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Mi nombre es Zim y soy un gato… por Alice Luna R S

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Detesto a lo humanos nunca deje que me capturaran sentía repulsión por esos gatos que dejaban agarrar y mimar por ellos, es tonto y estúpido nunca me convertiré en un animal doméstico jamás…

Un día cualquiera un olor peculiar llamo mi atención una casa grande y me extrañaba que hubiera tantos gatos aquí afuera…

-Que es este lugar??? - Pregunte a uno de los gatos que se encontraban.

-Es una casa cualquiera pero el dueño es realmente amable-

No importaba a quien le preguntara las respuestas eran siempre las mismas, amable, cariñoso, nos da de comer, oyendo eso aumentaba mi curiosidad así que decidí  esperar para conocer a la persona que causaba tanto escándalo, hasta que por fin apareció…

Cuando me vio se alegró que hubiera un miembro más en la familia que tontería, cuando intento tocarme me aleje y le gruñí el me miro preocupado me sentí mal por un segundo pero jure por mí mismo no ser tocado por un humano no importa lo amable y cariñoso y atento y apuesto que este sea…

Con el paso del tiempo pude conocerle su nombre era Dib un chico cabezón que vivía con su padre y su hermana Gaz, también después de ese día fueron múltiples las veces en las que intento acercarse a  mí pero igual que la primera vez me alejaba aun que ya no le gruñía…

Pese a eso él era una persona que me gustaba aunque nunca lo admitiera delante de los demás así que ideé un plan para deshacerme de los demás, de la forma más cruel y ruin, no me importaba si así tenía a este humano solo para mí…

Un día un grupo de gatos descubrieron que intentaba deshacerme de ellos así  que intentaron pararme confrontándome…

Quede mal herido, moribundo me acerque  a la casa de Dib y trate de abrir la puerta con las fuerzas que me quedaban ya no podía más sentía mucho frio…

Cuando por fin abrió la puerta me miro; hablo preocupado pero no me toco, se sentó en el suelo para verme mejor; con las pocas fuerzas me levante y me acerque a él, me subí a sus piernas y me acurruque en su regazo él se sorprendió, era una sensación cálida, me sentía feliz y triste a la vez, y él se sintió igual; lo sabía era una conexión especial que él y yo tuvimos.

Fue la primera vez y la última que yo el gran y poderoso Zim deje que el humano cabezón Dib me tocara.

FIN

Detesto a lo humanos nunca deje que me capturaran sentía repulsión por esos gatos que dejaban agarrar y mimar por ellos, es tonto y estúpido nunca me convertiré en un animal doméstico jamás…

Un día cualquiera un olor peculiar llamo mi atención una casa grande y me extrañaba que hubiera tantos gatos aquí afuera…

-Que es este lugar??? - Pregunte a uno de los gatos que se encontraban.

-Es una casa cualquiera pero el dueño es realmente amable-

No importaba a quien le preguntara las respuestas eran siempre las mismas, amable, cariñoso, nos da de comer, oyendo eso aumentaba mi curiosidad así que decidí  esperar para conocer a la persona que causaba tanto escándalo, hasta que por fin apareció…

Cuando me vio se alegró que hubiera un miembro más en la familia que tontería, cuando intento tocarme me aleje y le gruñí el me miro preocupado me sentí mal por un segundo pero jure por mí mismo no ser tocado por un humano no importa lo amable y cariñoso y atento y apuesto que este sea…

Con el paso del tiempo pude conocerle su nombre era Dib un chico cabezón que vivía con su padre y su hermana Gaz, también después de ese día fueron múltiples las veces en las que intento acercarse a  mí pero igual que la primera vez me alejaba aun que ya no le gruñía…

Pese a eso él era una persona que me gustaba aunque nunca lo admitiera delante de los demás así que ideé un plan para deshacerme de los demás, de la forma más cruel y ruin, no me importaba si así tenía a este humano solo para mí…

Un día un grupo de gatos descubrieron que intentaba deshacerme de ellos así  que intentaron pararme confrontándome…

Quede mal herido, moribundo me acerque  a la casa de Dib y trate de abrir la puerta con las fuerzas que me quedaban ya no podía más sentía mucho frio…

Cuando por fin abrió la puerta me miro; hablo preocupado pero no me toco, se sentó en el suelo para verme mejor; con las pocas fuerzas me levante y me acerque a él, me subí a sus piernas y me acurruque en su regazo él se sorprendió, era una sensación cálida, me sentía feliz y triste a la vez, y él se sintió igual; lo sabía era una conexión especial que él y yo tuvimos.

Fue la primera vez y la última que yo el gran y poderoso Zim deje que el humano cabezón Dib me tocara.

FIN


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