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La isla del amor. por toporouse

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, sólo lo hago sin fines de lucro y por mero entretenimiento. 

Notas del capitulo:

Primero que nada quiero pedir una disculpa por borrar la historia, que se titulaba "Dios ayudame", pero me sentia estancada y la idea es dedicarme solo en una sola historia hasta terminar.

 

"El tipico mujeriego" ya esta en los ultimos capitulos y decidi empezar a subir algo gracioso y divertido. 

-¡¡AHHH!! ¡¡¿Cómo fui a parar a esto?!!-el grito provenía desde una lejana isla desconocida aun por la civilización, se veía como corría un joven sacerdote rápidamente esquivando entre la maleza todo lo que estuviera a su paso, sus pies ardían de tanto huir y su ropa esta en horribles condiciones, pero no importa siempre y cuando saliera completo, pero al tratar de continuar con su cometido unas sombras salían de su escondite para atraparlo.

 

-¡¡Dios ayúdame!!-

 

 

 

 

 

"Una semana atrás."

 

 

 

 

 

La aventura comienza en un pequeño pueblo llamado Konoha, no era el más popular, ni muchos menos conocida en el país, pero tenía cierto encanto para quien pudiera visitar este lugar, sus enormes pastizales y sus campos le resaltaban más su belleza, se podía tener un buen descanso de la contaminación y sobre todo del ruido que produce el núcleo urbano.

 

Los habitantes estaban acostumbrados a ciertas tradiciones que podrían ser algo viejas para los que vienen desde la cuidad pues aún se podía decir que eran algo machistas. Ya que el deber de una mujer y doncel era su casa, sus hijos y su esposo. Mientras que los hombres era traer el sustento de cada día a su hogar.

 

El acontecimiento se originó con un joven adolecente, caracterizado por ser hiperactivo, impredecible y ruidoso llamado Naruto Uzumaki.

 

Su más grande sueño es ser afanosamente sacerdote, tanto era su deseo que se vestía como uno, el propósito de servir a dios lo atraía, queriendo ayudar a los menos afortunados y vivir de manera humilde, pero como todo sueño tenía obstáculos, el suyo era ser un doncel así que envió una carta a la suprema corte de la iglesia para que le permitieran hacerlo oficialmente uno.

 

Y finalmente su carta fue contestada, siendo solicitado para ir hacia allá para darle oficialmente su respuesta.

 

Naruto esperanzado le conto a sus padres sobre su carta, haciendo que ellos se pusieran muy orgullosos de su hijo ya que finalmente podía convertirse en lo que tanto quería desde niño. Su madre lo abrazo con fuerza evitando llorar y su padre simplemente sonreía mostrándole su pulgar arriba. Igualmente le conto a todos sus amigos más cercanos sobre la noticia y a quien más le admiraba en el pueblo Jiraiya, el sacerdote del pueblo.

 

-Me alegra hijo pero... Eso no significa que vayan aceptarte-no quería darle falsas esperanzas ya que podría llevarse una desilusión, el conocía a los más altos mandos y eran muy cerrados ante las nuevas cosas.

 

-Pero padre me han convocado desde muy lejos para poder presentarme-sonrió hacia el con tanta ilusión que el solo pudo sonreír.

 

Al día siguiente, el rubio se levantó con mucho entusiasmo poniéndose su traje de sacerdote, mirándose en el espejo empezando a soñar, al terminar tomo su maleta y a bajo su padre lo esperaba con su madre para poder dejarlo al puerto-¿Listo cariño?-.

 

El recorrido fue bastante nostálgico veía las calles en las cuales el creció y sobre todo las personas que amaba, muchos le gritaban que tuviera mucha suerte alzando su mano en forma de despedida y otras simplemente se guardaban sus comentarios ya que no creían correcto que un doncel fuera hacerse sacerdote.

 

Finalmente llego a su destino, al puerto donde compro su boleto para salir en el siguiente desembarco, dejo por un momento su equipaje a un lado de él y por casualidad se encontró con una vieja conocida suya, su más grande amiga que pudo haber conocido, ella también había roto los estereotipos al hacerse capitana de barcos-Que tenga un buen viaje padre Naruto-hablo la chica de larga cabellera quien regresaba de una travesía-Ojala se cumpla tu sueño-le tomo de las manos, dedicándole su más sincera sonrisa.

 

El rubio se sonrojo al oír cómo le llamaba padre, correspondiéndole a su sonrisa-Gracias Hinata-la abrazo con mucho cariño como si fuera la última vez que se vieran, al terminar volteo hacia sus padres.

 

-Regresa con bien hijo mío- hablo su padre quien tenía cierto parecido a él solo que era más alto a un lado una mujer pelirroja ya no podía contener su tristeza de ver a su hijo crecer tan a prisa.

 

-Hay mi bebe estoy feliz por ti, por favor ve con mucho cuidado y pase lo que pase siempre estaremos muy orgullosos de ti-fue atacado por los besos de su madre, apretándolo muy fuerte por la cintura.

 

-Regresare pronto no te preocupes-decía entre cortado por la falta de aire, tratando de abrazarla.

 

Finalmente se percató que su barco estaba a punto de navegar así que decidió abordarlo, tomo su maleta y empezó a subirse por las espaleras, despidiéndose de los demás desde el navío-¡¡¡ADIOS!!!-grito, sonriéndoles a todos.

 

Entre la multitud un castaño corría por llegar a detenerlo pero ya era tarde, agitado veía como el amor de su vida se iba a transformar en un sacerdote-¡Naruto!-grito en un intento inútil de llamar su atención consiguiendo que su prima le volteara a ver-Él no puede...no...-.

 

Hinata simplemente le dio breves palmadas a su espalda tratando de darle ánimos-Lo siento Neji...-su primo bajo su mirada hacia la costa sin esperanzas de volver amar.

 

Durante la travesía Naruto se encontraba comiendo a las afueras del barco algo muy ligero, un coctel de frutas, sin haberlo previsto el cielo empezaba por obscurecer empezando por llover mucha gente se percató y decidió meterse a sus camerinos.

 

Los encargados empezaron a meter a la gente restante ya que la marea comenzaba a ponerse peor-Padre-decía un marino al observar su vestimenta.

 

Naruto simplemente no dijo nada le encantaba que le dijeran así-Si hijo mío ¿Que se le ofrece?- volteo a ver a la persona algo preocupada.

-Por seguridad nos mandaron a meter a todos, según el capitán se acerca una tormenta.

 

Causando que se levara de su asiento-Ya veo, gracias por tu amabilidad de avisarme-comenzó a caminar hacia la entrada de su camarote.

 

Anocheció y la tormenta al parecer había aumentado frenéticamente, Naruto sentía como se movía el barco de arriba abajo, sintiéndose mareado-Tal vez alguien tenga pastillas para los mareos-se levantó con su malestar para buscar el consultorio del barco, que se encontraba arriba.

Al ir cruzando hacia el otro lado, sintió como de repente el barco golpeo con algo, ocasionando que se tropezará haciendo que terminara al borde del barco-Eso estuvo cerca-se levantó pero se produjo otro golpe más fuerte que el anterior causando que se callera al mar-¡¡AHHH!!-grito mientras intentaba mantenerse a flote, comenzando a nadar para alcanzar el navío.

 

-¡¡AYUDA!!-grito mientras era llevado por la corriente perdiendo de vista el barco, agotado se empezaba ahogar, perdiendo el conocimiento.

 

Mientras en una isla no muy lejana de ahí se veían unos hombres con piel más oscura, de narices aguileñados o muy raramente aplanados, de rostros y cuerpos esculturales teniendo un tipo de celebración.

 

Ellos llevaban arrastrando a un joven con vestimenta de explorador-¡¡NO USTEDES ESTAN LOCOS!!-el pellirrojo gritaba enfurecido, tratando de darles patadas al aire, inultamente para escapar-No voy a casarme con un hombre suéltenme-seguía protestando y ellos lo amarraban a una palmera para evitar su fuga.

 

El silencio se hiso cuando un hombre con una gran penacho hiso acto de presencia -Estamos aquí hermanos para unir estas almas en una sola y vivan unidos ante el dios de la luna-decía un tipo de sacerdote.

 

-Que así sea-entre susurros pedían hacia la luna su bendición para la pareja bailando alrededor del fuego, al terminar el ritual comían un gran banquete.

 

-Oye Sasuke espero que el próximo seas tú-hablo un pelinegro quien poseía sus mejores vestimentas, su cuerpo a pesar de ser delgado tenia cierto musculo y su piel era raramente blanca, su brazo agarraba a su pareja quien no paraba de gritar que se oponía a esa unión.

 

-Ya quisieras Sai-respondió Sasuke, el aspecto de este era casi como todos los habitantes, este era enorme, su cabellera era largo y entrelazado, tenía su pecho descubierto dejando ver sus pectorales con unas cicatrices, suponiendo que tal vez anteriormente se enfrentó a un animal salvaje y sus brazos eran adornados con unos brazaletes.

 

Compadeció a su amigo ya que su pareja era muy gritón y quejumbroso.

 

-¡¡Suéltame!! ¡¡Esto es en contra de mi voluntad!!¡¡Tengo derechos!!-su grito hacía eco por toda la isla.

 

En las orillas de la isla se encontraba Naruto quien apenas recuperaba el conocimiento al sentir arena en sus manos-¿Dónde estoy?-se levantaba lentamente mientras abría pesadamente los ojos-En una isla gracias a dios que estoy bien-escucho unos horribles gritos dentro de la isla, veía que algo brillaba, dirigiéndose hacia ella pensando que se trataba de un grupo de turistas representando una obra de teatro.

 

Naruto finalmente llego hacia luz y pudo observar a los pobladores del lugar dándose cuenta de que eran nativos de la isla y que estaban celebrando algún tipo de ceremonia, parecía que no eran agresivos así que salió a saludar-¡Hola! Disculpen alguno de ustedes habla mi lengua-todos se le quedaban mirando inmediatamente, la música paro frenéticamente ocasionando que todos le pusieran atención.

 

Sasuke no podía creer tanta belleza en un solo ser, su cabello rubio parecía ser tan suave y sus ojos eran tan azules que el mismo océano y se podía ver que era tímido ya cubría muy bien su cuerpo envuelto en tanta ropa. Pero se dio cuenta de que no fue el único de quedarse maravillado por él, los de la tribu parecían comenzar a rodearlo para poder verlo más de cerca.

 

El explorador fue el primero que reacciono-¡¡Por favor padre sálveme!! ¡¡Padre hágalos entrar en razón!! ¡¡Que no pueden obligar a nadie a casarse!!-se tensó al ver un joven amarrado que si no fuera porque escucho lo que grito creería que son caníbales.

 

-Disculpen pero necesito su ayuda-decía de manera nerviosa pues le estaban quitando su espacio personal una de esas personas le agarro de la cabeza para observarlo más de cerca, el rubio al sentirse acosado decidió escapar-Ya veo...parece que interrumpí su fiesta...-uno de ellos alzo su sotana sorprendiéndose de lo bien que se cubría.

 

-Oiga por favor no haga eso-de inmediato le arrebato su prenda para que dejara de tratar de mirar a bajo, pero el otro seguía insistiendo en querer ver más detrás de tanta ropa no había dudas de que era un doncel muy bonito pero quería ver el resto jalado con más fuerza su prenda, Sasuke se acercó de inmediato acertando un golpe en su compañero por su falta de respeto.

 

-¿Qué crees que haces Sasuke?-le grito a quien golpeo-Tu ni si quiera tienes interés en tener una pareja...-se levantó mientras golpeaba fuertemente su pecho, provocándolo a que lo golpeara de nuevo.

 

-Tu intento de desafío me tiene sin cuidado, este doncel no se toca porque yo lo digo-le empujo, los demás empezaron a ver con interés ya que parecía a ver comenzado un duelo por la mano del rubio.

 

 

 

-No esperen, cálmense creo que mejor decidí ayudarme a mí mismo...Gracias-comenzó por irse corriendo haciendo que los demás empezaran a perseguirle.

 

 

 

CONTINUARA...

Notas finales:

 

¡Gracias por leer! y disculpen mis faltas de ortografía.

 

 


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