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Primer Beso por DanyNeko

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Notas del fanfic:

 

 

Notas del capitulo:

Esto es en realidad parte del Fictober en el que estoy participando.

Pero he decidido subirlo como one-shots o drabbles separados ya que algunos días del mes no son de shipps chicoxchico.

Así que, espero que disfruten los que subiré, el resto, por si quieren leerlo, está en mi Wattpad

:3 

Malik sabía que las cosas iban a ser muy diferentes si aceptaba tener a Marik de vuelta en su vida, esta vez de verdad en carne y hueso, a su lado.

Dejando de lado la opinión de sus hermanos respecto al tema, claro.

Malik no podía negar que lo quería.
Siempre habían estado juntos desde que era un niño. Marik había nacido para protegerlo de su dolor, de su desesperación, de sus emociones negativas... pero precisamente eso era lo que había corrompido su esencia.

Era su culpa y debía hacerse cargo.

Pero más allá de eso, Malik lo extrañaba.

Extrañaba esa forma en que congeniaban. Extrañaba la forma en que Marik lo cuidaba en secreto.
Porque el método que Marik había elegido para proteger a Malik era, cuando menos, inusual. Efectivo, pero inusual.

Marik lo mimaba. 
Marik le daba afecto y caricias, deslizaba sus dedos por la piel de Malik como si fuera la representación de un Dios al que debía venerar y besaba sus mejillas con la dulzura de un amante dedicado.
Marik llenaba de color su vida. Usaba la poca información que tenían del mundo exterior para darle sueños maravillosos y alimentaba su ambición y sus deseos de libertad.

Marik le había jurado, que juntos, obtendrían su libertad.

Y así había sido.

Pero Malik había permitido que las sombras consumieran a Marik. No le había puesto la misma atención que él le dedicaba y cada día se recriminaba por eso.
Marik se merecía mucho más.

Cuando todo terminó, las noches en solitario habían resultado dolorosas. 
O eran pesadillas, o era insomnio, o eran lágrimas que corrían sin control por la añoranza, o era la piel agonizando por el tacto y los mimos perdidos.

Lo que fuese. Malik extrañaba a Marik.

Y, mierda, que lo condenaran si no lo quería de vuelta con él.

Lo primero que haría sería arrojarse a sus brazos y pedirle perdón. Rogando porque su guardián le perdonara y le diera otra oportunidad.

Hasta entonces solo podía rezar porque Marik no lo odiara, porque no se olvidara del vínculo que había entre ellos.

.

Verlo ahí hacía acelerar su corazón. El aire era espeso por la tensión que se generaba entre ambos, en aquella habitación mental que por tanto tiempo fue testigo y cómplice de sus momentos juntos.

Malik tenía tantas cosas que quería decirle, y sabía lo que tenía que hacer pero... era realmente difícil decir algo cuando los ojos fucsia de Marik lo observaban atentamente y en silencio, sin emociones que reflejar, y a unos cinco metros de distancia.

El menor se estaba poniendo ansioso.

—Has crecido —se asombró cuando Marik fue el primero en romper el silencio —como persona, quiero decir que has cambiado —explicó lentamente, con los sorprendidos ojos lavanda de Malik sobre él.

—Su-supongo —Malik jugueteó inquieto con sus dedos —Y eso... ¿eso te molesta? —balbuceó nervioso.

Marik se encogió de hombros, apenas lo suficiente para que Malik pudiese notarlo.
La tensión no se disipaba.

—Casi no puedo sentir emociones negativas en ti —resaltó el más alto — ¿Estás feliz ahora, Malik?

El aludido analizó esa pregunta ¿Feliz? 
Más que antes, obviamente, pero... podría ser realmente feliz, sin la persona que tenía delante, en su vida.

La respuesta era clara para su corazón.

—No creo que esa sea la palabra correcta —musitó, jugando ahora con uno de los mechones de pelo que caía por su cuello hacia adelante —mi vida ahora es más tranquila —enfatizó —mis hermanos y yo nos trasladamos a Japón y... ahora tengo amigos.

Marik lo miró de pies a cabeza por unos segundos, poniéndolo más nervioso si cabía.

—Entiendo —Malik lo miró fijo, pero él desvío su mirada —ya no me necesitas —expresó su 'descubrimiento' — ¿por eso estamos aquí, no? ¿Finalmente voy a desaparecer? —su voz se escuchaba monótona, como si no le afectara en lo más mínimo el tema. Pero Malik podía ver algo en sus ojos cuando dejaron de mirarlo.

Y le dolía escucharlo así.

Solo pudo correr los pasos que lo separaban, plantándose a solo centímetros de Marik.

—E-eso no es... —negó con fuerza, apretando sus manos en puño contra su pecho — ¡No es así!

Marik lo miró sorprendido, pero se quedó sin palabras cuando Malik se inclinó hacia adelante para presionarse contra su torso —No sé... No sé si sea necesidad, Marik —confesó, con los ojos apretados y la frente contra la clavícula del mayor —pero sé que te quiero junto a mí.

Hubo un momento de tensión extrema ahí, hasta que las grandes manos de Marik se cerraron cual zarpas en los hombros de Malik — ¿De qué hablas? —dijo con incredulidad —Tú y yo...

— ¡Tú y yo cometimos errores! Y fuimos castigados de diferente forma pero yo sé que a fin de cuentas todo fue mi culpa —exclamó, sin moverse de su posición —y no puedo soportar que tú sigas pagando por eso más tiempo... Marik ¡Te extraño!

Las manos de Marik finalmente presionaron lo suficiente para Malik se enderezara y lo mirara. Sus ojos delataban completa confusión, como si fuera imposible lo que Malik le estaba diciendo y eso le dolió.

—No hay un día, Marik —dijo despacio, tratando de que la voz no se le quebrara —ni un solo día, en que no piense en ti. Aunque sea una vez —le aseguró —cuando veo algo nuevo, cuando me descubro sintiendo una nueva emoción... no puedo evitar desear que estés ahí, conmigo, compartiendo eso —las manos de Malik se aferraron a la playera negra de su yami —y cada noche... Te extraño en la cama, a mi lado. A veces no puedo dormir pensando en ti o te sueño y me duele despertar y ver que no estás.

Malik se detuvo en ese momento, respirando profundo luego de desahogarse, pero más que nada porque sintió que Marik estaba temblando.

— ¿Marik...?

Un abrazo lo sorprendió, apretándolo contra un cuerpo firme y cálido al que estaba bien acostumbrado — ¿Me quieres? —tanto los ojos como la voz de Marik temblaban — ¿Me quieres a tu lado... hikari?

Esa palabra hizo estremecer al menor —más que nada —hundió su rostro en el cuello ajeno —quiero despertar y saber que estarás ahí, conmigo. Que podré verte, que podré... to-tocarte —las mejillas le ardieron, Marik pudo sentir su calor —te extraño. Vuelve conmigo Marik —le suplicó aferrándose más a ese abrazo mientras disfrutaba de volver a sentir los fuertes brazos de su guardián rodearlo —vuelve y quédate conmigo. Yo... no será feliz sin ti.

Marik subió una mano hasta la mejilla de Malik y lo obligó a mirarlo —Quiero.... quiero que seamos tú y yo, una vez más —se inclinó lentamente, acariciando con su pulgar la comisura de los suaves labios a su alcance —yo sí te necesito, mi luz.

Malik solo pudo sonreír, sintiendo las lágrimas formarse en sus ojos — ¿volverás conmigo, Marik? ¿Olvidarás lo malo y volveremos a estar juntos?

El mayor asintió con convicción —eso quiero.

Malik se aferró más a él, mirándolo como si no hubiese nada más en el mundo y Marik fue directo a robar sus labios, pero la aparición del ojo de Horus en sus frentes, y en el suelo debajo de ellos, los frenó en seco.

Las puertas de la oscuridad han sido abiertas.

Cuando volvieron a abrir los ojos, sin saber bien cuando los habían cerrado, ambos estaban de pie en medio de un salón en el museo Dómino.
Marik sintió que perdía el equilibrio y tuvo que apoyarse en Malik, sorprendido por el hecho de que tenía un cuerpo real, físico, y que podía sentir a su luz de maneras que su habitación mental no les permitía.
El menor, mientras, veía entre dolido y agradecido, como el cetro del milenio desaparecía de su mano lentamente.

— ¿Estás bien? —fue un susurro cálido que, sin intención, acarició la oreja de Marik, provocándole un ligero escalofrío — ¿Marik?

—Sí, lo estoy —pronunció, sintiéndose más en control de su cuerpo a cada segundo —solo dame un momento.

Malik lo abrazó mejor, acomodándolo contra sí —está bien, no te apresures —le acarició el cabello suavemente —estás aquí... Ahora estás aquí y tenemos mucho tiempo por delante —le prometió con voz cargada de sentimientos.

Marik solo pudo sonreír —tenshi... —murmuró tan bajito, que Malik no le escuchó bien.

—Mis hermanos no tardarán en entrar —le avisó con voz suave —pero, Marik, no importa lo que digan. Esta fue mi decisión y la volvería a tomar sin importar nada ¿de acuerdo?

El mayor asintió, irguiéndose lentamente hasta poder tener su rostro entre sus manos, más o menos a la misma altura —Malik... Ore no tenshi —el aludido enrojeció furiosamente ante el nuevo apodo que el amor acababa de decidir para él — ¿siempre juntos?

—Siempre, Marik —afirmó.

Solo entonces Marik bajó y presionó suavemente sus labios con los de su luz, como si de esa manera sellaran la promesa.
Malik se sonrojó. Ciertamente se sentía diferente a cualquier caricia que Marik le hubiese dado antes.

Sus labios se frotaron de forma suave, reconociéndose y disfrutándose en tortuosa lentitud, explorando el tacto y la sensación, y la forma en que sus corazones latían desbocados pero aun así parecían sincronizarse.
Sus manos no se quedaron quietas. Una mano de Marik bajó hasta presionar la espalda baja de Malik, apretándole lo más posible contra su cuerpo. Los brazos de Malik subieron para rodear el cuello ajeno, sus dedos enredándose entre las hebras color cenizo de aquella indomable melena de león.

Cuando se quisieron dar cuenta, sus cuerpos exigían más del otro. 
Ya no era un simple rose, eran movimientos bruscos; las cabezas rotando de un lado al otro para probar diferentes ángulos, los labios entreabiertos, tentando al otro a que invadiera la boca ajena, sus salivas mezclándose y mojando los labios sensibles.

Tenían tanta hambre el uno del otro.

Para su buena suerte se quedaron sin aire y tuvieron que separarse dos segundos antes de que se abriera la puerta sin previo aviso.

Ishizu y Odion los encontraron en un cerrado y comprometedor abrazo, sí. Pero sin duda era mucho mejor que se los encontraran devorándose la boca mutuamente.

Y eso que solo había sido su primer beso real.
¿Cuánto más habría por explorar?


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