijo de Pride y Glorious Bankwood. Espero le reciban con honor, y le guíen por el internado. ¿Señor Maxell? Le encargaré personalmente a este joven...

La señora Hopes había tomado la palabra, mientras todos la miraban en silencio y respeto. Ella era la dueña y directora del Internado Hopes; colegio donde la alta sociedad metía a sus dotados hijos, y aunque el dinero y estatus era primordial para entrar, también lo era la inteligencia y/o talento. Cosas que a primera vista, Sky parecía no poseer.

Los jóvenes vieron extrañados al nuevo integrante del salón, observando sus fachas, que a pesar de cumplir con elegante uniforme, éste lograba hacer que tuviera un aire hippioso; con los botones de su camisa abiertos, dejando ver su pecho, saco arrugado, corbata mal amarrada, cabellos largos y trenzado, y la cereza del pastel, un par de sandalias.

"No sabía que los Bankwoods tenían un hijo" ,"Míralo, da miedo", "Se ve tan campirano, seguro lo adoptaron", fueron algunos de los comentarios. Pocos mostrando timidez, pero la gran mayoría, presumiendo su arrogante personalidad.

–Buenos días. Soy Sky, tengo 14 y ansío mucho poder hacer amigos–dijo de manera sincera. Era su primer colegio, y el primer roce humano, de cierta manera. A pesar de esto, mostraba una mueca demasiado confiada, con una sonrisa afilada y una maliciosa mirada, que se podía asemejar al de un tiburón al acecho.

–Toma lugar–ordenó la señora Hopes–.Bien, el programa se verá ligeramente cambiado, se les dará las noticias de manera formal a la prontitud, mientras tanto, esperen alumnos nuevos durante el ciclo escolar. Me despido...ah, y Bienvenidos todos nuevamente, a la Academia Hopes–dijo tranquila, con un ademán, para finalmente retirarse.

Sky acomodó su morral a lado de su silla, sacando sus útiles para acomodarlos. La gente no dejaba de verlo, algunos murmurando por aquellas extrañas cejas y marcas de venas en su rostro, otros burlándose de su perforación en el labio o aquel pendiente en forma de atrapa sueño. Sky parecía ser dentro del alto mundo, alguien demasiado extravagante.

–Maxwell–se presentó un joven, con el traje correspondiente al uniforme. Sonreía de manera gentil y amable, teniendo los ojos cerrados de tan tranquila que era su mueca–.Soy el presidente estudiantil, y seré tu consejero y guía en tus primeros días.

Sky se quedó callado, mirándolo con una notable sorpresa, entonces se percató que extendía su mano. ¿Estaba siendo amable con él? Fue lo primero que pensó. Su sonrisa se volvió más feliz, mientras correspondía el apretón gustoso, para no dejar de observar y admirar aquellos rasgos.

–Un gusto, Max...well–canturreo sin soltarle–.Eres hermoso–dijo sin tapujo alguno, ni siquiera vergüenza, causando las carcajadas de los otros muchachos.

Maxwell separó su mano, sonriendo aun con gentileza, una falsa gentileza...sacó unas toallitas desinfectantes, para limpiarse descaradamente sus residuos.

–Qué gracioso eres–rió de manera amable, escuchándose a las chicas hacer comentarios de lástima.

–No...dije ningún chiste–carraspeó Sky, tratando de disimular su repentina incomodidad y desconcierto, siempre mostrando esa petulante y creída sonrisa.

–Espero que tu estancia en el Internado Hopes sea afable, y...

–Lo será, bombón–interrumpió.

Maxwell abrió los ojos aun con esa sonrisa marcada, sin embargo, se veía más mecánica y su vena del cuello le saltaba. Parecía que no toleraba que le interrumpieran.

–Perfecto...–respondió de manera robótica.

...

–Así que Maxwell...¿Erez Edmozo?

–No empieces –bufó el joven presidente, mientras caminaba con sus libros por el campus.

–¿Por qué, HedmoZho?–se mofó su compañero, bufando una risa finalmente.

–Tienes suerte que sea tu amigo, Andross. Así que deja de joder.

Andross rió sin poderlo evitar ante la amenaza de su amigo, aun siguiéndolo en su camino.

–¿Crees de verdad que sea hijo de ellos?–dije de repente, ya un poco más serio el muchacho.

Maxwell se detuvo en seco, miró apenas a su amigo, dejando ver una analítica seriedad.

–No lo sé, es decir...–dijo retomando el camino–. No estamos hablando de cualquier pareja, o de empresarios comunes, son los Bankwood...es como para que los medios acosaran y supieran todo de su hijo, pero nada.

–Tal vez recién lo adoptaron, digo...es bastante Federico. No se parece nada a ellos, es decir...¿viste lo que sacó de su estuchera?–bufó Andross con una mueca de asco.

–¿Hablas de ese ratón muerto? Claro que sí, incluso cómo mira a los demás...da algo de miedo el sujeto, aunque es más fastidioso que terrorífico.

–¡Maxwell! –se escuchó un alegre llamado a lo lejos.

–Me despido...HEDMOZHO–se mofó Andross, viendo cómo se acercaba Sky.

Maxwell hizo una agria mueca al ver cómo su amigo le abandonaba, sin embargo, al voltearse logró mostrar esa falsa sonrisa suya al joven.

–Joven Bankwood, ¿en qué le puedo ayudar?–dijo amablemente.

–Pues...pensé que podrías darme un recorrido por el campus, y conocernos mejor–canturreó tranquilamente, tomando como si nada su mano.

–...– la sonrisa del pelinegro se torció más, rechinando los dientes, mientras que sus ojos casi se salían de las cuencas–No me toques...fe-no-me-no –dijo con esa dulce sonrisa, sintiéndose un aura negra rodearle.

Sky le soltó de inmediato, carraspeando un tanto pasmado, mientras se preguntaba que tan mal estaba su sistema de contacto social.

–Bien, en fin...–dijo mientras caminaba, y Sky le seguía a tropiezos– La academia Hopes, lugar donde chicos dotados son aceptados, y los grados no se dividen en edad, sino en la excelencia estudiantil.

–¿De verdad?, vaya...¿entonces mis padres me metieron porque soy un genio?–habló con cierta petulancia, pero felicidad el peliblanco.

Maxwell se detuvo en seco, girando su cabeza de manera tiesa, con esa sonrisa torcida y forzada, por escuchar tremenda boludez.

–¿Cómo?–habló casi pujando– Joven Bankwood, ¿Usted sabe por qué está aquí, o de qué va esta escuela?

–Uh, en realidad no, aunque si dices que es para gente dotada...debo ser un jodido genio–se mofó mientras le codeaba–. Es mi primer colegio en años, y he de decir, que la experiencia no parece tan mal. Es verdad, son unos imbéciles pedantes, pero no está tan mal-dije con una sonrisa afilada, mirando fijamente a Maxwell con aquellos acechadores ojos.

–¿Disculpa?–bufó arqueando una ceja.

–Oh, espera...Pensé que ya sabías que son unos idiotas pedantes. Pero está bien, no es como si fueran la gran cosa, aunque sólo tú me causas interés. Seguro podremos ser grandes amigos, y después no sé, podrías manosearme...

–No te me acerques–sentenció, frunciendo el ceño para irse de ahí.

Sky se quedó parado, mirando cómo el chico se iba. Acomodó su morral.

–Bien, creo que no lo hice tan mal–dijo palmeándose a si mismo, para animarse.

...

–Agradezco mucho que hayan aceptado a nuestro hijo–habló una mujer de cabellos rubios platinados, mirada gris y pálida piel.

–No, le agradezco a usted por ayudarnos en este proyecto, Sra. Bankwood–respondió la señora Hopes, sonriendo gentilmente desde su escritorio.

–Listo...–bufó el Sr Bankwood, entregando la custodia firmada a la directora–. Es problema de ustedes.

La señora Hopes rió de manera dulce, tomando los papeles para acomodarlos.

–Perfecto, ahora todo está en orden–habló la directora con suma dulzura.

–No lastimará a otros alumnos, ¿verdad? Es decir...–comentó el hombre a la directora.

–No tiene de qué preocuparse, Sr. Bankwood. Será...un experimento difícil de llevar a cabo, no lo niego, pero...si muerden, se irán a la perrera.

 

Notas finales:

Espero pdoer ir actualizando de manera más constante, y espero les guste el cómo se va a desarrollar esta peculiar historia. Los quiero Y dejen sus comentarios <3


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