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Venganza por ReiraUchihaHerondale

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Notas del fanfic:

One shot hecho para el reto, quería terror, y despues de mucho batallarle con las ideas, aqui esta.

Notas del capitulo:

Aquí estamos con el reto terrorífico, se me complicó un poco, ninguna idea terminaba por convencerme. Quería definitivamente algo de terror acorde a la fecha, y bueno espero que les guste.

 

Pareja: SasuNaru

Disclaimer: Naruto ni sus personajes me pertenecen, son obra de Kishi-troll, yo solo los uso porque amo ver enrollados a Sasuke y a Naruto.

                        El sudor corría por su frente, inmóvil como se hallaba, amarrado, y sobre aquella especie de tortilla, como si fuera un delicioso taco, solo le anunciaba su fin. Si, tal y como leen de alguna retorcida manera que aún no comprendía había terminado como el alimento de aquel misterioso y atractivo vampiro que se disponía a comérselo.

Literalmente.

― Suéltame bastardo ― clamó, no se lo dejaría fácil, de ninguna manera.

― Acéptalo, Zorrito no tienes escapatoria.

― ¡JAMÁS! Mientras haya vida en mi pecho, no me rendiré. No seré el alimento de un sucio vampiro como tú.

Por toda respuesta el vampiro de mirada bruna, sonrió y se acercó lentamente. Lo tomo y cuando estaba a punto de comérselo susurro ― Eres mío Naruto, y nada puede evitarlo. Recuérdalo, siempre lo has sido.

Y entonces… se despertó.

¡Mierda! No volvería a ver películas de terror con sus amigos, había estado teniendo sueños raros, aquel había sido el peor.

Pero había algo que era recurrente, el azabache de ojos tan negros que siempre le provocaba un escalofrío.

No lo conocía, jamás le había visto y sin embargo, siempre estaba presente.

Miró su móvil para checar la hora, si no se paraba llegaría tarde al colegio. Hacía dos meses que él, y su padre se mudaron.

Su madre había muerto en circunstancias misteriosas, por lo que optaron que la mejor opción era irse de aquel lugar intentando tener un nuevo comienzo.

Sabía que su padre aún echaba en falta a su madre, lo escuchaba llorar por las noches y últimamente le había por beber de más.

Tenía que esforzarse, su padre le necesitaba y él también necesitaba que todo estuviese bien de nuevo.

Al bajar le encontró cocinando ― Oh Naruto, has bajado siéntate el desayuno está listo ― dijo presentándole  un plato donde había unos pancakes, o intentos de estos.

― Eh, gracias pa, pero ya voy tarde como en el colegio ― dijo y salió apresurado.

― De acuerdo, no te entretengas demasiado. ― dijo gritando al ver que su hijo se iba.

Suspiro ― Ah, querida Kushina que difícil es esto ―miro los pancakes, que había hecho estos parecían ¿caras?, ¿elefantes? era eso un ¿perro? ― no deben saber tan mal ― tomo uno y al probarlo su instinto fue escupirlo, y lo hizo en el primer cesto de basura que encontró. ― mejor comprare algo fuera.

Aún no podía superar la muerte de su amada esposa, pero es que fue tan extraño, aun podía recordar llegar a casa y encontrar está vacía, extrañado busco a su esposa hasta que la halló de lado recostada en la cama, la llamó pero no le contesto cuando se acercó y la sintió fría y al moverla…

El recuerdo aún le perturbaba, podía escucharse gritando, lo que fuera el rostro de una hermosa mujer, se había deformado.

De un extraño color grisáceo, sus hermosos ojos violetas ahora fijos en una mirada aterrada, pero su boca. ¡Oh Dios!, aún tenía pesadillas, se hallaba abierta hasta incluso desgarrarse la cara.

Su esposa había muerto de un infarto, pero era su cara transformada en una mueca de terror la que había trastornado a propios extraño.

Kushina Uzumaki, literalmente murió del susto. Por eso tomaba, porque por las noches despertaba gritando y llorando debido al recuerdo, porque le perseguía en sueños, podía verla en sueños diciéndole ¿Porque no me salvaste Minato?

¿Porque?

 

 

 

 

            A Pesar de ser nuevo,  Naruto logro hacer amigos con suma facilidad era alguien con un gran carisma, y eso ayudaba mucho.

Aunque ciertamente aún no superaba la muerte de su madre, intentaba seguir adelante.

Al llegar a su salón noto a sus amigos en un círculo reunido, se acercó a ellos curioso. ― Buenos días chicos ― saludó con entusiasmo.

― Naruto, que bueno que llegas ¿tu si le entras?

― ¿A qué ttebayo?

― Como sabes, se acerca Halloween., y estamos pensando ir a la mansión embrujada como un reto, ya sabes para probar nuestro valor y de paso hacer una pequeña fiesta. Piénsalo ¿qué mejor lugar que una mansión embrujada? ¡Sera fantástico!

― Bueno, no suena mal.

La verdad, las historias de terror no eran lo suyo, las películas que les había dado por ver acorde a la temporada, le habían afectado.

― Bueno no sé, tengo que pedir permiso ― soltó algo nervioso.

― Vamos Naruto, di que sí. ― Insistió Kiba, un castaño con el que había hecho buenas migas.

― De acuerdo.

Pero Naruto, no tenía idea de lo que le esperaba.

 

 

 

       ¿Porque Carajos había aceptado aquella locura? Ah sí, probar su valor. Miro la casa frente a sí, y sintió un estremecimiento en su espalda. Era una Mansión antigua, de esas que la gente rica y pomposa solían usar, aunque hoy parecía más la mansión del conde Drácula que otra cosa.

Estaba descuidada, tenía un color verde oscuro en la fachada o al menos en algún momento lo fue, los dos grandes ventanales carecían de cristales, y los pocos que había estaban rotos. Cortinas negras se podían distinguir, aunque estaban llenas de polvo.

Abrieron la puerta para entrar, estas soltaron un extraño ruido, el interior no estaba mejor que el exterior, viejos y desvencijados muebles estaban tapados con sábanas, que en algún tiempo fueron blancas.

Recorrerla les llevo algo de tiempo, era muy grande, tenía demasiadas habitaciones, pero cuando entraron el sótano al final no pudieron entrar, no le tomaron mayor atención y regresaron al frente donde pensaban llevar a cabo la fiesta.

― Y bien, Kiba, ¿Qué sugieres que hagamos primero?

― Pregunto Shino, otro de sus amigos.

― Busquemos alguna mesa, ahí pondremos las bebidas y las botanas, también hay que armar el equipo de sonido para la música.

― Yo me encargo de buscar la mesa ― dijo un joven pelirrojo, Gaara era su nombre.

― Y yo del sonido, seré el mejor DJ. Pondré todo mi esfuerzo ― dijo con entusiasmo un pelinegro que tenía el cabello negro en un peculiar corte, que parecía un tazón. Finalizó levantando el pulgar.

No planeaban limpiar la casa, en realidad solo dejarla medio decente para la fiesta, a Naruto le parecía extraño que una casa tan grande, estuviese desocupada.

Era enorme, además había una especie de casa pequeña para servidumbre, una cabaña, y un gran y amplio jardín que parecía más un bosque debido a lo descuidado que estaba.,  aunque ciertamente si estaba cerca del bosque, ya que se hallaba en lo alto de una especie de cerro, y la parte trasera de la casa estaba pegada al bosque de Konoha.

― Me pregunto, ¿porque esta casa no tiene dueño? ― O al menos eso le dijo Kiba, cuando le expresó su preocupación por que los dueños fueran a llegar.

― No tiene dueños ― le dijo.

― Que raro dattebayo.

― La casa está embrujada.

Sobresaltado se giró hacía la grave voz, un joven estaba entre las sombras y no alcanzaba a distinguir del todo bien su  rostro.

Cuando el extraño al fin se dignó a aparecer frente a él, Naruto sintió como cada fibra de su ser se estremeció, y se tuvo que contener de gritar.

Frente a él, estaba nada más y nada menos el mismo sujeto que se le aparecía en sus sueños últimamente.

― Tú, ¿cómo?

― Que elocuente, dobe. ― sonrío burlón.

Uzumaki frunció el ceño ― No me digas dobe, teme. ¿Quién eres?

― Un invitado

― No te conozco, ¿eres amigo de Kiba?

El azabache tan solo se limitó a encogerse de hombros.

― Olvídalo ― dijo y comenzó a retirarse, ese sujeto en verdad que le causaba miedo y no sabía explicarlo.

― ¿No te interesa saber la historia de la casa? Oh eres un gatito asustadizo. ― dijo con sorna picándole.

― Yo no tengo miedo ― gritó el rubio. ― Además esas son tonterías, yo no creo en esas cosas.

― En esta casa habita un demonio, y los anteriores dueños siempre terminan huyendo, claro si sobreviven ― sonrió perversamente, parecía disfrutar de aquello.

― ¿Como si sobreviven?

― La mayoría termina muerto de manera misteriosa, suicidios, asesinatos. Solo uno sobrevivió, y terminó loco., lo internaron después de que mencionara que había visto un demonio de ojos negros.

La manera de mirarle, ¡Oh Dios! No sabía explicarle era tan extraño, no sabía explicarlo le atraía pero a la vez le provocaba terror.

― Será mejor que me vaya, la fiesta va a comenzar, diviértete eh ― dijo al aire pues aquel chico no le había comentado su nombre, ahora que lo veía mejor parecía estar disfrazado como de un lord de la época antigua, pantalón negro, combinado con unas botas altas del mismo color, el complemento era una camisa, de esas con holanes que solían usar en aquella época, la cual de igual manera era negra. ¿No sabía usar otro color? Todo eso contrastando con su blanca, casi fantasmal piel.

Era atractivo sin duda, pero tenía un aura peligrosa, no corrección, aterradora es la palabra correcta.

― Sasuke, me llamo Sasuke ― y sonrió.

Naruto casi se hace encima del susto ¡Sasuke! eso era imposible, cómo era posible que el sujeto frente a él, tuviera la misma apariencia y nombre de aquel que le atormentaba en sueños. Sin dudarlo más salió prácticamente corriendo.

Si Naruto hubiese girado, se habría percatado que no había nadie en aquel lugar.

 

 

 

         La fiesta parecía un éxito, a pesar de que cierta incomodidad acompañaba al rubio al final entre la compañía de sus amigos, el alcohol y el ambiente se había terminado relajando ahora bailaba al ritmo de la música.

En un momento, cuando la llamada la naturaleza hizo su aparición decidió ir al baño, se encontraba lavando sus manos después de terminar.

― Nos vemos de nuevo ― susurraron a su espalda, casi termina pegado al techo del susto.

― ¡Sasuke! ― exclamó al ver al mismo sujeto ― Teme, casi me matas de un infarto. ― dijo con molestia, mientras intentaba regular los latidos de su corazón.

― Oh no, tengo mejores planes para ti que esos.

―De que… ― No pudo continuar, es como si se hubiese quedado sin habla.

― Bésame ― ordenó, Naruto quiso gritar salir corriendo, ¡pero no podía moverse! su cuerpo no le respondía, en cambio se movió por sí solo, como si estuviese en una especie de hechizo.

Y le beso, esto era simplemente inverosímil, ¡No podía estar pasando!, tenía que ser un sueño, si es era en cualquier momento despertará en su cama.

― Me temo, que esto no es un sueño mi querido Naruto, he esperado tanto por esto. ― Y volvió a besarle, con una pasión arrolladora que sentía que lo consumiría en cualquier momento.

Y entonces el terror empezó.

Naruto fue sacado del aturdimiento en que estaba cuando escuchó los gritos, quiso hacer algo lo que sea, pero seguía sin poder moverse.

¡Qué carajo estaba pasando!

― Quieres ver el espectáculo ― sonrió y, al mirarlo los ojos pudo ver algo que le helo la sangre eran ojos llenos de maldad, hablaban de crueldad y horrores.

Al siguiente segundo se hallaban en la sala, en la parte de arriba flotaban mientras el pelinegro le sostenía y sonreía satisfecho.

Pero al mirar, ¡Santo! de poder gritar lo habría hecho, una especie de criaturas salidas de los peores cuentos de terror se hallaban masacrando a sus amigos. Con cuerpos como de cerdo, pero cabezas de hombres completamente deformes, tenían tres cuernos largos en sus cabezas, piernas como de león y en la espalda unas alas que ocupaban para volar y perseguir a quienes buscaban correr.

Nadie podía huir las puertas habían sido cerradas, y las criaturas les estaban despedazando, literalmente, la bilis casi sube a su garganta al ver la cabeza del que fuera Kiba, en cuyo rostro había un rictus de terror que solo podía provocar pesadillas.

― Naruto ― Su amiga Hinata parecía poder verlo, pero antes de poder huir una de las criaturas la tomó, la elevo y en el aire se encargó de despedazarla.

Iba a perder la conciencia, esto era demasiado.

― Déjame que te cuente una historia ― dijo el pelinegro. 

Hace muchos, muchos años existían dos amigos que se querían mucho, algo natural si se toma en cuenta que crecieron juntos. Sin embargo sin poder esperarlo al crecer esos jóvenes se enamoraron, pero en aquella época algo como eso era algo antinatural, un error, una aberración.

A pesar de eso ellos se amaron con ternura y pasión, siempre buscando momentos robados para verse.  Sin embargo al llegar a cierta edad, los padres decidieron casarlos, pero ellos se negaron.  ¿Cómo podían atreverse a rechazar semejante oferta?, los padres no lo entendían, nadie se lo explicaba pero entonces los descubrieron.

Los padres sintieron asco y vergüenza por sus hijos, los desconocieron, ellos solo querían estar juntos, ser libres de amarse.

Si tan solo los hubiesen dejado irse, pero les entregaron, fueron encerrados en un manicomio para ser curados, pero en lugar de eso fueron torturados.

Les hicieron las peores cosas que puedes imaginarte, uno de ellos, quien siempre fue el más positivo, el más dulce de los dos, quien siempre tenía una sonrisa en el rostro, quien esperaba lo mejor del futuro, perdió la batalla, se rindió.

Murió, y su amante no lo soporto, el también estaba débil sabía que no le quedaba mucho tiempo más, así que eligió lo que para él fue una solución, lleno de odio, venganza e ira invoco a un demonio.

Kurama quien fue quien escuchó la súplica de esa alma marchita apareció, ¿Que deseas? pregunto.

Venganza, quiero que quienes nos han hecho paguen de la peor manera.

Kurama sonrió perversamente, el alma de aquel joven tan marchita, tan oscura ahora le sería de mucha ayuda, no solo le ayudaría, le convertiría en uno de ellos.

Y también yo… deseo volver a verlo, quiero encontrarlo.

No solo cumpliré tu deseo, tú mismo te encargarás de ello. Tengo un trato que no podrás rechazar.

El joven puso atención. Tendrás tu venganza, y él será tuyo para siempre solo debes renunciar a tus creencias, recházalas y tendrás un poder como el que jamás podrás imaginar.

El joven tomó la mano de Kurama en señal de aceptación, ya no le quedaba nada, había caído en la oscuridad y nada podría sacarle de ahí.

Los nombres de aquellos jóvenes eran:

Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto.

 

El rubio soltó un jadeo, como si de un interruptor se tratara todo vino a su memoria, como recuperar una parte de él.

Él también había deseado reencontrarse con él, pero no de esa manera, había esperado que se volverían a ver y la historia sería distinta, ¡Oh Dios! pero ahora era imposible.

Aquel no era más el Sasuke del que se enamoró, era un demonio cruel y despiadado.

― Primero me encargue de los desgraciados del manicomio que nos torturaron, sufrieron diez veces todas y cada una de las cosas que nos hicieron, y al final fueron consumidos por las llamas.

Luego me encargue de toda mi familia, no quedó nadie. El apellido Uchiha se perdió para siempre, me encargue de tu familia también sin embargo Kurama me pidió que dejara vivo a alguien de otra manera sería difícil que renacieras.

Me tomo tiempo encontrarte, pero al fin pude lograr que llegarás a mí, nada es una casualidad cada evento de tu vida te ha traído a mí.

Naruto le miró con horror eso significaba que su madre…

― Si, yo la maté era un sacrificio necesario. ― lágrimas de rabia, impotencia y dolor acudieron a los ojos azules. ―Ahora ya nada podrá separarnos, estaremos juntos por toda la eternidad. Serás mío para siempre. ― Y volvió a besarle.

Naruto solo quería huir, aquello no podía estar pasándole. ¿Cómo pudo terminar así?, sería su muñeco, su títere un maniquí sin voluntad a sus órdenes.

Eso no es lo que quería, eso no es como debió ser, porque él también lo pidió, deseaba verle de nuevo.

Pero así no, Sasuke. Así no.

 

 

 

            Minato creía que iba a volverse loco, no podía creerlo primero su amada Kushina ahora Naruto.

Tuvo que haberlo cuidado mejor, cuando vio a los oficiales de policía pararse en la entrada de su casa. Sintió como se le iba el alma. 

Fue una masacre le dijeron, todos los amigos de su hijo estaban muertos, y se sospechaba que el rubio también aún no habían identificado los cuerpos, o lo que quedaba de ellos.

Tenía que ser una maldita pesadilla.

― Perdóname Kushina, perdóname Naruto ― El rubio se mecía, mientras repetía esas palabras como mantra.

 

 

 

                     Después de la tragedia acontecida en aquella mansión nadie se atrevía a acercarse, la policía cerró el caso diciendo que fueron unos lobos los que entraron.

Nadie se lo creyó, pero no tenían más pistas y nadie se atrevía a indagar más. Se dice que si pasas cerca, aún se escuchan los gritos de los chicos que fueron asesinados, pero si prestas más atención, unas palabras se alcanzan a escuchar.

Así no, así no era.

 

En tus sueños me aparezco,

Poco a poco me adueño de ti

En mi juguete te convertirás

Y mío serás por la eternidad...

 

FIN…

Notas finales:

Sí que fue un verdadero reto, porque las ideas que se me ocurrían al ver la imagen (que es la portada) solo se me ocurrían cosas graciosas/románticas, o hard. Pero yo quería terror, tenía que hacerlo.

Tengo poca experiencia, poco he escrito de este género pero no le desconozco del todo. Espero que les haya gustado.


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