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Una Madre Para Damian por dannymay

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenece a DC cómics. Mío sólo la historia con las ideas medio locas y algo fumadas xD .

Notas del capitulo:

Espero les guste este nuevo proyecto que surgió después de finalizar

"Sólo quiero protegerte ".

Sin más, espero disfruten este primer capítulo.

 

Había una vez, un pequeño demonio hijo de dos seres completamente distintos. Su padre era un príncipe con noble y de buen corazón, su madre una fuerte y peligrosa ser demoníaca. Su nacimiento fue el fruto del amor que tenía la mujer por el príncipe, pues desgraciadamente el príncipe solo reaccionaba a sus deseos carnales.

Cuando el fruto de aquella "relación" nació, ya tenía varias responsabilidades encima. Desde su corta edad fue educado y entrenado para soportar las cargas que llevaría la herencia de su madre.

El pequeño demonio, soporto duros entrenamientos y comentarios mal intencionados de otros seres con respecto a su casta. Mitad humano, mitad demonio... no importaba, él sería el sucesor legítimo del rey demonio. La parte demoníaca del pequeño ser le hacía no rendirse y demostrar que era digno, pero la parte humana le orillaba a llorar en ocasiones, solo cuando la oscuridad de su habitación le dejaba.

Cuando atacaron la fortaleza de los demonios, para el pequeño todo se derrumbo. Su madre cayó en combate y su abuelo enfermo. El gremio se caía lentamente y moría al igual que el rey. Una súcubo logró localizar a su padre por órdenes del Rey demonio,pues era hora que su nieto se encontrará con su lado humano. Aunque para el pequeño demonio fue doloroso dejar al Rey, aceptó el conocer al príncipe y vivir bajo su tutela.

~☆~


Por el pasillo de aquella antigua e imponente mansión se escuchaban las fuertes pisadas de alguien al correr, una respiración acelerada junto a los pequeños jadeos del esfuerzo que provocaba tal carrera. Un niño de ojos verdosos, cabello negro corría como si de eso dependiera su vida, lo cual no distaba de la realidad.

-¡Joven Damián!- un hombre mayor exclamó al casi chocar con el menor, mas su sorpresa aumentó al ver al persecutor del niño - ¡Amo Bruce!

El mayordomo fijo su vista nuevamente en el menor, notando que tenía en sus manos lo que figuraba un bote de pegamento y alguna bolsas de un polvo diamantado en un tono verde limón. Un suspiro de resignación salió del mayor, su pequeño joven amo se metiera nuevamente en problemas.

Por otro lado padre e hijo continuaron con aquella persecución, la cual acabó cuando el menor se vio acorralado por algunos muebles. Bien, a sus escasos 6 años entendía que cualquiera en su posición pediría misericordia, pero no él.

-estás en problemas jovencito - la voz de su padre le hizo voltear a verlo, el tono serio y ver aquella imponente figura de brazos cruzados y el ceño fruncido le hacía pensar en lo que había logrado: un nuevo castigo.

-padre...yo... - se callo al ver el gesto que hacía el mayor, puso sus manos atrás de su espalda y con un porte orgulloso miró a su progenitor.

-Es la cuarta persona a la que le juegas una "broma" en esta semana - masculló molesto, mientras veía a su hijo - ¿algo que quieras decir?

Al menos aquella zorra estaría alejada de su padre por una buena temporada, si no es que para siempre.

-tal vez el joven Damián no, amo Bruce - el mayordomo llegó al lado del Wayne mayor.

-¿Alfred? - el comentario descolocó al Wayne.

-le recuerdo que el joven Damián entra a las diez en punto al curso de verano, el cual, debo mencionar, fue idea suya señor - sacó su fiel reloj de bolsillo para verificar la hora - aún falta que termine de arreglarse, sin mensionar que le queda unos 20 minutos para llegar a su junta directiva , señor.-

-...- miró su reloj de muñeca, en efecto tenía el tiempo justo para terminar de arreglarse y llegar a la oficina - estas castigado, una semana sin televisión.-

Después de que el patriarca saliera con dirección a su habitación, un suspiro salió nuevamente del mayordomo. El fiel mayordomo solo podía ver como el señor Bruce regresaba a una rutina que consistía en salir a trabajar, negocios y tal vez uno que otro "ligue" casual; pero en aquella rutina el pequeño Damián no estaba tan presente como le gustaría, lo cual explicaba las "travesuras" del menor.

-olvide decirle...- aquello llamó la atención del niño - nuestra visita se ha retirado y lamentablemente dudo que quiera volver.-

El pequeño, contrario a lo que proyectaba frente a otros, se lanzó y abrazo al mayor. Muchos pensaban que el hijo menor de Bruce Wayne era un niño frío y hasta cruel, dado que no temía callar sus pensamientos sobre algún tema o alguna persona. Pero para el mayordomo, su pequeño joven amo era solo un niño, un niño que fue dejado a los cinco años con las enseñanzas y aires de grandeza inculcados por su madre.

Le tomó dos meses ganar la confianza del menor, y otros dos para saber todo por lo que había pasado en su corta vida. Su madre siempre le puso la vara tan alta apenas cumplio tres años, el trato de su madre fue frío y las lecciones que debía aprender demasiado duras para un niño. Alfred realmente sintió un nudo en el estómago al ver como lloraba el niño cuando llegó a la mansión, Thalia Al'Ghul había muerto, aun después de todo aquello él quería a su madre.

La madre de Damián era un tema que nadie tocaba en la mansión, unas horas antes que llegara del menor fue que toda la familia se enteró de su existencia y de la muerte de Thalia. Ninguno de los hijos de Bruce quiso preguntar, ninguno se acercó para averiguar sobre su nuevo hermano cuando llegó, todos sabían lo difícil que era perder a un ser querido.

-Pennywood... ¿cuantas semanas de castigo llevó? - pregunto el menor una vez sentado en su silla.

-si mis cuentas no me fallan, ya lleva 5 meses sin televisión, 2 meses sin postre y 7 sin salir al parque - contestó el mayordomo mientras dejaba el desayuno frente al menor - aunque... según las cuentas del amo Bruce, usted solo tiene que cumplir con una semana; espere a su regreso y se encontrará libre de castigo alguno.-

Siempre era así, solo era cuestión de horas para que su padre se olvidara de cualquier castigo que le fuese impuesto. A diferencia de sus hermanos, Damián corría con la suerte de que cada una de sus travesuras fuera perdonada u olvidada casi de manera automática por su padre.

~☆~


-joven Damian, espero llevé en su mochila todo lo que ocupe el dia de hoy - decía el mayor desde el asiento de conductor, manteniendo siempre su vista en el camino - le recuerdo que no me dejaran entrar a llevarle lo que pudiese haber olvidado.-

-despreocupate Pennywood - respondió el menor con un tono de ligera arrogancia - desde anoche preparé todo.-

Y aquello era verdad, el chico desde anoche preparó todo lo que ocuparía... o al menos eso pensó antes de caer dormido.

-memorice la lista, si no le importa puedo recitar y usted dirá si lo trae consigo o no - propuso el mayordomo.

-es obvio que llevo todo - comenta con seguridad - pero si te hace sentir mejor, puedes hacerlo.-

-está bien joven Damián - sonrió, sabe que el menor no admitirá que en voz alta que posiblemente dejo algo - ¿listo?

-si - ya con la afirmación del menor, Alfred comenzó a enumerar las cosas que debía traer en la mochila, obteniendo una afirmación a cada una de ellas... claro, hasta que llegó a la última.

-¿una que? - preguntó el Wayne con algo de confusión.

-una muda de ropa - repitió con total calma el hombre, sonrió para sus adentros, tal vez dio con la respuesta que tanto esperaba.

-¿y para qué quiero yo una muda de ropa? - pregunto al mismo tiempo que comenzaba a enfurruñarse el niño, cruzó los brazos mientras un adorable puchero se formaba en su rostro.

-según las aclaraciones de su lista, es muy probable que en alguna de las actividades logré ensuciar su ropa -hablo calmadamente, pensando en si seria mejor persuadir al niño.

-eso es imposible - se burló el niño - yo no soy como los demás niños, es obvio que yo no voy a ensuciarme.-

-joven Damián, me veo en la necesidad de objetar - hablo lo más serio que podía, conservando aquel tono suave y comprensivo - según las indicaciones que venían en la hoja, va a tener una especie de competencia con globos de agua en el patio.-

-y yo te lo repito, no me voy a ensuciar o mojar -volvió a contestar el menor, esta vez mucho más firme y con el ceño fruncido, símbolo inequívoco de su terquedad.

~☆~

Damian corría y esquivaba con agilidad los globos que arrojaban sus compañeros en un intento de darle con alguno, había hecho equipo con un par de chicos, uno pelirrojo de nombre Colin Wilkes y otro de pelo negro de nombre Jonathan. Damian vio que a Jonathan fue alcanzado por un globo, empapando totalmente su pierna.

-Sigan sin mi...- dramatizo el pelinegro de ojos azules, cayendo al pasto y fingiendo un gesto de dolor. Ambos chicos pararon al ver a su compañero en

-Solo parate Kent, ni que fuera tan grave - regaño con desgano el pequeño Wayne, pues no comprendía la exageración del otro.

-vamos Dami, solo es un juego - explicó el pelirrojo de manera despreocupada, mientras reía ante las muecas del niño de ojos azules - Johnny solo finge su muerte.-

Un segundo globo cayó directo en la cabeza del pelirrojo, por inercia el niño cayó al piso sin mayor escándalo, pues al ser un "disparo limpio" no le dio la oportunidad de dramatizar como el Kent.

-¡Colin!- grito el pelinegro - Damián, tienes que vengarnos.-

-esto es...- callo al ver como los ojos azules lo veían tan fija y seriamente, suspiro con resignación y asintió sin más.

El joven Wayne no se mojó durante la guerra de globos con agua, pero acabó cubierto de lodo al intentar esquivar varios a la vez y no fijarse en dónde pisaba, lo que dio como resultado la pérdida del equilibrio y una caída directa en el enorme charco.

~☆~


-En un momento vendrá tu padre por ti - habló la joven asistente de la dirección, una beta de cabello marrón y ojos negros.

-... - asintió ante aquello, agacho su mirada mientras una sonrisa se formaba en su rostro. La felicidad del pequeño no fue percibida por la mujer, quien pensó que sentía algo de vergüenza al estar todo sucio.

La puerta de la dirección fue abierta, dejando entrar a la directora y a un hombre omega, el menor lo miró fijamente, vio el pelo castaño y los ojos de un tono marrón, la figura esbelta y con una musculatura marcada (comparándola con la de otros omegas), la piel ligeramente bronceada y la sonrisa más cálida que le dirigieron (Alfred es Alfred, asi que no cuenta). Posiblemente el verlo con demasiada insistencia fue lo que provocó que el castaño se acercara.

-hola - el tono suave y agradable era perfecto para el menor, sin mencionar el leve olor a vainilla que desprendía el castaño - ¿estás bien?...¿te duele algo?.-

-...- ok, no espero esas preguntas...pero no quería que esa atención se fuera, tal vez era por eso que su abuelo decía "lo bueno de los omegas" - estoy bien y no me duele nada.-

-¿seguro? - el castaño inspecciono al menor de arriba-abajo, dándose cuenta de que estaba casi cubierto de lodo - oh cielos...-

Damian vio como el mayor buscaba algo de su maleta, unas toallitas húmedas saco para limpiarle con mucho cuidado la cara, retirando la suciedad de sus mejillas y dejando su frente nuevamente visible. Para el pequeño Wayne esto debía ser un acto de exceso de confianza, pero al ser un adulto que posiblemente laboraba en la institución debía de ser "normal".

-¿cómo fue que acabaste cubierto de lodo? - pregunto al mismo tiempo que desecha la toalla sucia y sacaba una nueva para continuar limpiando su cara.

-estábamos jugando y termine en un charco de lodo - mejor resumirlo que dar una larga explicación en donde incluía como sus dramáticos amigos lo obligaron a seguir aquel tonto juego.

-¿ya hablaron a tu casa? no está bien que permanezcas cubierto de lodo mucho tiempo - se veía preocupado y posiblemente fuera su lado omega buscando darle protección a una cría.

-mi padre viene en camino...- una idea nació en aquel instante - ¿como se llama?.-

-Hal Jordan - le regaló otra sonrisa,

-Damian ...- con eso era suficiente, por ahora solo necesitaba que aquel ser pudiera ser digno de su plan. El señor Jordan parecía ser un buen prospecto para ocupar el lugar como su nueva madre (ya que, por desgracia, sabía que Thalía no volvería) y lo descubrirá poco a poco.

~☆~


El pequeño demonio era desconfiado y su convivencia con aquel humano que era su padre no era de lo más amena, él se olvida en ratos de su presencia y cuando el demonio hacía de sus jugarretas simplemente recibía una llamada de atención para volver a ser olvidado al día siguiente.

Un día conoció al caballero esmeralda, alguien que le brindó su amabilidad sin saber quién era y sin interesarle realmente si era peligroso o no, solo llego y le brindó su ayuda.

El demonio encontró a quien necesitaba, encontró lo que buscaba... aunque aún no lo supiera.

 

 

Notas finales:

Este escrito también está en Wattpad bajo el seudonimo de vago-chan

La continuación estará en dos semanas, ya que haré un viaje y aprovecharé para pulir algunos detalles.

Byevee~


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