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Killing God (MCU & Supernatural crossover) por BombayLove

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Notas del fanfic:

Segunda parte de la serie Welcome To The End.

Los personajes aquí presentes son de la autoría de Jack Kirby, Stan Lee, Steve Ditko. Sin embargo, como esto forma parte del Universo Cinematográfico de Marvel me baso en las caracterizaciones realizadas por Elizabeth Olsen y Tom Holland.
En lo que respecta a Supernatural, los personajes son autoría de Eric Kripke y me basó en las caracterizaciones realizadas por Jared Padalecki, Jensen Ackles, Ruth Connell.

Todo esto para decir que sencillamente estos personajes no me pertenecen, tampoco los actores.

La historia, en cambio, sí :)

No se admiten adaptaciones y mucho menos, PLAGIOS.

« ESTO ES UN UNIVERSO ALTERNATIVO DONDE LOS PERSONAJES PROBABLEMENTE NO SE CORRESPONDAN CON SUS CONTRAPARTES CINEMATOGRÁFICAS Y TELEVISIVAS »

Disfruten de la lectura ????

Notas del capitulo:

Peter y Wanda son conducidos al búnker de los Hombres de Letras donde Sam les dice que se sienten como en su casa y que, en lo que ellos junto a la mujer que responde al nombre de Rowena, tratan de encontrar una explicación a su presencia en su mundo, en un mundo en que el que ellos son personajes de historietas.

El camino a casa de esos sujetos fue en silencio. Se sentía incómodo estando en medio de dos mujeres, pero una de ellas, quien respondía al nombre de Rowena, parecía estar divirtiéndose al respecto. Quien estaba manejando no iba demasiado rápido, pero esa mujer aprovechaba cada curva para caer sobre él, riendo luego. 

Pero sólo ella se estaba divirtiendo. Ni Scarlet Witch –o Wanda, ese era su nombre verdadero-, ni ninguno de los que ocupaban los asientos delanteros reían como ella. Ni siquiera esbozaban una sonrisa. Y no era para menos, todos habían perdido. 

El ronroneo del vehículo antiguo –demasiado antiguo según Peter- cesó frente a lo que parecía una fábrica abandonada. Parecía, porque las apariencias en muchos casos, son engañosas. Por dentro ese lugar era increíble. Lo hubiera expresado, dejándolo escapar de su cuerpo, pero tan pronto como llegaron a la planta baja, aquellos hombres suspiraron, exhaustos, al unísono. Uno de ellos se dio cuenta, el más alto, y le sonrió a su compañero; pero él no se había percatado de eso, seguía inmerso en su propio mundo. Esa cálida sonrisa hizo que Peter inconscientemente la imitara por unos escasos segundos. 

—¿Qué haremos con ellos? —preguntó el otro hombre, quitándose la campera y dejándola sobre la mesa iluminada en medio de esa habitación. 

—Tenemos habitaciones de sobra —respondió su oyente, luego de suspirar una vez más—. Pueden recorrer las instalaciones —agregó, dirigiéndose a Peter y Wanda—. Siéntanse como en casa.

Peter asintió, sin ánimos de pronunciar palabra alguna, y tomó el camino contrario al de la pelirroja. La mujer que lo había atosigado en el vehículo lo saludó con la mano en alto y una sonrisa de oreja a oreja. 

—Nos vemos luego, Spider-Man —le dijo. Peter sintió estremecerse por la extraña forma en que le sonrió. Curvó una de las comisuras de sus labios hacia arriba y emprendió su camino por ese sitio que a todas luces se convertiría en su hogar hasta poder regresar a su mundo. 

 


 

Sus pasos resonaban entre esas paredes. Caminó sin detenerse en ninguna de las habitaciones hasta que halló una con la luz encendida. Sobre la puerta podía verse el número 22 en un color dorado. Abrió la puerta con cuidado, si había alguien dentro no quería incomodarlo. Sin embargo, la habitación estaba vacía. De alguna forma, Peter sintió la soledad golpeándole de lleno, como si esa habitación estuviera esperando por algo o por alguien, justo como él. Cruzó la puerta y su vista se quedó pegada a la caja de plástico sobre un mueble en el otro extremo de la habitación. Peter le sacó la tapa y pasó la mano por las cenizas que había ahí dentro hasta que, de repente, quitó su mano de ahí. Esa extraña sensación que había tenido cuando llamó a Tony lo embargó nuevamente, al igual que unas incontrolables ganas de llorar. Caminó hacia atrás con lentitud hasta chocarse con la cama y caer sentado sobre ella. Se llevó las manos a los ojos. Aunque se encontraba solo no quería que nadie lo viera llorar. En ese mundo, él era por lo menos conocido, y no quería ensuciar la imagen que tuvieran de él.

—¿Qué haces aquí? —una voz enfurecida a sus espaldas lo hizo levantarse y girarse para mirar a su dueño. Era el conductor del vehículo que los habían llevado hasta ese lugar, el que lo había ayudado a cargar un cadáver sobre su espalda y esperar a que él junto a su compañero terminaran de juntar ramas secas y armar una pira para incinerar ese cuerpo. Peter separó sus labios para pedirle disculpas pero no pudo evitar balbucear y desviar la mirada, enjugándose las lágrimas que buscaban escaparse de sus ojos—. Oye, Spider-Man, ¿qué haces aquí? 

Su voz se había suavizado. Sus pasos se acercaron a él y palmeó su espalda antes de sentarse en la cama. 

—Lo siento —sollozó Peter—. Es que vi la puerta abierta y sólo-

—Oye… Cálmate —le pidió el hombre levantando una de sus manos y haciéndole un gesto para que dejara de hablar o de llorar—. Lamento haberte gritado. Es sólo que estoy cansado —Peter se lo quedó mirando. Lo vio masajearse el tabique nasal—. Esta habitación —dijo de repente—… Esta habitación era de Jack. 

—¿Jack? 

—Claro, no lo conoces. Jack es- El chico que murió. Bueno… Chico, chico… No es… 

—¿Qué es? 

El hombre lo miró. Tardó unos instantes en responder a su pregunta. 

—Es el hijo del diablo —no supo qué expresión había hecho, lo que sí supo Peter es que hizo sonreír al adulto—. A propósito, no me presenté. Mi nombre es Dean.

—Yo soy Peter. 

Dean le sonrió. 

—Lo sé. En este mundo, Scarlet Witch, IronMan, tú, todos son personajes de cómics. 

—Wow… 

—Supongo que en el tuyo todo lo que nosotros cazamos serían mutantes, ¿no? 

—No lo sé. No sé qué es lo que ustedes cazan. 

—Básicamente, todas las pesadillas que tuviste de niño. Peter —el aludido lo miró—… Lo que sea que haya sucedido en tu mundo, lo solucionaremos. 

—¿Cómo puedes estar tan seguro? 

—Porque eso es lo que hacemos. 

—¿Con tu compañero? 

Dean se sorprendió por sus palabras. Peter no pudo interpretar la razón. El tipo alto y él eran algo más que sólo compañeros en ese trabajo de cazadores que decían tener, ¿cierto? Dean le sonrió y asintió. 

—Sí, con Sammy. Rowena aparenta saber más de lo que creemos, y hemos formado un buen equipo —agregó mientras se ponía de pie.

—¿Cómo es eso? 

—A ver, estamos Sammy y yo, un ángel y una bruja. ¿Y ahora ustedes están aquí? —Dean resopló—. ¿Qué tiene ese Dios suyo? 

—Las Gemas del Infinito —respondió Peter. 

—¿Dean? —la voz de Sam acompañado de un par de golpes sobre la puerta hizo que ambos posaran su mirada sobre él—. Rowena quiere que nos reunamos. 

Dean asintió y se puso de pie. 

—¿Vamos, muchacho? —le preguntó a Peter mientras palmeaba su espalda. El aludido sin responder con palabras, asintió.

Notas finales:

Gracias por leer :)


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