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Títere Encadenado ¿Quién eres? por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Acercándose, el peligro viene yaa... Turututu

Y para llorar, no es el tiempo ahora... Turututu


Okno xD 
Ignoren mi toneria y disfruten el cap

Después de unos minutos afuera, Bakura regresó al interior de la casa con el sobre en manos. Malik y Marik estaban en la cocina, destapando unas botellas de gaseosa frías cuando el albino los encontró.

 — ¿Dónde te habías metido, Fluffy? —preguntó Marik.

 Bakura gruñó ante el estúpido apodo de su amigo —solo salí a tomar aire —se encogió de hombros, recibiendo la botella que Malik le ofreció —por cierto, tienes correo —le tendió la carta. 

— ¿Qué? —Malik dejó su botella en el mesón de la cocina para tomar el sobre.

 Bakura tomó un largo trago —sí, parece que corrió rápido por el pueblo la noticia de nuestra llegada. 

El peli-cenizo menor abrió en grande sus ojos al ver su nombre en el sobre y se lo guardó en el bolsillo de su pantalón descaderado —gracias, Baku.

 — ¿No vas a leerla? —le preguntó su novio, con cierta curiosidad en su tono. 

Malik se encogió de hombros antes de terminar rápidamente su bebida —más tarde, ahora quiero sacar nuestras cosas para ponerlas en nuestras habitaciones y tomar una siesta —sonrió con inocencia a ambos

 Y, al parecer, eso hizo el truco por despistarlos, ya que Marik y Bakura también terminaron con sus bebidas y asintieron —vamos.

 Fiuuuuf. Malik palmeó ligeramente la carta en su bolsillo y luego se encaminó tras su novio y amigo para ayudar.

.
Un rato más tarde, y con todas sus pertenencias puestas en la que a partir de ahora sería su habitación, Bakura caminó buscando a Malik para ver si a la parejita le apetecía dar un paseo por el pueblo antes de la supuesta siesta de Malik.
Se encontró, sin embargo, a Malik hablando con Ishizu de forma sospechosa; lo que le llamó más la atención fue el hecho de notar en la voz de Malik ansiedad y preocupación, además de que tenía la carta que le había entregado previamente, abierta y apretada en sus manos.

 Por algún impulso, Bakura se quedó escondido y escuchó parte de la conversación.

 —Sí, vino más a menudo desde que le dije que estaba embarazada, y me acompañaba casi cada vez que salía por el pueblo —explicaba la morena, con una dulce sonrisa —ya sabes que a su padre le agradó siempre que pasara tiempo conmigo, con otra chica —por más de que Bakura no podía ver el rostro de Ishizu, pudo adivinar por su entonación al final que debía haber hecho una mueca o algún tipo de gesto —ambos estuvieron aquí el día que nació Talila. Y estaba aún más feliz de saber que finalmente volverías.

 —Nos llamamos de vez en cuando, a lo largo de estos años —Malik soltó un suspiro pesado mientras hablaba —siempre he tenido la sospecha de que no me cuenta toda la verdad respecto a su padre —Bakura notó fácilmente cómo se le quebró la voz a su amigo — ¿Qué sabes sobre eso?

 —No ha mejorado ni un poco —la resignación era palpable en las palabras de la morena —de vez en cuando tiene 'episodios' y se pone realmente estricto con el tema.

 — ¿Cómo con los mechones celestes en su pelo?

 Ishizu suspiró —Sí… honestamente Malik, a veces temo que un día su padre simplemente decida comprometerle en un matrimonio con algún muchacho que, ya sabes, le trate como él lo hace. 

Había una clara nota de temor en la voz de Malik, cuando habló después de una pequeña pausa —no especulas sin una buena razón, hermana, así que ¿Qué te dio esa idea?

 —Últimamente, el hombre ha estado un poco enfermo… resfriados, fiebres repentinas, dolores de cabeza y mareos, pérdida de apetito —hubo un tamborileo de uñas contra la madera, que Bakura no pudo decir si venían de Malik o de Ishizu —no son nada preocupante, excepto que se han vuelto frecuentes y la salud de ese hombre no ha sido la misma tras sus pérdidas —dijo lo último con un tono bastante particular.

 Malik exhaló un profundo suspiro —tengo que ir…

 —Seguro le dará mucha felicidad verte —la voz de Ishizu se tornó un poco más animada. 

Bakura se preparó para alejarse cuando escuchó que Malik se levantaba —eso espero. 

El albino retrocedió varios pasos en silencio por el pasillo y se metió las manos en los bolsillos para aparentar que recién estaba pasando por allí. Gracias a las estrellas que ni Marik ni Odion estaban por ahí para ver eso.

 —Hey Malik —dijo, con tono casual, cuando lo vio salir de la habitación​ de su hermana.

 —Oh, hey Baku —respondió algo apurado — ¿qué pasa?

 El oji-lila se encogió de hombros —no mucho, estaba pensando en dar una vuelta por el pueblo ¿no ibas a dormir?

 Malik le dio una sonrisita —Marik y yo nos recostamos hace un rato, él sigue dormido, pero yo realmente no conseguí mantener mucho el sueño.

 Bakura negó con la cabeza, dejando escapar una pequeña sonrisa — ¿vamos a dar una vuelta entonces?

 — ¿A caballo? —el cabello cenizo de Malik cayó lizo por su hombro cuando inclinó la cabeza con curiosidad y emoción a partes iguales en su tono.

 El albino se encogió de hombros, con una sonrisa más traviesa — ¿por qué no? 

—Estupendo —Malik regresó un par de pasos —hermana ¿te importa si Baku y yo tomamos un par de caballos para dar una vuelta?

 La morena concedió fácilmente el permiso, diciéndole que avisará a Odion también, y así los dos adolescentes fueron a los establos del solar para elegir y ensillar sus caballos. 

—Muy bien Sage ¿Preparada para un paseo? —Malik se subió ágilmente sobre la silla de montar de su yegua color canela — ¿Listo, Bakura?

 —Sí, sí —Bakura se acomodó mejor en el asiento de cuero color vino sobre el caballo castaño que había elegido — ¿Cómo dices que se llama?

 —Ese es Hamú —Malik hizo que Sage retrocediera lo suficiente como para acariciar el hocico del macho sobre el que iba su amigo —sé un buen chico ¿de acuerdo? 

—Lo trataré bien, descuida —prometió Bakura.

 —Se lo decía a Hamú —se rió el moreno — ¡Arre! —golpeó suavemente a la yegua con el estribo derecho para que empezara a galopar.

 —Oh muy gracioso, rollo de canela —Bakura gruñó en respuesta, antes de hacer lo mismo con su caballo — ¡Arre!

 ~∆~

Bakura y Malik pasaron, al menos, media hora correteando con sus caballos por los límites del pueblo para que los animales pudieran correr libremente sin importunar a la gente.

 —Debo reconocer algo, el pueblo ha cambiado un poco desde que salimos de aquí —mencionó Malik, bajando de Sage para tomarla de las tiendas y caminar hacia una tienda que vieron al pasar.

 —Sí, en eso tienes razón. Está más grande y luce mejor en general —Bakura lo imitó, dejándole las riendas de Hamú mientras se acercaba a pedir un refresco grande para cada uno. Una de las paredes externas de la tienda incluso tenía un pequeño abrevadero y una llave de agua para los caballos.

 Malik retorció un mechón de su cabello entre sus dedos mientras esperaba a que Bakura trajera su bebida. Ambos habían estado mirando con ojos crítico durante todo su paseo, y al parecer, ninguno de los dos había encontrado rastros de la persona que buscaba.

 — ¿Está rico ese mechón? —perdido en sus pensamientos, Malik no se dio cuenta de que Bakura había regresado hasta que el peliblanco puso el envase frío contra su frente y le hizo notar, también, que se había llevado el mechón de pelo a los labios.

 Malik tomó su bebida y limpió, con el​ dorso de su mano, las gotas frías que esta había dejado en su frente —lo siento, me distraje.

 Bakura lo miró, entre divertido y curioso, hasta que algo pareció llamar su atención en la acera contraria.

 —Creo que no eres el único distraído por aquí —con todo el disimulo posible, Bakura le indicó a Malik que mirara en aquella dirección.

 Curioso, Malik miró de reojo y notó a tres chicas amontonadas en la esquina de la acera, viéndolos a ambos como… bien, siendo honesto, Malik sentía que los miraban como si fueran comestibles.

No sería tan incómodo de no ser porque esas chicas estaban vistiendo ropas muy ligeras, incluso para la temperatura agradable que hacía, y principalmente que no disimulaban en nada la lujuria en sus ojos.

 —Dioses, esto es incómodo —musitó el peli-cenizo. 

Bakura se rió —diría que es incómodo para ti porque estás ciega y fielmente enamorado —mencionó en tono ligeramente burlesco.

 Ante ese comentario, Malik lo miró curioso — ¿A ti no te molesta?

 Su amigo se encogió de hombros —son ellas las que están perdiendo la dignidad, babeando sin recato, no yo —luego se echó a reír —apostaría a que la rubia te está mirando el culo.

 Malik se ruborizó ligeramente, pero fue acompañado de una mueca en sus labios. Miró su bebida a la mitad y luego meneó la cabeza un poco —Oye, Baku.

 — ¿Sí? —indagó el contrario, con tono perezoso, y recostándose casualmente contra Hamú. Le pareció oír un ahogado chillido o algún tipo de exclamación proveniente de la esquina de las chicas.

 —Hay… en realidad, hay alguien a quien quiero visitar —mordisqueó suavemente el popote de su bebida —vive no muy lejos de aquí, pero si prefieres seguir tu paseo~

 Bakura lo interrumpió, repentinamente interesado al hacer conexiones y descubrir que se trataba de algo relacionado con la carta —No importa, te acompañaré —arrojó la botella vacía a un contenedor de basura cercano — ¿no hay problema, cierto?

 Malik se mordió la mejilla interna —no, para nada —concedió, imitando a Bakura mientras que el peliblanco regresaba sobre la montura de Hamú. 

— ¿Algún amigo? —probó Bakura, asegurando bien las riendas mientras Malik volvía a montar a su yegua.

 —Sí, un~ eh, una amiga de la infancia —se trabó un poco con su lengua. 

Bakura notó ese detalle, aunque lo dejó pasar — ¿Una chica, eh? Está bien, no se lo diré a Marik —bromeó.

 Malik se inclinó para tirarle del cabello antes de adelantarlo —idiota, no es nada que tenga que esconder de mi novio —reclamó, tomando dirección hacia una casa que ya conocía.

 —Si tú lo dices —se rió el otro, divertido.

 Malik rodó los ojos. Menudo imbécil. 

Después de otros ocho o diez minutos, con los caballos simplemente andando, Malik paró en la acera frente a una casa que tenía un manzano al frente, además de un bonito jardín que se notaba listo para florecer en plenitud apenas la primavera golpeara con fuerza.
La casa era bonita, y amplia, de color celeste y marfil por fuera. Del lado derecho, contrario al manzano, había una pequeña parcela cercada con maderos de dos metros; por los espacios entre los maderos, Bakura pudo ver jaulas con varios pájaros, pollitos correteando tras una gallina y lo que parecía la caseta de un perro.

 Eso lo distrajo un poco de ver a la persona que estaba concentrada en el jardín delantero, acuclillada ahí con guantes y tijeras de jardinería, así como una regadera de metal.

Sin embargo, cuando vio a Malik acercarse a ella, pudo notar el mismo vestido floreado y el mismo sombrero de cinta azul que había visto más temprano en la casa.

 Malik se aclaró la garganta, solo para mencionar un simple —Buenas… —que, por algún motivo totalmente desconocido para Bakura, sonaba algo tímido.

 La chica se dio la vuelta, sobresaltada por el ruido. 

Al parecer había estado tan concentrada en su jardín que había pasado por alto el ruido de los caballos, y de Malik atando a Sage por el manzano. 

Hubo una exclamación ahogada y, en un parpadeo, la chica corrió hacia Malik, lanzándose a abrazarlo por el torso con la misma efusividad de una mascota recibiendo a su amo de vuelta en casa.
En el proceso, el sombrero de paja con cinta azul había volado fuera de la cabeza de la chica, dejando a la vista una impresionante cabellera blanca con algunos mechones teñidos de celeste, de apariencia suave y sedosa, y tan larga como la de Bakura.

 El peliblanco vio todo eso, sentado aún en la montura de Hamú. No pudo ver el rostro de la chica, porque se había ocultado inmediatamente en el pecho de Malik, pero, tras una observación más minuciosa, se percató de que estaba llorando, o por lo menos sollozaba y temblaba contra el cuerpo de Malik, quien le había devuelto el abrazo rápidamente y sin dudarlo.

 —Shhh, shhh —arrulló el peli-cenizo —estoy aquí. Estoy aquí de verdad ¿ves? He vuelto. 

Por un momento allí, Bakura​ sintió que estaba sobrando en ese escenario, dónde se protagonizaba un re-encuentro obviamente emotivo. La curiosidad, sin embargo, pudo más, y lo mantuvo allí, como un callado espectador. 

 Malik besó dulcemente el cabello de la chica, cuando esta por fin soltó un poco su abrazo. Bakura fue capaz de distinguir, en los ojos lavanda de su amigo, el mismo afecto con el que miraba a Ishizu o incluso a Odion, mientras acariciaba con cuidado el cabello blanco y azulado, arrullando a esa chica con palabras dulces.

 El moreno secó con cuidado las mejillas húmedas de la muchacha, confirmándole a Bakura que había llorado. Era curioso ver el contraste entre la mano morena de Malik y el rostro blanco de la chica, ella era incluso más pálida de lo que era Bakura, pero seguía siendo un blanco saludable, suave a la vista, como un buen vaso de leche.

 Bakura pudo ver cómo Malik la hacía soltar su ropa solo para quitarle los guantes que había estado usando para el jardín; una vez libres, las sostuvo entre las suyas y se inclinó a depositar un beso sobre la frente de la chica -a la que le sacaba mínimo ocho centímetros- solo entonces, ella abrió sus párpados y Bakura pudo ver sus ojos, libres de la sombra del sombrero.

 El peliblanco se quedó sin aliento, contemplando dos grandes y bellas esmeraldas que relucían bajo pequeñas gotas de agua, acumulándose en las pestañas largas y curvas de la chica. 

—Gracias al cielo que has vuelto, Malik. 

Y fue cuando ella habló, que Bakura sintió como si le hubieran dado un electroshock para reanimación.

 Todas las características en conjunto eran demasiado para él.

La piel blanca, los ojos verdes, el cabello blanquecino, la complexión y la voz suave… 

Era demasiado para ser una coincidencia. 

—Lo siento, no vine solo. Oye, ¿por qué no bajas aquí? —Bakura apenas y pudo procesar las palabras que su amigo le dirigió. Obedeció en automático, bajando de Hamú para atarlo junto a Sage en el manzano y luego se acercó —déjame presentarte a un amigo con el que estuve viajando.

 La chica se separó de Malik en una distancia prudente, y se arregló nerviosamente la falda, con la mirada gacha.

 —Es un gusto, soy R-Riyu Tsukino —atinó a decir la chica, levantando lentamente la mirada hacia este 'extraño'.

 ¿Riyu? Repitió mentalmente, varias veces, en medio de su confusión.

 Se necesitó un codazo en las costillas, cortesía de Malik, para que Bakura recordara los modales básicos y el cómo hablar —el gusto es mío, soy Bakura Thief.

 Cuando tomó por fin la mano de la chica, y ambos se miraron a los ojos -ella con cierta sorpresa- la confusión fue compartida al notar un calor familiar extenderse desde las palmas de sus manos. 

Y Malik no entendía porque de repente había tanta tensión en el aire. Incluso los caballos relincharon una o dos veces.
Pero los ojos verdes de Riyu y los lilas de Bakura parecían hipnotizados unos con otros.

 

 

Notas finales:

>=3 Imaginenme con una colita y cuernos de diableza (? Okno, mucho ver a Karma xD

Me pregunto si hice un trabajo suficientemente bueno en dejarlos a la espectacular >:3

Y aún así, tengo la sensación de que aún cuando empiecen el sgt capítulo se sentirán de la misma manera, pero espero que les guste tal como los dos primeros.

 

Dicho esto, flu flu, volé, me fui.

Ja ne~nya

 


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