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En esta vida. por xMaiia

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¿Alguna vez has escuchado hablar sobre las marcas de nacimiento...?

Yo sí.

He escuchado que esa marca representa tu vida pasada... ¿Interesante, no?

Mi nombre es Eren Jeager, tengo 20 años y soy estudiante de Historia en la Universidad de Trost, trabajo medio tiempo en una librería cerca de la universidad, logrando así el sustento para pagar mis estudios.

Mis compañeros de trabajo se llaman Marco, Jean y Armin.

Jean y Armin son los encargados de acomodar los libros y atender a los clientes, mientras que Marco y yo somos cajeros, aunque cuando alguno de ellos no asiste, tenemos que rolar el turno para cubrir el puesto, tal como hoy.

Marco y Jean no fueron a trabajar por las tareas casi finales de la universidad, así que no nos quedó más remedio a Armin y a mí el tener que rolar turnos.

- Te toca atender a los clientes, Eren. Me cansé un poco -Se quejó mi rubio amigo, dirigiéndose a la caja para sentarse en la silla correspondiente a Marco.

- No estarías tan cansado si no hubieras ido con el tal Erwin... -Murmuré con una sonrisita, viendo de reojo como se sonrojaba.

- ¿Qué intentas decir, Eren? Erwin y yo sólo somos amigos... N-no hay nada más entre nosotros.

- Sí claro... Como si así fuer... -Me vi interrumpido por la campana que avisaba la llegada de un cliente nuevo- Salvado por la campana, Arlert.

- Te toca atender -Repitió Armin con la mínima intención de levantarse de la silla donde se encontraba.

- Bien, bien... -Me quité el gaffete donde evidenciaba que mi puesto era el ser cajero para después caminar fuera del mostrador, acercándome a la persona recién llegada- ¡Bienvenido a Shiganshina Bookstore! Si necesita ayuda puede pedírmela y con gusto lo ayudaré -Hablé con mi animada voz.

- Gracias -La respuesta fue tan seca que alcé una ceja, encogiéndome de hombros para después alejarme de ese sujeto tan extraño. Regresé a mi antiguo lugar sin quitarle la mirada de encima... Era de estatura media, contextura delgada, cabello negro con un casi extravagante corte, y digo extravagante porque ya era extraño que alguien lo llevara así... Y una gran cicatriz en su brazo izquierdo, un poco más arriba del codo, que lo rodeaba completamente.

- ¿No necesitaba nada? -Preguntó Armin, jugando con un lapicero en el escritorio.

- Parece que no... Como sea, sígueme diciendo que es lo que le ves de bueno al tal Erwin -Comencé a preguntarle a mi rubio amigo.

Erwin Smith era con quien Armin salía en citas, que para ellos solo eran reuniones de amigos, le lleva más de 15 años a Armin, lo que me preocupa un poco porque no es que él sea tonto, sólo es un poco inocente...

- Eren, creo que te buscan -Voltee hacia donde la mirada de Armin se dirigía, viendo que efectivamente la persona que me había contestado tan secamente parecía buscarme con su mirada. Me levanté para acercarme, sonriendo de manera casi natural.

El chico volteó a verme y alzó una ceja, regresando su mirada a un libro de unos estantes más altos, a los cuales probablemente no alcanzaba.

- Oi, mocoso... -Me habló, subiendo su brazo para señalarme un libro.- Pásamelo. -Me ordenó con voz autoritaria.

Me quedé unos segundos sin hacer nada, sin poder creer como esa persona me hablaba.

- No tengo todo tu día, pásamelo ya. -Me apresuró, por lo que me apresuré a dárselo, a lo que él lo tomó sin darme las gracias siquiera.

//

- Y en el año 845 fue cuando apareció el Titán Colosal, el cual se encargó de destruir la puerta del Distrito Shiganshina, permitiéndole la entrada a muchos titanes a la ciudad. A su vez, el Titán Acorazado destruyó la puerta de la Muralla María, logrando lo mismo; que los titanes entraran al interior. -El Dr. Kenny Ackerman daba su clase, para mí todo eso era mitología… ¿Titanes en nuestro mundo? ¿La gente viviendo dentro de murallas? Sí, claro.

- Pst… Eren… -Escuché un susurro, por lo que volteé un poco el rostro, encontrándome con la mirada de Sasha.- Dice Armin que se siente mal, probablemente regrese temprano a casa y no vaya a trabajar. -Dirigí ahora mi mirada al nombrado, quien se estaba sosteniendo la cabeza con una de sus manos, manteniendo los ojos cerrados.

- ¡Arlert! -Gritó el profesor Kenny, atrayendo la mirada de todos los estudiantes que no estaban poniendo atención por el aburrimiento.- ¡Pon atención!

- Lo siento, doctor Ackerman, pero no me encuentro muy bien… -Armin se levantó de su asiento y yo por inercia también, acercándome a él para ayudarlo.

- Si me lo permite, lo llevaré a la enfermería. -Pedí permiso, ganándome un asentimiento por parte del docente, caminando con mi rubio amigo fuera de la clase.- Armin ¿puedes caminar?

- Me duele mucho la cabeza… Cada vez que tenemos clase con el doctor Kenny empiezo a tener flashbacks de cosas muy extrañas… Como si todo lo que explicara ya lo hubiera vivido.

- ¿Te refieres a lo de los titanes y todo eso? -Se ganó un asentimiento por parte del rubio.- No me hagas reír Armin, eso es pura mitología… -Susurró mientras ambos se sumergían en sus pensamientos, caminando hacia la enfermería, encontrándose con la dra. Hange.

- ¡Eren, Armin! -Los saludó eufórica, como siempre se encontraba ella.- ¿Qué los trae por aquí? -La mujer de gafas se sentó en una silla, haciendo señas con sus manos para que entraran.- Pasen, pasen. No se queden allí parados.

- Hange-san, quería hacerle una pregunta…

- Claro Armin, puedes preguntar lo que quieras.

- Cuando el dr. Ackerman da su clase sobre los titanes, las murallas y las batallas… comienza a dolerme la cabeza y siento como si todo lo que él cuenta fuera verdad… Más que eso, me siento parte de la historia.

Hange se llevó una mano a su barbilla, quedándose pensando sobre lo que Armin hablaba.

- Puede ser…

//

- ¡Oi, Eren! ¡No te sueltes, maldito mocoso! -Gritaba una voz a lo lejos.- Mierda, mierda…

Sueño… tenía sueño…

- H-heichou… -Murmuré levantando la mirada, pero todo era borroso. La persona que me llamaba me tenía agarrado de las solapas de la chaqueta, yo colgaba y me balanceaba un poco de un lado a otro. Sentía que me jalaba, intentando subirme al árbol donde él se encontraba.

- ¡EREN! ¡Aguanta, no cierres los ojos!

- Heichou… Yo… Nunca pude decirlo…

- ¡No hables! ¡Ya viene la ayuda en camino! -Sentí que me jalaban la chaqueta de nuevo, pero no podía moverme.- ¡Quédate conmigo!

- Le-levi… Yo te am… -Todo se volvía negro con lentitud, cada vez me alejaba de aquella sombra que tanto gritaba mi nombre.- … o.

Me removí en la cama, inquieto, despertándome de golpe y sentándome sobre las suaves sábanas. Mi frente estaba perlada por sudor. Otra vez esa maldita pesadilla.

Volteé a ver el reloj de la mesa, notando que apenas eran pasadas de las 4 am.

A diferencia de las veces pasadas donde la tuve, ahora tenía una sensación de vacío y nostalgia. Intenté volver a dormir, despertándome un par de horas después. Era sábado, sólo tenía que ir a cumplir medio turno a la librería y sería libre hasta el lunes.

Me levanté de la cama y caminé hacia la ducha con la intención de darme un buen baño. Media hora después, bajé a desayunar, saliendo de casa alrededor de las 8 am.

Caminando hacia mi lugar laboral, me detuve frente a una joyería, viendo las argollas de compromiso, sintiendo una enorme necesidad de comprar una. Pero… ¿por qué? Ni novia tenía.

Y sin darse cuenta, terminó comprando una hermosa argolla plateada.

Y otra coincidencia fue ver al mismo tipo bajito entrando a la librería.

//

Habían pasado alrededor de cuatro meses desde la compra de la argolla, la cual tenía dentro de la misma cajita donde se la entregaron.

El mismo tiempo en el que la pesadilla se reproducía durante toda la noche. Pero cada vez era más clara, cada vez podía ver el rostro de Levi heichou.

Casualmente, en la materia de Historia Universal II hablaban sobre un tal Levi, quien era llamado El soldado más fuerte de la humanidad. También hablaban de personajes como un tal Erwin Smith, Hange Zoë, Armin Arlert y Eren Jaeger.

Personas importantes durante las luchas contra los titanes. Explicaron también que existieron tres divisiones dentro de la academia militar. Una era la Policía Militar, que se encargaba de cuidar al rey y la ciudad interior. La siguiente era la Tropa Estacionaria, que se encargaba de proteger y mantener el orden dentro de las ciudades amuralladas. Y la última, la Legión del Reconocimiento, que se encargaba de luchar contra los titanes y explorar los territorios fuera de las murallas, en busca de obtener información sobre ellos.

Los personajes que siempre mencionaban eran de la Legión del Reconocimiento.

Y yo siempre me preguntaba el por qué nosotros teníamos los mismos nombres, tal vez éramos familiares de ellos.

//

- ¡EREN! -Armin se acercó, apresurado, quitándose el delantal de la librería y acomodándose el cabello.- ¡VIENE ERWIN!

- ¿Erwin…? ¡Oh! -Asentí, me quedé unos segundos aturdidos por su agudo grito.- No debería venir aquí, es horario laboral, Armin.

- Lo sé, le dije que no, pero es terco. Y no viene solo, viene con unos amigos de él.

- ¿Amigos? Espero que al menos compren algo interesante… Si vienen a interrumpir.

- ¿De qué hablan, chicos? -Marco se acercó, estaba ocupado cobrándole a una cliente.

- Vendrá Erwin, ya sabes, el amante de Armin. -Al decir eso, el rubio se sonrojó salvajemente, al momento en que se escuchaba la puerta de la tienda abrirse.

Los tres voltearon, notando a dos rubios altos, un pelinegro bajo, casualmente el que acudía todos los días a la librería y la doctora encargada de la enfermería de la universidad.

- ¡Hange-san! -Saludó Jean, acercándose para recibir a los clientes.

- ¡Armin! -El segundo rubio alto se acercó al bajito, abrazándolo por la cintura, dejando un beso en su sien.- Te extrañé mucho.

- ¡E-Erwin! -Mi amigo sonrió, nervioso. Abrazando el cuello del alto.

- Pero si son mis chicos favoritos en toda la universidad. -Se acercó la de anteojos, saludando a cada uno, junto a ella caminaba Jean.- No sabía que tu novio era Armin, Erwin. No este Armin. Mike, Levi, acérquense a saludar. -El rubio que correspondía al nombre de Mike se acercó, olfateando a cada quien, creando un ambiente de curiosidad entre todos, excepto entre los amigos de él, que ya sabían cómo era.- No se preocupen, esta es la forma de Mike para saludar. -El nombrado simplemente estiró sus labios en una sonrisa.

- Mi nombre es Levi. -Habló seco el pelinegro, cruzándose de brazos.

Y otra vez esa cicatriz me llamó la atención.

//

- Eren, mocoso. Nos dividiremos en parejas, tú iras conmigo, no puedo dejarte por el territorio si aún no controlas tu poder de titán.

- S-sí heichou.

Con el equipo de maniobras tridimensionales comenzamos a adentrarnos al bosque de árboles altos. Avanzando varios metros, hasta que nos encontramos con un par de titanes. Uno llegó de sorpresa por la espalda, comiéndose dos de mis brazos, mientras que heichou eliminaba al que llegó por el frente.

Cuando giró su rostro, lo pude ver más claro que nunca.

- ¡LEVI HEICHOU!

- ¿Estás bien, Eren? -Escuchó la voz de Marco, moviéndolo por el hombro suavemente.

- HEICHOU… -Se levantó con rapidez, llamando la atención de todos los presentes.

- ¿Te sientes bien? -Preguntó Hange, dejando de lado el algodón con alcohol que había pasado por la nariz del desmayado joven.- ¿Te duele algún lugar, Eren?

Simplemente negó con la cabeza, dirigiendo su mirada hacia el joven pelinegro que lo miraba con desinterés.

//

- ¿Notaste eso, Levi? -Preguntó Mike una vez que salieron de la librería, Erwin había invitado a Armin a cenar esa misma noche, antes de irse para que los jóvenes continuaran con su trabajo.

- Eren comienza a recordar cada vez más. -Le segundó Hange, mirando después a Erwin.- Armin también comenzó a recordar.

- ¿Me recordará a mí? -Preguntó el rubio ante la afirmación de la pelirroja.

- El maldito mocoso se está tardando mucho…

Todos se quedaron callados, sabían cuánto amaba Levi a Eren, pero también sabían que el de baja estatura no presionaría al chico para estar con él si no le recordaba.

- Desde que descubriste que trabajaba en la librería vas todos los días ¿no? -Preguntó Mike de nuevo, ganándose un asentimiento.

- Iré hasta que me recuerde totalmente, así tenga que usar un maldito bastón.

//

Otro par de meses pasó, donde el plan de Levi era el mismo, ir cada día a la librería a pasar mínimo dos horas, ya casi había leído todos los libros, probado cada café del menú y parecía que el castaño no reaccionaba.

Por otra parte, Eren siempre le miraba distraído.

Recordaba esa estrecha cintura, seguía igual.

Esa maldita posición cuando se quedaba parado seguía igual.

Esos anchos hombros.

Ese cabello negro…

Esa cicatriz.

Ahora sabía qué representaba. Sabía cómo la había obtenido.

En sus sueños había visto que después de que Levi le tenía agarrado de las solapas de la chaqueta y le gritaba que no se durmiera, un titan excéntrico había saltado, tragándose su cuerpo entero junto con el brazo de su heichou.

Lo último que pudo decirle fue que lo amaba.

Habían hecho la promesa de casarse una vez regresando de esa expedición fuera de los muros.

Pero no se había logrado cumplir.

Erwin y Armin habían muerto juntos, un titán los tomó desprevenidos y los engulló completamente.

Hange y Moblit, su asistente, fueron los únicos que sobrevivieron, junto con Levi. Fue difícil para ella tener que llenar el documento donde explicaba la muerte de cada ex militar, pues Levi no estaba en condiciones para hacerlo.

Y tiempo después, dos de los tres sobrevivientes se suicidaron, víctimas de la soledad que les había embargado junto con la terrible depresión.

¿Cómo sabía todo eso? Sus pesadillas lo mostraban.

//

Era de noche, le tocaba el último turno, lo que significaba que le tocaba cerrar.

Armin, Marco y Jean se habían despedido de él y le habían dejado solo. Justo en ese momento sonó la puerta del lugar, sin levantar el rostro de la computadora donde estaba haciendo el corte, exclamó.

- Lo siento, ya cerramos. Pero con gusto puede venir mañana.

- ¿No puedo buscar un libro que me interesa?

- Levi-san… -Subió su mirada, encontrándose con la gris del chico frente a él.

- ¿Puedo buscar el libro o no?

- ¿Lo va a comprar? Estoy haciendo el corte del día…

- No, sólo quiero buscarlo. Ya te lo dije tres veces. -El castaño asintió, dándole el permiso, mientras regresaba a sus labores. De reojo lo vio meterse al pasillo de los libros con género romance. Nunca lo había visto meterse allí.

Se apresuró a terminar el corte y apagó la computadora, levantándose para ir con el mayor. Metió su mano al bolsillo de su pantalón, acariciando con las yemas de sus dedos la cajita de terciopelo donde se encontraba la argolla que había comprado hacía medio año atrás.

En silencio lo sacó, acercándose al de menor estatura, abrazándolo con suavidad por la cintura con su brazo derecho, mientras su mano izquierda se dirigía a la izquierda alzada, estaba a punto de tomar un libro, cuando depositó el anillo en el dedo anular, bajando sus yemas para acariciar su marca de la vida pasada.

Aquella marca que había obtenido por su culpa…

El pelinegro se quedó perplejo, antes de apegarse al pecho del castaño.

- Oi, mocoso… Te tardaste… -Susurró bajo, haciendo sonreír a Eren.

- Lo lamento, Levi heichou…

- Estoy feliz de coincidir en esta vida junto a ti. -Se dio la vuelta entre los brazos del castaño, abrazándolo con fuerza, escondiéndose en su pecho.

Eren tomó el pequeño mentón, alzando el rostro ajeno para depositar un suave beso en sus labios.

- Ahora podremos hacer lo que dejamos pendiente en nuestra vida pasada.

- Te amo, mocoso idiota.

- Te amo, Levi.

//

Hange se tapó la boca, dejando escapar un gritillo de emoción ahogado, mientras espiaba por la ventana de la librería, junto a ella se encontraba Erwin y Armin.

- Les dije que era buena idea dejarlos solos. -Dijo Armin, ganándose un beso en los labios por parte de Erwin.

- Como siempre, tan inteligente mi amor.

- ¿Siempre estarás junto a mí, Erwin? -El rubio alto volteó a ver a su pareja, mientras asentía con la cabeza.

- Siempre mi amor, como nuestra vida pasada. Juntos hasta la eternidad. -Esta vez fue el turno de Armin para sonreír, abrazando el cuello del alto, dejando que brillara el anillo en su dedo anular.

Ellos se habían comprometido dos meses atrás, cuando Erwin había invitado a cenar a Armin.

- ¡Yo también deseo un amor! -Murmuró Hange, haciendo un puchero mientras veía a las dos parejas. Se levantó desganada, viendo que a lo lejos corría Mike con un gran ramo de flores.

- Hange Zoë… -El alto se agachó un poco antes de continuar hablando.- Sé que soy un extraño que se la pasa olfateando a la gente, pero tu olor es el más hermoso... -Extendió las flores frente al rostro de la mujer.- Al igual que el de estas hermosas flores… Hange Zoë ¿quieres ser mi novia?

Los dos rubios miraban la escena con emoción, Erwin había aconsejado a su alto amigo que agarrara el valor para declararse a la loca de los anteojos, pero él se sentía inseguro por la probabilidad de un posible rechazo.

- Mike Zacharius… -Susurró Hange, antes de lanzarse a los brazos del rubio mayor, escondiendo su rostro en la hendidura del cuello, sonrojada y con una gran sonrisa en sus labios.- Sí quiero, Mike.

Notas finales:

Diferencia entre Dr. Kenny y Dra. Hange: El máximo grado de estudios de Kenny es un doctorado en Historia, mientras que el de Hange es un doctorado en Medicina. Ambos son doctores aunque no sean de la misma rama.

¡Hola! Espero que les haya gustado el oneshot, me inspiré en una imagen que vi en internet pero que ya no la encuentro...

Gracias por leer, nos leemos en otras historias, dejen un rw.

¡Saludos!


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