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De león a serpiente por kurolovers

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Notas del fanfic:

debera de dejar de escribir mas historias sabiendo que tengo muchas aun activas pero no controlo mi inspiracion, espero que les guste aunque las actualizaciones seran lentas

De león a serpiente.

Severus x Harry. (quinto año)

Estaban en clases de pociones, había empezado un nuevo año escolar luego del fallido juego de los tres magos, lo único bueno de ello que el azabache alcanzo a salvar a Cedric, pero más de ello no han hablado de lo sucedido, en esos momentos a el niño que vivió no le importaba, le alegraba un poco tener nuevamente a Remus Lupin como profesor de defensa contra las artes oscuras, Harry trataba de hacer la poción como podía, Neville que estaba a su lado y era su compañero de trabajo cosa que le ponía un poco nervioso, ya que había momentos que debía detener al castaño para que no se equivocada o destruyera otro caldero, cosa que su amigo agradecía muy profundamente, Snape los observaba desde donde estaba, como siempre favorecía a las serpientes y daba comentarios hirientes a los leones, cuando faltaba echar un solo ingrediente, tenía que esperar cinco minutos a fuego lento mientras esperaba le comentaba en voz baja algunas cosas que Neville tenía dudas de la materia, cuando siempre tenía que pasar algo en el tiempo que siempre estaba Harry Potter estaba en el alrededor, Harry le dio una mala sensación cuando escucho la disputa de Ron con Draco, en un momento se tiraron ingredientes, estaba detrás ellos cuando el profesor se acercaba que un ingrediente que no estaba en la lista cayo en su caldero sin que él se diera al tener que evitar que algunas de ellas cayeran en el caldero de Neville, el rubio y pelirrojo se alejaron al notar burbujas extrañas en la poción de Potter, Harry maldiciéndoles empujo a su compañero sin poder alejarse ante la falta de tiempo y por consecuencia le cayera la poción encima al momento que explotaba, se desmayó inmediatamente, sin poder escuchar como todos gritaban.

Severus frunció el ceño antes de con un movimiento de varita vacío todos los calderos y echo a todos del salón, levito a Harry hasta la enfermería, con la compañía de los dos culpables que iban muy callados.

-¿Que sucedió?.-pregunto la enfermera al verlo con el chico Gryffindor.

-Le exploto la poción, pero al parecer esos dos tiraron un ingrediente que no estaba, no sé qué consecuencia le dada a su cuerpo.-le explico al dejar al desmayaron en la camilla.-Ya que no vi cual fue por tanto alboroto.

La mujer frunció el ceño antes de cambiar las ropas del azabache en algo más cómodo y de limpieza al quitar toda la poción que quedo en el cuerpo y ropa del muchacho, después de eso tiro los hechizos de diagnósticos.-Que extraño...-murmuró.

-¿Que sucede Madame Pomfrey?.-pregunto con seriedad el mayor, aunque internamente estaba preocupado.

-Está perfectamente, no hay nada de anormalidad, pero puede que tarde en hacer efecto la poción, necesito una cura profesor Snape, mientras no despierte no puedo darle nada sin saber si hay consecuencias o puede afectarle más.-dijo desanimada y frustrada.

-No puedo darle nada, como tú dices Pomfrey no sabemos qué efectos tiene la fallida poción.-frunció el ceño antes de dirigir la vista de los causantes que al sentir su mirada molesta desviaron la mirada incomodos.-Y ustedes dos señores ¿Siguen estando en primer año? Lo esperaba del señor Longbottom quien causada problemas, pero veo que me equivoco, los dos tendrán 20 puntos menos para Slytherin y Gryffindor, también dos semanas de castigo con su jefe de casa, así que después hablamos joven Malfoy, largo los dos ¡Ahora!.-dijo furioso, sin decir nada más los dos chicos se fueron de la enfermería. Miro nuevamente a la víctima de las consecuencias, suspiro sabiendo que Lupin preguntaría por lo sucedido.

Se dio vuelta ondulando su túnica, después de unas horas todos sabían de lo sucedido en las clases de pociones, en todo el día Harry Potter no despertó ese día, sus amigos estaban preocupados y Ron se sentía culpable un poco. Como había pensado como Remus se le había acercado a preguntarle por su cachorro, Snape no estaba de ánimos pero comentó de forma furiosa la situación, ya había tenido suficiente con la conversación con Minerva horas antes. Cuando todos estaban dormidos ese día no sintieron una brillante magia envolver al joven inconsciente en la enfermería, ahora las cosas iban a cambiar y llevar felicidad a alguien que jamás iba a esperar obtener aquella felicidad, al día siguiente, Severus fue despertado por una llamada por su red flu personal, gruño por lo bajo para ver que eran las cinco de la mañana, se levantó escuchando la temblorosa voz de Pomfrey.

-¿Que sucede?.-preguntó de malhumor.

-¡S..Severus tienes que verlo! La poción hizo algo a Harry.-dijo desesperada, el azabache la miro extrañado pero asistió.

-Iré en cinco minutos.-aviso antes de cortar e irse a cambiar de ropa, murmurando maldiciones al niño de oro.

Ya con su habitual vestimenta tomo unos pocos polvos flu para llegar más rápido a su destino, no lo admitiría pero tenía curiosidad por tanto jaleo, al estar en la enfermería camino tranquilamente hasta la cama ocupada por el niño que sus cortinas estaban cerradas solo veía a la mujer hablando bajo, allí noto que la enfermera había usado un hechizo alrededor de la cama, levanto su ceja interesando.

-Pomfrey, ¿Me dirás que sucede o solo me has despertado por niñerías?.

-¡Profesor!.-dijo exaltada al verlo, luego de eso se mostró nerviosa.-Es mejor que lo veas por ti mismo.

Suspirando internamente, Snape se acercó y corrió la cortina, antes de ahogar un jadeo de la sorpresa, allí estaba un niño que parecía de 9 o 10 años, acurrucado en la esquina de la cama, mirándolos asustado, aquello revoltoso y ojos verdes esmeraldas que conocía bien, disimuladamente volvió a ver a la mujer esperando una explicación.

-Él no me deja acercarme, cuando despertó grito y se asustó al verme....murmuraba cosas que no deseaba ser castigado.-le respondió al ver la pregunta ni formulada.

Severus no sabía si suspirar o maldecir por las cosas que siempre le pasaban al joven Potter, miró nuevamente al niño, no parecía el mismo niño que había conocido al entrar al castillo, parecida un niño asustado y tímido, parecía desnutrido y bajo que antes.

-Señor Potter.-se acercó y lo escucho soltar un pequeño gritito, esto le sorprendía más, se acercó lentamente solo por precaución y notando que el menor comenzó a temblar, algo dentro de él se apretaba.-Harry...-murmuró más suavemente.

-P..por favor, no le digan a mi tío.-pidió desesperado.

-¿Tu tío? ¿De qué?.-algo le decía que la respuesta no le iba a gustar para nada.

-Me va a castigar, por no llegar, debía hacer la cena, e..ellos estarán muy enojados.-explicó algo tartamudo.

Frunció el ceño pensativo "Así que el niño no es como creía" pensó con amargura, eso lo resolvería después, ahora debía tranquilizar al mocoso que se notaba que iba a tener un crisis de pánico muy pronto y no quisiera lidiar con ello.

-Eso no va a pasar ¿bien? Estas en un lugar seguro.-uso nuevamente su voz más suave al ver que eso tranquilizaba al azabache, que dejo de temblar, lo miraba como si fuera un héroe, eso le hacía estremecer ya que jamás le daban ese tipo de miradas.-Necesitamos ver si tu estas bien, así que no te muevas, ella es Madame Pomfrey.-dijo presentando a la enfermera que se acercaba que le sonreía, el menor asistió un tanto desconfiado.-¿Sabes que es magia?.

Harry frunció el ceño mirando a los dos adulto con más desconfianza, pero algo dentro suyo le decía que podía confiar en ellos.-La magia no existe señor, tía Petunia dice que nunca debo decir esa palabra...-se removió incómodo al ver las reacciones de los dos adultos, aunque extrañamente el de cabellos negros le hacía sentir seguro.

-Pero ella no sabe que si existe mocoso.-su tono de voz subió un poco haciendo sobresaltar al menor, suspiro un poco.-Mira.-saco su varita de a poco al ver como el chico comenzaba a desconfiar de él, al tenerla en sus manos levito las gafas de chico y con un simple "reparo" los arreglo, escuchando como el chico de ojos verdes jadeaba sorprendido.

-E..eso es genial..... ¿De verdad que existe la m..magia?.-ahora estaba curioso, sus ojos esmeraldas brillaron de emoción.

-Si cariño.-hablo Pomfrey algo triste.-Así que no te asustes, yo usare esta magia que es magia curativa ¿bien? Solo para saber si te has lastimado.

El azabache asistió tímido, inconscientemente se acercó tomando con su mano la túnica de Snape, cerro sus ojos algo asustado cuando la mujer le apunto con aquel palo, el profesor de pociones estaba impresionado por la actitud del menor pero no comento nada por ahora, viendo como estaba concentrada la enfermera, suspiro internamente, luego de unos minutos la noto fruncir el ceño y murmurar unas cosas.

-Severus ven un momento.-pidió saliendo de la privacidad de su paciente.

Iba a levantarse pero el chico aún estaba aferrado a su túnica, le vio algo perdido.-Estaremos aquí Harry, suéltame.-pidió, aunque no le gustaba mostrarse así, ya había asustado bastante al menor.

-L..lo siento.-dijo avergonzado al ver su actitud.

Se reunió con Pomfrey que seguía viendo el pergamino con molestia.

-¿Que encontraste?.

-Esta desnutrido, al parecer su última comida fue hace cinco días, tiene algunos huesos rotos que están mal curados, creo que jamás fue a un hospital, muestra algunos moretones y cicatrices en la espalda...

Snape apretó los puños molesto, algo no estaba bien.-Y sobre su memoria.

-Puede ser que como no se esperaba el cambio perdió la memoria y solo tiene las memorias de su edad actual, es muy bajito para su edad, deberé darle muchas pociones por tres meses, si sigue estando de esta manera.

-Bien, debes llamar a su jefe de casa y al director.-la mujer asistió para salir de la enfermería, Snape se acercó nuevamente a la cama de Harry.

El niño estaba sentado mirando el poco entorno que tenía, cuando vio a Snape le sonrió con alegría, el recién llegado notaba la inocencia y soledad del niño "¿Por qué nunca me di cuenta?" pensó desconcertado, “Quizás Potter sabia guardar bien las cosas donde vivía”

-¿Cuántos años tienes?.-pregunto cruzándose de brazos al estar a su lado.

-Once señor.-le respondió mirándole.-Señor.-dudo un poco.-¿Cómo llegue aquí?.

-Bueno, eres estudiante aquí señor Potter, pero en las clases de pociones te cayo una poción tuya que arruinaron y este es el resultado.-le explico la verdad de los hechos.-Soy tu profesor de pociones, Severus Snape.-se presentó para que dejara de llamarle 'señor' nunca había visto al heredero de los Potter tan sumiso y respetuoso.

Asistió lentamente aunque confuso por las palabras.-Uh ¿Que haré Profesor Snape? ¿Deberé volver con mis tíos?.-pregunto temeroso.

-No lo creo señor Potter.

Estuvieron en un silencio cómodo cuando escucharon pasos cerca, el maestro de pociones noto como el menor se tensaba, se iba a alejar pero nuevamente el chico le tomo de su túnica.

Aparecieron tres personas, Dumbledore, Pomfrey y Minerva, los dos adultos que no habían visto lo sucedieron jadearon al ver a Harry Potter como un niño de once años.

Mientras tanto Snape no sabía que decir, conversaron del asunto con el niño presente que se acercaba a él en busca de seguridad, lo notaba, no dejaba que la jefa de la casa de Gryffindor y el director de la escuela se les acercara; dejaron al niño tranquilo al verlo tan asustado, decidieron que volviera a cursar el curso hasta que pudieran revertir la poción, no dejaron entrar a nadie sabiendo que Potter no los recordaría y no necesitaban una crisis de pánico del menor, Severus dejo al chico al cuidado de Pomfrey asegurándole que volvería, Harry a regadientes lo soltó, quedando con un libro para niños mágicos como distracción por el día, las clases fueran tan tensa como se podría, escuchando rumores de que pudo pasarle al heredero Potter, el maestro de pociones le provocaba estar de humor así que no pudo quitar puntos a nadie en todo el día, quizás todos los alumnos notaron su molestia, ¡Ningún error en sus pociones! Maldecía a quien sabe que, cuando iba a ser hora de la cena, Albus junto con él fueron en busca del chico que aún estaba en la enfermería, en viejo director trataba de hablar suave y ser un abuelo cariñoso, pero Harry no se fiaba de él, cosa que le extrañaba al espía, con mucha insistencia lograron sacarlo de la enfermería con un uniforme de primero, caminaban con lentitud viendo de reojo como el chico miraba el lugar con emoción, al llegar a su destino, abrieron la puerta del gran salón, cuando en medio de la mesa de profesores estaba el sombrero seleccionador.

-¿Viejo amigo que haces aquí?.-preguntó Dumbledore sorprendido.-Todos los alumnos han sido seleccionados, no deberías estar aquí.

-No todos Albus.-hablo el sombrero.-Ese chico de allí debe ser seleccionado.

-Pero Harry ya fue seleccionado hace tres años.-frunció un poco el ceño, esto estaba fuera de lo entendible, escucho detrás de él muchos murmullos de los alumnos.

Harry se estremeció un poco ante tantas miradas dirigidas hacia él, no comprendía nada de nada, el debería estar en casa de sus tíos para hacer sus deberes e irse hacia su alacena, no comprendía nada del asunto pero esto no le gustaba mucho, apenas comprendía que la magia existía de verdad ¡Magia! Lo poco que había visto le encantaba además por lo que pudo notar era que estaban en un castillo, no era tan idiota pero prefirió no decir nada, sus tíos no les gustaba que hablara y él no hablaría aunque tenga muchas preguntas.

-Pudo ser así, pero ya no.-le dijo tranquilamente para luego ignorar al director y dirigiré hacia el niño.-Muchacho acércate y veremos donde irás.

El menor con duda se acercó y se puso el sombrero hablante.

-"Oh eres igual pero distinto que antes joven Potter, sin influencias de por medio podre juzgarlo mejor".-le hablaba dentro de su mente asustando al menor ya que no esperaba eso.

-¿Qué quieres decir con influencia?.-pregunto mentalmente, sin querer decir algo en voz alta, teniendo miedo de arruinar lo que creía algo importante.

-"No puedo decirte eso, lo descubrirás de a poco, pero no estábamos hablando de ello por lo que pedido, no, claro que no, vine aquí a elegir que casa te iría bien, me dejaras tomar mi juicio o debo tomar en cuenta nuevamente tu elección e ir a Gryffindor".

Harry frunció el ceño ante aquellas palabras.-Creo que tú me llevaras donde deba ir, donde creo que será el mejor lugar, aunque no comprendo nada de lo que hablas.-dijo con sinceridad, algo dentro suyo le dijo que el lugar que será llevado era el lugar correcto, y prefirió ir por su instinto, que siempre le salvaba de los golpes de su tío o las huidas de la caza de Harry de su primo.

-"Excelente, ¡Excelente! Harás grandes cosas joven Potter, todo cambiara, pero usted sabrá manejarlo".-le respondió seguro, el menor asistió antes de hablar en voz alta.-"Suerte".-le dijo antes de dar su veredicto.-¡Slytherin!.

Todos, pero todos allí jadearon o gritaron, nadie podía creer lo que había sucedido, Remus se desmayó de la sorpresa, McGonagall escupió el té que tomaba, Hagrid dejo que sus huevos revueltos cayeran en su barba, Filius grito antes de caerse de su lugar, Severus no pudo ocultar su sorpresa ¡Que estaba pasando! Pensaban muchos de allí, Harry por su parte estaba inquieto e incómodo por la reacción de la gente, sus ropas cambiaron al uniforme y su corbata era verde y plata, con eso visto se dirigió hacia la mesa de las serpientes, sin saber que más hacer, Albus Dumbledore por otra parte se aclaró la garganta sacando a todos de su shock.

-Bueno, esto es inesperado...-miro al chico que no le miraba.-Pero como verán él es Harry Potter, no recuerda nada de lo que pasado en sus cinco años de escuela, así que véanlo como un nuevo estudiante, así que a comer.-como arte magia la comida fue servida, con un ambiente extraño todos comenzaron a comer sin quitar de todo sus miradas hacia el de ojos esmeralda.

El elegido comía lentamente, sirviéndose poco, después de todo no tenía mucho apetito para no decir inexistente, las serpientes miraban al nuevo como si fuera un sueño o ¿una pesadilla? Draco Malfoy se acercó divertido.

-Así que Potty ¿Qué hiciste?.-hablo con burla, hasta que se atraganto como muchos que estaban cerca para ver esos ojos verdes brillar de inocencia.

-Uh ¿Quién eres tú?.-ladeó la cabeza curioso, muchos que lo miraban se sonrojaron y desviaron la mirada, ¡Demasiado inocente! Pensaron.

El rubio parpadeo, él realmente no creía que su enemigo perdiera la memoria pero ahí estaba la evidencia de que era verdad.

-Soy Draco Malfoy, quinto año.-se presentó, ¿Que más podía hacer si el chico no lo recordaba?.

El azabache le sonrió tímidamente.-Harry Potter, es un gusto conocerlo.

Los Slytherin se atragantaron, mayormente los mayores y que conocían al león ahora serpiente, se juraron ayudarle, parecía tan inocente y dulce, que algunos corazones de los alumnos se suavizo.

Draco asistió antes de volver a sus pasos y sentarse con sus compañeros de su año, por lo menos en ambiente había cambiado en la casa de las serpientes, Potter estableció una conversación con los niños de primer año, no entendía nada, pero ellos fueron gentiles de explicarle las materias y lo que se había pedido, el de ojos verdes agradeció que fueran solo el principio del año escolar, ignoro las miradas después de acostumbrarse, algo le decía que ya estaba acostumbrado, llevándose bien con sus compañeros de su edad, ya tenía amigos, para alegría de él, que aunque no comprendía mucho, sus compañeros mostraban un tanto indiferentes pero cordiales, aunque en sus ojos mostraban la emoción de la conversación, se encogió de hombros mentalmente, quizás pronto le explicarían mejor las cosas, al terminar la cena fueron llevados a su lasa común, lo que había comprendido era que ese lugar dividían a los estudiantes en cuatro casas, que eran dadas por el apellido de los fundadores de Hogwarts, Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw y  Hufflepuff, cada uno con una característica de ellos, le comentaron sus amigos que su casa no era la más querida pero debía estar orgulloso de estar ahí, cosa que asistió, iba a hacer su casa por siete años, iban hacia las mazmorras como había oído a alguien hasta llegar a un lugar escondido, uno de los mayores murmuro un "Matalobos" algo dentro suyo volvió a decirle que debía recordarlo, era extraño pero no le importó, al entrar vio el lugar sorprendido, era cálido, cosa extraña por estar en un lugar frío, las grandes ventanas donde podía ver que había animales acuáticos y ¿Eso era un calamar? Siguió caminando hasta estar al medio del lugar, muchos se giraron hacia su dirección, eso le asustó pero solo frunció el ceño.

-Bueno Potter, creo que debes saber, como serpiente jamás estas solo, si sales de la sala común por lo menos ve con uno de tus compañeros, ya que creo que te habrán dicho, no somos muy queridos.-al ver que el menor asistía prosiguió.-Creo que recuerdo que fuiste criado por Muggles ¿no?.

-¿Que es muggle?.-pregunto con inocencia.

Suspiro el chico.-Es por decirlo corto, personas no mágicas.

-Oh.-ladeó un poco su cabeza pensativo.-Entonces sí, fui criado por eh muggles, ¿Por qué?.

Marcus murmuro por lo bajo.-Tomadas clases con Stella Urllin.-dijo con seriedad presentando a una chica rubia y ojos violeta que asistió como saludo.-Te dará clases de cómo usar una pluma para escribir y modales, entre otras cosas ¿Entendido?.

-Claro eh.

-Soy Marcus Flint siento no presentarme, olvido que no recuerdas nada, estoy en séptimo año.-le sonrió levemente antes de volver a su expresión indiferente.-Tu cuarto esta  a la derecha, ese es para los hombres, mm no sé si estas con alguien de primero pero busca tu nombre, quizás tus cosas ya han sido transferidas hacia aquí.

En ese momento entro el jefe de casa, había escuchado un poco lo que le hablaban al nuevo integrante de su casa, suspiro aun sorprendido por la noticia.-Agradezco su ayuda Flint, bien, todos vayan a hacer sus cosas antes del toque de queda, Potter.-el nombrado lo miro.-Venga, tenemos que hablar de unas cosas en mi oficina.-vio el leve temblor.-No es nada malo se lo aseguró.

Con eso se fue a la par del profesor, al llegar al despacho de Snape, este le dejo entrar primero, miro curioso todo, después de todo, aun no comprendía que pasaba, se sentó donde le pedían y rápidamente puso su atención en el señor agradable.

-Bien, creo que tiene dudas ¿Cierto?.-vio como el menor asistía.-Entonces dígalas, tratare de explicarle mejor que pueda.

-Uh, ¿Que exactamente son las casas? ¿Cómo tendré los materiales? Y ¿Cómo hago magia? Porque todos aquí hacen magia ¿no?.-dijo pensativo moviendo sus pies en la silla, al ser pequeño sus piernas quedaban al aire.-Ehm ¿Mis tíos son m..muggles?.

Severus suspiro.-Bueno, primero que nada Hogwarts es una escuela de hechizaría aquí en Gran Bretaña, no es la única escuela pero hay otras de diferente país, al cumplir once años te llega la carta de que eres aceptado, se divide en cuatro casas que van por un rasgo que tenían los fundadores, Gryffindor, Ravenclaw,  Hufflepuff y Slytherin y cada casa tiene un jefe de casa, como te habrás dado cuenta yo soy jefe de casa de Slytherin, así mismo están allí muchos niños que son de padres muggles, es decir, padres no mágicos, descubren que las cosas extrañas que pasaban a su alrededor era por magia accidental, dime joven Potter ¿Sucedieron cosas raras cuando estaba presente?.-miro al menor.

-Una vez cambie el color de pelo del profesor, Uh aparecí arriba del colegio cuando escapaba de mi primo y sus amigos en la 'casería de Harry'.

-¿Casería de Harry'?.-frunció el ceño.

Asistió pensativo sin verle.-Es en juego que mi primo creo por aburrimiento, al principio no escapaba, ya que tío Vernon decía que era para sacarme lo fenómeno, aunque corriera de igual manera me golpeaba con el cinturón.

Severus Snape siempre fue indiferente en muchas cosas, siempre ocultaba muy bien sus emociones, pero actualmente eso le era difícil, comenzó a comprender que el chico de oro que creía conocer nunca fue mimado por sus parientes como Albus los hacía creer, era maltratado por estos, la impotencia y frustración como la ira le agobiaba. Nunca espero que algo así pasará, su juramento había servido para nada si nunca pudo cuidar al niño que había prometido a sí mismo.

-¿Señor Snape?.

-Te  prometo Harry que nunca volverás allí.-le prometió mirando a los ojos.-Podrías ver en tu baúl al ir a tu cuarto si tienes los libros de la lista que te daré ¿bien?.-el azabache asistió.-También debemos probar tu varita, no sé si sigue aceptándote como su dueño, esto jamás paso en todos los años de existencia de Hogwarts.-suspiro cansado, pero al ver la curiosidad del menor prefirió explicar.-La magia la canalizamos en una varita especial, muchas son diferentes, pero tú has hecho muchas cosas estos tres años y tu núcleo ha empezado a madurar, pero como ahora es nuevamente un niño tu núcleo podría ser diferente o sigue siendo igual, eso lo veremos mañana ¿bien?.-llamo a un elfo domestico que asusto menor, pidió un poco de té y chocolate para el chico.-Esos son elfos domésticos, ellos disfrutan servir a los magos, cuando quieres liberarlos tienes que darles una ropa tuya, pero es como pecado para ellos.-dijo encogiéndose de hombros.-Pero a ellos solo los veras en las cocinas de Hogwarts, creo recordar que tus padres tenían dos elfos domésticos en la mansión Potter.

-¿Mansión?-parpadeo sorprendido.-Mis tíos dijeron que mis padres murieron en un choque automovilístico siendo personas borrachas.

-Eso es una mentira.-casi grito, eso lo que menos esperaba de la hermana de Lily, masajeo su frente tratando de enojarse con el niño.-Tus padres eran muy buenos magos, excelentes quizás, murieron salvando tu vida, recuerda eso, tus tíos te han mentido.

-Gracias señor.-le sonrió tímidamente, un suave sensación en su corazón, siempre había creído que le mentían, entendió que sus padres lo amaban.-Entonces ehm ¿tengo una mansión? ¿Mis padres eran ricos?.

-Tu padre en verdad.-gruño por lo bajo.-Los Potter en el mundo mágico son una familia muy antigua, es una de las primeras que hubo en los viejos tiempos, y tú eres el heredero, el ultimo debo decir.-explico por lo bajo.-Creo que hemos alargado todas tus dudas, tus tíos son muggles, gente sin magia como sabes, ellos como muchos pocos saben del secreto de nuestra existencia, mayormente los padres de niños nacidos de muggles, ¿Otra duda?

Negó con la cabeza mientras bebía su deliciosa bebida.-Eh la señora Pomfrey me dijo que debía tomar algunas cosas.

-Sí, estas muy mal Harry, ¿Lo sabes no?.-noto como el menor se sonrojaba avergonzado.-Debo decirte que las pociones saben horribles pero debes tomarlas para mejorar y quitar los malos tratos de tus tíos.-dijo con seriedad.

-Y..yo lo haré señor.-murmuro por lo bajo.

Asistió complacido, dejo que el menor tomara su chocolate, al verlo satisfecho, lo condujo hacia la puerta.

-Y joven Potter.-le llamo y al tener su atención volvió a hablar.-Si necesita ayuda siempre puede venir a mi oficina señor Potter, siempre y cuando lo haya hablado con sus compañeros superiores.-dijo con seguridad mientras le entregaba la lista de primer año.

Le sonrió un poco.-Gracias Señor, buenas noches.

Se fue recordando los pasos que había dado anteriormente, agradecía no haberse perderse del lugar, llego a la entrada escondida y murmuro la contraseña, por lo que pudo notar solo estuvo quizás una hora más o menos en la oficina del agradable profesor, aguanto un bostezo antes de caminar adormilado hacia los dormitorios de los chicos, vagamente noto algunos alumnos mayores en la sala común, miro perezosamente las placas con nombres hasta encontrar el suyo, cosa que le costó, al entrar encontró a uno de sus compañeros, si no mal recordaba se llamaba Nicolás Moonty cabello castaño y ojos negros.

-Hola Harry.-saludo el niño al verlo entrar.

-Hola.-murmuro cansado, fue a la otra cama que no era usada notando un baúl.-¿Es mío Nicolás?.-dijo confuso, muchas cosas le eran confuso, entendía que había pasado algo aquí y que él era ya un alumno de hace años en esa maravilla escuela.

-Sí, me dijeron que por ahora estarás en mis clases hasta bueno revertir el problema.-explico con simpatía.

-Bien.-asistió un poco abriéndolo, viendo ropa que era grande para él y algunos libros, los reviso con cuidado, vio la lista y busco las cosas, tenía por su suerte algunos libros allí, también noto un palo, por lo que había visto antes en la enfermería debería ser su varita, cauteloso la tomo, sintiendo una suave sensación pero no era potente, era como si la sintiera suya pero a la vez no, frunció el ceño tratando de comprender lo sucedido.

-¿Que sucede?.-pregunto el castaño al ver su reacción al tomar la varita, dejo su tarea de pociones de lado.

-La varita no responde bien.-dudo un poco sus palabras.-Quiero decir, siento algo agradable pero no me siento completo.

-Extraño, tal vez debas decirle al profesor Snape mañana.

-Si, eso haré, creo que iré a dormir, es mucha información que digerir.-dijo cambiándose con el pijama que le había dado Madame Pomfrey en la enfermería, se acostó despidiéndose de su compañero.

Se acomodó quedándose rápidamente dormido, se despertó al escuchar el ruido a su lado, se quejó por lo bajo hasta que recordó que no estaba en la alacena, se levantó sobresaltado, mirando el lugar de forma desorientada, de a poco los recuerdo del día anterior aparecían, miro a su compañero de cuarto que salía del baño.

-Oh buenos días Harry, iba a despertarte ahora.

-Escuche el ruido.-se levantó para dirigirse al baño para bañarse y hacer sus necesidades.

Luego de unos minutos tomo los pocos libros que tenía y la varita antes de bajar, aún era temprano y no recordaba el camino hacia el Gran comedor, miro a los pocos alumnos levantados, se acercó a la chica que le daría clases más tarde o eso suponía.

-Señorita Urllin.

La nombrada le miro sorprendida antes de sonreírle un poco.-Hola Potter ¿Qué pasa?.

Se movía incómodo y tímido.-Eh siento las molestia pero no recuerdo muy bien el camino hacia la oficina del profesor Snape, quería hablar con él sobre mis clases, ¿Le molestaría llevarme?.-preguntó ocultando su sonrojo.

Stella asistió antes de despedirse de su compañera, le guiaba hacia el despacho de su jefe de casa, al llegar le dejo allí sólo. Harry toco la puerta con la esperanza de obtener ayuda, escuchó un gruñido al otro lado de la puerta.

-¿Que sucede?.-exigió pero al ver al menor suspiro.-Señor Potter.

-B..buenos días Señor Snape.-le miro de reojo.-Venia por el asunto de las clases, eh revise mi baúl y encontré solo algunos que habían en la lista y .....Mi varita no funciona.

-¿No funciona?.-levanto una de sus cejas inquisitivamente.

-Era como si me aceptada, pero no por completo, no me siento completo.-murmuro.

-Ya veo, tendremos que ir al callejón Diagon por sus cosas señor Potter, hablaré con el director para obtener un permiso para salir por el día, después de todo usted no podrá hacer nada sin una varita ¿Comprendido?.-le miro cruzándose de brazos.-Por ahora ira a desayunar, se tomara las pociones que Madame Pomfrey le ha dado y luego iré a decirle la respuesta del director ¿Quedo claro?

-Si señor.-asistió más aliviado.

-¿Tiene su llave señor Potter?.

-Uh ¿Esta?.-sacó de su cuello un collar donde había una llave dorada.-Me la puse hoy, pensé que era importante.

-Y no se equivoca, jamás la pierda, ahora le llevare al comedor, ya que creo que no sabe dónde es.

Cerrando la puerta detrás de él, llevó al chico hasta el lugar, viendo cómo iba caminando con leve seguridad hacia la mesa y se sentaba con Nicolás Moonty y Elizabeth Twonski, chicos de primer año, le agrado que sus serpientes aceptaran al niño de oro o ¿Ahora plata? Eso le divertía, en el desayuno ya hubo más conversación que la noche anterior aunque muchos veían a la nueva novedad del lugar, le hablo en murmullos al director que asistió comprendiendo que aunque no le agradaba que su peón cayera en Slytherin, no sabría si regresaría con el tiempo el cambio u obtener una cura, pero por ahora no ayudaba que Harry no tuviera varita, debía seguir las clases con normalidad, le entregó un papel por las dudas y que él mismo avisaría de la perdida de clases, cuando termino y fijo su vista al azabache se levantó, dirigiéndose hacia la mesa de Slytherin.

-Señor Potter, venga, el director dio permiso para su salida.

Asistió levantándose.-Adiós chicos.-se despidió de sus amigos antes de seguir a su profesor de pociones, caminando hacia fuera del castillo, frunció el ceño ante las miradas de algunos alumnos, suspiro al estar en el exterior del castillo para dirigir sus ojos verdes al mayor.-¿Cómo nos iremos señor?.

-Nos haré aparecernos, así que aférrate a mi brazo.-al ver que hacia lo pedido, los hizo aparecerse en el callejón diagon en un callejón por precaución.-Iremos a sacar dinero a Gringotts, que es el banco donde es controlado por goblins.

Caminaron en silencio hasta el lugar, hizo una reverencia al ver a unos ¿duendes? Estos se sorprendieron pero sonrió contento, Snape estaba muy anonadado por la actitud del menor, tenían suerte de que había un lugar vacío, el duende los miro de forma asquerosa.

-Necesitamos sacar dinero de la bodega del señor Harry Potter.-dijo rápidamente.

-¿Llave?.-dijo indiferente.-Además donde está el señor Potter.-pregunto desconfiado.

-Uh un gusto señor.-hablo mirándolo con curiosidad, sorprendiendo a la criatura por ver la versión más pequeña del heredero de las finanzas Potter.

-¿Esto es una broma?.-dijo furioso.

-No señor, no sé qué ha pasado pero el profesor Snape dice que una poción me volvió a tener once años, aun así no recuerdo nada, ¡El lugar es maravilloso!.-exclamó sonriendo.-¿No podemos sacar dinero?.-ladeó la cabeza confuso.-Si no creo que soy Harry ¿Hay una manera de verificar aquello?.

-Si, necesito una gota de tu sangre aquí.-le mostró un poción que tenía un color blanco, se le entrego al de ojos negros que con un suspiro se agacho y convoco con un varita un pequeño corte en la mano del niño que con una mueca de disgusto se presentó en sus labios pequeños, la poción reacciono a la sangre volviéndose de un color rosa chillón.-Mm ciertamente no hay un multijugos aquí, aun así haga lo mismo con este pergamino.-dijo entregando dicho papel y el maestro de pociones dejo que cayera otra gota de sangre en el papel antes de curar la pequeña herida del menor.-Mm bien ¿Cuánto desean retirar?.

-unos mil galones estaría bien.-hablo rápidamente.

Al estar solos esperando a la criatura, Harry miraba el lugar encantado, solo fueron unos minutos hasta que regreso con una bolsita negra.

-Aquí tienen señores, la cantidad ha sido descontada de su cuenta señor Potter.-aviso.

-Muchas gracias señor.-tomo la bolsa y la llave para ponérsela nuevamente en su cuello.

Se despidieron cortésmente para salir del lugar.

-¿Iremos por los libros?.-dijo tímidamente mirando al profesor.

-Si.-gruño.-Luego por la varita o si deseas por tus túnicas, creo entender que la que usas ahora es de tu compañero de cuarto.

-Sí, se dio cuenta que mis ropas actuales son muy grandes para mí y trato de dar el hechizo que los podría ajustar, pero creo que mi yo anterior hizo algo para que eso no sucediera.-bufo molesto.-Eh ¿Cree que me alcance por un poco de ropa cotidiana? No quisiera estar siempre con el uniforme.

-Cierto y por eso he pedido esta cantidad de galones. Y si lo hacemos bien, como espero tendrás dinero que gastar a tu criterio.

Asistió sin hablar, siguiendo al profesor Snape hasta la librería Flourish y Blotts, por lo que pudo leer, dejo que el profesor ordenara sus libros faltantes y por una leve distracción puso un libro de Pociones para principiantes, y un libro de encantamientos para principiantes, sin darse cuenta que Severus lo había notado pero no digo nada al ver que el mocoso quería aprender, al traer su bolso, simplemente le encogió la bolsa para más facilidad, luego por petición del chico fueron por una varita, al llegar donde  estaba la tienda de varitas de Ollivanders.

-Debo decir que no sé cuánto tiempo demoremos, la varita te elige señor Potter, no usted a ella.-le dijo antes de entrar.

-Oh caballeros, ¿Que les trae por aquí?.-hablo el dueño del lugar sorprendido.-¿Señor Potter?.

-El señor Potter no le está funcionando su varita, como puede ver es un niño nuevamente.-explico aburrido de dar repetidas veces  las explicaciones.-Necesita otra varita.

-Comprendo, cosa rara ya deben saber, la varita nunca se equivoca, algo raro debo decir.-murmuró para sí mismo antes de mostrar cajas y cajas y nada sucedía, detrás del niño habían una pila de varitas que no habían provocado ninguna chispa, había pasado el tiempo quizás una o dos horas, Snape estaba sentado de forma aburrida.-Uff sigue siendo un cliente difícil eh señor Potter uhn puede que sirva.-se dijo pensativo antes de ver de reojo al niño que estaba nervioso.-Bueno usted después de todo siempre ha sido especial.

Se retiró por unos minutos cuando regreso con una caja algo vieja, abriéndola mostró una varita de 27 centímetros de color negro azulado, Harry brillo de anticipación, la tomo al estar cerca y de forma instantánea salieron chispas de todos los colores, sonrió, se sentía completo.

-Muy raro.-dijo asombrado, al tener la atención de las dos personajes suspiro.-Recuerdo cada varita joven Potter, esta es una de mis primeras varitas, 27 centímetros, madera del árbol de los sueños, ya extinta, contiene una combinación de núcleo, cosa no extraña en esas épocas, tiene pelo de thestral y pluma de un fénix del hielo otorgada con recelo, es algo temperamental y quisquillosa, pero también buena en Encantamientos y a las artes oscuras.

Asistió maravillado, por otra parte su profesor estaba no muy contento pero pago por la varita antes de retirarse, miraba su varita con un nuevo sentimiento.

-Cuide muy bien su varita Señor Potter, para los magos y brujas es algo importante, como una parte de sí mismo.-dijo con seriedad mientras iban a la tienda de madame Malkin.

-Sí señor, pero ¿Que haré con la otra?.-pregunto guardando bien su varita.

-La guardadas pero también le llevaras, quizás no te responda por completo pero sigue obedeciendo tus ordenes, no será tan eficiente pero ayuda.-respondió bufando al final.-Además ya sabrá porque le servía, pero por ahora continuemos con las compras.

No dijo nada pero tampoco le importaba, se dejó tomar las medidas con tranquilidad, sin escuchar los murmullos que tenían su profesor y una bella señora, después de una hora, tenía su uniforme, ropa casual, aunque no era mucha le bastaba, no es que se quejara no estaba acostumbrado a tener cosas nuevas pero las cuidaría, fueron a la Botica de Slug & Jigger donde Severus hablo sobre las cosas que necesitaría en su clase, también le explico las cosas cuando preguntaba ya que notaba lo concentrado que estaba el azabache con el tema, sin olvidar pasar por la tienda de pergaminos, plumas y tinta, allí compraron lo necesario y un poco más para que ensayada el menor, todo encogido y guardado Severus decidió ir a comer en  Hogsmeade ante la hora que llevaban comprando, habían estado casi la mitad del día allí, le dijo que el lugar estaba cerca de Hogwarts, con cuidado le aviso que los haría aparecerse, al llegar al lugar sujeto al menor al verlo tambalearse.

-Y..ya estoy mejor.-dijo alejándose del mayor, miro el lugar encantado.

-Ven, iremos a comer y luego nos iremos al castillo, ya nos perdimos el almuerzo y tú debes seguir tomando tus pociones.

Obedientemente le siguió hasta llegar a un lugar agradable. Se encontraron con una señora muy bonita, que pudo escuchar se llamaba Rosmerta, fueron a un lugar un tanto alejado. Snape pidió por los dos.

-¿Sucede algo?.-preguntó al verlo incómodo.

-No es nada.-negó con la cabeza.-Solo es mucho para asimilar.

-Entiendo....-podía hacerlo, pasaba lo mismo con los niños nacidos de muggles.-Ten, guárdalos bien y usamos de forma astuta.-le entregó la bolsa de galeones.

-Si señor.-la guardo en su túnica, a la vez que veía a la dueña del lugar traer sus almuerzos, sacó de su bolso una pequeña caja que el espía conocía muy bien, sacando dos frascos de pociones para el aumento de apetito y la otra para sanar correctamente algunas heridas internas, puso una mueca al tomar las dos, guardo los frascos a donde lo saco antes de comer lentamente.

El maestro de pociones comía con indiferencia pero mostrando al menor como usar los utensilios, pensaba que por lo menos tendría lo que le restaba del día tranquilo, a no ser "Mm podría preguntarle sin mucho interés, siempre fue el sueño de un Slytherin ir a la cámara de los secretos, así también ayudaría que el mocoso recordara, dos pájaros de un tiro." pensó un tanto ansioso, había sabido que la cámara tenia cosas bastante valiosas.

-Señor Potter.-le llamo al ver que el menor ya no comedia nada más, solo había comido la mitad del plato.-¿Algo más le ha pasado a su alrededor?.

El niño le miro curioso e indeciso de decirlo o no, pero el hombre aunque daba miedo le daba una sensación de seguridad.-Yo hable con una serpiente antes de cumplir mis once años.-murmuro por lo bajo.-¿Eso es especial? ¿Hay más gente que habla con animales?.

-Lo que dices es llamado como Parsel, el idioma de las serpientes, y no, no hay gente que hable con animales, así que aunque recuerdo bien que ya todo el mundo sabe que hablas eso, es mejor guardártelo para ti mismo ¿bien?.

Asistió desanimado.-Si señor.

-El en un tiempo  encontraste la cámara de los secretos ¿Recuerdas algo al respecto Señor Potter?

Harry frunció el ceño concentrado, algo le decía que había algo sospechó, pero miro al mayor que parecía ansioso aunque su rostro no mostrada nada "Llévalo" una voz parecida a la suya, de forma repentina un pequeño recuerdo del lugar apareció en su mente, se sujetó la frente ante el dolor.-Uhg eso fue raro.-se quejó por lo bajo.

-¿Señor Potter?.-"Quizás me he pasado " pensó con algo de arrepentimiento.

-Algo llegó a mi.-murmuró adolorido.-El camino de eso, llego a mí de forma muy repentina, me duele la cabeza.

-Ten, una poción para el dolor.-le entrego la poción, mirando que nadie escuchaba ni mirada se acercó un poco.-¿Que recuerdas?.

-Un basilisco, muy grande, un pasadizo muy largo y la cara de eh creo que es Salazar Slytherin, también un chico y una chica pelirroja, Uh más de eso no recuerdo.

El mayor le miro un poco preocupado.-¿Te importaría ir? Es algo bueno que recuerdes las cosas Potter.

Soltó una risita.-Si solo quiere que le abra las puertas, sólo tenía que decirlo profesor.-le miro sonriéndole tímidamente.

Snape se sonrojo de forma sutil antes de bufar.-Lo que usted diga.

Con tranquilidad salieron después que el profesor pagada, compraron unos chocolates en Honeydukes, que Harry guardo con deleite, iban caminando hasta Hogwarts en silencio, el azabache estaba pensativo por el recuerdo que le fue dado, ¿A que venía esa valentía? Él mismo tendría miedo por tal criatura, ¿Qué demonios le pasaba? Frunció el ceño concentrado mientras caminaba hasta su destino en silencio, miro de reojo al profesor y jefe de su casa, parecía antipático y muy malhumorado pero con el extrañamente era un poco más agradable, quizás porque se asustaba con facilidad y no comprendía las cosas, pero hasta él sabía que con el tiempo sabría muy bien las cosas y haría que su casa ganara puntos para obtener la copa de las casa, al llegar se fue a su sala común después de agradecer nuevamente a su profesor por la ayuda, en el camino se encontró con Marcus.

-Potter ¿Cómo te fue?.

-Muy bien Flint, conseguí una nueva varita, vengo a dejar las cosas a mi cuarto, no quiero problemas para nuestra casa.-murmuro acomodando su cabello.-¿Empezara la cena?

Asistió lentamente.-Si, se han demorado mucho pero es comprensible, es mejor que te apures Potter, mañana empiezan tus clases con Stella.

-Bien.-asistió lentamente, satisfecho por las cosas que había obtenido ese día.

Comenzó a irse hacia las mazmorras cuando se encontró con una pelirroja con pecas con el uniforme color rojo y oro.

-Harry.-habló esperanzada.

-¿Quién eres? Por favor no me llames por mi nombre.-se cruzó de brazos de forma brusca.

Ginny se desanimó cuando Pansy Parkinson subía de las escaleras, había escuchado la conversación y sonrió divertida.

-Que hace una comadreja por estos lades.-dijo con burla antes de mirar al joven Potter-Potter es mejor que te apures, pronto la cena será servida.

-Si Parkinson.-asistió alejándose de las dos chicas, al llegar a la entrada murmuro la contraseña antes de ir a su cuarto encontrándose con gente de tercero y séptimo, dejo su bolso sobre la cama con la bolsa de su ropa, suspiro acomodo su ropas para estar más presentable, cuando noto a una lechuza albina.-¿Eres de Nicolás?.-preguntó acariciándole con timidez, el ave negó con la cabeza.-¿Eres mía?.-recibió un pequeño picoteo en su dedo de forma cariñosa.-Lo siento preciosa pero no recuerdo tu nombre, ¿No te importara si te nombro nuevamente?.-pregunto tentativamente.

La lechuza ululo en afirmación haciendo sonreír al menor.-Después de la cena tendrás un nuevo nombre.-prometió antes de bajar hasta la sala común.

-Potter.-hablo una voz un tanto ronca, el nombrado miro a la persona en el momento que salía del lugar, al verlo acercarse salió de la sala común después de todos muchos de los quedaban iban al  gran comedor.-Soy Theodore Nott un gusto.-se presentó el Slytherin.

-Un gusto.-asistió en confirmación.-¿Necesitas algo de mi Nott?.-pregunto levantando una de sus cejas con astucia y precaución.

El contrario río por lo bajo ante la sutil actitud de serpiente contemplado en el menor.-Deja que te acompañe creo que aun te aprendes mucho el camino con tanto  pasillos en el castillo.

Se encogió de hombros pero dejo que el mayor caminada a su lado, conversaron de algunas normas, Harry era un poco curioso pero después de todo tendrías clase con Stella no quitara una opinión con diferente punto de vista, tenía algunas dudas en ese nuevo mundo y Nott tranquilamente le respondía sin importar que fuera tan absurda su pregunta, cuando llegaron no se había dado cuenta que a mitad del camino habían sido rodeados por los demás Slytherin, Potter agradeció a Theo por responderle antes de irse con sus nuevos amigos de primer año.

Notas finales:

espero que lo hayan disfrutado 


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