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Vive ahora, aunque duela. por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

 

Hola gente!!! XD XD

nah, hola preciosos lectores y lectoras.

gracias por estar aquí de nuevo.

bueno, esta vez puede que no haya traido una de las historias mas populares que tengo en mis colecciones, pero traje una que me gusta mucho (es una de mis favoritos personales) 

este fic esta completamente reescrito, así que realmente los dos capitulos que tengo en mi colección son absolutamente diferentes, este primer capítulo es el mas similar, pero de ahí parte una historia distinta.

muchas gracias por leer, les agradesco a todas que hayan leido mi historia TU, MI ALMA GEMELA y que hayan esperando tanto tiempo por el final, espero que les haya gustado.

¿chicas, (y chicos) mi escritura ha mejorado o empeorado con el tiempo? 

quisiera que me den su opinion, por que ultimamente estoy pensando en que no lo estoy haciendo bien. 

a parte, quiero recordarles amados lectores, que sus comentarios son lo que me anima a seguir y a brindarles mas historias, así que no se olviden que desde un "me gustó, continua" hasta los comentarios tipo testamento son alimento para mí y me ayuda a saber que están ahí y que realmente hago las cosas bien.

adelante y por favor disfruten.

Él estaba recogiendo latas de cerveza como era su labor desde hace varios años.  El largo día de trabajo estaba terminando y empezaba a sentir hambre y frío, y tendría que pasar la noche (de nuevo) en una de las bancas del parque a pesar de que era otoño y empezaba a hacer frio.

Su situación había empezado hace más de cuatro años.

Él trabajaba para una compañía que se dedicaba a la programación de software para grandes empresas. Apenas estaban emergiendo, pero comenzaban a asentarse en el mercado y eran tomados enserio.

Sin embargo, hizo un mal contrato.

Fue descuidado, más que todo por la sensación de seguridad que le dio el hecho de que, probablemente estaba alcanzando la cúspide de su carrera.

Una Empresa importante, de nombre BlackBeard.INC le había propuesto un jugoso contrato para trabajar con ellos  y hacer un lugar en el mercado internacional.

Dijo que sí.

Y ese hombre Marshall Teach, le había robado todo en un santiamén.

Por supuesto que había intentado arreglarlo, que había peleado por lo que era suyo, pero no había servido de nada y finalmente había sido difamado y el crédito por sus obras había pasado al otro hombre.

Sin oportunidad alguna para que el volviera a ser tomado enserio en el mundo de la programación.

Su familia lo había apoyado en todo momento, y aunque él estaba muy agradecido por ello, no era suficiente. La sensación de haberlo perdido todo, lo empujó en un estado depresivo, cuyo único fin era llenarse de alcohol para olvidar todo. Ellos intentaron ayudarlo, sacarlo de esa fosa, pero negó toda posibilidad.

Su necesidad de olvidarlo todo era demasiado grande.

Un día, cuando estaba robando algo de dinero de uno de sus hermanos, se dio cuenta del irremediable estorbo en que se había convertido.

Y cuando lo supo, cuando supo que estaba haciendo daño a su familia, el único remedio que vio fue irse lejos de ellos, para desaparecer en cualquier otra parte.

No quería que lo vieran así.

Tomó un poco de ropa, algo de dinero, robó un reloj de su padre y se marchó, sin dejar siquiera una nota de despedida.

Su estadía en las calles duro poco más de tres años. Vació quien sabe cuántas botellas de cerveza barata y drogas, durmiendo bajo los puentes con los demás vagabundos, sobreviviendo de la caridad y de la recolección de basura.

De una forma tan patética que a veces se preguntaba si estaba vivo o muerto.

Su familia lo buscó, él lo sabía. Oculto por la seguridad de su barba crecida y de su gorro de lana, podía ver los carteles pegados en los postes de teléfono y los semáforos. Pero no había manera de ser encontrado. No cuando ya ni siquiera se parecía al hombre del cartel.

Llegado un momento, se planteó el suicidio. Pero tan cobarde que era, no fue capaz ni siquiera de acercarse al borde del puente o a las vías del tren.

Mientras trataba de lavarse un poco de la mugre acumulada, su reflejo le dio una mirada. Su ser demacrado, sus ojos rojos y distantes, su barba larga, con el aspecto propio de alguien que no pertenece a ningún lugar.

No fue un milagro que decidiera que ya era suficiente.

Tuvo que tener un horrible recordatorio de su propia infancia. Antes de ser adoptado por Edward Newgate, conviviendo con un borracho que se suponía era su padre, viviendo todo tipo de dificultades y recordando a ese niño pequeño que lloraba dentro de su cuarto, mordiendo sus mejillas y jurando que jamás se volvería como ese hombre.

Viéndose convertido en un reflejo idéntico de aquella pesadilla de su infancia.

Dejar la bebida y las drogas fué jodidamente difícil. Más de una vez había flojeado y había dejado que su sabor delicioso y amargo le llenara los labios y los pulmones, pero después se había sentido tan inútil, que había terminado tirándolo todo al desagüe y comenzando de nuevo. Una vez, otra vez y otra vez…

Finalmente, cuando dejó a un lado su estupor alcohólico, se dedicó a reconstruir su humanidad. Con el poco dinero ganado de la venta de latas y botellas, pudo comprarse ropa de segunda mano, bañarse diariamente (o tan a diario como se podía con la situación) y finalmente salir de las calles.

Pero no fue fácil tampoco, porque nadie estaba dispuesto a darle una oportunidad. Las miradas de la gente le dejaban muy en claro que no era bienvenido. No podía entrar a los establecimientos y no le harían caso cuando trataba de conseguir algún trabajo sencillo en algún lugar. Incluso cuando estaba sobrio y aseado, él sabía que la gente estaba plenamente consciente de que tipo de persona era.

Aun con todo eso, no podía volver a su familia.

Era un puto cobarde. Le daba miedo enfrentarlos y ver probablemente sus caras de rechazo o que de plano le cerraran la puerta en la cara, negándole la oportunidad de redimirse. Y no podía juzgarlos, no cuando él había sido quien se lo buscó.

Se conformó con seguir sobreviviendo.

Vio unos basureros en un callejón que no había revisado antes. Se acercó, alegrándose de encontrar incluso cartón y plásticos que aumentarían un poco su ganancia.

Cuando terminaba de recogerlo, la puerta se abrió y un hombre rubio de aspecto estilizado salió, probablemente para fumar, si el encendedor en su mano era algo que decir.

—Oh… buenas noches— saludó cortésmente el rubio con claro acento francés.

— buenas noches, lo siento por interrumpir, si le molesta que revise los contenedores, me marcharé rápidamente, no quiero problemas.

Sabía que había una menor probabilidad de que se enojaran con él, si mostraba una actitud de disculpa. Debía demostrar en todo momento un tono de inferioridad, y la mayoría de la gente reaccionaria con lastima en vez de enojo.

— No, no… no hay problema— respondió— es más, creo que tengo algunas latas que pueden servirte—

— oh ¿enserio?

—así es, vamos, puedes entrar. También hemos cerrado por hoy y como ha sobrado comida, no me molestaría invitarle a comer.

Marco pudo haber dicho que no, pudo haber fingido que no tenía hambre, o simplemente rechazar la propuesta del desconocido… pero el hambre es traicionera  y no lo dejó.

— si… le agradecería mucho.

— entonces ¿Cómo te llamas? Mi nombre es Sanji.

— soy Marco.

La puerta volvió a abrirse y Sanji ingresó, haciéndole una seña a Marco que siguió tímidamente al hombre. El nombre del restaurante era Going Merry, si mal no recordaba. Bastante popular. Fue guiado hasta una pequeña sala de descanso algo apartada de las cocinas, donde había varias personas ordenando los platos para la cena.

—Hey Franky— el rubio llamó la atención a un hombre de pelo azul— pon un plato de mas, hoy tenemos un invitado.

— Claro hermano, ¿Qué tal amigo?, soy Franky— saludó

— Y yo soy Ussop— se presentó otro muchacho de pelo negro rizado y prominente nariz.

— buenas noches, mi nombre es Marco—

Estaba un poco extrañado y hasta cauteloso. Después de toda la gente no acostumbra tener esa amabilidad hacia él. Normalmente, cuando se le ofrece comida o sobras en algún restaurante, lo que harían sería ponerlas en una caja para llevar y ordenarle que desaparezca.

— Toma asiento Marco— Sanji dijo señalando una silla— pronto vendrán los demás y comenzaremos a comer.

El rubio asintió y se sentó, después de todo no iba a desperdiciar la comida gratis. Uno a uno, la sala se fue llenada con interesantes personas. Había una chica morena de cabello negro y largo que se presentó con el nombre de Robin, otra señorita de cabello naranja y prominentes pechos llamada Nami, un chico joven de aspecto tímido que llevaba sobre su cabeza un gorrito con cuernos de reno, su  nombre era Tony y otros personajes igual de llamativos.

— ¿Oh Sanji, has invitado a alguien?— un chico sonriente con una cicatriz bajo el ojo, preguntó— soy Luffy el dueño del lugar.

— Su nombre es Marco— respondió Sanji

— ¿Dónde está Ace?— preguntó Nami

— arriba, limpiando algunas cosas, ya baja.

Todos lo esperaron tranquilamente, hasta que unos minutos después apareció.

Era un chico entrado en los veinte, de cabello negro ondulado y piel cubierta de pecas. Tenía unos cálidos ojos grises y le dio la bienvenida al rubio con simpatía, sentándose junto a él en la mesa.

— bienvenido, Marco— sonrió— soy Ace y estaremos encantados de que nos acompañes esta noche.

— mucho gusto…

Después de unos breves agradecimientos por la cena, los cuencos con los alimentos se abrieron y su delicioso aroma inundó la sala, obligando a Marco a aspirar con deleite.

Un plato con bastante comida fue puesto delante de el por Ace, que sonriendo le dio una seña para que comiera con tranquilidad.

— La comida de Sanji es la mejor— dijo con un guiño

Y no estaba mintiendo.

Si recordaba un poco, solo había una persona en su familia que sería capaz de cocinar tan bien. Y ese era Satch.

A pesar de ser un desconocido cuya actitud y apariencia gritaban que era un vagabundo, nadie se incomodó por su presencia. Hablaron de cosas sin importancia, trataron de incluirle en la conversación y el jolgorio, comiendo hasta que nadie se podía mover y todas las placas estuvieron vacías.

— ¡ah! ¡Fue una cena grandiosa!— dijo el joven llamado Luffy, acariciando su vientre con aire satisfecho.

— Claro que lo fue— Sanji presumió— ahora solo queda un dilema ¿Quién lavará los platos?, las señoritas quedan eximidas, por supuesto.

Todos los hombres se quejaron ante la injusta situación, pero Marco decidió que esa sería la forma en que agradecería el gesto recibido. Se acercó al cocinero.

— si no le molesta, me gustaría ofrecerme a ayudar con la tarea, como agradecimiento por invitarme a cenar.

Él estaba preparado para el rechazo, para la desconfianza o para una orden directa para que se fuera. Pero no sucedió.

— por favor, contamos con tu ayuda.

— ¡yo le mostraré como hacerlo!— Ace se ofreció—

— entonces esta todo arreglado, todos los demás, podemos irnos.

Los demás se despidieron enérgicamente, incluyendo a Marco en su despedida.

— voy a adelantarme, Ace— Luffy le dijo

— Vamos, ve arriba, pronto te alcanzo— le acarició la cabeza.

Había una enorme cantidad de platos para lavar, pero a Marco no le molestó, la cena había valido cada uno de ellos. Trabajaron en silencio, el rubio rápidamente lavando y enjuagando, mientras Ace los secaba con rapidez para ordenarlos después.

— ¡Eres bueno en esto!— dijo Ace, era obvio que estaba tratando de iniciar una conversación— normalmente, tardamos muchísimo más.

— bueno… ten… tenía una familia grande.

Gracias a dios el chico no profundizó en el tema.

— sabes… en este restaurante nunca desperdiciamos alimentos, puede no parecerlo, pero Sanji y todos nosotros apreciamos mucho la comida.

— me alegra oír eso. De verdad.

Marco pensó en el lujo de la comida. Hace algunos años se podría considerar también como un malagradecido, pero no ahora. No ahora que sabía lo difícil que era pasar varios días sin comer.

— después de todo, hemos trabajado muy duro por este lugar. Nadie hubiera creído que lo lograríamos. ¡fue muy gracioso!— rió el muchacho— un día Luffy llegó, reunió a todos lo que viste en la cena y de alguna manera nos la arreglamos para construir este lugar y ponerlo a funcionar. Ni siquiera estamos seguros de cómo fue que lo logramos.

Marco sonrió, pero la sonrisa desapareció rápidamente.

— ¿no te molesta estar a solas conmigo?

— ¿eh? ¿Por qué?— parecía realmente confundido

—Bueno, soy un vagabundo— dijo la verdad— por lo que sé, mucha gente estaría preocupada por si trataría de robarles ¿no?

Sorprendentemente, el chico se rió en voz alta.

— Puedes intentarlo— dijo con simpatía—  yo puedo defenderme y Nami es la guardiana del dinero, ella jamás dejaría que nadie ponga sus manos sobre él. En cuanto a tu situación, no tengo derecho a juzgarlo—

— gracias, de verdad.

Una vez que la labor fue terminada y todos los trastos estuvieron secos y guardados, Marco tomó la chaqueta que había dejado en la mesa  y fue hasta la puerta acompañado por Ace.

— Gracias por lo que hicieron por mí esta noche— dijo con sinceridad y Ace le devolvió una sonrisa.

— De nada— respondió— casi siempre a estas horas estamos cerrando… si algún día quieres o lo necesitas, puedes pasarte por aquí. Siempre podemos poner un plato más.

— muchas gracias, pero no quiero ser un problema.

Con un suave adiós, se despidieron.

El habitante de calle anduvo satisfecho y caminó con aire renovado, arrastrando consigo el reciclaje que vendería en la mañana para poder desayunar y pagar la habitación del motel.

Había tenido algo de suerte esa noche. Sería mejor no abusar y no volver a aparecer por esos lugares pronto. No quería que le consideraran como una carga.

Pasaron varias semanas, antes de encontrarse con ellos nuevamente.

—.—.—.—.——.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.

Había sido un día normal, caminando por los callejones en su recolección habitual cuando la puerta del restaurante volvió a abrirse. Era demasiado tarde para tratar de ocultarse o marcharse y una nueva persona se asomó hacia los basureros.

— ¿Marco?

No era Sanji.

Era Ace.

—hola…— dijo suavemente

— ¡hola Marco, que gusto verte de nuevo!— sonrió, dejando desconcertado al rubio, con el tiempo que se demoró en volver ellos ya debían haberlo olvidado— ¿Por qué no volviste?

— no quería ser una molestia…

— ¡no lo eres! ¿Quieres quedarte a cenar?, les agradaste mucho a los chicos y Luffy estuvo preguntando por ti, también.

— yo…

— ¡oigan chicos! ¡Marco vino!

Se escuchó mucho ruido viniendo del interior del restaurante y supo que no tenía escapatoria. Él no quería rechazar a estar personas que estaban siendo tan amables con él.

La historia se repitió una vez más. Fue invitado a pasar, se sentó en la mesa con los demás, recibiendo un efusivo saludo y sonrisas verdaderas, riendo y conversando hasta que de nuevo los platos se vaciaron y se ofreció para ayudar con el lavado una vez más.

— Hey Marco… — Ace preguntó tranquilamente mientras secaba unos platos— ¿Por qué no habías vuelto?

— Ya te lo dije— respondió con franqueza— no quiero ser una molestia.

— pero… no lo eres.

El rubio suspiró, soltando por un momento el trapo con el que lavaba. Se volteó y miro a Ace pronunciando su siguiente frase con desconfianza.

— ¿Por qué? ¿Por qué han decidido ayudar a un vagabundo como yo? ¿Son tan caritativos?

Probablemente su comentario ofendería a Ace y seria echado, pero tenía que preguntar. No había nada que pudieran sacar de beneficio al ayudarle, nada que pudiera darles a cambio, ni una utilidad real para su persona.

— No me malentiendas Marco— Ace negó con la cabeza suavemente mientras dejaba los vasos secos en un estante— todos nosotros tuvimos días difíciles en nuestras vidas. Aunque no lo creas muchos de nosotros estuvimos en una situación igual de difícil que la tuya. No nos sentimos superiores a ti. Lo sentimos si eso es lo que parecía ser.

— lo siento…

— está bien. Es difícil diferenciar la amabilidad de la gente de la hipocresía o la lastima ¿verdad?

Asintió en silencio.

— nos agradas… por eso lo hacemos.

— ¿Cómo pueden asegurarlo? ¿Asegurarse de que no me estoy aprovechando de ustedes?

— no estas ebrio, y tienes vergüenza. Nadie que se aproveche de otros tendría una de esas dos.

Después de eso, Marco volvería casi todas las noches para cenar con ellos. No hacían preguntas, simplemente disfrutaban la compañía el uno del otro y el rubio era feliz de haber encontrado tan buenas personas.

¿Cuánto tiempo duraría? No lo sabía, pero decidió disfrutar de ello mientras pudo.

Notas finales:

¿que les pareció? ¿como fue la escritura?

espero que les halla gustado y porfa, sus reviews son amorsh.

chau

(reeditado)

amigos, necesito su ayuda, alguien subió el primer cap de mi historia TU, MI ALMA GEMELA sin mi permiso a wattpad. fue hace mucho tiempo (la historia data de mayo) (apenas ahora alguien me dijo por el face) pero yo no di permiso para resubir a esa plataforma. ¿por favor me ayudan a reportar? no esoy enojada ni nada, pero realmente quisiera que esto no se hiciera. al menos solo subió el  primer capítulo y ya lo dejó ahi xp

gracias

aquí el link

https://www.wattpad.com/575361041-t%C3%BA-mi-alma-gemela-marco-x-ace-%E2%80%A2capitulo-1-las/page/5


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