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Gustos raros (Kyman). por roses-wept

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La fiesta estaba en su punto máximo: varios chicos estaban ebrios, tropezando, bailando, besándose, hablando de temas profundos o simplemente de temas que usualmente no compartirían. Un grupo se había formado y estaban al fondo jugando verdad o reto; Kenny estaba ahí. Kyle lo observaba con su bebida en la mano, con una expresión de disgusto y desconcierto, mientras Stan permanecía a su lado preguntándose qué estaba mal.

 

- Es que no entiendo. ¿Por qué Kenny está jugando verdad o reto? ¡Había pensado que estaba interesado en Butters!

 

- No lo sé, amigo -dijo Stan algo confundido, pero sin darle demasiada importancia-, los intereses de Kenny cambian rápidamente. No es algo que deba sorprenderte.

 

Se encogió de hombros y le dio un sorbo a su bebida.

 

- Pero Butters va a estar muy decepcionado...

 

- ¿A quién le importa el marica de Butters? -hizo su aparición Cartman.

 

- Nadie te llamó, culón.

 

De pronto, Kyle estaba enojado.

 

- ¿No deberías estar jugando para ver si consigues besos fáciles?

 

- Nah... No hay nadie que me interese. No ahí. ¿Por qué no te relajas y te diviertes para variar, "Kahl"?

 

- Mi nombre es Kyle, y no podemos dejarlo ahí. Va a hacer alguna estupidez y va a arruinar todo lo que ha avanzado con Butters.

 

- ¡Ja! ¿Avanzar? ¿Avanzar para qué? ¿Para acostarse con él? Todos sabemos que Kenny es una puta y que se tira todo lo que se mueve.

 

- ¡Cierra la boca, Cartman! Yo sé que Kenny es mucho mejor que eso. ¡Los he visto! Sé que Kenny de verdad está interesado en él. Solo que... tal vez... está demasiado borracho para pensar claramente.

 

Su voz se había vuelto insegura de pronto.

 

- Kahl, Kahl, Kahl... Mi dulce Kahl... Qué ingenuo eres. ¿Cuánto quieres perder esta vez?

 

- ¿Así que quieres apostar? Apostaré lo que sea, Cartman. Solo tengo que ir ahí y hablar con él. De seguro hay una buena razón para todo esto.

 

- Si estás tan seguro, firma un contrato.

 

El recuerdo de la experiencia de Imaginacionlandia lo hizo dudar.

 

- ¿Qué pasa, Kahl? ¿No estás seguro de lo que dices? ¿Tienes miedo, Kahl?

 

- Claro que no, culo gordo. Trae el estúpido contrato.

 

Cartman se marchó con una sonrisa de triunfo y al poco rato volvió con el dichoso contrato. Kyle lo revisó. Le había hecho algunas modificaciones, pero era muy parecido al de hace unos años.

 

- Escribe lo que quieras que te pague, Kyle -este miró el espacio en blanco y lo llenó con lo que deseaba. Cartman lo leyó en voz alta.

 

- Eric Cartman vestirá lo que Kyle le indique que vista y usará maquillaje para bailar en la fiesta de graduación de su generación, a la cuál asistirá obligatoriamente. Bien pensado -sonrió de lado y escribió en el espacio en blanco reservado para él.

 

- Kyle Broflovski le chupará las bolas a Eric Cartman hasta que este esté satisfecho... ¡¿En serio, Cartman?!

 

No hubo tiempo para que alguno de los dos dijera algo más.

 

- Hola -apareció Butters, sonriente como siempre.

 

-¡Butters! -sonrió Cartman con una sonrisa maliciosa, mientras la cara de Kyle reflejaba nerviosismo y Stan tan solo se mantenía expectante-. ¿Dónde has estado, mi buen Butters?

 

- Oh, solo estaba con Craig y los chicos. Estamos planeando hacer algo divertido -dijo con una risita traviesa-. ¿Quieren ayudarnos?

 

De pronto Stan dejó atrás su calma, sumamente interesado.

 

- ¿Qué? ¿Ese marica quiere hacer algo genial? ¿Qué le hace pensar que puede superarnos?

 

Los ojos de Kyle también se encendieron, pero entonces Cartman...

 

- Butters -dijo en tono cantarín.

 

- ¿Qué pasa, Eric? -dijo con la misma sonrisa.

 

- ¿De casualidad has visto a Kenny?

 

- ¿Kenny? -de pronto Butters se vio atento-. No lo he visto desde hace rato -dijo mirando a su alrededor-. Tal vez... ¡Oh! ¡Mira! ¡Ahí está! Jugando... verdad o reto...

 

La mano que hace poco había señalado hacia Kenny bajaba lentamente, mientras Butters se quedaba ahí, de pie, de pronto con una mirada triste. Kyle le lanzó una mirada dura a Cartman.

 

- Tranquilo, Butters, eso no significa nada -dijo poniendo su mano en el brazo del otro-. Vamos para allá, en cuanto te vea dejará ese estúpido juego.

 

La mirada de Butters bajó, con aspecto más triste.

 

- Kenny -lo llamó de manera severa su amigo. El chico de la parca giró y lo miró levemente sorprendido.

 

- Kyle... ¿Se te ofrece algo?

 

- No, nada -dijo con tono de voz molesto-, solo quiero saber qué haces...

 

Kenny se veía confundido.

 

- ¡Butters! ¿Qué haces aquí? No me digas que... ¿vas a jugar?

 

Butters se veía dolido.

 

- Yo... yo pensé que... Pensé que nos gustábamos, Kenny -soltó, animándose a verlo a los ojos. Kenny abrió más los suyos  y luego, se veía notoriamente culpable.

 

- Y me gustas, Butters, pero yo no quiero nada serio contigo. Yo solo quería... tú sabes.

 

Los ojos de Butters se pusieron llorosos y salió de ahí lo más rápido que pudo.

 

- ¡Butters! se escuchó gritar a Kenny. Kyle lo miraba transmitiéndole toda su decepción.

 

- Eres un idiota, Kenny.

 

De pronto lo habían dejado solo, y lo único que se le ocurrió hacer fue correr detrás de Butters, pero eso no lo vio Kyle, que caminaba hacia sus otros amigos con la cabeza gacha.

 

- ¿Qué pasó? -preguntó Stan, desconcertado.

 

- Kenny es un idiota, amigo. Cartman tenía razón...

 

Fue cuando dijo lo último que recordó lo que eso significaba. Alzó la mirada y se encontró con su sonrisa de victoria. Tragó en seco.

 

- No te preocupes por eso, mejor vamos a planear algo. Hay que recordarle a esos idiotas quienes son los mejores.

 

- Espera un momento, Stan, Kyle y yo tenemos un asunto que atender -dijo con la misma sonrisa de satisfacción. Su amigo de gorro azul pasó sus ojos llenos de pánico de Cartman a Kyle, quien miraba al primero como su supiera que estaba condenado.

 

- ¿Qué? Amigo, ¡no pensarás en hacer eso!

 

- Oh... claro que sí -dijo Cartman antes de pasar su brazo sobre los hombros del más bajo y dejar a Stan con una expresión de horror en el rostro.

 

Cartman guió a Kyle hasta una de las habitaciones y cerró detrás de ellos la puerta, con seguro.

 

- ¿Y bien, Kahl? ¿No piensas resistirte esta vez?

 

El chico no dijo nada, con sus ojos clavados en el piso.

 

- Oh, vamos, Kahl, no luzcas tan desanimado. Solo vas a chupar mis bolas.

 

Entonces Kyle se obligó a enfrentarlo con una nueva expresión de determinación.

 

- Pero con nada de cámaras en esta ocasión, Cartman. No quiero que hagas un circo de esto.

 

El otro se encogió de hombros.

 

- Bueno, eso no me importa, con que te humilles como debes me basta.

 

Luego caminó hasta el borde más cercano de la cama y se sentó con las piernas abiertas.

 

- Vamos, Kyle, no querrás hacer esperar a Stan, ¿o sí?

 

Kyle lo fulminó con la mirada, deseando que Cartman supiera cuan grande era su odio, pero entonces agachó la cabeza y avanzó hasta que quedó frente a él. Se hincó, quedando entre sus piernas, y lo miró como confirmando que eso era en serio. La sonrisa de suficiencia de Cartman parecía indicar que así era, de modo que suspiró  y comenzó a bajar el cierre. Se llevó una gran sorpresa cuando abrió el pantalón y a través del boxer notó que su tan odiado amigo estaba semi erecto.

 

- Eres un enfermo, Cartman -le dijo entre disgustado e indignado.

 

- No veo que hagas lo que tienes que hacer, Kyle... -dijo en tono cantarín, de nuevo.

 

¿Tanto te gusta ver sufrir a los demás?

 

Y entonces bajó el cierre. Ahí estaba, la entrepierna de la persona que de vez en cuando la exhibía  debido a sus estupideces. Recordó la vez que jugaban a ser ninjas y una pequeña risa se le escapó; una de las pocas veces que le ganó a Cartman. Pero no estaban en ese momento, era uno muy diferente: un de sus mayores derrotas. ¿Cómo iba a empezar? Sintió un fuerte cosquilleo en el estómago y se sonrojó. Su respiración se volvió agitada.

 

- Estoy esperando, Kyle...

 

El chico pelirrojo no quería tocar más de lo necesario, así que bajó lo más que pudo y dio una pequeña lamida a la parte baja del escroto, evitando por completo lamer o tocar el pene. Al no haber aparente respuesta o comentario por parte de Cartman, Kyle continuó dando lamidas, desplazándose poco a poco hacia la parte de arriba de los testículos.

 

Su cara se había puesto completamente roja. La sensación de la piel rugosa en su lengua era muy extraña y podía percibir el aroma que desprendía el miembro del muchacho. De pronto, le nació la preocupación de que Cartman lo estuviera grabando sin su consentimiento, de modo que levantó la vista. No, no había rastros de cámara alguna, pero entonces se dio cuenta de que el pene de su más odiado amigo estaba ahora completamente erecto. Sus ojos se abrieron, comunicando perfectamente su impresión y entonces, se encontró con la sonrisa de Cartman. Sí, era una sonrisa sádica, de triunfo, y un leve y apenas notorio sonrojo.

 

- Continúa, no te he dicho que te detengas.

 

Kyle expresó mientras tanto su gran molestia, pero continuó con lo que estaba haciendo.

 

- Los estás lamiendo, pero no veo que los chupes... Mételos en tu boca.

 

Kyle lo vio como si estuviera loco, deteniéndose brevemente, pero entonces apretó los dientes y lo complació. Primero lamió y consiguió meter a su boca el testículo izquierdo, estremeciéndose al sentir la redonda forma entre sus labios; luego metió el derecho, rozando el pene con su nariz por accidente. Notó un tirón hacia arriba en ese momento y un débil jadeo.

 

Su cara enrojeció aún más. Siguió con su tarea, ya sin importarle los demás roces de su nariz con el cálido tronco de Cartman. Este había empezado a mecer su cadera y Kyle se negaba a mirarlo a la cara. Recordó al viejo Cartman, ya no tan parecido al del presente, mucho menos robusto y una cabeza más alto que él. Había notado también que su pene había crecido y dudaba que siguiera siendo uno de los penes más chicos de la escuela.

 

Un nuevo jadeo cuando el pene rozó la frente y el cabello de Kyle. Algo húmedo quedó ahí, sobre su ceja, y su cara sonrojada fue nuevamente de indignación. Dejó de hacer lo que hacía y se separó, con la boca abierta, listo para reclamar, pero entonces el otro chico, con la boca entreabierta  y la mirada cargada, lo tomó de la nuca y lo atrajo hasta que su pene quedó completamente oculto en su boca. Un gemido de Cartman, una arcada de Kyle y una serie de movimientos guiados por el más alto de los dos, que con la mano aferrada al cabello de la nuca del otro, atraía y alejaba su cabeza mientras hacía movimientos sutiles con la cadera.

 

Su sabor... no sabía cómo describirlo; solo sabía que era ácido y viscoso, y que para su sorpresa, no le causaba asco. De hecho no le molestó que le otro hiciera con su cuerpo lo que quisiera y que metiera su pene repetidas veces en su boca. Tampoco le importó que continuara jadeando con cada roce, ni que su otra mano comenzara a recorrer su cabeza, pasando sus dedos entre los rizos de su cabello hasta tirar su gorro. De hecho, él mismo había empezado a jadear, con los ojos llorosos por la desagradable sensación de la punta del pene golpeando contra su garganta.

 

Entonces los movimientos se volvieron frenéticos. Las dos manos grandes de Cartman se posaron a ambos lados de su cabeza  con firmeza, mientras movía ya con descaro su pelvis.

 

Había llegado el punto en el que Cartman ya no sacaba mucho su miembro, de modo que ahora era un continuo golpeteo en la garganta de Kyle. Apenas y podía respirar. Se aferró a los muslos de Cartman, con lágrimas en los ojos y por fin lo miró, pidiéndoles silenciosamente que se detuviera. Pero eso no pasaría, lo supo cuando se percató de la mirada fija de Cartman, llena de lo que cualquiera identificaría como deseo o lujuria. Kyle se preguntó si acaso disfrutaba de verlo así, cuando lo vio morderse el labio y sintió que acariciaba su cabello, retirando algunos mechones de su frente.

 

Entonces sintió que pulsaba. El pene de su amigo más odiado palpitaba con violencia dentro de su boca y con algo de alarma lo vio venir: Cartman gimió con fuerza y Kyle no tardó en sentir un líquido espeso bajar por su garganta. Inmediatamente trató de separarse, pero Cartman no lo permitió: lo sujetó más fuerte, manteniendo su miembro lo más adentro posible.

 

Finalmente lo liberó y Kyle cayó hacia atrás, tosiendo desesperadamente. Limpió las lágrimas de sus ojos rápidamente, en lo que escuchaba a Cartman respirar con alivio y cerrar su pantalón.

 

Kyle se puso de pie, evitando claramente cualquier contacto visual. ¿Qué había hecho? El otro se levantó y entonces, el pelirrojo se obligó a lanzarle una mirada desafiante. Ahí tenía de nuevo esa asquerosa sonrisa. Este le acarició la mejilla y para su sorpresa le dio un rápido beso en los labios.

 

- Te estaré esperando si tienes algo que decirme, Kahl -dijo confiadamente y salió del cuarto, dejando solo al confundido Kyle.

 

- ¿Decirle algo?

 

Miró hacia abajo. No solo había sido su mudo consentimiento a la felación, sino lo que se notaba en sus pantalones.

 

- ¡Mierda!

 

Humillante, no había otra palabra. Le había dado más de una satisfacción al estúpido de Cartman.

 

Con frustración notó cómo palpitaba su necesitada erección.

 

¿Acaso soy masoquista?, se preguntó y se recostó con las manos cubriendo su cara. No iba a masturbarse, no después de eso. Claro que no.

 

 

Notas finales:

La historia está en Wattpad  :v  por si a alguien le interesa  ;)


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