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No. 1 Party Anthem (One Shot) por TAW102

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Notas del fanfic:

Hola, este es el primer One Shot que publico aquí, espero que les agrade, por favor háganme saber su opinión :)


La canción que aparece al inicio es No. 1 Party Anthem (El titulo xD) de Arctic Monkeys


Gracias por leer :D

Notas del capitulo:

Espro que lo disfruten :3

- “So you're on the prowl wondering whether she left already or not, leather jacket collar popped like antenna, never knowing when to stop… ~”

La música resonaba por todo el club, alguien había derramado nuevamente su trago sobre el piso de madera pulida y todo parecía moverse a ritmo de las cuerdas de guitarra, lento, inusual en el Fox’s Club.

El lugar no se caracterizaba por el aroma a tabaco, la música en vivo o lo sofisticado de la decoración, sino por el grupo de acompañantes cuyo atuendo consistía en pantimedias negras, un corset rojo, una esponjada borla blanca en la espalda baja y una diadema con orejas de conejo.

Las reglas eran simples, no estaban escritas en la parte de atrás del menú, pero todos las entendían: Los conejitos estaban ahí para darte buena compañía no para irse contigo a casa, sin embargo, eso no te impedía esperar a que se terminara su turno y llevarlos a donde quisieran.

Tony Stark era un cliente frecuente, el gran zorro, había cazado ya a todas y todos los conejitos que habían osado a pasearse frente a él con esos tacones negros.

Esa noche no estaba de caza, no desde que aquel rubio había entrado, al establecimiento. Alto, fornido, camisa blanca remangada que lucía sus antebrazos, pantalón de tirantes, ojos azul cielo y una sonrisa deslumbrante.

Llevaba algún tiempo observando a aquel hombre, pero siempre que aparecía, cambiaba su acostumbrada mesa por la barra.

-Acércate a hablarle -Soltó por fin su ahora amigo Stephen Strange, el cantinero, uno muy entrometido.

-No se de que estas hablando -Bebió el último trago de whisky que quedaba en su baso.

-Llevas mucho rato mirándolo por el espejo del fondo -La coneja favorita de Tony, Pepper Potts, más que su amante se había convertido en una amiga y confidente -Y decían que nadie podía atrapar al zorro -Se burlo.

- ¿Con que escusa iría? Además, se ve entretenido con Natasha -Una conejita pelirroja se terminó sentando en las piernas del más alto.

-Yo la envié por algo de información, ya que tu no te animaste a ir -Confeso Pepper.

Tony la miro confundido, Natasha al cabo de unos minutos se había unido a la conversación.

-Steve Rogers, Brooklyn, edificio West, apartamento A5 -Dijo la pelirroja

Strange saco de debajo de la barra una bolsa negra de papel, Tony la abrió dentro había un conjunto de conejo, la sonrisa traviesa había vuelto a su cara al fin.

-Para las presas grandes es necesario usar carnada, Banner está enfermo, no le importara que te lo lleves un rato -Natasha le giño el ojo.

-Considéralo un regalo de cumpleaños de parte de todos -Pepper le dio un amistoso golpe en el hombro.

Tony tomo la bolsa y salió a toda velocidad hacia la dirección que le habían indicado.

Steve, a quien se había visto en varias ocasiones obligado por su amigo de la infancia, James, a ir a aquel club para que el otro pudiera ver a la chica pelirroja que le gustaba tanto. Termino por ser el mismo quien convenciera al otro de ir aquella noche, se había prendado de un hombre terriblemente atractivo, ojos hermosos, mediana estatura y un cuerpo de infarto. Para él, usar traje era algo meramente formal, le parecía que aquel estilo no le favorecía nadie, sin embargo, a aquel castaño le sentaba perfectamente, se mordía los labios al pensar en la fina tela que cubría su piel, dejando a su imaginación volar.

-Dile que quizá lo conociste en algún lugar antes, siempre funciona, con algo de suerte se animara a bailar una pieza contigo-Trataba de animarlo.

-Cierra la boca, Buck -respondió.

Había estado muy ocupado dibujando en una servilleta el cuerpo sin prenda alguna de quien acaparaba sus pensamientos cuando la chica en la cual estaba interesado su amigo, se acerco.

-Así que te gusta Tony -Dijo mirando la servilleta, Steve estaba acabado, la chica se sentó en sus piernas y le susurro al oído -Si me dices tu nombre y tu dirección te puedo arreglar un encuentro con él, uno muy intimo -Las uñas largas de la mujer pasaron por su espalda erizándole la piel con esa idea, las posibilidades de que se tratara de una tomada de pelo desaparecieron por completo ante el pensamiento de tener justamente de esa manera a el tal “Tony” entre sus brazos.

-Mi nombre es Steve Rogers, vivo en Brooklyn, edificio West, apartamento A5 -Respondió al calor del momento, la chica se levanto sin decir nada más. La observo dirigirse a Tony e intercambiar algunas palabras con ellos, sin embargo, no pudo notar el momento preciso en el que desapareció por la bomba de preguntas que James le dejo caer.

-Buck, te prometo que responderé todo mañana, debo irme -Tomo su chaqueta negra mientras corría a la salida para buscarlo.

-Pero ¿Qué te dijo? ¿Me menciono? -Dejo a Bucky quedándose con la palabra en la boca.

Tenia la esperanza de verlo en la salida, y así fue, el de menor estatura salió a toda velocidad en un Jaguar negro, muy lejos de poder ser alcanzado. Su frustración fue tanta que termino por patear con fuerza algunos botes de basura que encontró en su camino.

El frio lo obligo a levantar el cuello de la chaqueta para cubrirse, su apartamento no estaba tan lejos, no tardó mucho en llegar, llevaba en cima la decepción de no haber logrado conseguir a su anhelada pareja de “baile” para esa noche. Sin embargo, al abrir la puerta, encontró a la belleza castaña vistiendo uno de esos trajes de conejo sentado frente a la ventana con un Martini en la mano, su trasero era perfectamente definido por las pantimedias, la piel ligeramente bronceada de su espalda, los músculos delicadamente definidos, y esos ojos hipnotizantes que lo invitaban a acercarse.

- ¿C-Como entraste aquí? -Pregunto sin saber que más decir, entro y cerro la puerta a sus espaldas. Tony se levanto de su pedestal, caminando sensualmente hacia él. Puso los brazos alrededor de su cuello.

-Moví un poco la cola para tu casero y me dio las llaves – Meneo la cadera de tal forma que la esponjosa cola se sacudió, la vista de aquello y el bamboleo sobre su entrepierna le habían causado una erección.

Steve trago pesadamente, sabia perfectamente que era lo que quería hacer, lo que no sabía era si el otro se lo permitiría.

- ¿Que sucede? Steve ¿Te comió la lengua el gato? Déjame encontrarla por ti -Ataco los labios del otro dándose paso con su lengua en la boca ajena, buscando provocarlo, Steve respondió el beso con energía de un movimiento puso al otro contra la puerta que recién había cerrado, lo levanto y Tony aprovecho para enredar sus piernas en la cintura del rubio.

El rubio se aseguro de no quedarse con las ganas de apretar el trasero de su compañero, después de todo, el que pide permiso en el juego del amor, termina perdiendo ¿Verdad?

Terminaron separándose para compartir una apasionada mirada, Steve lo llevo hasta su habitación, la cual tenia una enorme ventana que seguía dejando ver el paisaje urbano de la ciudad de Nueva York.

Le dejo caer en la cama con la cara contra el colchón, con los dientes tiro del cordón y desato el corset. Tony se giró, se dio la tarea de quitarle a Steve la chaqueta y desabotonar su camisa junto con el pantalón.

-Quítate esto -Steve le ayudo a deshacerse de lo que restaba del atuendo -Dios, eres tan sexy -Contemplo la imagen calurosa de Tony tendido sobre su cama, iluminado por la tenue luz de la ciudad. Llevándolos a otra sesión de besos y caricias, los labios entre abiertos de Tony le llamaban, los acaricio suavemente con su pulgar, el cual el moreno no dudo en chupar, Steve metió en su lugar otros dos dedos con la intención de que los lubricara con su saliva.

El Stark respondió paseando la lengua a lo largo de sus dedos, enseñando la habilidad de la que su lengua era capaz, cuando Steve considero que era suficiente, llevo los dedos húmedos hasta la entrada del otro, los introdujo ambos al mismo tiempo, Tony respingo, aun así, estaba acostumbrado a esas intromisiones y no le costo acostumbrarse a ello, en parte porque el mas alto masajeaba su punto de mayor placer, metiendo y sacando los dedos.

-Ya basta -Tony detuvo su brazo -Ya estoy listo, se dio la vuelta nuevamente, dejo caer su pecho contra la cama y levanto la cadera para dar una mejor vista de su trasero. Steve se posiciono sobre él, beso su espalda y como un gato, restregó los labios y os dientes en la nuca de Tony.

El moreno estaba hirviendo, necesitaba de aquello, pero el otro solo seguía haciéndolo esperar y calentándolo con aquellas caricias, movió la cadera contra la entrepierna de Steve, presionando para que se diera prisa en tomarlo.

La erección del rubio ya comenzaba a ser dolorosa, bajo sus pantalones, froto su miembro entre los glúteos.

-Esto es lo que quieres ¿Verdad? Si lo quieres, tienes que decirlo -Aprovechaba la situación.

-Lo necesito, te quiero dentro de mí, Steve, date prisa, hazme tuyo -Imploraba con voz ronca e impaciente.

Sonrió ante la petición, así pues, introdujo despacio su miembro hasta que estuvo todo dentro. Tony enterró las manos en las sabanas, el falo de Steve había resultado ser mas grande de lo que imagino, algo doloroso, sensación que fue menguada por una de satisfacción.

La danza de sus caderas fue lenta en un inicio, incrementando la velocidad y los gemidos por parte de ambos, sus cuerpos no tardaron en perlarse con el sudor.

Estaban cerca del final, Steve regreso a Tony a su posición inicial para tenerle de frente, las ultimas envestidas fueron violentas, el propio miembro de Tony se veía estimulado por la fricción entre el abdomen de los dos, abrazó el cuello del rubio, buscando más de ese contacto.

Tony fue el primero en llegar al éxtasis, seguido por unos cuantos segundos por Steve, ambos terminaron agotados, jadeantes, deseando más…

El sol comenzaba a salir, después de unas tres rondas, terminaron perdidos en los brazos del otro, las orejas de conejo se hallaban tiradas en el piso, a un lado de la chaqueta negra, Tony comenzaba a abrir los ojos, miro su cuerpo, tenia algunas marcas hechas por su pareja, lo busco con la mirada sin éxito, su espalda baja estaba adolorida, pero podía andar sin mucho problema, salió de la habitación cubierto por la camisa blanca que encontró tirada. Al fin la silueta del mayor apareció, estaba vestido únicamente con un pantalón de pijama, preparando el desayuno, uno que tenía el mejor aroma del mundo, café.

Se mordía los labios al ver la espalda de Steve, sabía que no encontraría otro al que deseara tanto como a él, se giro a verlo, esos ojos celestes, esa sonrisa que lo derretía por dentro, no necesitaba otra escusa.

Steve tenia en frente a alguien seguro de si mismo, alguien que creía que nadie en el mundo se resistiría a darle lo que sea que pidiera, diablos que tenía razón. Un gran encanto que le provocaba el querer doblegarlo como la noche anterior, no había duda.

-Vas a ser mi pareja de baile.


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