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Oblivion (2min) por Aerin

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Notas del capitulo:

Hola a todos ¿como están? Soy yo otra vez con una nueva historia loca de mi hermoso 2min. 

Llevo preparando esta historia hace mucho tiempo y no me decidía si subirla o no, pero me canse de tener borradores en mi carpeta y aquí esta el primer cap.

Esta va a ser una historia relativamente larga y diferente a las que les traje en otros momento. Espero que les guste. 

Besos Aerin

 

Me levanté temprano sintiendo el escozor de los rayos del sol pegando sobre mi rostro. Llevábamos más de tres días viajando y aún no había rastros de nuestro destino.

Me enderecé observando el paisaje a mi alrededor, nada había cambiado desde que me había quedado dormido, ya llevábamos más de tres días viajando. Me hubiera gustado moverme más rápido, usando uno de los transportes que estaba acostumbrado a usar, pero en ese inhóspito lugar aún no había llegado la tecnología y eso era parte de mi misión, así que no me quejé.

Revisé el espacio intentando encontrar alguna falla en el sistema, pero todo parecía estar en orden. Sabía que los rebeldes me esperarían al final del camino y que me había ganado su confianza, pero aun así sentía cierta inseguridad por ser aceptado.

Llegamos a uno de los tantos puestos de avanzada y nuevamente revisaron el vehículo. Cada uno de esos controles me molestaba, pero sería insultante que no los tuvieran. La rebelión más grande que había visto el país no podría ser menos que eso. Nuevamente se aseguraron de que no cargara armas y por primera vez revisaron que no llevara drogas y les di un punto por eso. Hasta ahora había sido demasiado fácil ingresar a sus filas.

Mis acompañantes fueron cambiados cada cierto kilómetro y ninguno se había dignado a cruzar palabras conmigo, lo cual agradecía. No me gustaban las charlas casuales y mucho menos en una situación como aquella.

Pasé unos cuantos controles más, cada uno más exigente que el anterior y cuando mis esperanzas de llegar ese día se habían desvanecido, la vi. La base se divisó a lo lejos. Edificios precarios de una ciudad abandonada y tiendas alrededor, nada digno de admirar, pero suficiente para desestabilizar a un gobierno.

Avanzamos los últimos kilómetros y el vehículo se detuvo. No necesité que me ordenaran bajar cuando ya lo estaba haciendo. Dos hombres armados se acercaron a nosotros a cara de perro y a pesar de eso los saludé

—¿Lee? —preguntó uno mirándome de arriba abajo, yo solo me limité a asentir— Sígueme.

Caminé por las barracas viendo cuidadosamente donde pisaba. El lugar era irregular y había gente tirada por todos lados. No eran tantos como pensaba, pero era de esperarse que no se encontraran todos juntos, ni que me dejarían conocer la ubicación del resto, seria arriesgado. Llegamos a uno de los edificios y los hombres que me acompañaban se pararon cada uno a un lado de las puertas. Los miré con cautela, no quería generar más fricción entre nosotros y sin esperar ninguna orden entré.

El lugar era oscuro, frio y húmedo. Les tomó unos segundos a mis ojos acostumbrarme a él, pero pronto pude ver con normalidad.

—¿Lee Taemin? —preguntó el único hombre presente. Su mirada penetrante y aguda me observó. Se notaba que había estado en varios enfrentamientos, ya que pude reconocer el sentimiento reticente.

—Si —respondí al instante, ya no sabía cuántas veces había respondido esa pregunta hoy, pero lo hice de todas formas, sabía que debía ganarme su confianza, porque él era importante. Con un gesto de manos me invitó a sentarme en la silla frente a él y así lo hice.

—Mis informantes mi dijeron que participaste de la redada en el puente de ShariFi ¿Eso es verdad?

—Si señor, me uní a la rebelión despues de eso.

—Me dijeron que te rebelaste de tu cuadrilla cuando intentaron atacar a un grupo de nuestros niños.

—Así es señor, soy un Taemin con emociones. Se que los niños son el recurso más importante, no podía dejar que los maten.

—¿Por qué debería creerte? —cuestionó poniendo sus codos sobre el escritorio, inspeccionándome más de cerca—. No eres el primer Taemin que me llega ¿sabes? Y créeme que pocos decían la verdad ¿Por qué tu serias diferente?

—No lo sabe señor, no podría —contesté automáticamente, no creí que adularlo hubiera hecho que confiara en mí y tampoco hacer promesas, él era una persona dura, así que pensé que mis acciones tendrían que hablar por sí mismas—. Eh estado entre sus filas por más de tres meses matando agentes del gobierno y recién ahora me dejan llegar a la base central. No soy un Taemin guerrillero solamente, tengo emociones ¿Cree que hubiera pasado todo eso sin que me importara? La mayoría de esas personas eran mis compañeros.

—No te quieras pasar de listo Lee —espetó violentamente y supe que mi discurso había ido demasiado lejos. No se podía abogar a los sentimientos con ese sujeto— Conozco los protocolos del gobierno como la palma de mi mano, se para que sirven los Taemin con sentimientos y déjame decirte que no me gustan los espías.

—No lo soy —aseguré inmediatamente— tengo libre albedrío y sentimientos. Se que lo que hace el gobierno no está bien.

—Eso lo veremos —dijo duro y miró por sobre mi hombro, despectivo— Lleven al señor Lee a recorrer la base y luego a sus aposentos. Debe estar cansado por el viaje —El soldado asintió e indicó con su mano que avance. Una sonrisa se dibujó en su rostro en cuanto estuvimos afuera y supe que él era mucho más amigable que él resto.

—Así que ya conociste a Key —habló de la nada y yo solo asentí— Es duro al comienzo, pero en el fondo es una buena persona. Oh mi nombre es Byun Baekhyun —estiró su mano y yo la tomé sin dudarlo. No debía ser apático.

—Lee Taemin.

—Lo sé —dijo con una sonrisa— el campamento entero te esperaba, es increíble lo que hiciste con ese puente.

—Gracias —respondí tajante. Baekhyun era demasiado abierto para mi gusto y si bien creía que sería una ventaja en el futuro, aun no me sentía del todo cómodo—. No fue la gran cosa.

—Oh vamos, eres algo así como un héroe. Desde que te uniste no dejan de llegarnos noticias tuyas —Una sonrisa inconsciente quiso dibujarse en mí, pero la reprimí. Era verdad que desde que había ingresado mis misiones no habían parado, pero había una sola razón para ello y aún estaba lejos.

—Supongo que es porque fui entrenado para eso —dije restándome importancia. Baekhyun rio y negó al aire.

—No eres muy sociable ¿verdad?

¿Lo soy? Me pregunté y ninguna respuesta llegó a mi mente. Estaba vacío.

—No, lo siento.

—Esta es la enfermería —dijo señalando uno de los rudimentarios edificios. No parecía una, pero la base se había montado sobre las ruinas de una antigua ciudad, no me extraería que en el pasado ese lugar hubiera sido un colegio —Y ahí está el almacén —caminamos un poco más y decidí romper el silencio porque seguir así no ayudaría a mi cometido final.

—¿Tu a que te dedicas? —el chico rio y supe que seguiría un discurso.

—No sé cómo eran los campamentos en los que estuviste Taemin, pero la mayoría de las personas aquí son clones.

—¿Clones? —sabia de ese tema, me habían cargado la información de ellos, pero quería oír su versión.

—Pensé que los Taemin tenían esa información.

—Los datos del gobierno son sesgados.

—Despues de la gran fuga de clones, como ya sabes, el gobierno comenzó a perseguirlos.

—Claro, fue cuando mandaron a los androides que estábamos en las fronteras a cazarlos.

—Bueno, al comienzo los grupos se dispersaron, pero luego lograron organizarse.

—¿Eso quiere decir que todos ustedes son clones? —cuestioné confundido, mis registros decían lo contrario, aunque despues de pasar por el campo magnético, mis bases de datos estaban dañadas.

—La mayoría lo son, pero no significa que todos los sean. Yo por ejemplo soy un humano común y corriente y hay otros como tú.

—Key no parecía contento conmigo.

—Nadie está tranquilo cerca de un Taemin, pero sabemos lo que hiciste —esta vez no reprimí mi sonrisa y Baekhyun pareció feliz por eso.

—¿Cómo terminaste aquí si no eres un clon? —los ojos del chico se volvieron tristes y fríos y supe que hice la pregunta incorrecta—. Lo siento.

—No hay problema —respondió sacudiendo su mano.

No volví a hablar sobre el tema y Baekhyun no intentó seguir con la conversación, en vez de eso, recobró su humor y me llevó por el resto del lugar señalando los sitios importantes como la armería, el centro de inteligencia, el de tecnología, el comedor, el depósito, los baños y el cuartel. Todos los asentamientos eran precarios, pero parecían tener lo necesario.

—Cuarto 437 —dijo golpeando la puerta en forma de señal—. Es pequeño, pero estas solo por ahora.

—¿Tu dónde estás? —hablé confundido. Pensé que sería mi compañero.

—Cuarto 28, cruzando el pasillo a la izquierda —lo grabé en mi memoria— La cena se sirve en veinte minutos, te aconsejo que te des una ducha y vayas o no tendrás comida. Me informaron que tu modelo come —asentí y me miró confundido— para ser un modelo tan viejo, tienes programas emocionales sofisticados —No sé bien porque, pero comencé a sentirme nervioso.

—Si, supongo que tuve muchas actualizaciones —hablé a la defensiva, sin poder moderarme. Jamás me habían dicho eso.

—Nos vemos despues —sonrió ignorando mi impertinencia y se fue.

Entré a mi cuarto y miré todo a mi alrededor. El lugar era pequeño, solo había espacio para la cama cucheta y un baúl, pero era más que suficiente para mí. Dejé mis cosas y me debatí el ir o no a cenar. Estaba cansado, pero sabía que debía relacionarme con el resto, además, aun no veía a mi target.

Sin pensarlo más, dejé mis cosas en el baúl y salí a los baños. El camino no era largo, pero traté de rememorar todo lo que me había dicho Baekhyun hace un rato. Cuanto antes lo memorizara mejor.

Tomé una ducha rápida y fui al comedor. El lugar estaba atestado de gente así que busqué un lugar con la mirada y cuando lo encontré me dirigí a él.

—¿Tu eres el nuevo? —me dijo una voz a mi costado y automáticamente levanté mi mano en forma amistosa.

—Lee Taemin —mis habilidades sociales parecían haber mejorado desde que había llegado, porque el sujeto sonrió.

—Kim Jonghyun, un placer —asentí memorizando el nombre.

—¿Cómo va la adaptación?

—Bien, aunque aún me siento extraño

—Ya te acostumbraras, cualquier cosa que necesites cuarto 14 —me sorprendió la numeración baja.

—¿Es usted algún alto mando? —cuestioné y al momento me arrepentí, no debería ser tan directo. El hombre rio.

—Coronel del tercer regimiento —mi mandíbula casi cayó al suelo por la información. Definitivamente ese era un pez gordo.

—Disculpe si lo moleste —dije comenzando a retirarme y él tomó mi brazo.

—Quédate, la compañía no me molesta —Acto seguido volvió su atención a su cena y comenzó a comer.

Yo obedecí e hice lo mismo. No volvimos a cruzar palabras, pero él parecía cómodo de esta forma y me alegró. No era bueno manteniendo conversaciones largas y llevarme bien con él ayudaría a mi cometido.

Seguimos comiendo de esta forma por un tiempo hasta que en un momento el lugar quedó en completo silencio. Miré hacia todos lados tratando de entender que sucedía y divisé la razón. Un grupo de hombres ingresaba al lugar. Eran seis en total, uno de ellos era el joven que me recibió, Key, y delante de él una sola persona: Choi Minho.

Llegaron a la mesa central al frente del lugar y en vez de sentarse, se pararon mirándonos, Key se puso a su derecha y entonces comprendí el porque me recibió él.

—Soldados —dijo llamándonos la atención. Su potente y grave voz cumplió su cometido— Vengo a informarles sobre las acciones del frente suroeste del que acabamos de volver. Tras varias semanas de intensos enfrentamientos, nos hemos hecho con la ciudad de Ahtivesemi. Se que tuvimos algunas bajas y nada podrá borrar el dolor que nos han dejado, pero quiero decirles que esos hombres murieron con honor y gloria, luchando por un propósito más grande que ellos mismo y lo sabían. El gobierno nos quiere ver doblegados pidiendo volver, pero no le vamos a dar esa satisfacción. Ningún clon volverá a ser un esclavo o un donante. Hasta aquí llego su reinado del terror. Hoy decimos basta —el lugar estalló en aplausos y el hombre solo cerró los ojos conmovido. Era un líder nato.

No volvieron a haber interrupciones despues de eso. Retomamos la comida y cuando terminamos comenzamos a irnos. Había dejado mi plato en uno de los recibidores y me disponía salir cuando una voz grave me llamó.

—¿Lee Taemin? —preguntó, pero en su tono no había duda.

—Si señor —respondí y me di vuelta quedando justo delante del líder de la rebelión.

—Sígueme —su discurso no admitía discrepancias. No me lo estaba pidiendo, me lo estaba exigiendo y yo lo hice. Cuando salimos, ya era de noche— Me han hablado muy bien de ti Lee —habló mirando las estrellas como si yo no mereciera su tiempo, pero sabía que me estaba estudiando. También había sido un líder.

—Gracias señor.

—Sabes, nadie aquí cree en los Taemins, pero yo no opino lo mismo. Se que no todos son robot creados para matar como el gobierno nos quiere hacer creer —sus ojos brillaron de una forma especial cuando dijo esto y eso llamo mi atención. Pensé que podía ser alguna memoria emotiva— Tu haz hecho mucho por esta rebelión. Mucho más que muchos aquí —dijo y nuevamente su mirada brilló, pero esta vez eran bravos y feroces. Era una amenaza—. Eh matado por mucho menos que una traición Taemin, sé que no eres completamente humano, pero tienes sentimientos y libre albedrío, así que puedes entender el miedo a la muerte. No me defraudes.

—Me mandaste a llamar —dijo otra voz que reconocí y no me pasó desapercibida esa falta de respeto.

—Key, gracias por venir. Quiero asignar al soldado Lee a tu escuadrón de elite —ambos quisimos quejarnos, lo noté. Sin embargo, ninguno dijo nada, porque a pesar de la amabilidad, nuevamente, no era una sugerencia, era una orden—. Se unirá por la mañana, Lee es un soldado versátil, sé que sabrás sacarle fruto —comenzó a caminar como si la conversación hubiera finalizado, cuando en realidad nunca había iniciado, pero frenó en seco y se volteó— Key, no le quites los ojos de encima.

Un frio seco corrió por mi cuerpo y ahora sabía que mi misión no será tan fácil como había esperado. Key y yo no nos dedicamos mucho tiempo. Me indicó la hora y el lugar de entrenamiento y se fue. No nos agradábamos mutuamente, así que no me extrañaba. Caminé a paso veloz, quería volver al cuartel y dormir un poco. No era lo mismo una camioneta que una cama, por más ruinosa que esta sea.

Llegué y me saqué la ropa. Observé mi cuerpo admirando mi piel. Cualquiera que la viera pensaría que no había estado en ningún enfrentamiento, pero eso solo era por mi poder regenerativo. Estaba feliz por él, de lo contrarios estaría todo marcado y entonces mi vista se quedó fija en mi talón. No recordaba cómo me había hecho esa herida, pudiera ser que me hubieran borrado ese mal recuerdo, porque a pesar de mis habilidades, ella nunca se iba.

Dejé de pensar en eso y me termine de cambiar, mañana tendría un largo día. Miré mis cosas y pensé en como había cambiado mi vida. Un sentimiento opresivo me invadió, pero lo ignoré. No tenía tiempo para eso. Después de todo, mis emociones eran una herramienta. Solo una herramienta para llegar a mi cometido y nada más.

 

Porque yo era solo Lee Taemin, un sencillo androide creado para matar. Y mi misión, era simple, matar al líder de la rebelión: Choi Minho.

 


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