Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SUPERFICIAL por Yami Red eyes

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

 

Ahora sí puse algo de clichés sumados a cosas a mi estilo, ya saben xD

 

 

Notas del capitulo:

Oke, no he actualizado mis pendientes y ya me eché esto jejeje

 

Estoy trabajando en el fic de "Los sacrificios humanos de Alicia" junto con Alicia 3, que es kingcrabshipping; no tan difícil como la Alicia 4, que es Yuyax Yuri x Yuto x Fusión xD Y ya despues la Alicia real que es el datastorm. Me echo este y espero no retrasar más el otro jejeje en mi cabeza esta chico el de Alicia.

El cap 2 de este ya lo tengo completo, lo subiré .... pronto. :3

 

Gracias por leer

"Los seres humanos se juzgan unos a otros de una forma superficial, insustancial, despectiva. Sin racionalizar los hechos, sin caridad"

 

Capítulo1.- Chantaje

 

Los gemidos de Yusaku alcanzaban ya las notas más altas en su garganta, llenaba toda la habitación con aquella "música" de sus cuerdas bucales que hacía un eco imperecedero para los oídos del mayor en la cama. Los suspiros de placer sonaban junto con el acuoso sonido de la lubricación chocando entre las nalgas del menor y el cuerpo del más grande de los dos hombres efectuando el acto de penetración.

Caricias cargadas de sentimientos puros y genuinos, el aroma de la pasión entre mezclando aquellos dos cuerpos sudorosos y desnudos, y el acto más sublime y cenit de amor correspondido.

Yusaku Fujiki, un joven estudiante de tez pálida y ojos verdes, con un cabello de peinado extravagante—azul marino con grandes mechones rosados en su frente—, cursaba ya el segundo grado de ingeniería en programación, hacker por oficio y buen estudiante, 25 años; era quién en ese momento recibía la enorme erección de su amado dentro de su cuerpo.

Ryoken Kogami, un atractivo joven de 27 años, pirata hacker cibernético y trabajador independiente en el desarrollo de software para grandes empresas; vivía junto a su pareja en una modesta casa dentro de las residencias citadinas en Ciudad Den.

Siete años ya de noviazgo, siete años de felicidad mutua. Quién los viera pensaría que estaban casados, siempre juntos, siempre acertados; aquellos dos se amaban de verdad.

 

—¡Ahhh! —El grito de Yusaku marcó el fin del climax alcanzado. Sus paredes internas apresaron rítmicamente la erección de su pareja dentro de él, que provocó el orgasmo mutuo.

 

Después vinieron más besos y caricias, palabras de amor y muecas cómplices, ahora se hallaban contemplándose uno al otro, frente a frente sobre la cama, regulando sus respiraciones y sonriéndose como bobos.

 

—Nunca me cansaré de esto, Ryoken.

 

—¿Y crees que yo sí? Nada me gusta más en el mundo que hacerte el amor. Amo tu cuerpo.

 

Yusaku estaba acostumbrado a esos halagos de parte de la persona que más amaba en el mundo, pero aun con la costumbre, su rostro siempre se sonrojaba.

 

—Y también amo tus sonrojos—completó el más alto regalándole una sonrisa única. Provocar esa reacción en su novio siempre lo llenaba de dicha.

 

Nuevamente se perdieron en la mirada del contrario, Yusaku se sentía realmente afortunado de tenerlo como pareja. Ryoken era todo lo que él deseaba de una persona; era un buen hombre que se preocupaba por los demás, siempre estaba atento y servicial, empático con el mundo y caritativo con los que necesitaban. Se había enamorado perdidamente de quién era, un ángel a los ojos de Yusaku, un ángel de belleza envidiable. Y Rroken amaba el ser de Yusaku, un chico callado, apasionado y discreto; un chico único que mostraba su lado humano solo ante quien lo merecían.

Repentinamente el pitido en el celular del hacker más experimentado hizo que se rompiera el ambiente. Kogami se incorporó sobre la cama, tomó su aparato tecnológico y encendió la pantalla de este con dos pequeños toques en ella.

Su padre, el Dr. Kogami, le estaba enviando un archivo de depuración solicitando que se entregara lo antes posible; si era preciso ese mismo día. Ryoken suspiró pesadamente.

 

—¿Que pasa? —Fujiki también se incorporó mirando la pantalla del celular de su amante. —Vaya de nuevo tu padre. No ha parado de enviarte trabajo últimamente. ¿Por qué no le dices que no estás interesado? También tienes cosas que hacer.

 

—Creo que mi padre está metido en un lío grande, solo que no me ha querido decir y tampoco quiero meterme mucho. Haré lo que me pide y ya, no debería haber problema. –hizo un clic en responder para reenviarle su respuesta afirmativa a su progenitor. Seguramente esa noche no dormiría de nuevo.

 

Yusaku recostó su cabeza sobre el hombro de su pareja, estaba intrigado.

 

—Podría ayudarte si lo deseas. —se apresuró a ofrecer su ayuda.

 

—No me gustaría que te desvelaras, mañana tienes escuela—suspiró—, pero conozco lo necio que eres. Tal vez acabemos rápido entre los dos— Era lo mejor, no le gustaba involucrar a Yusaku en sus asuntos familiares, pero a veces no tenía opción; la carga entre los dos se aligeraba bastante ya sí podía tener más tiempo de intimidad con él.

 

Kogami hijo pasaba las páginas de la pantalla de su celular sin aparente interés en los temas. Era información sobre el proyecto, pero también había imágenes de la empresa, conferencias y planos.

 

—Espera —Yusaku regresó una página antes, le había llamado la atención algo. —¿Quién es él? —Señaló a un chico de cabellera blanca con mechas rojas y lentes de armazón verde. Parecía dar instrucciones a los trabajadores en la planta.

 

—Takeru Homura—respondió la duda sin interés— Es el dueño.

 

—¿El dueño? Pero parece de mi edad.

 

—Lo es, lo conozco en fotografías únicamente. Es el hijo del jefe de mi padre, leí sobre él. —apretó un enlace sobre el nombre de Takeru, este los llevó a su biografía— Su padre tuvo un paro cardiaco hace dos años que lo llevó a la muerte. Homura tomó el poder de todo desde entonces, pero mi padre dice que solo es un niño caprichoso que todo lo que pide lo quiere de un día para otro. Es muy joven e impaciente, sin embargo su imperio es tan poderoso que es capaz de comprar varias islas con todo y sus habitantes. Será difícil que quebrasen pese a su administración inexperta.

 

—Es de mi edad, me siento un inútil ahora.

 

—Yo prefiero no tener presiones de esa índole. Manejar una empresa debe ser cansado. —lo juntó más a su cuerpo acariciando su espalda—Nuestra vida es perfecta de esta manera. Ya probé lo que es estar trabajando en equipo para un jefe y no me gustó. Siendo mi propio jefe no hay presiones y no somos pobres tampoco.

 

—Ya lo sé, pero solo desearía tener algo de que...—se detuvo analizando mejor sus palabras, claro que tenía algo, o mejor dicho, a alguien que presumir.

Yusaku se acomodó más sobre aquel cuerpo desnudo.

 

—Tienes razón, así estamos perfecto.

 

-------0307 04:27pm---------

 

El Dr. Kogami se dio un fuerte golpe al ser azotado sobre el suelo por unos hombres corpulentos vestidos a traje negro.

Homura Takeru se acomodó los lentes verdes y caminó alrededor del caído, sosteniendo un aire de soberbia en conjunto a una sonrisa cínica.

 

—Una semana más y sin resultados. Dr. Kogami, me decepciona. Y tan buenas referencias que tenía sobre usted. Le he dado todos los recursos que me ha pedido, no le he negado nada nunca, todo el apoyo se ha centrado solo en usted ¿Y qué hace? Viene a pedirme más tiempo y a decirme que el proyecto de 5 millones de yenes llevará más presupuesto. No, yo no le entiendo ¿Qué ha hecho con mi dinero?

 

Los hombres sometieron al profesor, jalaron sus cabellos para que Homura pudiera ver el rostro maltratado

 

—Señor Takeru —la posición en la que se encontraba le dificultaba hablar—, el proyecto me lo encargó hace dos semanas, es imposible que yo solo tuviera el resultado tan rápido, eso lleva tiempo. He tenido mucho trabajo y el dinero lo he invertido en otros aspectos importantes para su empresa. Las ventas han subido gracias a eso.

 

—No me interesa lo demás, yo quiero resultados de lo que le pedí, solo eso quiero y me lo vas a dar. ¿Dónde está?

 

—Señor, le pido un mes más, ya me he puesto en contacto con mi hijo, él es experto en ese tipo de programación y me ayudará, lo tendremos. Solo le pido que sea paciente.

 

—¿Más tiempo? —Interrumpió abruptamente— El Cyberse Software que pedí debió lanzarse este fin de semana, le hice esa promesa a mis inversionistas. ¿Sabes qué pasó? Hice el ridículo esta última reunión puesto que resulta que no tengo nada, ni siquiera un prototipo para una demostración. ¿Sabes que mal quedé ante ellos? ¿Sabes que perdí a mis clientes fuertes por eso? ¡No más tiempo, Kogami! Los recursos y el tiempo ya fueron invertidos en ti y no, no quiero escusas quiero el Cyberse ahora.

 

—¡¿No lo tienes?! ¡Entonces paga los 5 millones que se invirtieron en ti y pasa por tu renuncia! — Homura alzó la voz de manera intimidante.

 

—Pero señor, yo no tengo esa cantidad, ya le dije que lo invertí en asuntos benéficos para la compañía.

 

Homura pegó fuertemente sobre el escritorio.

 

—¡Ya no quiero más pretextos de ti, Kogami! Te meteré a la cárcel por fraude a esta empresa, por...lavado de dinero, por 5 millones de yenes

 

—¡Por favor no, señor Takeru!, le suplico más tiempo, el Cyberse le traerá grandes riquezas en cuanto lo ponga en práctica. Lo tengo ya todo en mi cabeza, fueron muchas noches de desvelo para generar por fin el proceso...

 

—¡He dicho que no! Ya no financiaré ese proyecto. Estoy harto de tu ineficiencia. Llamaré a mis abogados para hundirte.

—tomó su celular esperando que contestaran en la otra línea.

 

—¡Por favor no! Haré lo que me pida, debe haber otra forma.

 

—Kogami, usted tiene una deuda millonaria conmigo. Lo único como pudiera ayudarlo a salvar su trasero es que trabaje para mí en el proyecto Ignis durante cinco años con un sueldo de salario mínimo.

 

—No, señor, pero...es mucho tiempo.

 

—Entre más rápido tenga el Ignis, más pronto saldará su deuda.

 

—Pero con ese salario, ¿cómo podría...

 

—Bueno, dicen que la cárcel es como el infierno, también podría ir a comprobarlo—la voz de su abogado ya se encontraba del otro lado de la linea—Sí, Zaizen, habla tu jefe. Necesito que cubras un fraude que alguien de la empresa propició en mi contra, lo quiero bien hundido ...

 

Kogami entró en pánico, suplicó ahora entre chillidos y desesperación—¡Está bien, señor, lo haré, lo haré!

Homura colgó la llamada, estaba satisfecho; no había nada que a ese caprichoso niño se le pudiera negar.

 

—Bien, veo que sus decisiones aún tienen algo de lucidez y raciocinio. —realmente era una estrategia corrupta corporativa donde explotaría al máximo los conocimientos de aquel respetado científico para su beneficio y a un precio de obrero. Su plan de presionarlo hasta ese punto había resultado con todo éxito.

 

—Pero...¿podría reducirme el tiempo si mi hijo trabaja conmigo? Le garantizo que, con su ayuda, en menos de dos años le daré excelentes resultados

 

Homura no tenía problemas con eso, a él solo le interesaba hacer dinero y aprovecharse. Ya conocía el trabajo del profesor Kogami, así es que sabía ciegamente que él era el único que podría realizar esa difícil tarea.

 

—Como quieras, con tal de que me tengas listo y a tiempo este trabajo, puedes retirarte.

 

---------- 05:05p.m---------

 

Yusaku y Ryoken acomodaban los víveres en la alacena, acababan de llegar de hacer las compras.

 

—Mañana tengo un examen muy importante. —acomodaba algunas latas de atún en el estante.

 

—Eso significa que mañana estarás de cascarrabias todo el día por la falta de sueño. —Ryoken se llevaba el papel higiénico para meterlo en un cuartito extra, oculto en la pared.

 

—Solo quiero estudiar hoy, trataré de no desvelarme; y no siempre me pasa eso.

 

—Solo cuando no duermes bien.

 

La simpática riña tuvo que cesar, fue la llamada del timbre en la puerta principal que les salvó de enojarse por nada.

 

—Padre. —musitó el peli blanco al atender la puerta. Le desconcertaba que su padre le cayera de visita y sin previo aviso.

 

—Ryoken, necesito tu ayuda.

 

Los tres se sentaron a la mesa, parecía algo serio lo que diría aquel experimentado hombre. Yusaku había servido café para todos, pero el silencio fue muy incómodo por varios minutos viéndose a las caras, solo se percataron que el profesor parecía bastante distraído y nervioso.

 

—¿Y, a que se debe la visita?—Ryoken se atrevió a romper el hielo.

 

—Me he metido en un lío millonario que no puedo pagar. Mi jefe piensa que le robé dinero y me ha inventado un delito de lavado de dinero interno; ahora, si no quiero que me meta a la cárcel, tengo que desarrollarle una inteligencia artificial en un proyecto llamado Ignis. Me ha condenado a que trabaje para él cinco años, con una miserable paga, mismo tiempo que pude negociar y reducirlos a dos, si tú me ayudas, hijo.

 

—¡Pero eso es una trampa bastante baja, suegro! ¿Ha intentado tomar el dinero por algún otro medio? Como hackear el banco por ejemplo—la voz de Yusaku fue la primera en objetar.

 

—No caeré en esa tentación demoniaca—alzó un poco la voz el veterano— Tengo principios y a menos que sea un acto desesperado, entonces aceptaré tomar esa arriesgada salida.

 

—Pero si se trata de algo serio. Solo pague y ya.

 

—Eso sí sería robar. Son los ahorros de buenas personas, no quiero eso en mi mente.

 

Ryoken permaneció callado, escuchaba como Yusaku y su padre debatían a cerca del cruel mandato.

 

—Es por eso que te necesito, Ryoken. Solo serán dos años, solo eso. Si trabajamos todos juntos, seguro lo tendremos en menos tiempo y podré irme de ahí finalmente para nunca volver.

 

Yusaku de inmediato posó su mirada en lo su novio respondería, su suegro también lo miraba con un brillo esperanzador en sus ojos por la respuesta de su hijo.

Ryoken tomó tranquilamente su taza de café y le dio un sorbo al líquido degustándolo como si nada le preocupase.

 

—Solo por dos años, ¿verdad? —indicó dando a conocer la respuesta afirmativa con otra pregunta.

 

—¡Gracias hijo¡ Será menos de dos años, te lo prometo. Sabes que no te molestaría si no se tratara de algo grave.

 

—Ryoken, ¿De verdad lo vas a hacer? —Fujiki no estaba del todo convencido.

 

—Es mi padre, no me gustaría tener que visitarlo la próxima vez en la cárcel. Espero que me comprendas.

 

Yusaku se vio vencido en sus argumentos, eso era cierto, debía dejar que su novio se involucrara en esos problemas familiares, aunque no le agradara la idea. Al final suspiró derrotado.

 

—Supongo que no hay nada más que decir. No me agrada la idea de que trabajen por tan poca paga y durante dos años. Pero si es por una causa noble, yo apoyaré en todo lo que pueda.

 

------ Tres meses después -----

 

—Director Takeru, la junta con los inversionistas se pospondrá hasta el próximo 31 —Una chica vestida a traje sastre, cabello recogido y lentes gruesos, le daba a su jefe los datos de su itinerario en su apretada agenda.

 

Homura, como siempre, caminaba con el teléfono celular en la mano, haciendo llamadas internacionales y seguido por asesores de todas áreas que le hablaban a cada momento de diferentes temas. El trabajo nunca terminaba para él y le gustaba sentirse importante, incluso cargaba varios celulares.

 

—¿A qué hora? —preguntó impaciente a la ejecutiva.

 

—04:30 de la tarde, señor.

 

—Está bien. —siguió caminando por los pasillos de su gran imperio empresarial, siendo visto con curiosidad por sus empleados como si fuera una gran celebridad. Y es que Takeru era un hombre muy ocupado, que se presentaba a dicho lugar solo si necesitaba algo importante, por lo que era raro verlo por ahí.

 

Otro asesor que lo seguía quería que firmara unas responsivas para la exportación de un producto en la aduana, hojas que firmó con rapidez mientras seguía al teléfono; otro quería presentarle unos datos estadísticos, pero tenía que esperar a que acabara de hablar; otro quería preguntarle sobre la cita con los accionistas, además que la secretaria de su oficina lo perseguía para que atendiera unas llamadas del extranjero.

Bajó con todo su equipo del ascensor hasta el área de laboratorios de los programadores donde miró a un sin número de trabajadores frente a sus monitores y hojas de captura o proyectos de desarrollo de software por todos lados. Después fue acercándose hacia los elegidos para el proyecto Ignis, estos estaban en un área más exclusiva justo al fondo, cruzando unas grandes puertas transparentes y corredizas.

Al entrar, lo primero que miró fue al profesor Kogami – líder del proyecto – dándole la espalda.

Éste estaba tan metido revisando unas hojas, junto a otro colega, que no se percató de su presencia.

 

—Profesor Kogami, ¿Qué avances me tiene? –llamó con un tono de grandeza, tomando al profesor por sorpresa.

 

El profesor y el colega voltearon a verlo, el mayor de inmediato preparó unas hojas que le mostraría, pero no se dio cuenta que su jefe se había quedado paralizado.

Y es que justo en el momento que se habían virado para ver al magnate empresario, Takeru había quedado atónito ante la apariencia física del colega a un lado del veterano profesor.

¿Quién era ese chico? Un joven adulto de apariencia angelical, cabellos blancos con mechas púrpuras a los lados, piel clara y facciones finas, pero sobre todo esos ojos, esos ojos azules como la mañana y tan profundos como si destellaran pequeñas estrellas dentro del azul del mar.

Por un momento sintió que el mundo se desvanecía a su alrededor y que solo existía la presencia de ese joven y él en todo el universo, no había sonidos, todo se volvió gris a excepción de ellos dos, su mente hizo una parada en algún campo Eliseo.

 

–El proyecto va viento a popa. –replico el profesor Kogami mostrándole unos papeles – La codificación y creación del lenguaje comienza a adquirir un mayor nivel, el Assembly está siendo gentil con las instrucciones...

 

Homura no escuchaba nada de lo que el mayor comentaba, estaba embelesado dentro del valioso mundo de aquellos ojos color celeste, largas pestañas y chispas de estrellas.

Ryoken lo miró sin interés poniendo atención en los papeles acorde a lo que decía su padre.

Al finalizar su discurso, Kogami padre espero una réplica de parte de su joven jefe, pero este seguía perdido en la belleza del otro peli-blanco. El cambio fue tan notorio que incluso todo quedó en absoluto silencio. Los asesores esperaban por las autorizaciones del "manda más", mas todos simplemente se le quedaron viendo de manera extrañada y sin replica.

Fue en ese momento que el profesor se dio cuenta de la insistente mirada de su jefe sobre la figura de su hijo.

 

—Emm...Él es mi hijo. ¿Recuerda que le comenté que lo traería para ayudarme? Su nombre es Ryoken. —presentó con toda amabilidad pero cierto disgusto debido a la manera tan descarada que veía a su hijo.

 

Ryoken se levantó de su asiento para estrecharle la mano, acción que Takeru se grabó para siempre en sus retinas como en cámara lenta, como si no quisiera perderse de ningún movimiento de aquel rosto que a sus ojos era perfecto.

 

—Es todo un gusto —la varonil voz de Ryoken terminó por destruir toda su cordura. Ahora estaba totalmente hechizado por él. Todo su rostro enrojeció con aquel contacto y tenía la certeza que le daría un paro cardiaco de un momento a otro por la acelerada arritmia que su corazón presentaba en ese momento por ese chico.

 

Se quedó sin palabras, apretó la larga mano del chico entre la suya tocándola con una caricia tímida que le proporcionó la yema de su dedo pulgar. Después Ryoken lo apartó de su contacto dejándolo con ganas de más.

El profesor Kogami arrugó el entrecejo, tuvo un mal presentimiento en ese momento.

 

—Si nos permite, continuaremos con el proyecto. —apresuró a decir el veterano.

 

—Profesor Kogami—el líder interrumpió abruptamente —A mi oficina por favor.

 

Se retiró rápidamente dejando a todos desconcertados junto con los celulares sonando y sin interés aparente en el proyecto Ignis.

El profesor estaba muy nervioso, pero en apariencia lo disimuló muy bien.

Takeru lo analizaba desde el otro lado del escritorio, con los codos apoyados sobre la madera y sus dedos entrelazados.

 

—¿Cuántos años tiene su hijo?

 

—Sé que es muy joven pero créame que tiene experiencia...

 

—¿Cuántos años tiene? —interrumpió alzando la voz.

 

—Yo fui su profesor y él ha sido autodidacta siempre.

 

—¿Usted? Vaya, que admirable, entonces es un chico inteligente.

 

—Bastante—no comprendía aquella entrevista tan extraña.

 

—¿Ah trabajado antes en otro lugar?

 

—Estuvo en SOL Technologies, pero solo duró cinco meses.

 

—¿Tan poco? ¿Por qué? Es una gran empresa.

 

—Bueno, él me comentó que sus colegas no lo trataban muy bien.

 

—No lo sé exactamente, Ryoken simplemente se salió repentinamente.

 

—¿Cuál es su color favorito?

 

Las extrañas preguntas cada vez se tornaban más íntimas en cuestión a su hijo. Kogami respondió a cada una pero sin captar la idea que se formaba en la mente de ese albino engreído. Posteriormente le agradeció con amabilidad y lo dejó ir sin más.

 

—Ryoken Kogami —Takeru miraba hacia la ciudad a través del gran ventanal de su oficina, recordaba las bellas facciones de su nuevo objetivo.

 

Takeru había mandado a poner cámaras ocultas que apuntaban a todos los ángulos de Kogami hijo, mientras él suspiraba y lo contemplaba detrás de sus múltiples monitores. De repente había dejado de contestar sus teléfonos y atender a sus asesores. Se pasaba mucho tiempo en su oficina mirando las pantallas. En ocasiones estaba de malas, esto era cuando al hijo del profesor se le acercaban mujeres y hombres trayéndole regalos o dándole invitaciones a cenas "amistosas". A algunos los había despedido al mirar tanta insistencia hacia su hombre; pero saltaba de gusto en cuanto el oji-celeste los rechazaba; sin embargo, todo ese movimiento lo tenía en ascuas, podría llegar alguien a la vida de su hombre y ser finalmente correspondido. Con ese pensamiento torturándolo la mayor parte del día, decidió actuar.

 

—Pasa—se acomodó su traje y puso una música suave de fondo, la oficina de Takeru estaba acogedoramente perfumada con temperatura adecuada.

 

—¿Me mandó llamar? ¿Qué necesita? —Ryoken se paró justo frente al escritorio, el espacio adornado no le sorprendía para nada.

 

Takeru no sabía que decirle, de inmediato se puso rojo hasta las orejas, empañó sus lentes con el calor que sentía al tenerlo frente y quedó sin palabras.

Un silencio abismal se abrió entre ellos.

 

—Creo que vengo en mal momento, será mejor que...

 

—No, detente ahí — detuvo la partida del chico al instante. Ryoken esperó entonces. —¿Pu..puedes voltearte?

 

Kogami alzó una ceja, mas no pensó mucho en lo que ese chico pretendía, simplemente lo hizo.

"Es perfecto" —se regocijaba con la sola imagen, para Homura no había persona más sublime que haya visto.

Ryoken, por su parte, comenzó a sentir escalofríos, algo no le agradaba de ese encuentro.

 

—¿Es todo lo que quiere que haga?

 

—Emm...dime, cómo va el proyecto. —carraspeó antes de responder.

 

—A este paso el proyecto llegará a la mitad de su composición, hemos descubierto algunas particularidades sobre el código fuente que venimos empleando y algunos imperfectos que...

 

En vano todo el proyecto, Homura Takeru ahora estaba al tanto de "otro proyecto" mucho más significativo y delicado para él. Estaba decidido a culminarlo lo antes posible.

 

—Gracias por venir profesor Kogami, lamento haberlo hecho venir tan tarde.

 

—No se preocupe, Sr Takeru, todavía me encontraba en mi oficina.

 

Había varios hombres corpulentos de traje negro y lentes oscuros en posición de firmes y las manos tras sus espaldas esperando al albino. El profesor trataba de no darles importancia.

 

—Profesor, quiero proponerle algo. Quiero darle más tiempo con el proyecto Ignis, el tiempo que usted necesite para terminar, además que quiero financiarlo para que continúe con el software del Cyberse.

 

—¡¿Habla en serio?! — la emoción e incredulidad subió por su cuerpo.

 

—Sí, además que me gustaría volver a pagarle como usted se merece, más un aumento sustancioso por su trabajo y goce de prestaciones superiores a la ley. No me negaré a ninguna petición que usted me haga con respecto al trabajo.

 

—Es todo un honor, pero...¿A que se debe tanta bonificación, si me lo permite?

 

Homura se levantó de su asiento y le dio la espalda, sabía que nada daría gratis jamás sin interés de por medio.

 

—Profesor, me gusta mucho su hijo.

 

Los ojos cansados del veterano se abrieron de par en par, había quedado conmocionado por la confesión.

 

—Le daré todo este apoyo, toda esta riqueza y olvidaré sus deudas; usted puede ser libre y realizar los proyectos que desee el tiempo que desee pero, quiero a su hijo. Quiero que usted lo obligue a casarse conmigo.

 

—Pero señor Takeru. Ryoken tiene pareja actualmente, es más, ha vivido con él desde hace ya muchos años.

 

El golpe del magnate resonó en la madera del escritorio.

 

—¡¿Y crees que eso me importa?! ¡Usted lo obligará!

 

—Yo no puedo hacerle eso a mi hijo, prefiero que no me de nada.

 

—¿Prefiere? ¡No hay opciones! O lo hace o lo meto a la cárcel.

 

—¡Señor Takeru, esa es una amenaza que no toleraré! ¡Yo no venderé jamás a mi hijo a un niño caprichoso y déspota como tú! — ya había perdido la paciencia y sobre todo, tratándose de su familia, era una fiera.

 

Takeru chasqueo los dedos, de inmediato todos los agentes apuntaron con un arma de gran impacto hacia el desprevenido profesor, quién no desapareció su mal gesto sobre el rostro de su jefe.

 

—Dije que no había opción, o lo hace por las buenas o será por las malas.

 

—Máteme si es lo que quiere, pero no entregaré a mi hijo.

 

—Véalo de esta manera, Dr Kogami: puede tomar todo lo que le ofrezco y ser poderoso, feliz, por el resto de su vida siendo mi suegro y socio incluso, solo por la mano de su hijo, o puedo matarlo a usted, a la pareja de su hijo y tomarlo por la fuerza. De todas maneras yo ganaré. Y sabe que puedo y que lo haré.

 

Kogami padre quedó perplejo, en su razón no podía creer tanto egoísmo.

No había más que hablar, dejó caer todo su cuerpo sobre sus rodillas, después tembló sintiendo la impotencia en toda su gloria.

 

—No me obligue por favor.

 

—Váyase a casa en paz, socio y suegro. Tenemos mucho que planear para las próximas nupcias.

 

----------0907 10:40 a.m-----------

 

—¡Ataca, ataca, ataca! —Yusaku movía con esmero el control de la consola de videojuegos como si su vida dependiera de ello.

 

—Jajaja es mejor que te rindas, te tengo en mis manos—Ryoken retaba desde otra palanca, el marcador iba a su favor en esa ronda.

 

El personaje de Yusaku brilló encendiendo toda la pantalla y el de Ryoken hizo lo mismo al mismo tiempo. Ambos quedaron unos segundos ciegos por el destello pero por fin había un ganador.

 

—¡¿Empate?! —soltaron a coro, nunca imaginaron tal resultado siendo que el personaje del peli-blanco tenía más vida.

 

—Vaya que eres difícil, Fujiki.

 

—Te dije que no te lo pondría fácil. — robó un tímido beso a su pareja antes de continuar.

 

Ryoken hizo que se sentara sobre de él chocando ligeramente sus entrepiernas; continuó el beso, Yusaku ya se había colgado de su cuello, Ryoken cazaba sus supiros y besos, pero no pudieron continuar, alguien tocaba a la puerta.

 

—Iré yo. —Yusaku se levantó de su amado, asesinaría a la persona que osaba interrumpir el acto de amor con su pareja.

 

Justo al abrir, la tormenta del profesor Kogami entró dando alaridos incoherentes.

 

—¡Ryoken, perdóname, perdóname por favor! Yo no pude hacer nada, perdóname, soy un mal padre, soy lo peor del mundo. –llegó hasta su hijo a colgarse de sus ropas sin atreverse a mirarlo al rostro debido a la pena que sentía.

 

—Cálmate papá, ¿Qué pasó?

 

—¡Soy peor que basura, soy escoria, soy....

Por varios minutos solo se escucharon los sollozos del asustado adulto. La pareja se miraba desconcertada hasta que por fin soltó lo que venía a decir.

Ambos amantes abrieron de golpe sus ojos.

 

—¿Vender? —cuestionó aun desconcertado Yusaku.

 

—Sí, tienes que casarte con el señor Homura Takeru lo antes posible.

 

—¡Ellos me amenazaron, me pusieron pistolas en mi cabeza si no aceptaba! ¡Fui un cobarde, debí pelear, debí morir por ti, pero te iban a obligar de todas formas, te iban a matar si no lo hacías!

 

—¿Con pistolas en la cabeza? —Yusaku esta vez sí se altero—Suegro, lo que hizo fue lo más prudente. ¿Pero por qué Ryoken debe casarse con él?

 

—El señor Takeru se ha obsesionado con él, me ha amenazado con la muerte si no accedes. Y si moría igual te tomaría a la fuerza.

 

Ryoken se sentía rabioso—Eso es demente, no me puede obligar. Mañana iré a hablar con él.

 

—No lo entenderá, está loco, ¡loco! —lo que más le dolía al profesor era haber aceptado vender a su hijo, a su único amado hijo; se sentía el peor hombre sobre la tierra.

 

—No lo permitiré. —Yusaku también entró en escena con los ánimos calientes.

 

—Papá, no te sientas culpable, era inevitable si te apuntaba con armas. Debe ser una broma de mal gusto. No puede obligarme.

 

—¡Lo hará, lo hará...soy lo peor! —se soltó al llanto, Yusaku lo sostuvo entre sus brazos y miró a su pareja con firmeza.

 

—Ryoken, iré contigo.

 

Estuvieron de acuerdo pero la incertidumbre los abrumaba.

 

-En la noche-

 

Yusaku contemplaba a su pareja descansar junto a él apaciblemente después de haberse demostrado amor en el acto carnal como nunca; pero, aun sabiendo el infalible amor que Ryoken le daba, no podía estar en paz con aquella amenaza del jefe de su suegro.

No podía dormir, sencillamente aquella necesidad del cuerpo había sido bloqueada por la incertidumbre.

Sintió un terrible escalofrío entonces, éste erraba por todo su cuerpo hasta abarcar cada milímetro de su interior como un tornado embravecido.

 

¿Qué es este sentimiento? —lo atormentaba.

 

¿Qué iba a pasar? ¿Qué augurio les esperaba? ¿Cómo iban a salir de eso ahora? ¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Por qué tenía que ser precisamente su Ryoken?

Eran demasiadas preguntas y especulaciones terribles que maquinaba su mente sin tregua alguna; ciertamente sus pesadillas se encontraban en la realidad, y cada minuto consumido agigantaba su ansiedad.

Esto no podía terminar así, no lo iba a permitir. Ryoken era suyo y de nadie más.

Dispuesto a hacer algo para apoyar a su pareja— y evitar su mal presentimiento—, se levantó de la cama poniéndose su bata azul para dirigirse al armario y sacar combinaciones horribles para el día de mañana, o, mejor dicho, para dentro de unas horas donde su amado enfrentaría su destino.

Colores brillantes, corbatas floridas, zapatos que no combinaban. No había que ser cínicos para no definir que el motivo principal del interés de Takeru por Ryoken, era su apariencia.

Yusaku no era tonto, tampoco lo ignoraba; sabía que Ryoken era altamente atractivo, que todo mundo lo miraban a donde sea que se pasearan, solo a él; llamaba mucho la atención aunque disimulaba muy bien no darles importancia.

Quizás no lo demostraba por su aparente seriedad, pero Yusaku cada vez había estado a punto de saltarles encima a sin números de esos intrusos y destrozarlos por mirar lo que le pertenecía, mas estaba seguro de que exageraba. Sin embargo, esta vez había un peligro genuino.

Poco antes de las cuatro de la madrugada, el ruido comenzó a molestar al chico de ojos azules angelicales, hasta que su psiquis fue sacada de su agradable descanso por el disturbio.

 

—¿Yusaku? ¿Qué haces?

 

—No, esto no me gusta, todavía te hará ver bien. —cambiaba el estilo sin decidir cuál horrenda combinación sería la correcta—No, esta tampoco. Mmmm ...No, aun no...

 

Ryoken se levantó adormilado.

 

—Regresa a la cama, es muy temprano.

 

—No, aun debo elegir un atuendo feo para que no se fije en ti.

 

—¿Atuendo?

 

—Esto, más este pantalón bombacho y estos zapatos viejos....umm, no, aun se ve bien.

 

—Yusaku.

 

—¿Y si conseguimos mejor un traje de payaso? A nadie le gustan esas cosas, aunque ya es muy tarde y está cerrado. Mañana dudo que abran temprano...

 

—Yusaku.

 

—Pero, pensándolo bien, son muy limpios y coloridos, o quizás....si le quitamos la ropa a un vagabundo muy temprano mañana...

 

—¡Yusaku!

 

Lo obligó a prestarle atención con el grito alterado.

El aludido lo miró por unos momentos y de inmediato bajó la mirada por culpa de su insistente escalofrío. Los sentimientos del oji-esmeralda estaban a flor de piel, pero a pesar de que deseaba llorar y tumbarse en sus brazos, su seca personalidad le impedía demostrar lo mal que se encontraba en esos momentos y el terror que lo asechaba a cada momento.

 

—Yusaku, no te preocupes, nada va a pasar.

 

—No estoy preocupado. Ya sé que no va a pasar nada pero...Mañana, por favor, viste algo feo para él.

 

—Yusaku...

 

—Por favor.

 

Ryoken suspiró, las acciones de su amada pareja conmovieron el corazón del más alto. Tomó su bata blanca y fue hasta él. Lo acogió protectoramente entre sus brazos brindándole esa confianza que tanto le hacía falta.

 

—Sabes, esta no es la primera vez que intentan obligarme.

 

—¡¿Qué?! —la información provocó que lo viera esta vez a la cara. —¿Qué quieres decir?

 

—Hace tiempo ya me había pasado. Y sé que no puede obligarme.

 

—¿En serio? —Yusaku sintió algo de alivio cuando su pareja afirmó con la cabeza, esperaba una explicación convincente.

 

Ryoken no quería volver a recordar aquello, no había sido algo terrible pero sí una anécdota incomoda. Volvió a suspirar antes de proseguir.

 

—En ese entonces estaba trabajando para SOL Technologies como programador. Al principio creí que todo el personal era muy amable conmigo y que el ambiente parecía prometer estabilidad y crecimiento pero...no mucho tiempo después de mi llegada, comenzaron las invitaciones a salir de parte de las empleadas, luego los regalos en mi lugar cada día, posteriormente las llamadas con el jefe comenzaron a ser constantes y éstas se convirtieron en idas a su oficina diariamente. Casi después del segundo mes me aumentó el sueldo y trataba de que yo conviviera más con él. —carraspeo— No voy a negar que todo eso subió mi ego muy alto y mi autoestima. Me hizo sentir importante, me hizo sentir útil, valioso para la empresa, mas todo era una farsa...

 

-Nara tiempo atrás-

SOL TECHNOLOGIES

—Pasa, Ryoken, —la entrada del peli blanco había traído dicha para aquel magnate caprichoso. El joven de ojos angelicales permaneció en silencio.

La oficina estaba extrañamente perfumada e impecable. Su jefe lucía ropa sastre nueva y joyas de oro por doquier. Extraño realmente, ya que ese hombre era muy discreto con lo que poseía, era como si quisiera que su empleado notara el estatus insultante de dinero que poseía.

El hombre robusto de 47 años se levantó para rodearlo y fantasear con su fisionomía, Ryoken miró— con cierta extrañeza repentina y nerviosismo—, al compás de aquella mirada intrusa a su persona. Entonces fue que aquel sujeto se arrodilló ante él y le mostró una pequeña caja abierta de terciopelo negro, mostraba un costoso anillo de oros con diamantes genuinos incrustados sobre un diseño único.

—Ryoken Kogami, tu belleza me ha cautivado por completo; me ha hechizado como un loco tras de tu bella forma. Mi ángel, por favor, cásate conmigo y te prometo hacerte inmensamente feliz.

La sorpresa no se hizo esperar, todo ese tiempo Kogami hijo había pensado que por sus habilidades es que había arrasado en los puestos grandes. Pero era mentira; quizás sus capacidades eran en si mediocres e inservibles y resultaba que solo por su apariencia tenía el mundo para él.

Dinero y lujos, fama y vida fácil pero.... ¿felicidad? ¿Era eso lo que deseaba?

Se sintió asqueado consigo mismo.

—No.—el hombre frente a él sintió frustración— He venido aquí a trabajar y demostrar mis habilidades así como también a aprender. Pero en mis planes no está una boda y menos con alguien como usted. Lo lamento, pero éste es el último día de mis servicios en su empresa. Buenas tardes.

Iba a retirarse pero las manos gordas de su ex jefe apresaron su delgado brazo y jaló todo el cuerpo del chico hacia él para hacerlo caer y apresarlo con su peso sobre el suelo.

—¿Escuché que dijiste que no? No, no escuché eso. Ninguna persona me ha rechazado en toda mi vida y tú no serás el primero. Sobre todo porque voy en serio contigo. —Aquel hombre estaba embelesado por el rostro de Ryoken; a esa distancia el veterano podía sentir miles de agradables sensaciones en su pecho. Ahora imaginaba cual nirvana sentiría si le diera un beso.

—Suélteme.

—¿Por qué me rechazas?

—¿Seguirá con esto? He dicho que no estoy interesado.

— Podrías tener todo lo que quisieras si solo dijeras que sí.

—¿De verdad está tan desesperado porque le corresponda?

—Haré todo lo que sea por un sí de ti.

La insistencia de su ex jefe le parecía cómica, Ryoken cambió drásticamente su forma de ser y se burló un poco.

—Que buen chiste ¿Qué le hace pensar que alguien como yo, saldría con alguien como usted? No se crea tan importante solo porque estas encima de mí y tiene dinero. Usted es asqueroso para mí.

Había sido cruel, demasiado arrogante; pero Ryoken comprendía que era mejor cortar de tajo aquellas absurdas ilusiones del magnate antes de que pasara a mayores.

Pero para el líder de la empresa solo fue un reto que estaba dispuesto a culminar. Siempre obtenía lo que quería y si no salía de su impotencia por las buenas, lo lograría por las malas.

—¡Si no lo haces, te obligare! Soy amante de las cosas bellas y tú eres una de ellas. Te casaras quieras o no.

Ryoken le habló con ironía.

—¿Y tú me vas a obligar? ¿Y dime cómo? ¿Secuestrándome? Vaya para ser el líder de una gran empresa como esta, es una pena que tenga tan corta su visión. —su mirada se volvió fría— Si salgo de aquí, avisare a las autoridades de sus amenazas. Entonces, lo investigarán a fondo, sobre todo porque usted es una figura pública. Las investigaciones llegaran entonces justo en los secretos ilícitos que tenga bajo la manga. —el veterano tragó saliva— Así es encontrarán toda su mafia y bajezas. Lo sé porque indague en sus archivos. El escándalo lo llevará a la cárcel, Pero lo grave no es la cárcel, son los diarios, las noticias, las personas; cada que salga más información de usted en las noticias, internet se encargara de destruirlo, junto con su empresa y su poder, y todo su nefasto futuro se volverá una pesadilla hasta el final. Y todo por un capricho absurdo. Usted decide.

El CEO estaba acorralado, era verdad todo pero regresó su confianza de golpe.

—Felicito tu ingenio pero, hay algo que se te ha pasado. Yo puedo comprar abogados.

—Adelante, pero dudo que el juez Specter se deje comprar. Él también está loco por mí. Haría todo lo que le pidiera.

Eso era el final, el juez Specter tenía mucho poder. Se sintió desarmado y lastimosamente tuvo que dejarlo ir.

 

Yusaku sintió esperanzas.

 

—Es por eso que decidí trabajar solo. Specter es el juez de la ciudad, muy reconocido y amigo mío. No te preocupes, no puede obligarme de ninguna manera.

 

-Por la mañana-

 

Yusaku pudo dormir solo una hora, su mal presentimiento seguía carcomiéndole el alma pese a la incierta esperanza. Viajaba de copiloto en el auto de su novio mirando la ciudad despertarse, circulaban sin ningún tema de conversación de por medio, tensando el ambiente entre ellos.

Ryoken estaba acostumbrado a que Yusaku permaneciera en silencio, pero esta vez había algo raro que los distanciaba a ambos. Su novio estaba fuertemente envuelto en una terrible paranoia.

 

—Este fin de semana iremos al lago. —rompió el silencio Ryoken.

 

Yusaku apenas le hizo caso, afirmó con la cabeza y regreso al silencio de inmediato.

 

—Ah, no estarás enojado porque no quise ponerme esos atuendos de mal gusto, ¿verdad?

 

No era eso, Yusaku realmente tenía una sirena de alerta en su interior que no paraba de sonar con insistencia. "! Regresemos, huyamos, vámonos lejos, no vayas, no te acerques más!" Toda esa histeria se guardó en su interior cabalmente. No dijo nada, ni lo volteo a ver, parecía que no quería hablar con él.

Ryoken lo dejo en paz. No tenía caso seguir insistiendo, conocía cuando se ponía en esa faceta gruñona.

Cuando menos se dieron cuenta, habían llegado.

 

Soulburn corp

-Oficina de Takeru-

 

Desde el momento que entraron, Takeru los cazaba mediante las cámaras de seguridad. Sus celos fulminaban al acompañante de su Ryoken, de inmediato dedujo que era la mencionada pareja amada que había revelado el viejo Kogami. Venían separados al principio pero Ryoken aprovechaba los momentos para tomarlo de la mano o darle un beso. Cada movimiento de esos dos le pareció insultante, apretó los puños, Yusaku debía desaparecer.

Él se vería mucho mejor a lado de Ryoken.

Por fin llegaba a su oficina.

Yusaku detuvo su andar a unos pasos de la llegada a la oficina.

 

—¿Qué pasa?

 

"No vayas, no te acerques más, ¡corre!" —Yusaku no quería parecer desesperado, necesitaba las palabras correctas para alejar a su amado de ese maniaco, necesitaba ser sutil y conciso; necesitaba convencerlo de retirarse.

 

—Ryoken...

 

—Pasa, Ryoken. —Takeru llamó oportunamente a su empleado, interrumpiendo a Fujiki y su vano intento. Ryoken le afirmó con un cabeceo, lo que provocó que Yusaku enfureciera.

 

—Espérame aquí, no tardaré nada. —Kogami hijo acarició el bello rostro de su novio, le dio un beso suave en los labios y partió.

 

Yusaku esperaba que su mal presentimiento solo se equivocara. Tomó asiento en una banca frente a la oficina y espero afuera. Al menos las puertas de aquella oficina eran de vidrio transparente, por lo que podía tener vigilado a su novio.

 

—Recibí su mensaje de parte de mi padre. —Ryoken habló fuerte y claro.

 

Takeru suspiró descaradamente. —Sí, y me alegra que te haya llegado tan rápido.

 

—¿Realmente quieres casarte conmigo? No me conoces para nada, no sabes mis gustos ni mis necesidades, o mis traumas y fetiches.

 

—Pero...Los ángeles no son malos. — se acercó tímidamente entregándole un ramo de rosas rojas. Ryoken las apartó.

 

—Sabes, tienes un mal concepto de mí, yo no soy una buena persona.

 

—Eso lo dices tú, pero yo pienso diferente. Yo creo que eres maravilloso.

 

Kogami suspiró—A veces lo que brilla no resulta ser oro. Si deseabas tener una oportunidad conmigo, antes debías saber quién soy en verdad. El dinero no me impresiona para nada y...me halaga que me escogieras pero yo ya estoy con alguien y estoy muy enamorado de él. Lamento decirte que esa oportunidad, nunca llegará.

 

—Pero...podría hacer que suceda.

 

—Lo siento, mi respuesta definitiva es no. —iba a retirarse.

 

—No puedes rechazarme después de lo que hice por ustedes.

 

—Ju, amenazar a mi padre no es algo que podamos agradecerte.

 

—No, ¿Sabes que he perdonado la deuda de tu padre y su trabajo exhaustivo? ¿Que lo haré mi socio y le daré una buena vida para el retiro?

 

—Oh, veo que me quieres chantajear con eso, pero no debiste. Mi padre no desea nada de eso, él sólo sobrevivirá, así es que gracias de todos modos. —siguió su camino pero...

 

—¿Y Yusaku?

 

La mención detuvo su andar.

 

—Él no tiene nada que ver en esto.

 

—Pero claro que sí querido, sabes, ¿Conoces la historia de una familia pobre que tenía una vaca y fue arrojada al precipicio por el alumno de un sabio samurái?

 

Ryoken alzó una ceja, se viró para ponerle atención; claro que conocía esa historia pero no sabía que quería decirle con eso.

 

Takeru prosiguió entonces una vez habiendo llamado su atención.

 

—La familia pobre dependía en su totalidad de lo que proveía la vaca, sin ella la familia no subsistiría. El samurái que pasaba por ahí junto a su discípulo se dio cuenta de la dependencia que esa familia tenía con su vaca y el ciclo ciego que esa vida les conllevaba. Por eso ordenó a su discípulo a tirarla al precipicio; cosa que hizo el chico con dudas en su cabeza. Tiempo después el alumno tuvo el arrepentimiento de haberlo. Creyó que aquello había sido una bajeza sin sentido y que había condenado a la familia a la miseria o la muerte. Un día ya no pudo más con la culpa y decidió regresar a ver a la familia y revelarles que fue él quien les había quitado el sustento de toda su vida, que quería ayudarlos y ofrecer disculpas pero, cuando regresó, la familia tenía riquezas. ¿Sabes por qué la familia creció en vez de perecer sin su forma de vida habitual?

 

—Ellos eran demasiado dependientes de lo que proveía su animal que no visualizaron el alcance de sus propias habilidades. Se vieron en la necesidad de desarrollarlas para crear el éxito que tenían ahora.

 

Takeru le regaló una amigable sonrisa y afirmó con la cabeza. —Así es, y yo veo una enorme dependencia de tu parte con aquella "vaca" que dices amar.

 

Ryoken se tensó de inmediato, los monitores que estaban incrustados en la pared se encendieron y todos mostraban diferentes ángulos de Yusaku que esperaba pacientemente afuera.

 

—¡No!

 

—Sin la vaca, tú también puedes avanzar, mi amor.

 

Ryoken rápidamente corrió hasta Fujiki, le advirtió con un grito que se quitara de donde estaba pero fue demasiado tarde. Una bala proveniente de algún lugar impactó en el cuerpo de Yusaku derribándolo al instante y provocando a su vez caos en todo el edificio.

 

—¡AHHH! —Yusaku sintió la bala dentro de su cuerpo quemarle cada célula de su hombro izquierdo, la sangre salía escandalosa y solo podía agarrarse ese lugar y gemir de dolor.

 

—¡Yusaku! —Ryoken ya tenía entre sus brazos a su amado, ambos aterrorizados por lo que había ocurrido.

 

Entonces Takeru se acercó a la pareja para mirarlos de manera imponente.

 

—La próxima vez podría "arrojarla definitivamente al precipicio".

 

—¡Estás demente!

 

—Puede ser, pero también puede que yo simplemente tenga la visión de un samurái.

 

Ryoken estaba incrédulo, ese hombre era muy peligroso, ni siquiera le importó el escándalo en sus propias oficinas, sin duda ese chico no sabía lo que era el miedo o las consecuencias.

 

Yusaku hizo un esfuerzo sobrehumano para estrujar las ropas de su amado e implorar. —Ryoken, no, no caigas en su juego, por favor...

 

Pero el estado grave de su amado tenía alterado al hijo del profesor.

 

—Por favor, no lo dejes morir. —Ryoken suplicó al CEO.

 

Takeru suspiró profundamente cuando esos hermosos ojos azules se posaron en su figura y suavizó su voz en un intento de agradarle al más alto.

 

—Realmente tienes unos ojos hermosos. Pero no creo poder hacer nada por él a menos que, bueno...aceptes mi proposición.

 

—¡No, no aceptes! ¡No, no aceptará! !Ahh! —el dolor era muy agudo, la falta de sangre lo iba debilitando.

 

—El tiempo corre, Kogami Ryoken. Aprende a hacer algo diferente y salva a tu familia de la hambruna. —dijo como alegoría. Aún seguía con el cuento de la vaca. Sabía a lo que se refería.

 

Ryoken no tenía salida; había sido testigo de lo que esa persona era capaz de hacer con tal de satisfacer su capricho. Era peligroso, cínico, sádico, dispuesto a pasar por sobre cualquier inocente sin misericordia alguna. Jamás aceptaría casarse con una persona así pero la situación no le dejaba opciones.

Afirmó con la cabeza ignorando las negativas de su amado novio.

 

—Me casaré contigo.

 

La decisión más difícil de su vida y el principio del infierno.

 

Notas finales:

 

 Gracias a mi waffle Sofí Lopez (Yugi-chan)  por quitarme el bloqueo mental, me divertí mucho jajajaja <3 <3 <3 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).