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Miradas Furtivas por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Me encanta el 2min modo tímido >u<♥ No podría dejar de escribirlos así :D

En el Elevador


Taemin alzó la mirada disimuladamente, observando a su compañero de proyecto por un momento. Sonrió, bajando la mirada y tomando el paquete de ramyeon que quería comprar. Era pasada la media noche, y la única razón por la que habían abandonado la oficina fue para ir a comprar algo que comer, y así poder mantenerse alerta y despiertos. Pronto iban a presentar el diseño, y si querían que todo estuviera a tiempo para iniciar la construcción, debían trabajar 24/7.


Sólo fue un segundo, mientras tomaba su comida y la colocaba en la canastilla que había tomado entrando a la tienda de conveniencia, antes de volver a escapar la mirada para ver a su guapo compañero. Esta vez pudo notar como el hombre bajó la mirada tan rápido, como él lo hacía las veces en que se creía descubierto. Sonrió, mordiéndose el labio. Habían estado compartiendo esa clase de miradas desde que los presentaron para que empezaran a trabajar juntos. Había sido instantáneo, se miraron a los ojos mientras se daban la mano en un saludo formal, y pequeñas chispas se sintieron. O al menos así lo recordaba Taemin. Quizás lo estaba imaginando todo. Choi Minho era un hombre magnético, y tal vez estaba cayendo por eso.


Suspiró, mirando lo que había en la canasta de su compañero. Tal vez no podían mirarse a los ojos, pero al menos tenían temas de conversación, por más insulsos que fueran.


-¿Has probado el ramyeon con queso?- Preguntó, mirando su hombro, para no lucir tan descortés al no verle la cara.


-Yo…no…¿Te gusta?


Su voz era gruesa y masculina, y hacía que la piel de Taemin se erizara de emoción.


-Sí, me gusta.- Asintió, buscando en el pequeño refrigerador de lácteos a lado de las pastas instantáneas. –Si quieres podría llevar algo de queso, y prepararlos de esta manera en la oficina. Para que lo pruebes, quiero decir.


-Me encantaría.- Respondió rápidamente. Su mirada estaba puesta en la mano de Taemin, siguiendo sus movimientos.


-Bien, entonces…tal vez debamos de pagar ya. No podemos seguir retrasándonos.- Taemin suspiró.


-¡Sí! Digo, es mejor que volvamos pronto. Todavía tenemos mucho trabajo que hacer.- Minho se tropezó con sus ideas, haciendo que sus palabras fueran algo atropelladas. Bajó la mirada, tratando de esconder el rojo en sus mejillas.


-Tienes razón.- Murmulló una risita.


Dejaron sus cosas en la caja registradora, para que fueran registrados. Si bien, ambos tenían las tarjetas de crédito de sus respectivas empresas, Minho se ofreció a pagar con su dinero las compras de ambos. Taemin no pudo evitarlo, volvió a robarle una mirada. Podría decir que quizás estaba imaginando esa atracción, pero era obvio que se estaría mintiendo. Definitivamente había química entre ellos, el único problema era que fuera del ámbito laboral, no podían dar un paso más que las miradas furtivas que tanto se daban.


Las dos cuadras de regreso a la constructora las caminaron en silencio, aunque hubo pequeños roces entre sus manos debido a lo muy cercanos que estaban caminando. Quizás si Taemin hubiese quitado la mirada del frente, se hubiera dado cuenta de cómo Minho miraba disimuladamente sus manos, con algo de esperanza de que tal vez poder atreverse a tomar la contraria.


El enorme edificio apareció antes sus ojos antes de que Minho lograra tomar la iniciativa. Frunció los labios, molestándose consigo mismo al perder su oportunidad. Abrió la puerta, dejando que Taemin pasara primero, para que así liderada el camino hacia la oficina. Dio un par de zancadas para poder colocarse a su lado, y seguir caminando de ese modo en que sus manos se rozaban por accidente.


-¡Hey Taemin ah!


Minho rodó los ojos al escuchar que el chico era llamado por el guardia de seguridad. ¿Ahora qué? Se detuvo mirando hacia el hombre joven que ahora le sonreía al moreno guardia de seguridad.


-Yah Jongin ah…- Taemin sonrió, saludándole con un gesto rápido de mano. Su mirada  rápidamente regresó a Minho, mirándole por un segundo. –Si quiere, podría adelantarse. Subiré en un momento.


Minho frunció el ceño, asintiendo. Contuvo un gruñido dentro de su garganta, dándose media vuelta y siguiendo con su camino. Para cuando llegó al elevador, su molestia aumentó al ver lo mucho que se tardaba en bajar. El edificio estaba prácticamente vacío, ¿por qué no podía llegar más rápido el elevador y sacarlo de ahí para no tener que ver la manera tan amistosa en que Taemin le hablaba al guardia de seguridad.


Suspiró, cuando las puertas al fin se abrieron. Entró lo más rápido que pudo, seleccionando el piso que recordaba. Tal vez debía empezar a rendirse. Subió la mirada, descubriendo que Taemin se apresuraba a llegar y poder alcanzar el elevador. No lo dudó, estiró su mano para detener las puertas y evitar que subiera sin el hombre más joven. Sólo cuando estuvieron frente a frente, se dio cuenta que de hecho se estaban mirando a los ojos. Su rostro se calentó, sonrojándose hasta las orejas. Bajó la mirada, sonriendo suavemente. Taemin era tan bonito y atractivo como lo recordaba. Su corazón aceleró su velocidad, provocando que Minho tuviera un súbito momento de valentía.


-Así que…¿Conoces al guardía, eh?- Se aclaró la garganta, parándose derecho mientras las puertas se cerraban, con ambos dentro del elevador.


Había un enorme espejo detrás de ellos, pero no hubiese sido de tanta ayuda como la superficie cromada de las puertas. El reflejo borroso de ambos era apenas lo suficiente reflejante como para permitirles poder mirarse a través de él sin tener la imperiosa necesidad de bajar la mirada.


-Sí, somos buenos amigos.- Taemin afirmó.


-Supongo que es natural, debes pasar mucho tiempo aquí. Y se hacen compañía…- Exhaló, siendo cuidadoso de cómo decir las cosas.


Y por supuesto que Taemin pudo notarlo. Una sonrisa que probablemente no podría ser capaz de mostrarle al alto hombre, aún, se mostró en sus labios. Fijó su vista en la figura borrosa que correspondía a Minho, despertando su lado coqueto.


-En realidad nos conocemos de antes.- Se encogió de hombros. –Infancia diría yo.


-¿Ah sí? Entonces tienen historia…


-Como lo quieras llamar. Fuimos vecinos, su madre aún vive a lado de la mía. Cuando fuimos a la universidad dejamos de frecuentarnos. Yo soy arquitecto, él estudió para policía, pero terminó poniendo su empresa de seguridad privada. Es así de sencillo.- Minimizó. –Nos reencontramos, y hablamos de nuestras madres. Pero, me gustaría saber ¿por qué el interés?- Alzó una ceja, que se reflejó perfectamente bien en la superficie cromada.


-En realidad me preguntaba qué tan conforme tu pareja ha de estar, si trabajas así de tarde a diario.- Admitió, sonriendo.


Quizás era el aire que se calentaba fácilmente, o que el elevador necesitaba ser arreglado pronto porque se estaba tardando demasiado en subir los veinte pisos. Pero Taemin también se sentía un poquito más valiente, y desinhibido ante esa atracción que sentía por el hombre mayor. Así que giró un poco el rostro, dedicándole una larga y detenida mirada.


-Nada conforme, porque no lo hay.- Sonrió, empujando un mechón de su cabello detrás de su oreja.


-¿No lo hay? ¿Eso a qué se debe?- Se aclaró la garganta, también girándose para ver de arriba abajo al menor. –No creo que no tengas muchos pretendientes.


-Oh, los tengo.- Taemin aseguró. –Es tan sólo que son como mi último ex. Patanes y necesitados, lo cuál es un gran problema ya que: no me gustan los patanes, y amo mi trabajo como para estar dejándolo por cualquiera.- Señaló.


Minho rio, cubriéndose apenas la boca en un gesto puramente masculino. Volvió a mirar por completo a Taemin, lamiendo su labio inferior antes de hablar.


-Es bueno que tengas tus prioridades claras.- Asintió. –Eso te hace un hombre determinado, y es bastante atractivo.- Mordió su labio al decir esto último.


-Que halagador.- Taemin soltó una risa coqueta, volviendo a fijar su mirada en el moreno. -¿Qué hay de ti? ¿Tal vez hay una bonita mujer que te espera en cama, durmiendo tras haber esperado toda la noche a que llegaras a la cena?- Señaló su barbilla, dando ligeros toque en ella mientras hacía un puchero pensativo. –O ¿tal vez sea un chico bonito, que se ha quedado dormido en el sofá después de hacer un berrinche al saber que una vez más no llegarías a casa a dormir?


Minho rio, negando con la cabeza.


-Me temo que has leído muchas novelas románticas.- Torció los labios en una mueca. –Tampoco lo hay.


-Y ¿eso por qué?


-También amo mi trabajo, y no tengo cabeza para alguien que necesite de mi atención 24/7.- Se encogió de hombros.


-Es bueno saber que tenemos algo en común.- Se acercó un poco, fijando su mirada en la boca del moreno, luego subiendo hasta aquel par de ojos café oscuro. –Creo que eso es lo que nos ha estado facilitando tanto trabajar en conjunto.


-¿Sólo eso?- Minho gruñó por lo bajo, alzando una de sus gruesas cejas de manera seductora.


-No, por supuesto que no…Es algo más.- Taemin exhaló, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda.


El aire se acababa, y era tan caliente. El elevador cada vez se veía más pequeño, tan intoxicante, y no tenían otra opción más que acercarse el uno el otro, casi tanto como para…


El sonido de la puerta al abrirse les hizo separarse rápidamente. El aire viciado escapó, permitiendo que la temperatura corporal de ambos bajara de golpe. Los coqueteos terminaron, y entonces recordaron que estaban en el trabajo, y que su proyecto se entregaba esa misma mañana.


Bajaron del elevador, con los rostros incendiados en bochorno y de nuevo esa normal timidez que existía entre ambos. Con pasos presurosos llegaron hasta la sala de juntas donde habían estado trabajando toda la tarde y gran parte de la noche.


No volvieron a mirarse, no directamente al menos. Aunque ahora la serie de miradas furtivas que se daban iban acompañadas de pequeñas sonrisillas conocedoras de una posible oportunidad fuera de lo laboral.


Fue hasta las cinco de la mañana, cuando decidieron que su trabajo era lo suficientemente bueno como para ir a casa y darse un baño, antes de regresar para presentarlo en la junta que tendrían a las ocho de la mañana. Taemin recogió su basura, tirándola en el dispensador y recogiendo todos los papeles que necesitaba.  Si bien, habían discutido profesionalmente a lo largo de la madrugada, no mencionaron lo que sucedió en el elevador. Después de todo, no había pasado nada.


-Me retiro primero.- Taemin se apresuró a la puerta.


-Espera…- Pero Minho le detuvo a tiempo. -¿Sabes? Yo me preguntaba si…Tal vez después de la junta podamos ir a almorzar. Ya sabes, como celebración.- Exhaló. –Si todo sale bien, quiero decir. Incluso, si no sale bien la junta, me gustaría de cualquier modo que aceptes ir a almorzar conmigo…- Tropezó una vez más con sus ideas.


Taemin rio, asintiendo. No se movió de donde estaba, sólo giró un poco el rostro, regalándole una pequeña mirada y sonriendo.


-Me encantaría.

Notas finales:

Digamos un amén por esa futura cita que tendrán este par de bobos UwU♥


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